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Las estrategias de Don Ricardo para un riego eficiente y sostenible

Reducir el aporte de agua a los cultivos es una estrategia que no se realiza de la noche a la mañana. En Agrícola Don Ricardo, conscientes de las dificultades del agua en Ica, pusieron en marcha un programa que ha dado frutos, pasando de 14.000 m³/ha/años en sus huertos de uva de mesa, a menos de 8.000 m³/ha/año, logrando además una huella hídrica en uva de mesa de unos 450 litros/kg, por debajo del promedio nacional.

11 de Abril 2025 Óscar Miranda
Las estrategias de Don Ricardo para un riego eficiente y sostenible

En sus más de 1.500 ha, Agrícola Don Ricardo desarrolla una gestión integral del agua, con enfoque en la oferta y en la demanda hídrica. Foto: ADR.

Agrícola Don Ricardo es una de las empresas que ha puesto el agua en el centro de su política de desarrollo sostenible. Pionera y líder en el cultivo de uva de mesa en Ica, ha sido reconocida en múltiples ocasiones por su compromiso con la sostenibilidad, por sus esfuerzos en medir y reducir su huella hídrica y por las estrategias innovadoras que ha implementado y que han logrado una reducción significativa en el consumo de agua para el cultivo de la vid, sin comprometer la calidad y la productividad.

“Para nosotros, el agua es el eje central de la sostenibilidad”, dice Edgar Ollachica, subgerente de Recursos Hídricos y Fertilización de la compañía. “Nosotros tratamos de usarla de manera responsable porque sabemos que es vital preservarla para las próximas generaciones. En un contexto de cambio climático, en el que el agua es cada vez un bien más escaso, la gestión de las empresas es fundamental. Y, además, hay que sumarle a eso que, en un mundo globalizado, los consumidores están cada vez más informados y exigen productos que sean responsables con el cuidado del recurso”.

SENSORES PARA MONITOREAR EL ACUÍFERO EN TIEMPO REAL

Dentro del ámbito de sus más de 1.500 hectáreas (ha), de las cuales más de 1.000 están ocupadas con uva de mesa, Don Ricardo viene desarrollando una gestión del agua que es integral, con un doble enfoque: una gestión de la oferta hídrica y también de la demanda.

Ollachica explica que la gestión de la oferta se realiza por medio de un centro de monitoreo y control de las fuentes de agua, situado en un punto estratégico del área de influencia de las operaciones de la compañía, entre el Valle de Ica y las Pampas de Villacurí. Ese centro de control –indica– opera con un sistema de telemetría, que permite recopilar, procesar y transmitir información a distancia, a través de tecnología GPRS, la que se analiza en una plataforma web. El centro tiene cuatro pilares fundamentales: visualización, monitorización, cuadro de mandos y operación inteligente.

Uvas de Agrícola Don Ricardo
La agrícola tiene màs de 1.000 ha de uva, principalmente Sweet Celebration. Foto: ADR.

“Con la visualización, yo puedo ver cada punto de automatización, que puede ser una fuente de agua, como un pozo, un reservorio o una fuente de captación de agua superficial. Puedo ver cuál es la ubicación de cada punto, cuáles son los documentos y licencias emitidas por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y cuál es el algoritmo de operación de cada punto. En base a esos datos, esas fuentes de agua se encenderán o apagarán automáticamente”, señala.

El segundo pilar es el monitoreo en tiempo real de los puntos de automatización, para detectar la ocurrencia de cualquier evento. El especialista en recursos hídricos señala que en el caso del acuífero del Valle de Ica, el monitoreo es permanente. “El 85% de nuestro consumo de agua viene de pozos subterráneos; por eso, es importante monitorear el nivel del acuífero. En cada pozo tenemos piezómetros y sensores de presión y otros dispositivos que permiten detectar si, por ejemplo, la bomba [de extracción] está con la dosificación correcta de lubricación y/o si la temperatura de la misma está dentro de los parámetros de operación, etc.”, dice.

EL SISTEMA DECIDE DE FORMA AUTOMÁTICA CUÁNDO PRENDER LOS POZOS

En el cuadro de mando se generan los indicadores de la operación. Ollachica señala que el sistema de control tiene un modo de operación automática, que puede tomar decisiones sin intervención humana a partir de los indicadores de cada punto de automatización.

“¿Qué pasa si se va la energía en el punto de entrega y distribución del agua ? ¿Qué pasa si sucede algo con la bomba? ¿O si no hay lubricación, saldo de agua en el régimen de explotación de las licencias de agua, etc.? Pueden haber diversos factores que condicionen la normal operación de cada punto de automatización. Lo que hacemos en los cuadros de mando es generar esos indicadores de operación y algoritmos en cada punto: cómo se ha comportado el pozo, cómo ha operado, en qué momento, cuántas horas, volumen extraído … Básicamente, me permite gestionar la oferta en estricto cumplimiento de las licencias de agua emitidas por la Autoridad Nacional del Agua. Y también me permite realizar los mantenimientos preventivos, al generar datos como el número de horas/máquina que ha operado, etc”, indica.

Esa capacidad para decidir de forma automática qué fuentes de agua utilizar en qué momento, durante cuánto tiempo y con qué volumen, es lo que en Don Ricardo denominan operación inteligente. “El sistema, de manera automática, decide qué pozos prender, con un determinado orden lógico, tomando como prioridad el menos coste por metro cúbico”, explica.

Riego Agrícola Don Ricardo
El sistema de control tiene un modo de operación automática que puede tomar decisiones, como el encendido de pozos, de forma automática. Foto: ADR.

En principio, el primer factor que se toma en cuenta para activar un punto de automatización es la vigencia de las licencias de la ANA. El otro factor importante es el abatimiento, que es la diferencia entre el nivel estático y el nivel dinámico del agua dentro del pozo cuando está en funcionamiento. “Los pozos que se prenden primero son aquellos en los que el abatimiento es menor, a mayor abatimiento, el coste por metro cúbico es mayor; esos son los últimos en prenderse”, dice.

El objetivo central del sistema de control –subraya– es mantener la capacidad de almacenamiento de los reservorios al 100%, lo que significa que la oferta de agua debe tener siempre la capacidad de cubrir la demanda de los cultivos en cualquier momento.

50% DE LAS AGUAS SUPERFICIALES QUE SE CAPTAN SE INFILTRAN EN EL ACUÍFERO

El centro de control también permite activar el uso de aguas superficiales. Según Ollachica, en los últimos años, el consumo de aguas superficiales se ha incrementado, hasta constituir actualmente el 15% de la demanda de sus campos de cultivo. Un factor que les permite captar estas aguas es su ubicación privilegiada, entre el río Ica y el canal de La Achirana. Además, Don Ricardo cuenta con un permiso de superávit, que otorga la ANA, que habilita a la empresa y a otros usuarios a usar las aguas superficiales en períodos de avenida como riego complementario, entre enero y abril, para evitar que se pierdan en el mar, y solo después de que todos los usuarios del valle han cubierto su demanda.

Edgar Ollachica Agrícola Don Ricardo
Edgar Ollachica, subgerente de Recursos Hìdricos y Riego.

La compañía tiene tres puntos de captación de aguas superficiales, en cada uno de los cuales hay un reservorio que tiene un doble propósito: almacenar agua para el riego e infiltrar las aguas al acuífero. “Por ejemplo, en el fundo La Máquina tenemos un reservorio con capacidad de 20.000 m³ en el que todo el talud está cubierto por una membrana impermeable, pero el fondo no tiene esa membrana, lo que permite la infiltración”. Según precisa, el 50% de lo que captan se usa para riego y el otro 50% se infiltra en el acuífero.

La operación inteligente del sistema de control cuenta con algoritmos que disponen que en periodos de superávit se priorice el uso de aguas superficiales para el riego en lugar de las aguas subterráneas.

SONDAS DE CAPACITANCIA PARA DETERMINAR EL VOLUMEN DE RIEGO

En cuanto a la gestión de la demanda hídrica, Edgar Ollachica señala que hay tres preguntas centrales: ¿Cuándo regar? ¿Cuánto regar? Y ¿Cómo regar? “Parece simple de definir, pero en realidad es un tema complejo”, dice. Porque para calcular el volumen exacto de agua que requieren los campos, consideran una gran diversidad de datos. En principio, la evapotranspiración (ET) y el coeficiente de cultivo (Kc). Pero, también, el déficit de presión de vapor (DPV), que es un parámetro que ha cobrado mucha relevancia en la producción de uva y arándano, así como los grados-día acumulados (GDA), otro indicador muy útil, una variable relacionada con la velocidad de crecimiento y desarrollo de los estados fisiológicos de la planta y, por lo tanto, también con sus necesidades hídricas.

Sonda de capacitancia de Agrícola Don Ricardo
Los especialistas usan sondas de capacitancia para medir la humedad del suelo

Una herramienta clave que usan para determinar el momento y el volumen de riego son las sondas de capacitancia, explica. Se trata de sensores que miden el contenido de humedad en el suelo de manera precisa y en tiempo real. Gracias al software incorporado, permiten integrar en el equipo la información de datos climáticos, salinidad y riego en el momento y también como información histórica, lo que facilita a los técnicos corregir sus estrategias de riego. “Me permite tomar decisiones informadas, me permite hacer periodos de riego en mini estrés. Puedo estresar de tal manera a la planta sin comprometer el rendimiento productivo y comercial”, dice Ollachica.

Diversas pruebas realizadas por los agrónomos de Don Ricardo los han convencido de que propiciar estos períodos de mini estrés hídrico en momentos específicos de la fenología del cultivo produce fruta con mejores atributos de calidad y mejores rendimientos. El subgerente de Recursos Hídricos dice que para monitorear estos períodos, además de sondas de capacitancia, los especialistas utilizan sensores de medición directa de estrés hídrico.

MULCH PLÁSTICO Y COBERTURAS LOGRAN UN AHORRO DE AGUA DE ENTRE 10 Y 20%

Para ahorrar agua en sus cultivos de uva, el equipo de riego cuenta con una serie de herramientas, como mulch plásticos, que reducen la pérdida de humedad en el suelo y ayudan a mantener una humedad más estable en la zona radicular. También coberturas plásticas, en algunas variedades, que les permite acortar la fenología del cultivo en al menos 15 días, lo que se traduce, entre otros beneficios, en un ahorro de agua. Según Ollachica, con los mulch plásticos consiguen un ahorro de entre 10 y 15% y con las coberturas, un ahorro de alrededor de 20%.

Su sistema de riego tiene un controlador, desde donde el cual se pueden programar la cantidad exacta de agua y fertilizante. Se trata de un sistema de riego presurizado, de doble manguera y distintos caudales, que, con la doble manguera, posibilita tener una mayor amplitud del bulbo y, en consecuencia, un mayor estanque de agua. “Al tener un bulbo más ancho, se consigue una mejor relación de planta-agua-suelo”, explica Edgar Ollachica. Y añade que les permite ahorrar agua, porque si tuvieran un sistema de una sola manguera, el bulbo se haría más vertical y necesitarían usar más agua para lograr el estanque adecuado.

El especialista refiere que trabajan con distintas compañías especializadas en agricultura de precisión que a través de imágenes satelitales, imágenes aéreas tomadas con avioneta y usando herramientas de IA, les ayudan a identificar escenarios de estrés biótico, abiótico e hídrico, cubriendo sus 1.500 ha de cultivos. “Con una precisión de 30 centímetros, me permite identificar las necesidades de cada planta y sus problemas potenciales. Por ejemplo, me ayuda a detectar las zonas donde se puede estar regando menos o más y de forma inmediata corregir el coeficiente de uniformidad de riego, microfugas de agua, de manera indirecta zonas pedregosas o suelos pobres para aplicación de materia orgánica de manera dirigida. Todas estas prácticas al final se traducen en un ahorro de agua”, finaliza.

LA HUELLA HÍDRICA MÁS BAJA DEL VALLE DE ICA
14.000 m³/ha/año era el promedio de agua que entregaban al cultivo hace unos años.

7.500/8.000 m³/ha/año es la dotación de agua que hoy en día entregan al cultivo de uva de mesa

400/450 l/kg es la huella hídrica de Agrícola Don Ricardo, por debajo del promedio nacional, que es de 581 l/kg. Según Edgar Ollachica, es la huella hídrica más baja en todas las operaciones agrícolas del Valle de Ica.

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