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Cadmio, otra situación de cuidado

Relación nitrógeno-calcio, claves para una palta de calidad

El asesor Gonzalo Allendes sostiene que para la calidad de la fruta, el nitrógeno es importante y los productores peruanos lo han entendido, pero el calcio de la pulpa es fundamental y ha sido una de las deudas de quienes producen, con niveles bajo los recomendados, lo que afecta la poscosecha de la fruta en destino. Por ello, entregó una serie de tips para mejorar la calidad de este fruto.

11 de Octubre 2023 Miguel Patiño
Relación nitrógeno-calcio, claves para una palta de calidad

Para hacer un plan de fertilización exitoso y llevarlo a nutrición, primero hay que tener actividad radicular, expuso el experto, motivando a productores a trabajar más duro en las raíces.

“Todos los años se hacen estrategias, y todos los años llega la fruta mala”. Mitad en broma, mitad en serio, Gonzalo Allendes estuvo presente en la cuarta conferencia de Trujillo de Redagrícola, para comentar sobre su experiencia con la producción de palta y las brechas que ha visto en esta fruta producida en Perú pensando en la exportación.

El asesor Gonzalo Allendes durante su presentación en la Conferencia Redagrícola Trujillo.

El ingeniero agrónomo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Director Técnico Corporativo del Área Agricultura en el Centro Tecnológico AGQ Labs, en su presentación “Factores nutricionales importantes en la construcción de un fruto de calidad en palto y aspecto de manejo de cadmio”, comentó sobre su experiencia en los diferentes países donde tiene presencia esta empresa, principalmente pensando en Chile, Perú, Colombia y México.

PALTA DE CALIDAD

Para nadie es grato abrir una palta y encontrarse con su pulpa negra, apuntando a los problemas de poscosecha que presenta la palta en destino. Por ello, llama a construir fruta de mejor calidad en el campo. “Yo no puedo partir de una casa desde el techo. En otras palabras, yo no puedo arreglar la fruta en el embarque. La fruta tiene que estar condicionada para eso. Y esto nos pasó en uva de mesa en Chile, ahora estamos trabajando en ello en cereza, palta y muchos otros frutos”.

Allendes señala que, tal como se ha estudiado, los factores principales desde un punto de vista nutricional para la palta es primero es el nitrógeno, “que es fundamental para hacer fruta de calidad y es muy importante en las plantas”. El segundo elemento en orden de importancia, en tanto, es el calcio, sobre todo apuntando a la pulpa. “Hay muchos en la industria que viven haciendo análisis, midiendo la cáscara y la semilla, todo junto. Hay que medir la pulpa porque es el calcio en la pulpa lo importante”, recalca.

Para una fruta de calidad y que pueda viajar sin problemas a destino, Allendes señala que hay una serie de variables a considerar con tal de no enfrentar problemas de pardeamiento en la pulpa o pardeamiento de haces vasculares, que “en general están altamente relacionados con el calcio, y en segundo lugar con los niveles de nitrógeno que pueda tener internamente la pulpa”.

Para la construcción de una fruta de calidad, Allende comenta que el calibre se define en los primeros 100 días, porque ahí ocurre la primera tasa de división celular, por lo que señala que mientras los productores sean capaces de cuidar y proveer lo que necesita el fruto, esos primeros 100 días, u ocho semanas post cuaja son claves, y lo que se haga mal ahí hipotecará el resultado.

“Cuando hay problemas de calibre, me llaman y me preguntan ¿Cuánto potasio más le echo? El 80% del fruto es agua, ¡lo más importante es regar bien! El riego te hace el calibre, el término de la fruta lo hace el potasio, que ayuda cuando hay un buen riego, pero primero hay que regar bien, en tiempo y en forma”, concluye.

De acuerdo a Allendes para construir una fruta que además tenga una buena durabilidad durante el viaje, y en base a estudios de los expertos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) de Chile, Bruno Defilippi y Raúl Ferreyra, es clave la materia seca, con niveles de calcio de 0.06% o 600 partes por millón en la pulpa; nitrógenos menores a 1.1%, o 11.000 partes por millón y una relación de ambos que sea menor a 22. “Ese es nuestro norte, esa es la fruta que tenemos que trabajar”, destaca.

Rangos en pulpa de palta para asegurar calidad.

Por ello, explica que a partir de 2020 y con los recopilados por los expertos del INIA, determinaron en AGQ Labs algunos parámetros mínimos y rangos de todos los elementos para una buena poscosecha, siendo los más importantes para el asesor el calcio -en primer lugar-, y luego el hidrógeno.

ABSORCIÓN Y RAÍCES NUEVAS

Para la correcta nutrición y construcción de una fruta de calidad, Allendes pone énfasis en los ápices radiculares, ya que es ahí donde se produce la absorción de cada uno de los elementos, poniendo como ejemplo el fósforo, que se absorbe en los primeros milímetros de la punta de la raíz. Recalca además que la absorción de fósforo depende además de la actividad radicular que tenga el árbol, no de las unidades que se aplican, lo mismo para la absorción de de magnesio y calcio, el potasio.

“Si yo no tengo actividad radicular, aunque aplique la unidad y el producto que sea, no va a haber absorción o va a ser muy limitada. Entonces para hacer un plan de fertilización exitoso y llevarlo a nutrición, primero hay que tener actividad radicular”, expuso el experto, añadiendo que aunque suene obvio, es en la raíz donde se juega la calidad de la fruta y la posibilidad de que absorba los elementos que le entreguen calidad.

“Existe una mentalidad en la agricultura donde queremos que una aplicación de algo mágico nos solucione todo. Pero la agricultura está inmersa en un sistema, son muchas las variables que la articulan. Por lo que a medida que empecemos a controlar esas variables, vamos viendo resultados”, comentó Allendes.

Para hacer un plan de fertilización exitoso y llevarlo a nutrición, primero hay que tener actividad radicular, expuso el experto, motivando a productores a trabajar más duro en las raíces.

El experto subrayó en su presentación que así como el uso del mulch es fundamental, el riego también lo es, pero para que sea eficiente y el 100% de lo que se riega o aplique llegue al fruto, debe haber buena absorción. “La fruta de calidad se construye teniendo buenas raíces, porque absorben fósforo, clave en la formación de ATP, energía para el metabolismo. Las raíces nuevas son las que absorben el calcio, clave en la calidad poscosecha. Las raíces activas absorben potasio, clave en el calibre, en la apertura y el cierre estomático. Sin raíces no hay absorción”, detalló.

El director técnico de AGQ Labs recalcó que las raíces nuevas no se consiguen sólo con productos enraizantes. “El primer paso es regar bien en un balance de agua y oxígeno. La raíz crece cuando no tiene compactación de suelo. Si hay un problema de compactación, se pueden aplicar 200 litros en enraizante y no va a funcionar. Hay que regar y oxigenar, porque la raíz del palto es oxígeno-dependiente. Y no se soluciona metiendo oxígeno al agua, que puede ayudar, sin duda que sí, pero hay que regar bien”, finalizó.

“La raíz crece cuando no tiene compactación de suelo. Si hay un problema de compactación, se pueden aplicar 200 litros de enraizante y no va a funcionar. Hay que regar y oxigenar, porque la raíz del palto es oxígeno-dependiente”, explicó.

DEUDA CON EL CALCIO

De acuerdo a Gonzalo Allendes, el nitrógeno es el nutriente mineral más importante que determina la producción, porque buenos niveles de nitrógeno permiten producir buenos brotes y con ello fruta de calidad, aunque llama a tener cuidado con desajustes en el manejo pueden generar grandes crecimientos vegetativos en desmedro de la producción, debido a una mala aplicación.

Pero para pensar en una buena vida poscosecha, lo más importante es el calcio y -de acuerdo al experto-, es algo que la agricultura peruana debe seguir mejorando.

“Hemos visto que los niveles de nitrógeno son muy buenos en Perú, pero siguen teniendo problemas porque el calcio no lo trabajan”, expone. En ese sentido, Allendes señala que las aplicaciones foliares en floración pueden ayudar en el proceso cuajado, pero que no es sinónimo de llegar a una buena condición de calidad de poscosecha. “Todo lo tenemos que hacer por raíz. Está descrito que en los primeros 100 días o las primeras ocho semanas es cuando más se acumula el calcio. O sea, la vida de cosecha la jugamos las primeras ocho semanas. Si a la octava semana yo tomo un fruto pequeñito y estoy en 2.500 a 2.800 ppm, esa fruta va a terminar bien”, explica.

Allende, en ese sentido, recomienda hacer un análisis de fruta a la séptima u octava semana: si el registro de calcio está sobre 3.000 ppm, hay que “quedarse tranquilo”, pero si está en 1.800 ppm, hay que “aplicar calcio como loco” o estimular raíces. “Todo el calcio que se produce después de este periodo, la absorción se va a la vacuola como oxalato cálcico y eso es desecho que no participa en la estructura. La estructura son las primeras ocho o diez semanas”, subraya.

Otra ventaja de buenos niveles de calcio en la fruta que destaca Allendes es que con niveles en pulpa sobre 500 ppm, hasta 600 ppm, disminuye ostensiblemente la antracnosis y la decoloración de la pulpa desciende ostensiblemente.

“El deterioro primero comienza en la membrana, que están hechas de fosfolípidos con calcio. Por lo tanto, en la medida que todo se forme bien, el calcio sí nos ayuda a frenar el deterioro y por lo tanto los pardeamientos”, describe para conseguir una mejor fruta en destino.

Pese a la necesidad de este elemento, Allendes advierte que fertilizar con calcio no es sinónimo de calidad de poscosecha, “porque hay que jugar con las relaciones, que son cruciales para poder forzar el ingreso de elementos. Está descrito que relaciones calcio-magnesio mayores a cuatro sinergizan la entrada de calcio, pero no solamente por el calcio que le estoy aportando, también por el calcio que está en el suelo, pero se da la particularidad en Perú que en suelos muy arenosos, que son deficientes de calcio, a veces con esa relación no basta, por lo tanto tenemos que aplicar o relación en mayor o mayor cantidad”, detalla, mientras destaca además la necesidad de cuidar la conductividad eléctrica: si aumenta en la zona de raíces, la planta toma menos agua, y si toma menos agua, entra menos calcio.

“Es crucial preocuparse de regar bien y medir la conductividad en ese periodo de las primeras 8 semanas, para la vida de las raíces y para la absorción de agua, porque el resultado final queda hipotecado aquí”, explica.

Allendes enfatiza que con 300 ppm o 400 ppm de calcio, contenido usual de la palta peruana, la pulpa puede llegar a un 0.9% de este elemento, que es mucho menos del 1.1% recomendado. “El problema no es el nitrógeno. Es el calcio en la pulpa. Hay que olvidarse del nitrógeno, porque si tenemos entre 600 ppm y 750 ppm de calcio, me da lo mismo el nitrógeno. La estructura está hecha. Ahí tiene que estar el esfuerzo”, comenta sobre lo que cree debería ser el camino de la palta peruana.

Gonzalo Allendes.

De hecho, señala que en AGQ Labs tomaron toda la data que han recopilado de Perú en su laboratorio en los últimos tres años,y el 80% de las muestras está bajo los 600 ppm de calcio, lo que puede explicar el problema de pardeamiento de la palta peruana. “Lo bueno es que en el último año, con todas las recomendaciones, va tendiendo a mejorar y eso ya lo estamos viendo”, señala.

Extrapolando estos requerimientos de elementos, Allendes señala que llevan 6 años trabajando con estos principios en las 3.000 hectáreas que asesora en Chile, con alrededor de 40 millones de kilos, sus resultados han arrojado que el 70% de la fruta muestreada estaba por cifras sobre 600 ppm, lo que les ha permitido no tener mayores reclamos en los envíos a Europa.

¿Otros elementos importantes para alcanzar buenos niveles de calcio? Allendes apunta al zinc y al boro. El primero porque ayuda a la generación de auxinas para generar una buena división celular, destacando el aporte de la bioestimulación con extractos de algas para que la aplicación de zinc funcione.

El boro, en tanto, es importante en la generación de auxinas como en la formación del tubo polínico. Por ello Allendes comenta que para no tener problemas de cuaja, el boro es importante tenerlo “en tiempo y en forma”.
“Un nivel bueno de zinc es 60 ppm y un nivel bueno de boro está entre 60 y 80 ppm. Junto con el calcio, trabajan también las pectinas, por eso se dice que el boro es el ladrillo y el calcio el cemento”, puntualizó.

CADMIO, UN PROBLEMA HEREDADO

Junto con sus recomendaciones para la construcción de un fruto de calidad, Gonzalo Allendes alertó el problema que genera el contenido de cadmio en la fruta de exportación, que produce rechazo de la fruta que arriba a Europa por la normativa vigente, y que han encontrado en el 54% de las muestras que les han llegado a su laboratorio.

El cadmio es un metal pesado que tiene un rango de tolerancia máximo de 0.05 partes por millón en la Unión Europea, y se mide en la parte comestible, no en la cáscara. Por ello, trabajar para superar este problema presente en algunas fincas de Perú es clave para no tener complicaciones en el destino.

Allendes indica que ya están trabajando con varios productores para superar el problema, pero que requiere un análisis integral, ya que hay que analizar los frutos, hacer análisis de suelo y mapeos de los campos. “Lo que más nos ha ayudado es hacer mapeos, para determinar las áreas problemáticas. Está escrito que la alta concentración de cadmio en la fruta tiene una directa relación con el contenido de suelo”, explica.

¿De dónde viene este metal pesado? Básicamente puede venir de dos maneras: ya era parte del suelo, o es antropogénico, que significa que alguien lo puso ahí. Esta última opción puede ser por contaminación, aguas de riego, o puede venir de los fertilizantes, principalmente aquellos más baratos, como sulfatos de zinc que se sacan juntos con el cadmio, principalmente provenientes de China. Detalla que los fertilizantes que tienen la mayor cantidad de cadmio son los fosforados, los sulfatos de zinc y manganeso de mala calidad, que vienen asociados a minas de cadmio.

Allendes explica que el problema de Perú sería heredado, ya que muchos suelos fueron chacareros, con cultivos de maíz -por ejemplo-, que luego se compraron para plantar paltos. “¿Con qué se fertilizaba la chacra? sulfato triple, vamos poniéndole fósforo”, ironizó el experto.

El cadmio actualmente provoca, además del rechazo en destino, la disminución en la absorción de nitratos; compite con la entrada calcio, magnesio, fósforo y potasio; además disminuye la absorción de agua e inhibe la nitrato reductasa. “Esto genera problemas en la gestión del nitrógeno, hay menos apertura estomática y se puede provocar clorosis férrica, entre otros”, explica Allendes.

Entonces, ¿qué estrategias tiene la planta para poder defenderse del cadmio? De acuerdo al experto, se han descrito varios mecanismos de defensa, pero todos concluyen una sola cosa: raíces. “La planta controla su intoxicación por cadmio en las raíces, con vigor de raíz porque lo diluye. Por lo tanto, el manejo de raíces es fundamental”, describe.

El experto recomienda realizar análisis de suelo antes de plantar, así como utilizar fertilizantes libres de metales pesados. “En Chile todo fertilizante que se vende tiene que estar libre de metales pesados, porque la legislación y la normativa así lo exige. Acá en Perú no lo sé, en Colombia definitivamente no y en México tampoco”, comenta Allendes.

En caso de encontrar cadmio en el huerto, el manejo que recomienda el asesor es regar y oxigenar bien, “porque la anoxia es una situación reductora; si falta oxígeno, se reduce la absorción, por eso es necesario regar bien”.
La aplicación de materia orgánica también ayudaría a la eliminación de este mineral, ya que la actividad microbiológica disminuye el riesgo de absorción de Cadmio, destacando productos que puedan ayudar desde la biología del suelo.

“Hay varios estudios que describen que las micorrizas bajan los niveles de cadmio en algunos cultivos. El silicio también ayuda a mejorar la distribución del cadmio en las hojas, así como el uso tierra de diatomeas que ayuda también porque son -en gran porcentaje- silicio. Enmiendas de carbonato de calcio para control de PH, en suelos ácidos, así como el carbón activado o la biorremediación” también serían alternativas para atacar este problema.

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