Sustrato y riego en arándano
Para su buen desarrollo el arándano requiere de suelos livianos, de alta macroporosidad, que permita un buen drenaje y una óptima oxigenación de las raíces. Cuando se cultiva esta especie en macetas es necesario seleccionar un sustrato con macroporosidad no inferior al 45%. Con valores altos de agua fácilmente aprovechable es más fácil regar el cultivo con menos pulsos y disminuir la pérdida de agua y fertilizantes por lixiviación.

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El arándano requiere para su buen desarrollo de suelos livianos, con una alta macroporosidad, que permitan un buen drenaje y una óptima oxigenación de las raíces. Además de lo anterior, este cultivo requiere de un pH de suelo levemente ácido.
El arándano -en sus orígenes- se desarrolló en suelos de baja densidad aparente, 0,5-0,8 g/cm3, alta macroporosidad (alrededor del 46%), alto contenido de materia orgánica y un pH ácidos, con valores entre 4.5 a 6. Por lo cual, si se pretenden cultivar esta especie en sustrato, es necesario seleccionar un sustrato que presente y mantenga las condiciones antes indicadas y que no se degrade rápidamente.
¿POR QUÉ EL ARÁNDANO REQUIERE DE SUSTRATOS CON ALTA MACROPOROSIDAD?
La falta de oxígeno en el suelo induce a trastornos fisiológicos múltiples en las plantas. Se inhiben la fotosíntesis, el transporte de hidratos de carbono (Kozlowski 1997), hay cierre de estomas, y un menor crecimiento de las raíces (Lafitte 2001). Producto de todo esto, disminuye la absorción de macronutrientes debido a la mortalidad de raíces y a la supresión del metabolismo de la raíz (Kozlowski 1997).
En estas condiciones se ha encontrado una alteración del equilibrio hormonal en las plantas, normalmente aumentando la proporción de etileno (Kozlowski 1997), lo cual afecta el crecimiento radicular. También hay acumulación de ácido abscísico y auxinas y reducción de los niveles de citoquininas y ácido giberélico (Lafitte 2001).
El exceso de humedad en el suelo agota el O2, aumenta el CO2, induciendo la descomposición anaeróbica de materia orgánica y reduciendo el hierro y manganeso (Kozlowski 1997). Trabajos realizados por Ferreyra et al (2005) muestran que la macroporosidad del suelo está relacionada con la difusión de oxígeno. Al aumentar la macroporosidad del suelo es mayor la difusión de oxígeno. Con macroporosidades del orden de 29% la difusión promedio de oxígeno en el suelo fue de 0,98μg/cm2/min.
Trabajos realizados por Soto (1993) en arándano ‘ojo de conejo’ var. Beckyblue muestran que el crecimiento vegetativo y radicular del arándano está relacionado con la macroporosidad del sustrato donde crecen las raíces (Figura 2 Foto 1). Este autor indica que sustratos con macroporosidades inferiores al 45% afectan el crecimiento de las plantas y el desarrollo radicular. La cantidad de raíz en el suelo con 45% de macroporos fue de casi un 45% más alta de la que se obtiene en sustratos con macroporosidades del 15%. Una explicación para esto podría ser el nivel de oxígeno más adecuado que presentan los suelos de alta macroporosidad.

suelo con distinta macroporosidad o Capacidad de aire (CA) (Soto 1993)

Otro problema relacionado con la falta de aireación del suelo es la clorosis férrica, que ocurre en suelos con alto contenido de CaCO3 y/o pH alto, lo que puede ser agravado por un deficiente manejo del riego que tiene como resultado una reducción de la aireación en el suelo (Wallihan al del et., 1968). Bajo condiciones de alto contenido de agua en el suelo, el O2 disminuye en los espacios porosos e incrementándose la concentración de CO2, tanto en el suelo como en las raíces. Esto resulta en un incremento del HCO3- que produce una inmovilización del hierro y, por consiguiente, deficiencias del elemento en la planta (clorosis férrica) (Zude-Sasse y Schaffer, 2000). (Foto 2)
En suelos con mala aireación (baja macroporosidad), a menudo los problemas de clorosis férrica se pueden solucionar al distanciar la frecuencia entre riegos, lo que permite aumentar el aire en el suelo.
Esto no significa disminuir la cantidad de agua a reponer en el arándano, solamente cambiar los momentos de aplicación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en agua con alto pH y bicarbonato, para superar la clorosis férrica, además es necesario acidificar el agua de riego. Cuando el sustrato tiene un alto contenido de CaCO3 y/o pH alto, a parte de fijarse el hierro, también se inmovilizan otros microelementos como Boro, Zinc entre otros.
LAS PROPIEDADES FÍSICAS DEL SUSTRATO
El desarrollo del sistema radicular de las plantas se ve directamente afectado por las condiciones de humedad, aireación, temperatura y de resistencia mecánica que presenta el sustrato.
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