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Huertos capaces de satisfacer a un consumidor exigente

Un árbol equilibrado es básico en cerezo

El crecimiento vegetativo del árbol no se puede apoderar de lo que los frutos necesitan para tener un calibre grande, buen sabor, firmeza y una vida prolongada con capacidad viajera. Se necesita un exacto balance de modo que se abastezca y permita el desarrollo de las raíces, lo cual en la mayor parte de los huertos pasa por un control del vigor. Se trata de un desafío complejo pues intervienen variables climáticas independientes de los productores. El asesor Luis Valenzuela plantea los manejos estratégicos para acercarse a ese equilibrio.

06 de Octubre 2025 Equipo Redagrícola
Un árbol equilibrado es básico en cerezo

Cuando ya no se cuenta con precios excepcionales, los huertos incapaces de satisfacer a un consumidor exigente quedan fuera. “Llegó el momento de ordenar las ideas”, plantea Luis Valenzuela, quien dirigió durante años el área de I+D de Copefrut S.A., y actualmente se desempeña como director de INNOVAFRUT SPA y asesor.

Se necesita expresar correctamente el potencial productivo, afirma, lo cual se logra mediante el equilibrio del árbol. Esto comienza por la contención justa del desarrollo vegetativo, sobre todo en una industria donde domina el vigoroso patrón Colt, mayoritariamente utilizado en las dos variedades predominantes, Lapins y Santina (foto 1).

1. Árboles vigorosos sobre portainjerto Colt.

–El cerezo es un árbol con características marcadamente forestales, dando prioridad a la formación de madera en primera instancia –dice Valenzuela–. Crece intensamente en primavera, especialmente si sus raíces corresponden a Colt. Su flujo y energía van mucho a las puntas de las ramas, al chupón (foto 2). Cuando ocurre esto, las yemas laterales son más débiles, las raíces tampoco se activan ni se expresan a tiempo.

El árbol enfrentará el verano estresante con un sistema desbalanceado, con una copa abundante y una raíz débil. En esas condiciones las yemas reproductivas pueden no alcanzar una completa diferenciación, aun cuando cuentan con un largo ciclo para hacerlo, hasta el inicio de dormancia, de enero a abril.

2. Descontrol en Santina, las energías van al chupón

CONSECUENCIAS DE UN CRECIMIENTO DESMEDIDO DE LOS BROTES

Así parte el problema, especialmente en huertos situados sobre suelos arcillosos, poco permeables, con baja oxigenación, a los que se suman primaveras preferentemente frías luego de lluvias invernales intensas. Se trata de una situación bastante frecuente en nuestra realidad productiva (foto 4).

4. Suelos saturados y raíces comprometidas en inviernos y primaveras lluviosas

–Una buena oxigenación de las raíces es relevante siempre –sentencia el asesor–. Un drenaje adecuado más el uso de camellones resultan útiles en topografías planas y suelos con tendencia a saturarse o para enfrentar inundaciones (foto 5). 

5. Construcción adecuada de camellones para garantizar evacuación del agua de lluvia y aireación de las raíces.

–¿Cuál es la relación entre la saturación del suelo y el crecimiento vegetativo en primavera?
–Si el suelo contiene agua en exceso, el brote crecerá en una primavera de temperatura favorable con humedad relativa alta, pero lo hará sin nuevas raíces. Ganará la competencia, consumiendo el azúcar liberada de las reservas, de manera que esta no llegará en cantidad suficiente a las estructuras florales ni luego a los frutos para formarlos adecuadamente, endurecerlos y darles sabor. Entonces las cerezas pueden tomar color, pero sin firmeza, y los Brix se quedan bajo los 17, mínimos para cosechar.

Esto ocurre más frecuentemente en sistemas forzados y en temporadas iniinhiben mientras que los brotes se estimulan. El brote parte alrededor del 1 de octubre en la zona de Curicó, y su crecimiento debería hacerse lento desde mitad de noviembre, muy lento a fines del mismo mes, para detenerse idealmente cerca del 15 de diciembre (figura 1).

Figura 1. Crecimiento del brote en cerezo y ayuda a su control.

Si crece en exceso o si su crecimiento no se detiene, las raíces y yemas se descompensan, dificultando su desarrollo adecuado y a tiempo. 

–En las yemas –plantea– se mide normalmente en invierno el índice de fertilidad (número de primordios por yema), pero no se evalúa el tamaño de estas, a lo mejor podría hacerse (figura 2). Sabemos que las yemas chicas dan frutos pequeños y si estimulas artificialmente el crecimiento de esta fruta potencialmente chica, el resultado será una cereza débil, sin materia seca ni consistencia.cialmente frías. A salidas de invierno, si ha llovido lo suficiente y hay humedad en el suelo, no conviene regar antes de tiempo, añade, porque las raíces se inhiben mientras que los brotes se estimulan.

Figura 2. Tamaño de yema y potencial de calibre de la futura fruta.

El brote parte alrededor del 1 de octubre en la zona de Curicó, y su crecimiento debería hacerse lento desde mitad de noviembre, muy lento a fines del mismo mes, para detenerse idealmente cerca del 15 de diciembre (figura 1). Si crece en exceso o si su crecimiento no se detiene, las raíces y yemas se descompensan, dificultando su desarrollo adecuado y a tiempo.

–En las yemas –plantea– se mide normalmente en invierno el índice de fertilidad (número de primordios por yema), pero no se evalúa el tamaño de estas, a lo mejor podría hacerse (figura 2). Sabemos que las yemas chicas dan frutos pequeños y si estimulas artificialmente el crecimiento de esta fruta potencialmente chica, el resultado será una cereza débil, sin materia seca ni consistencia.

EL RIEGO COMO INSTRUMENTO DE REGULACIÓN

Luis valenzuela.

La inducción floral en las yemas del cerezo comienza a partir de los 70 días luego de plena flor. Si la floración ocurre en torno al 15 o 20 de septiembre, la inducción debiera suceder la segunda quincena de noviembre. Si los brotes se mantienen muy activos, creciendo hasta enero, competirán por el azúcar que se necesita en el paso de vegetativo a floral, afectando negativamente el proceso de diferenciación de las yemas florales. Esto es más crítico en árboles vigorosos, sobre portainjerto Colt.

Para controlar el desarrollo pri maveral del brote en plantas sobre portainjerto Colt, estima conveniente aplicar un riego ajustado o levemente deficitario en ciertos momentos. Con ello, explica, se favorece la raíz: “un suelo con menos humedad arraiga más porque al haber más aire impulsa a la raíz a explorar; la necesidad crea el órgano”.

Cuando más agua se requiere bombear al fruto es entre carozo duro y pinta, siendo importante que una alta proporción de las raíces participe (figura 3). En precosecha, una vez alcanzado el color rojo (fase IV), hay que mantener el riego justo y no exagerar la humedad: la fruta ya no gana mayor tamaño sino gracias al azúcar que le llega de las hojas; el agua aplicada a partir de entonces incide minoritariamente en el calibre. Insistir con demasiada intensidad en los riegos puede comprometer tanto el desarrollo como la actividad de las raíces y raicillas, perjudicando sus aportes vitales en la poscosecha.

Inmediatamente después de realizada la cosecha, el consumo hídrico de la planta se reduce temporalmente. Otra vez se puede disminuir el riego, lo cual generará resiliencia enc el árbol, estimulará nuevas raíces, preparándolo de mejor manera para el estrés estival, que suele ser máximo entre la 2ª semana de enero y la 2ª de febrero.

–Si frenas el brote, inviertes el switch: lo que iba para arriba ahora va hacia abajo –grafica Valenzuela–.

La energía luminosa es capturada por las hojas para hacer fotosíntesis, el árbol la procesa y hace azúcares, proteínas, tejidos… Dependemos del freno vegetativo oportuno para que forme buenas raíces, yemas que cambien de vegetativas a frutales y las reservas carbonadas sean acumuladas al máximo para saltar del verano a la primavera.

La baja del ritmo de riego va a de- pender mucho de las características del suelo, y durará desde terminada la cosecha hasta mitad de enero como máximo (de 1 a 2 semanas). Una vez que la planta se halla equilibrada, se vuelve al riego completo para mantenerla bien abastecida mientras el estrés estival se manifiesta con sus condiciones extremas de temperatura, radiación y baja humedad (figura 4).

EL CICLO COMPLETO PARA PRODUCIR FRUTA INCLUYE 2 VERANOS Y 2 OTOÑOS

Cuando la yema ya empieza a diferenciarse en su estructura interna, a principios de febrero, la planta debería tener las condiciones para una fotosíntesis óptima, en especial una hidratación adecuada. Un déficit de agua en ese momento puede alterar la formación de las estructuras internas de la yema, comprometiendo la generación del embrión.

A juicio del especialista, si la disponibilidad de agua permite regar bien y si se mantiene un volumen de follaje apropiado, es posible superar las condiciones más desafiantes con otoño e invierno cálidos y primaveras frías, como las que ocurrieron en la temporada 2023/24.

Patrones menos vigorosos que Colt como Maxma 14, dice, se adaptan, siendo capaces de controlar su crecimiento, guardar más energía como reservas y responder mejor a las limitantes de zonas donde la dormancia no se expresa de manera adecuada la mayoría de las temporadas (norte, costa, sectores cálidos).

–¿A qué se debe entonces la predilección por Colt?
–Es un portainjerto más rústico, se adapta mejor a cualquier suelo, resultando más seguro frente a suelos limitantes. Por ejemplo, el Maxma 14 se asfixia con mayor facilidad y los Gisela son sensibles a estreses climáticos presentes en nuestros veranos. 

Un aspecto a mirar atentamente, subraya el entrevistado, es que el ciclo completo de producción de fruta pasa por dos veranos y otoños. En el primer ciclo, entre enero y mayo, se forma una yema terminal bien diferenciada, a partir de la cual se expresarán durante la primavera siguiente los centros reproductivos, o sea el dardo o la base de la ramilla frutal. Al año siguiente se diferencia la yema productiva que da origen a las flores y frutos (figura 5).

Figura 5. Gestación y desarrollo de yemas (terminales) del dardo y ramilla, y yemas florales (laterales).

Uno de esos ciclos puede sufrir alteración, o los dos, y de no mediar manejos específicos y el disponer de árboles equilibrados, los resultados productivos se verán impactados.

El experto plantea algunas salvedades a lo dicho hasta aquí, siempre en aras del equilibrio:

–Tampoco se trata de formar yemas o flores de más, sino las yemas y flores justas, pero poderosas. Por consiguiente, si se frena mucho el brote y/o muy temprano, se pueden generar demasiadas flores, las cuales serán más pequeñas. Esto ocurre en los árboles demasiado débiles.

Por otra parte, un patrón enanizante que trasmite a la variedad injertada un flujo hídrico limitado, hace necesario potenciar sus raíces junto con regarlo muy bien, porque si se le quita agua, se corre el riesgo de matar la variedad injertada, como suele verse en muchos huertos.

RECESO INVERNAL, PODA Y RALEO PARA UN ÁRBOL MÁS ESTABLE

Un adecuado receso invernal empieza con la paradormancia en otoño, cuando la actividad vegetativa de ha detenido y tanto el árbol como sus yemas se preparan para dormir. En caso de que las hojas se mantengan muy verdes, Luis Valenzuela propone aplicaciones de molibdeno a partir de la cuarta semana de marzo (con efecto bloqueador sobre el nitrógeno y apoyo a la lignificación). La secuencia de caída debiera comenzar cerca del 20 abril (figura 6).

El entrevistado se fija como meta que ya no queden hojas sobre los árboles el 15 de mayo, cuando normalmente empieza el frío efectivo en la mayor zona productora.

Figura 6. Respuesta a la aplicación de molibdeno más boro la 4ª semana de marzo.

–¿Hay que bajar la producción de fruta para ganar en calibre?
–Hay que lograr una carga equilibrada en distribución y cantidad. Así la energía que el árbol liberó después de su dormancia llega mucho más oportuna y bien distribuida a toda su fruta. En la medida que tengas más unidades en las ramas y en el árbol completo va a haber más heterogeneidad. Para garantizar homogeneidad se tiene que igualar el tipo de madera, igualar centros frutales. Ahí la poda y la regulación de carga juegan un rol determinante. En la poda invernal se hace una apuesta en que se eligen los grosores de madera. Como estándar se considera que un dardo va a dar 2,5 a 3,5 frutos, según la variedad. Con el dato del número de frutos en un kilo, calculas la cantidad de frutos y los dardos necesarios por árbol. Se puede dejar un 10% extra, que se remueve posteriormente de acuerdo a la evolución climática real de la temporada. Uno podría podar después de flor. Antes yo postulaba 70 a 80 frutos por cada metro de rama como carga equilibrada; hoy hablo de 50 frutos por metro, lo que implica más hojas por fruta y fruta más pareja y de mejor calidad.

–¿Sacrificando un poco la producción…?
–Pero con el árbol más estable, para que no se caiga la mitad y quede con 25. Los 50 frutos por metro de rama tienen que llegar a cosecha y con gran calibre.

–¿No hacer raleo chino?
–El raleo es importante si es que sobra la fruta, para no diluir la energía entre muchas unidades. Creo que el
raleo chino todavía merece algún ajuste. Los dardos en la parte superior de la rama son mejores que los
de abajo, sin embargo, están más expuestos a heladas, insolación, estrés. El dardo de abajo da más fruta, más racimos, y es aquí donde la heterogeneidad de las cerezas es mayor. La fuente de alimentación más importante para los frutos en un centro frutal corresponde a sus propias hojas. Una buena cereza precisa de 3 hojas y un centro frutal tendrá unas 7 a 8 hojas, o sea sustento para 3 frutas. Entonces el racimo empieza a depender de hojas más apartadas, lo que limita su abastecimiento adecuado. Aunque no cuestiono el raleo de yemas, porque es eficiente, efectivo, ordenado (figura 7), tal vez no lo estamos haciendo de la manera más adecuada. Quizá se debiera realizar menos intenso sobre la rama arriba y más por debajo de esta, aunque complica el manejo práctico. La razón de esto es que la cuaja tiende a ser más alta en los dardos inferiores. Y enfatizar que la protección solar en verano debe ser desde arriba, para ayudar a los dardos más insolados.

Figura 7: a. Dardo muy fértil (sobre 6 yemas) sobrecarga, con hojas pequeñas. b. Dardo con raleo de yemas (dejando 3 + 1), cuaja de manera ajustada.

EL DESPERTAR DE LAS YEMAS Y LA DISTRIBUCIÓN DE LA ENERGÍA

De acuerdo a Valenzuela, dada la acrotonía del cerezo se requiere manejar la distribución de la energía desde el momento en que los árboles se ramifican, especialmente Santina. En esta variedad hacia el final de la dormancia es más importante activar las yemas basales mediante la aplicación de cianamida para que despierten sincronizadamente con las yemas superiores, de manera que estén receptivas al estímulo hormonal durante la ramificación. Igualmente ocurre con la cara sur de los árboles, la cual demora más en brotar por efecto de
la menor exposición al sol y menor temperatura (foto 6).

6. Brotación heterogénea marcada en la variedad Santina, resultando una deficiente brotación basal (primer metro) y en la cara sur de los ejes.

Cuando el clima durante la etapa de dormancia no ha acompañado para una buena cuaja, considera interesante la poda de primavera, con brotación presente:

–Una poda retardada es menos abortiva que una invernal. Con la poda de invierno, el brote o los brotes cercanos al corte despiertan primero y compiten con las yemas frutales. En primavera, con la savia circulando, el árbol reacciona en forma más equilibrada ante los cortes realizados.

Utiliza una poda de iluminación moderada en verano, apuntando a la mejor distribución de flujo de savia. Saca chupones y algunas ramas gruesas si es necesario, sobre todo en la parte alta del árbol. Nunca despunta en verano para no provocar un crecimiento vegetativo indeseado.

7. Árboles durante su floración con raicillas activadas gracias a una buena aireación del suelo.

La ortofilia resulta ser otra práctica muy útil para mantener el árbol equilibrado, llevando las ramas a una posición más horizontal. Se puede hacer fácilmente en sistemas de conducción que cuentan con cordeles y alambres en su arquitectura, por ejemplo, la formación en V. Sin embargo, en monoeje el amarre de las ramas se complica, especialmente en árboles vigorosos sobre Colt. Se debe considerar asimismo que la ortofilia toma tiempo, es trabajosa, y por lo tanto tiene un costo importante.

ASPECTOS NUTRICIONALES DE ESPECIAL CUIDADO

Recomienda evitar excesos de nitrógeno (N), sobre todo en el caso del portainjerto Colt, sin olvidar que se necesita N para alimentar los centros productivos y hacer proteína, que es fundamental.

–Bajo condiciones de vigor alto, yo considero una ajustada fertilización nitrogenada al suelo, especialmente en la primavera, y la complemento foliarmente. Si aplico nitrógeno de más al suelo, este se irá a generar más madera. En cambio, si una buena parte la localizo sobre el follaje, alimento primero el centro productivo.

¿Cuándo poner el N sin hacer crecer el brote en exceso? Cuando la planta está quieta, no en crecimiento, o sea en poscosecha. Algo se pone en primavera, porque se necesita una base. N al suelo un poco en primavera (30%) y otro poco a principios de verano (40%). Y el resto foliar (30%).

El calcio (Ca) tiene gran relevancia en la calidad de la fruta, por lo cual no le puede faltar durante la competencia primaveral con los órganos vegetativos. Esto no resulta fácil, pues el suelo todavía está frío y las raíces poco activas. Por lo tanto, el especialista aplica calcio en otoño, e incluso tan anticipadamente como la última semana de febrero o la primera de marzo, con el objetivo de dejarlo en la planta para abastecer los procesos de división celular y formación de las flores en la partida post invernal. No descarta las aplicaciones de Ca en primavera (figura 8), pero el mayor efecto vía raíz se ha logrado en otoño.

Figura 8. Evolución de los niveles de calcio en tejidos reproductivos y foliares. Aportes oportunos de Ca al suelo y foliar para
potenciar el calibre y calidad de la cereza.

–Los estándares del análisis foliar no son muy exigentes en Ca ya que su relevancia no está en la hoja. Yo apunto a un nivel importante, sobre 2,5% en la hoja, como indicador de que probablemente la fruta recibió suficiente Ca.

En las zonas donde trabaja aprecia una tendencia a que el zinc se sitúe bajo 30 ppm. A su juicio debería ubicarse sobre 50 ppm dada su incidencia en la formación de auxinas y en un buen flujo xilemático. En cuanto a potasio, conviene aplicar dosis importantes, pero sin abusar; un nivel foliar adecuado corresponde a 2,0-2,2%, sostiene. Finalmente, Luis Valenzuela reflexiona: 

–La industria debe mejorar el detalle de sus manejos. Si queremos ser los mejores cereceros del mundo tenemos que ir a fondo, partiendo por lo básico. El sistema debe estar controlado y el árbol equilibrado.

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