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Aumentó participación en China:

Las razones que llevaron a Santina a ser la ganadora en la última campaña de cerezas

Las complejidades climáticas -un verano más frío y un invierno más cálido de lo habitual- tuvieron efectos positivos en algunas variedades y negativos en otras, en una ecuación que terminó por coronar a esta variedad temprana del fruto como la ‘gran ganadora’ de la temporada.

18 de Mayo 2022 Equipo Redagrícola
Las razones que llevaron a Santina a ser la ganadora en la última campaña de cerezas

Por Miguel Patiño A. y Rodrigo Pizarro Yáñez.

Fue una campaña de sorpresas y aprendizajes. Así podrían resumirse las experiencias que vivió junto a los productores con quienes trabaja el ingeniero agrónomo y asesor especialista en cerezos, Walter Masman. Con la temporada 2021/22 ya finalizada, “esta concluyó bastante bien”, afirma el experto, sobre todo en términos de precios para los productores de fruta temprana. “Es, tal vez, una de las buenas temporadas que hemos tenido en los últimos años para estos casos, exceptuando los problemas logísticos de fruta que se cosechó más tarde”, dice.

Walter Masman, asesor.

Sin embargo, esta campaña fue un viaje que no estuvo exento de turbulencias y complicaciones. Los principales problemas que vivieron los exportadores vinieron del lado de la logística y de la congestión en los puertos de China, que sigue siendo el principal mercado de arribo de la fruta chilena. Y, si bien hubo ciertos retrasos, la fruta que arribó antes del Año Nuevo Chino (ANC), lo hizo en buenas condiciones. “En general, hubo muy buenos calibres, fruta sana y con buena firmeza. No tuvimos grandes episodios de lluvias, salvo aquellas que sí se registraron en el sur, y que afectó a una fruta que se cosecha en el mes de enero. La tónica de esta temporada es que hubo fruta consistente”.

Ver artículo “Tres grandes exportadoras de cerezas analizan las lecciones que dejó la última campaña”.

Dentro de las sorpresas que se registraron destacaron, sin duda, los resultados que dejó la variedad Santina, una de las más enviadas a China durante la temporada, en desmedro de la fuerte caída que tuvo Lapins, la variedad con más superficie plantada en Chile, pero que registró problemas productivos que terminaron impactando en la temporada en general.

“Si miramos los resultados, probablemente la variedad reina este año es Santina. Sus liquidaciones a la fecha (alrededor del 20 de febrero) son extraordinarias”, destaca Masman. “A los chinos les gusta mucho Santina, la reconocen, y así como en las zapatillas hay marcas, ellos entienden a esta variedad como una ‘marca’. De hecho, la buscan, porque creen que es una buena marca”.

CLIMA, EL FACTOR CLAVE

Entre las circunstancias que impactaron ya sea positivamente o negativamente en los rendimientos de las diferentes variedades de cereza que se producen a lo largo de casi todo Chile (desde las regiones de Coquimbo hasta Los Lagos), tal vez la variable que tuvo un mayor impacto fue el clima.

“Creo que lo que ocurrió con Lapins y Santina esta temporada es netamente por un factor climático”, afirma con sorpresa, porque una variedad como Santina tiene menores rendimientos productivos, si se la compara con otras variedades. Pero esta campaña, en campos que asesora Walter Masman, y que solían cosechar entre 8 y 10 t/ha, por anomalías climáticas, esta campaña saltó a 15 t/ha hacia arriba. “Fue el año del destape de Santina”, sostiene el asesor, quien atribuye este repentino ascenso productivo a diversas condiciones climáticas que se arrastran desde finales de enero del año pasado, cuando ocurrieron las fuertes lluvias que afectaron a la zona central del país.

La otra cara de la moneda fue Lapins, donde ocurrió todo lo contrario, porque la productividad de los campos bajó comparada con años anteriores, donde los productores estaban acostumbrados a producciones de 20- 25 t/ha. Sin embargo, este año, esos mismos campos obtuvieron producciones de 16 t/ha o menos, que, “aunque sigue siendo un número bueno, es una baja importante”, advierte Masman.

Esas precipitaciones de enero de 2021, que tuvieron duras consecuencias para los productores de uva de mesa, vinieron asociadas a una importante baja de temperatura. De acuerdo a los registros, tras las lluvias hubo 21 días de temperaturas bajas, es decir, gran parte del mes de febrero fue un mes más bien frío. “Probablemente con esta condición climática de temperatura a la baja, los árboles pudieron entrar de buena forma al receso o dormancia”, sostiene el experto, destacando que esto generó que muchos árboles llegaran menos estresados a la temporada, y sin esas altas temperaturas que, en general, llegan hasta mayo y que mantienen vegetando a los árboles, dificultando el proceso de dormancia.

“Luego de que los árboles entraran en receso de muy buena manera, se registraron temperaturas cálidas desde fines de mayo en adelante. Eso podría haber provocado que los árboles probablemente despertaran antes”, detalla Masman, sobre una característica que se vivió durante la postcosecha, y que ocasionó diferentes realidades a nivel productivo, que terminó beneficiando a una variedad como Santina.

“Hay un tema fisiológico que es más bien rebuscado, pero importante: Santina tiene un comportamiento que, durante el receso, si es que no la acompaña una buena calidad de frío, pero sí buenas temperaturas (calor) a la salida del receso, termina anulando ese déficit de frío”, explica el asesor, sobre un requerimiento de calor tras la dormancia que es sumamente relevante, que se expresa en algunas variedades, entre ellas, Santina. Todo lo anterior generó un círculo virtuoso para la variedad, que gatilló buenos resultados productivos y, por ende, mejores precios que en temporadas anteriores.

UN AÑO COMPLEJO PARA LAPINS

El éxito de Santina tuvo, por otro lado, el año duro que vivió Lapins, con producciones muy por debajo a lo que estaban acostumbrados los productores, registrando caídas en todas las zonas productivas. No fue la única porque otras variedades con bajos requerimientos de frío como Brooks y Royal Dawn, tuvieron el mismo problema. Los precios de la fruta se mantuvieron porque, si bien Chile tuvo una leve alza productiva, esta estuvo muy por debajo de la proyección de 80-85 millones de cajas que se había hecho al inicio antes de iniciarse la campaña.

¿Qué pasó entonces? De acuerdo al experto, toda variedad que inició antes de lo debido su proceso de despertar, dadas las condiciones climáticas de mejores temperaturas, tuvieron mayores porcentajes de pérdidas. A ello se sumó el hecho de que se debió hacer frente a algunos episodios de heladas que se registraron en la zona central. Esto no solo ocurrió con Lapins, sino también con algunas variedades nuevas de programas genéticos que aún están en ‘test blocks’, que debieron enfrentar estas condiciones, registrando también pérdidas importantes por yemas muertas.

Expertos como Masman ya sabían que la del 2021/22 sería una temporada compleja para Lapins, ya que el número de primordios o número flores potenciales que registró junto con colegas y responsables de campos, era más bajo que los anotados en la campaña anterior. “Esto es algo que está relacionado con las producciones históricas de los años anteriores. “El reto para los responsables de los campos y para nosotros es saber si somos capaces de reponer lo que el árbol extrajo”, sostiene.

Pero no todo fueron malas noticias para Lapins: precisamente la menor cantidad de producción generó que la fruta cosechada alcanzara calibres “extraordinarios”, que compensaron algunos de los problemas que se generaron.

El desafío se da entonces tras esta última cosecha, porque los productores deberán entender bien cómo se deberá manejar el árbol de cara a la nueva temporada, en caso de que se repitan condiciones similares. “Si bajo estas condiciones de regulación de carga, tú finalmente llegas al objetivo de tener fruta de muy buena calidad, o sea, de muy buenos calibres, de muy buena firmeza, de muy buenos azúcares, eso hace que finalmente tu fruta esté en un umbral más alto y sea una fruta mejor pagada”, explica.

Virus vegetales, talón de aquiles de Santina

Si bien la temporada de Santina fue una positiva sorpresa para la temporada, también dejó un detalle que pasó más bien desapercibido.

Grandes eventos deportivos y cumbres políticas aumentaron las medidas de seguridad en el gigante asiático y, con ello, las inspecciones minuciosas y muestreos a los cargamentos de lo que entraba a China, con control estricto de virus. Y con puertos ya atorados por la crisis logística, se sumó la detección de virus vegetales entre cerezas (prunus necrotic y plum pox virus), principalmente en la variedad Santina. De acuerdo al experto, esto significó que muchas exportadoras comenzaron a instalar laboratorios en sus plantas de packing, para detectar antes la presencia de estas enfermedades restrictivas para el ingreso a China.

BUENA PROYECCIÓN PARA LA CAMPAÑA 2022/23

Tras dos temporadas pasadas muy distintas en exigencias, la temporada que viene es probable que se pueda enfrentar “con árboles más descansados, hablando de Lapins particularmente”, afirma el asesor, sobre árboles que estuvieron bajo las producciones esperadas. Por lo tanto, un árbol que trabajó y quedó con reservas desde antes, tendrá un mayor potencial de tener más primordios y un mayor porcentaje de flores. “De esta forma, tendrá una mayor probabilidad de mayores cuajas”, precisa y llama la atención a los cereceros del país, porque la próxima temporada podría ser “muy potente”, dice, sobre todo porque hay miles de hectáreas plantadas en 2019 que entrarán con producciones comerciales a fines de año.

“Si a lo anterior le sumamos que la producción de estos árboles, que vienen con esta condición de descanso, se va a ir todo para arriba. El desafío va a ser cómo enfrentamos la próxima temporada”, advierte Masman, destacando que la clave será la estrategia y programa de manejos agronómicos que se le entregue a los huertos, con foco en que el próximo Año Nuevo Chino es el 22 de enero (a diferencia del 2022 que fue el 1 de febrero), lo cual implicará cosechas más tempranas, y eventualmente problemas similares a los de este año, aunque mucho antes.

El desafío se da entonces tras esta última cosecha, porque los productores deberán entender bien cómo se deberá manejar el árbol de cara a la nueva temporada.

El primer objetivo parece más que claro: tener fruta y apostar a la mayor cantidad de primordios por dardos en los centros frutales. “Para que eso ocurra necesito que mi árbol esté trabajando de manera eficiente, con buena fotosíntesis, bien iluminado, bien nutrido, bien regado, y de ahí lo que viene en adelante, los análisis y la entrada a receso de buena forma, relativamente temprano, ojalá a mediados de mayo con un porcentaje importante de hoja caída, favoreciendo también que el árbol no tenga condiciones de estrés ni problemas de riego”, detalla.

Y en caso de que se proyecte mucho vigor, el experto apunta a analizar cuáles serán los métodos de regulación de carga. “En variedades de alta cuaja, deberemos podar muy bien, fuertemente, y probablemente después tendremos que hacer otra regulación a nivel de dardo para ajustar la carga. Todo ese tipo de manejo creo que va a tender a darse mucho”, principalmente por lo que pasó con los rendimientos de la temporada recién pasada y las altas expectativas para la que se avecina.

Una temporada con más fruta en el mercado doméstico

Como nunca en las ciudades de Chile, durante el periodo de verano, hubo mucha cereza a la venta principalmente en ferias y carritos en zonas populares. Y de hecho, muchos de estos frutos tenían características espectaculares. ¿Qué pasó que de repente hubo disponibilidad de cereza de exportación en el país? De acuerdo a Walter Masman, mucho de esto tiene que ver con una suma de factores, entre la compleja logística mundial para exportaciones, las complicaciones en puertos chinos por falta de mano de obra, y el estricto control de virus. “Este año la exigencia fue mayor”, señala. Por lo mismo, es probable que muchos productores por miedo a perder sus envíos, prefirieron dejar la fruta acá.

SABER LEER EL FACTOR DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Haber tenido un verano más frío y un invierno más cálido tuvo un impacto relevante en cómo se comportó la temporada que recién pasó. Sin embargo, este comportamiento del clima puede seguir impactando a futuro y con ello, las decisiones de inversión que puedan tomar los agricultores.

“Es importante tener una lectura del cambio climático”, señala Masman. En ese sentido, recomienda seguir modelos más dinámicos para llevar las horas frío, y no esquemas tradicionales o rígidos, entendiendo que Chile cada vez registra inviernos más cálidos. “Esto es importante tomarlo como parte del análisis, partiendo por la temporada que viene, porque si los productores analizan bien las proyecciones, se pueden tomar decisiones como adelantar las aplicaciones de cianamida”, comenta el asesor. “Esto sin duda es parte también del aprendizaje”, complementa.

A largo plazo, sin duda esto también tendría un impacto en las decisiones de las empresas y agricultores. “Cada vez las condiciones de invierno son más suaves en la zona central, y con eso tienes una menor calidad de frío”, precisa. Y quizás por ello es que un productor de Lapins de la Región Metropolitana puede que haya tenido un menor rendimiento que un productor de la Región del Maule. “Eso, sin duda, puede generar que productores comiencen a buscar zonas de producción hacia el sur, pero tempranas”, proyecta. A esto además hay que agregar las complejidades que han debido afrontar los productores de la zona centro norte y central, por la sequía que afecta al país desde hace más de una década.

Otro punto importante en términos de decisiones de inversión tiene que ver con que gran parte de los proyectos de cerezo apuntan a cosechas tempranas, y aquí el experto desmitifica que la temporada se ordene cronológicamente de norte a sur. “En Villaseca o Cauquenes, al sur de Linares, muchas veces se cosecha antes que en Buin. También en zonas en Santa Cruz se registran condiciones más tempranas que Quillota”, gráfica. Si este mismo análisis se realiza para una variedad como Santina, la diferencia con producciones de Ovalle, tendrían solo unos días de diferencia con otras zonas del sur.

“Si alguien quiere buscar un lugar para cerezo, es mejor empezar por la zona centro-sur, ya que en la zona central ya hay complicaciones”, recomienda el asesor.

Walter Massman en un día de campo, con productores de Linares, en febrero de este año.

¿DECLIVE DE LAPINS?

Las decisiones de inversión para nuevas superficies o aquellos productores que quieran hacer un recambio varietal, seguramente tendrán que apostar por variedades tempranas de programas de mejoramiento genético o incluso Santina, que acaba de tener una buena temporada. “Lapins, que sigue siendo la variedad más exportada del país, parece quedarse atrás”, advierte.

¿Hay demanda por plantar Lapins? “Prácticamente nada”, dice Masman. Mucho de eso tiene que ver, de acuerdo al experto, con las supuestas ‘fake news’ de contenedores de cerezas con trazas de Covid-19 el 2021, al inicio de la pandemia, que significó un desastre logístico y muchas cerezas -y dinero-, perdido.

Ese momento además cuenta con la coincidencia del salto productivo que dio Chile en una temporada histórica donde el país creció un 35% en producción, pero el castigo que tuvo la cereza por no poder venderse “fue muy potente, y los productores acusaron recibo”, señala Masman. Y Lapins fue una de las principales perjudicadas, junto a Regina.

“Antes, cuando los productores partían un proyecto, plantaban 70% de Santina y 30% Lapins, porque está última era ‘la caja chica’. Hoy eso ya no se ve”, comenta, aunque advierte que, como todo ciclo de éxito en la vida, es probable que tal como ya pasó con Lapins -que en su momento reemplazó a Bing-, muchos productores harán reconversión de proyectos por Santina y eso podría decantar en que el mercado se inunde de esta variedad.

Tras la cosecha, vienen de inmediato la estrategia de manejo de postcosecha, donde el suelo y el riego resultan claves en esta época.

“Hoy los productores se están yendo a Santina, fuertemente. El que tenía dudas de plantar más, va a ver las liquidaciones de este año y no va a dudar en poner Santina. Sin embargo, hay que tener cuidado con eso. Al consumidor chino le gusta la Santina, pero ¿qué volumen vamos a ser capaces de enviar? ¿Cómo se va a comportar el transporte en barco y aéreo? Son variables complejas en estos momentos post Covid-19”, explica.

Además, las secuelas por esa primera temporada de Covid siguen, porque de acuerdo al experto, una Lapins buena y con escalas de calibre “extraordinaria” -como una súper jumbo sobre 28mm-, comparado con una Santina o una Regina, hoy en China se castiga con varios dólares de diferencia. El experto recalca que las exigencias son cada vez mayores, y que el objetivo del mercado está sobre los 28-30mm para tener buenas liquidaciones, porque la competencia es alta y eso se refleja también en los precios.

Drosophila suzukii, con más fuerza en 2021

“Drosophila agarró mucha fuerza este 2021, pese a que los entomólogos, en general, señalaban que era difícil que llegara a la zona central, porque su hospedero principal -que son los berries-, no tienen tanta presencia en la zona. Pese a eso, las detecciones llegaron igual”, detalla Masman, agregando que los programas fitosanitarios deberán incluir una mayor aplicación de insecticidas, porque a diferencia de otros años hubo ataques importantes en la RM. “En general, se utilizaban diferentes programas fitosanitarios, para el sur y zona central, Sin embargo, a partir de este año es probable que el programa fitosanitario con insecticidas sea común para ambas zonas”.

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