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Alfredo Lira Chirif, CEO de Agrícola Cerro Prieto

“Nuestro foco estará en el palto y el arándano y todo lo demás se sacará”

Tras arrancar 225 hectáreas de uva de mesa en Chepén, Agrícola Cerro Prieto traza un futuro en el que solo convivirán y producirán dos especies de frutales: arándanos y paltos, con cuya fruta esperan abastecer a los mercados internacionales los doce meses del año. Con los arándanos el desafío es consolidar la producción de variedades nuevas, mientras que con la palta se preparan para expandir el negocio que levantaron en Colombia.

23 de Agosto 2022 Equipo Redagrícola
“Nuestro foco estará en el palto y el arándano y todo lo demás se sacará”

Por Marienella Ortiz

Alfredo Lira Chirif.

“En febrero matamos el campo y ya”. Así resumía Alfredo Lira Chirif, CEO de Agrícola Cerro Prieto, la salida de la empresa del negocio de la uva de mesa, en el que llegaron a contar con al menos 225 hectáreas (ha) en su fundo en Chepén (La Libertad). De manera escueta y rotunda señala que eran malos produciendo el cultivo. “Es un negocio bien complicado. Hay gente que lo hace mucho mejor que nosotros”, expone. Así que a partir de ahora, dice que se concentrarán en lo que sienten que son buenos: en paltos y arándanos.

Por ende, en aproximadamente dos años, esperan hacer lo mismo con las más de 400 hectáreas de espárragos, con las cuales podrán completar una mayor superficie de paltos y más arándanos. Igual, explica que siguen explorando otros cultivos, sobre todo en los terrenos que tienen en Arequipa a la espera de que el proyecto de Majes Siguas II se vuelva una realidad.

Sin embargo, Lira manifiesta que ello es parte de mantenerse con los ojos abiertos frente a posibles nuevas oportunidades, pues lo concreto es que estarán enfocados en los dos cultivos en que han comprobado las mejores rentabilidades. “En el mediano plazo, en los próximos cuatro o cinco años, como está en nuestro plan de negocio, queremos ser proveedores durante todo el año de arándanos y paltas. Ese es el foco y todo lo demás lo vamos a sacar”, apunta.

En la foto actual, en los campos de Chepén tienen 1.800 hectáreas de paltos, de los cuales 200 ha entrarán en producción en el 2024. De las 1.500 ha compradas en Colombia, en la actualidad, ya instalaron 300 ha de palto y otras 300 ha están en proceso de plantación, pero la proyección es ocupar toda el área con el cultivo en los próximos dos años. Si bien son recién dos años que compraron el primer campo en Colombia, Agrícola Cerro Prieto ya tiene cinco años comercializando la fruta de la empresa colombiana Fruty Green hacia Europa y EE UU.

En arándanos, la empresa cuenta con 1.250 ha en Chepén y otras 150 ha en maceta en la irrigación San Rosa, ubicada a 100 km al norte de Lima. En cuanto el espárrago, suman 460 ha en Chepén. Adicionalmente, mantiene 15 hectáreas en Arequipa donde hacen ensayos con diferentes cultivos y variedades.

De allí que se va configurando los planes de concentrarse en palto y arándano, bajo la estrategia de cada vez más tener producciones orgánicas, como parte de la tendencia mundial.

UNA APUESTA POR EL CONTROL DE PLAGA CON INSECTOS NATIVOS

Alfredo Lira comenta que vienen haciendo esfuerzos por desarrollar toda una producción de controladores biológicos para sus cultivos.  En arándanos, han logrado que el 80% de la producción sea orgánica. En tanto, los problemas sanitarios de la producción de paltos en Colombia, debido a la mayor frecuencia de lluvias, según indica Lira, serán contrarrestadas por este camino.

Hoy cuentan en Chepén con un laboratorio, donde han logrado avances en el control de plagas con el uso de patógenos locales. “Cuando digo locales me refiero a los de acá mismo en el campo. Por ejemplo, encontramos muerto el chanchito blanco, lo aislamos, lo llevamos al laboratorio y vimos qué lo mató. Encontramos, una serie de patógenos que lo mataron. Ahora estamos reproduciendo esos patógenos para matar al chanchito de manera orgánica. Este es un desarrollo ‘in house’ que probablemente funcione aquí en Chepén pero no en otro lado”, expone.

Este descubrimiento es reciente, por tanto, la siguiente fase de la investigación es determinar cómo se aplicará el tratamiento con los controladores biológicos recientemente descubiertos. Toda esa experiencia se está igualmente construyendo en Colombia para tratar de hacer que la palta colombiana llegue en mejores condiciones a los mercados comerciales.

ARÁNDANOS, CON EL OBJETIVO DE LAS 2.000 HECTÁREAS

-En palta y arándano crecerán a buen ritmo, ¿cuál de los dos negocios es más atractivo?

-En producción en kilos, el negocio más grande que tenemos es el de la palta. En el tema de ventas, el negocio más grande es el arándano, desde este año. Nosotros deberíamos tener 20.000 toneladas exportadas este año de arándanos, sobre todo al mercado americano. Estamos trabajando duro en el tema de variedades para consolidarnos con aquellas de grandes calibres, dulces y firmes para que puedan viajar sobre todo al mercado asiático. Creo que vamos por buen camino, vamos con calma.

-¿Qué tecnologías están utilizando en la producción de arándanos?

-Estamos usando macetas en un área bastante grande, en aproximadamente 600 hectáreas, lo cual nos permite tener una alta densidad con un menor consumo de agua, sobre todo en la zona de Chepén. Este año, al negocio le afectó el tema de los costos de los fertilizantes y también de la mano de obra, que representa alrededor del 35% a 40% del costo total. Hay que ser muy eficientes.

La empresa está evaluando 16 variedades de arándanos para determinar con cuáles sigue creciendo a nivel comercial.

-Además, ha venido cayendo el precio en el mercado.

-En efecto, la oferta de Perú en el mercado ha aumentado brutalmente en los últimos cuatro años o cinco años. Con mayor razón hay que ser muy eficientes en lo que hacemos y los precios ajustados nos están llevando a alargar probablemente la campaña peruana y meternos en la campaña chilena, de enero a abril. Esto ayuda a tener ‘peak’ menores y, por ende, a disponer de menor mano de obra al mismo tiempo. Además, nos ayuda a consolidar las relaciones comerciales con nuestros clientes en más largo plazo, es decir poder entregar arándanos al mercado todo el año o casi todo el año.

-¿Cuál va a ser, entonces, la ventana comercial de Cerro Prieto en arándano?

-El próximo año deberíamos estar iniciando cosechas en julio y terminar en mayo. Este año, vamos a hacer lo mismo, pero solo con envíos de prueba de enero a mayo.

-¿Cómo se va a mover este negocio en términos comerciales?

-Hay dos tipos de productores, los medianos o relativamente pequeños que tienen que generar alianzas con algún comercializador y están los que son relativamente grandes con la necesidad de tener un canal comercial determinado. No es una buena idea levantarte todas las mañanas y ver dónde colocarás 300 toneladas de arándano ese mismo día. Entonces, lo que estamos haciendo es integrarnos y formando alianzas con comercializadoras de fruta que tienen variedades patentadas. De esa forma, tendremos la opción de usar algunas variedades y comercializar esa fruta a través de las alianzas. Queremos tener un par de alianzas de ese tipo. Ya tenemos una con Hortifrut y vamos camino a forma una segunda [de la cual aún prefiere no dar nombres]. Y un tercer camino que estamos desarrollando es mediante variedades con la Universidad de Florida, para entrar directamente al mercado.  Este es un proceso más largo de tres o cuatro años y recién estamos comenzando.

Situación de la campaña de palto

“Tenemos que trabajar para madurar la fruta en destino, como lo hacemos en Europa, y llegar al consumidor con una mejor calidad”, comenta Lira como una respuesta a los precios bajos con lo que se encontró la palta peruana versus la mexicana en el mercado de Estados Unidos. Lo paradójico de esta historia es que cayó la oferta mexicana y los precios al consumidor estuvieron arriba, menciona.

La caja de 11,2 kilos de palta en EE UU ha llegado a cotizarse entre US$70 y US$80, pero a la fruta peruana se le pagó entre US$30 y U$35 por caja. “Cuando no hay fruta, uno piensa que igual te van a comprar la fruta por similares precios, pero han pagado muy por debajo. ¿Quién se queda con el diferencial?”, cuestiona.

El menor valor de la fruta peruana es porque los compradores aducen una mala experiencia del consumidor. “Ocurre que cuando llevas fruta al supermercado, el cliente se lleva la palta y espera a que madure y de repente madura con el interior negro, cuando gastaste US$2 o US$3 por pieza”, señala. En el caso de Europa, la fruta llega y se madura en cámaras de etileno. “Entonces, cuando va a una góndola encuentras paltas para comer hoy día, para comer mañana, para comer en dos días, para comer en cuatro días y así están indicado”, explica.


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