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Las claves para una plantación exitosa de nogal

14 de Julio 2017 Equipo Redagrícola

¿Cuales son las claves para una plantación exitosa de nogal? Pablo Astudillo, de Vivero Angostura, empresa del grupo Anakena, enumera y analiza las limitantes que según su experiencia condicionan los bajos rendimientos promedio del cultivo del nogal en Chile. Esto, pese a que gran parte de las nuevas superficies –plantadas con mayor tecnología y variedades clonales– ya está en producción.

De acuerdo a información de Odepa y SAG, al 2007 había 14.700 ha plantadas con nogal, con una producción promedio de 1,4 toneladas por hectárea (t/ha). A partir de ese año se produjo un recambio varietal, reemplazando los huertos de semilla donde dominaba Serr. En las nuevas plantaciones predomina Chandler y se ha aumentado la densidad de plantación. Por lo tanto era de esperar que los rendimientos hubiesen empezado a aumentar. Pero al año 2011, con una superficie plantada cercana a las 30.000 ha, y tal vez más, el promedio de producción se ubicó en 1,2 t/ha.

¿Por qué los huertos nuevos no han empujado una mejora de los rendimientos?

Debido a la naturaleza de su trabajo, Astudillo recorre muchos huertos en la extensa zona nogalera, lo cual le permite formular que la más probable respuesta a esta pregunta se encuentra en los siguientes puntos críticos:

  • Determinación del sitio.
  • Preparación de terreno.
  • Elección de la planta.
  • Plantación.
  • Riego y fertilización.

El experto los desarrolló uno por uno. A continuación se sintetizan sus planteamientos.

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DETERMINACIÓN DEL LUGAR: CONSIDERE TODOS LOS FACTORES

El cultivo se ha desarrollado en gran diversidad de suelos y climas, desde la precordillera de Los Andes hasta cerca de la costa; entre la IV y la IX Región. Por ende, debe considerarse una variedad de dificultades que pueden presentarse

Napa freática alta. Es un problema para el desarrollo del cultivo del nogal en muchos lugares. Regando bien y usando camellones resulta posible superar la situación con éxito, pero corriendo un riesgo. “No hay barrera más impermeable al agua que el agua misma”, puntualizó Astudillo. El agua constituye una barrera física para una infiltración profunda del riego; e incluso al revés: por capilaridad la humedad sube.

Los contenidos de arcilla también son desafiantes para el cultivo del nogal. “En general si el análisis de suelo arroja más de 40% de contenido de arcilla, vea con su asesor la estrategia a desarrollar” aconsejó el viverista. No obstante, matizó, si se riega bien, el suelo arcilloso “es un amigo, por su extraordinaria fertilidad”.

Contenidos de sales en agua y en suelo. Algunos productores, cuenta Astudillo, se confían en que haciendo lavados o acidificando no tendrán problemas. Sin embargo, indica, ciertas sales requieren tratamientos distintos, como enmiendas con calcio o la incorporación de hierro. Por lo tanto, si el análisis de suelo revela una conductividad eléctrica superior a 2 milimhos (umbral de sensibilidad del nogal) se debe pedir un análisis de pasta saturada de sal para determinar el elemento que está afectando (cloro, sodio, bicarbonato, boro o sulfato, por ejemplo) y establecer el programa adecuado (ver recuadro de Óscar Miranda).

Horas frío y heladas. Se debe elegir una variedad cuyos requerimientos de horas de frío correspondan a las de la localidad, o bien establecer estrategias para suplir las horas de frío que podrían faltar. Además conviene asegurarse de que en la zona no ocurran heladas en el período de brotación de las plantas, estudiando bien sus etapas fenológicas y los registros climáticos.

Disponibilidad de agua. El nogal necesita bastante agua, por lo que hay que asegurarse de contar con el suministro necesario o bien implementar una estrategia de acumulación.

Cultivos anteriores. El nogal se comporta mal después de ciertas especies, por ejemplo, el propio nogal.

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PREPARACIÓN DEL TERRENO: SUBSOLADO IMPRESCINDIBLE

El terreno debe ser subsolado con maquinaria especial o con un subsolador tirado por un tractor, que funciona bien aun cuando tiene menor potencia. En los últimos años, indicó el charlista, el uso del tridente o “garra” ha ido en incremento. Prácticamente opera como un subsolador de tres puntas que se pasa en la sobrehilera y alcanza una profundidad de 1,2 m. “Es un trabajo caro, pero muy efectivo y yo diría que superior al sistema tradicional” estimó Pablo Astudillo.

El expositor llamó la atención sobre el hecho de que, pese a ser una especie de enraizamiento profundo, hay huertos que se establecen en suelos de 40 a 50 cm seguidos de una capa de piedras.

Otro aspecto a considerar en la preparación del terreno es la proyección del uso de maquinaria de cosecha (ver recuadro).

SIEMPRE EXIGIR PLANTAS DE BUENA CALIDAD

El boom de plantación ha provocado una gran demanda por plantas. A juicio de Astudillo el peor escenario se presenta con la improvisación. Buscar el material con apuro aumenta la probabilidad de no encontrar lo deseado y constituye la causa principal de una indeseable heterogeneidad. Las consecuencias son un pobre crecimiento, irregularidad, replantes constantes, entrada tardía en producción, plantas que no llenan el espacio y de rendimiento insuficiente.

“En la compra exija calidad siempre”, propone como norma el viverista: “aunque tenga la presión por plantar, no transe en ningún caso la calidad de las plantas. Es clave en el éxito del negocio”.

La alta demanda ha atraído a oferentes poco confiables. “Hay de todo: desde muy buenas plantas, de viveros serios, y este otro tipo de personas circulando”, advierte el profesional. Sugiere al agricultor buscar información para responder a las siguientes preguntas sobre su proveedor:

–¿Qué procedimiento siguió para elegir el terreno del vivero?

–¿El año pasado tuvo plantas de nogal o efectúa una rotación?

–¿Cómo previene enfermedades?

–¿Hay un aseguramiento varietal? No se arriesgue a encontrar al cabo de algunas temporadas que las plantas no corresponden.

–¿Se hacen fumigaciones de suelo?

–¿Qué patrones ofrecen? Aquellos obtenidos de semilla presentan gran disparidad. El vivero debiera garantizar que los patrones correspondan a una misma variedad, ojalá la mejor en combinación con su injerto. Visite huertos para comprobar los resultados obtenidos.

–¿Cuál es el sistema de riego y su control? Humedades disparejas inciden en las enfermedades.

–¿El manejo post arranca incluye limpieza de heridas e inmersiones en productos específicos?

–¿El vivero tiene inscripción SAG?

Además de revisar los antecedentes de quienes le aportan la genética que determinará el potencial de su huerto, revise las plantas.

Las raíces deben ser abundantes y estar libres de enfermedades al igual que el resto de la planta.

Hay diferencias de categorías; una planta de 40 cm de longitud de injerto puede resultar exitosa siempre que no se cometan errores; una con 2 m exigirá un menor esfuerzo y otorgará un margen mayor.

RECOMENDACIONES IMPORTANTES EN PLANTACIÓN

El transporte de las plantas tiene que ser cerrado. Es un buen indicio de la calidad del vivero el que no le permita irse con las plantas sin carpa.

Renovar los cortes de las heridas naturales de las plantas resulta un procedimiento deseable.

Aunque lo perfecto sería plantar apenas llegado el material del vivero al huerto, cuando se trata de miles de unidades no es posible hacerlo tan rápidamente. Entonces hay que barbechar las plantas en el campo porque la raíz no está preparada para resistir la deshidratación o el frío.

La planta ha de caber bien en el tamaño del hoyo. El cuello y las primeras raíces debieran quedar de 8 a 10 cm sobre el nivel del suelo (ver foto), a resguardo de quedar en contacto con el agua de riego o lluvia, cuya acumulación se asocia a ataques de Phytophthora.

 

Tabla de plantación en que la planta se ubica en el centro. Los tacos de 8 cm en los costados hacen que el cuello y las raíces queden sobre el nivel del suelo.

Pablo Astudillo recomienda apisonar las plantas; con cuidado, para no dañar las raíces. Luego aconseja hacer una taza, regándola con unos 15 litros de agua a fin de bajar la tierra y dejarla bien en contacto con la raíz. Posteriormente, aporcar encima.

En general las plantas se venden con 1,5 m a 2 m de altura, o más, y pareciera lógico aprovechar este crecimiento aportado por el vivero. Pero sucede que la pérdida de raíces al arrancar la planta la deja en desequilibrio. Por tanto es necesario despuntarla para equiparar la parte aérea con la zona radicular.

RIEGO: LO QUE NO SE MIDE NO SE PUEDE CONTROLAR

De acuerdo al expositor, a veces se da una idea equivocada sobre las necesidades de agua del nogal. “Más de un productor me ha preguntado por el recambio a nogal, porque está en una zona que tiene dificultad para regar otras especies. En realidad es un cultivo de alta demanda, cercana a los 8.000 m3 por temporada de riego. Eso es más parecido a un frutal convencional que a un olivo o a un almendro”. Por añadidura, detecta un escaso uso de herramientas para el control de riego y en consecuencia son pocos los que hacen bien esta práctica (ver recuadro sobre riego).

Demasiado a menudo se piensa que con la línea de gotero ya no hay problema. Sin embargo, por ejemplo, mangueras mal ubicadas no entregan el agua donde la planta la demanda, pudiendo funcionar mucho peor que un buen riego por surco.

La clave está en medir, registrar y sacar conclusiones de los datos para establecer los requerimientos de agua, ya sea mediante tensiómetros, calicatas, la bandeja, etc.

Estos registros son baratos, de fácil uso y ahorran muchos problemas, solo requieren ser disciplinado. “Lo que no se mide no se puede controlar, y lo que no se puede controlar no se puede mejorar”, argumentó (ver fotos).

 

A la izquierda, brotes y yemas achaparrados, con entrenudos muy cortos: la planta no ha crecido, por problemas de riego. A la derecha, la planta se ha recuperado producto de un buen riego basado en el monitoreo, registro y análisis de la información. La misma cantidad de yemas ahora se espacia con entrenudos largos, la planta expresa su potencial y ocupa el espacio disponible para alcanzar producciones sobre las 5 toneladas/ha.

ÓSCAR MIRANDA:

TRES ASPECTOS DE UN RIEGO EFICIENTE EN NOGALES

Óscar Miranda, gerente de Irriland, docente y miembro de la Asociación Gremial de Riego y Drenaje (Agryd), dio a conocer el sistema de capacitación de regadores y técnicos de esta última organización. “Mientras los sistemas implementados en Chile para riego tecnificado son de última generación, existe una gran falencia en el manejo, en particular en las competencias laborales de la gente que lleva a cabo esta práctica”.

Entre los aspectos técnicos que abordó el charlista, señaló que un gran problema de los productores de nogales en zonas que han sufrido de sequía, como la V Región, es no lograr salir del invierno con el suelo en condición de “estanque lleno”. Los equipos de riego, explicó, están condicionados para reponer consumos de 8 a 10 mm, no ese déficit de humedad que puede superar los 200 mm. “Tenemos que hacer como los agricultores de Copiapó: empiezan a llenar el estanque en el invierno”, advirtió.

Coincidió con el diagnóstico de problemas productivos causados por salinidad en nogales, planteado por Astudillo (ver texto del artículo). Respecto de los lavados, apuntó, “en casos de acumulación de sales importantes en la zona de raíces, se deben hacer con una carga de agua grande. Pero si la situación es solo potencialmente peligrosa, se puede manejar en forma preventiva a través del riego. Un agua que tenga 1 milimhos por cm, está trayendo del orden de 1,3 gramos por litro. Si no llueve eso significa una acumulación de cerca de una tonelada de sal por temporada. No colapsamos porque afortunadamente todavía llueve”.

PARA MECANIZAR LA COSECHA NO BASTA COMPRAR LAS MÁQUINAS

Rafael Barahona, gerente comercial de Tecmain agro, efectuó una presentación sobre el sistema californiano de cosecha en nogales, almendros y avellanos, además de otras opciones de mecanización en distintas etapas del proceso.

Resaltó la necesidad de preparar el huerto para la mecanización desde el proyecto inicial, considerando la distancia de plantación y la formación de las plantas (ver fotos) para posibilitar el desplazamiento y operación de las máquinas.

El sistema californiano básicamente considera un remecedor, un barredor, un recogedor y carros. Un aspecto determinante para su funcionamiento es la nivelación del suelo, que se debe mantener año a año. Este tipo de máquinas exige una superficie libre de piedras, que las rompen y significan costosas reparaciones.

Rafael Barahona estimó para 100 hectáreas la necesidad de remecedor, dos barredoras (son más lentas respecto de los otros componentes) y un recogedor. Con una producción de 5.000 kg/ha, calculó el costo de operación más depreciación a 5 años en $75,7 por kg. Con una depreciación a 10 años la cifra baja a $50,7/kg.

Hizo hincapié, en todo caso, en analizar cuidadosamente los aspectos logísticos, porque “no se saca nada cosechando 4 a 5 hectáreas al día si no se tiene la capacidad de transportar y procesar esa fruta”.

También revisó la opción de máquinas side by side. Prácticamente no se utilizan para nogales en EE.UU., según indicó, pero se adaptan en Chile a huertos no preparados para el sistema californiano. Los valores del equipo side by side se sitúan en torno a US$220.000, y los del autocargable en unos US$60.000.

Pablo Astudillo

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