El eslabón que une la investigación y las necesidades de la industria
Los ‘hubs’ han servido para construir puentes entre el trabajo científico de centros de investigación y universidades, y los requerimientos del sector privado, en un sentido bidireccional, ya que preparan y asesoran a los científicos para que puedan enfrentarse ante inversionistas, así como también han generado instancias exploratorias con las necesidades del mercado.
Por Miguel Patiño
Chile desde hace muchos años tiene el desafío de avanzar y consolidarse hacia una sociedad de conocimiento, que permita el desarrollo de pequeñas empresas con potencial. Las ganas siempre estuvieron, sobre todo desde las universidades y centros de investigación, pero faltaban las redes y caminos hacia los recursos que pudieran echar a andar esos emprendimientos científicos, que muchas veces se terminaban diluyendo en etapas tempranas.
Es por esto que desde hace no más de una década los ‘hubs’ nacieron en el país para apoyar los desarrollos y todo la I+D que se genera en las universidades y centros de investigación del país, para que finalmente vean la luz y tengan un impacto a nivel global.
Un diagnóstico que realizó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que detectó las capacidades de investigación y buenos resultados de investigación en nuestro país, descubrió que no estaban teniendo impacto en la sociedad, no formaba parte de otras innovaciones ni se estaba capturando valor en nuestro país. A raíz de ello, nacieron oficinas de transferencia tecnológica en el país en 2010, que en su momento peak alcanzaron a ser 29 oficinas y cinco años más tarde nacía la nueva política pública, con financiamiento de Corfo, para llevar el conocimiento generado en Chile al siguiente nivel.
Fernando Venegas, gerente de transferencia tecnológica de KnowHub, señala esta instancia apunta a generar estos polos que hoy existen como ‘hubs’ de transferencia tecnológica, que reúnen a distintas universidades, con uno de los objetivos o propósito iniciales de generar una masa crítica, generar ciertas economías de escala y mejorar los procesos de comercialización, principalmente a nivel internacional, de los proyectos que salen de las universidades.
KnowHub, nació en 2018, reúne a once universidades concentradas en el centro sur del país, destacando la Universidad de Chile, Universidad Católica del Maule, Universidad del Biobío, Universidad de Los Lagos y el INIA. Otro de los hubs que habita el ecosistema chileno es APTA hub, que se ha transformado en un importante actor al contar con cerca del 45% de todo el I+D que se genera en Chile, y sus principales socios son la Universidad Técnica Federico Santa María y la Universidad de Concepción, que están entre las instituciones que más patentes producen en Chile.
DINAMIZADORES
No son incubadores de proyectos nuevos, ni aceleradores de los mismos. Tal vez la mejor etiqueta que les viste es la de dinamizadores para proyectos que nacen de la investigación, y no necesariamente de emprendedores.
De acuerdo a Venegas, de KnowHub, las razones por las cuales la tecnología en Chile no se transfiere en el mercado no tienen que ver con una mala investigación de base o porque la patente esté mal construida, sino que muchas veces “el problema está mal identificado”, aludiendo a que muchas veces los investigadores identifican un problema, pero nunca le han preguntado a Industria, o nunca ha comunicado de qué manera lo está resolviendo de forma alternativa, entonces ocurre que cuando ya tienen la solución, recién ahí se acercan a las empresas.
La idea de los hubs es quebrar ese esquema y generar instancias tempranas de acercamiento, para precisamente dinamizar las innovaciones, de forma bidireccional.
“Lo que hacemos nosotros es tratar de sacar un poco el investigador del laboratorio, en etapas muy tempranas en el desarrollo, y que empiece a vincularse con la empresa por los desafíos, pero de primera fuente, sin decirle a empresas o inversionistas, “acá te traigo la solución”, explica Venegas.
Desde APTA Hub, Francisco Rodríguez, agente de transferencia tecnológica, detalla en ese sentido que hacen estudios para identificar la empresa correcta para cada innovación. “En términos simples, la transferencia tecnológica puede sonar a un término simple, pero conlleva mucha gestión y su vez facilitar el entendimiento de la tecnología y también entender a la compañía de que esto es un negocio, que no es un proyecto o un co-desarrollo”.
La búsqueda de interesados de los proyectos científicos, llamados potenciales licenciatarios, es una de los trabajos que realizan los hubs, así cómo incentivar que estos negocios -que vengan de la academia o que sea parte también de un emprendimiento de base científica-, busquen escalar y llegar a un nuevo nivel.Y eso incluye, aunque suene gracioso, “muchas veces “apoyar a traducir los proyectos, a explicarlas de mejor manera, para que las propuestas de valor sean claras y para que el resto tenga claro también que va a ganar”, comenta Rodríguez.