Campaña de arándanos en Perú: del temor al alivio
De ser un producto prácticamente desconocido en el Perú una década atrás, los retos que ha superado han sido variados y multidimensionales. La última campaña 2023- 2024 no ha sido la excepción. A pesar de ello, el arándano y en especial sus exportadores han demostrado resiliencia y adaptabilidad.
El principal condicionante de la última campaña ha sido el factor climático. El Fenómeno El Niño, con sus altas temperaturas y fuertes precipitaciones en la costa norte, afectó fuertemente la capacidad productiva de esta fruta durante la campaña 2023/24, que comenzó en mayo del año pasado y concluyó en abril del actual.
Los efectos de este fenómeno climático —el primero de relevancia que experimentó el arándano peruano— se manifestaron de varias formas. Para empezar, las excesivas precipitaciones han provocado un gran estrés hídrico en los campos y grandes problemas de drenaje. Además, la infraestructura de transporte se vio gravemente comprometida, generando dificultades tanto en las operaciones logísticas (abastecimiento y movimiento del personal) como comerciales (despachos). Las altas temperaturas también afectaron gravemente los procesos de desarrollo del fruto, además de volver más complicado el control de plagas por el favorable clima para su desarrollo.
A pesar de todo esto, la producción peruana demostró cierta resiliencia. Si bien no se contó con el volumen habitual, en su mayoría las empresas prosiguieron con sus operaciones productivas y sostuvieron cierta estabilidad a lo largo de la campaña. Además, esta última temporada ha generado importantes lecciones a los exportadores para confrontar futuras situaciones similares, lo cual es muy probable pase más seguido de lo que se cree.
Uno de los principales aprendizajes de este tipo de eventos es que no es local. Estos fenómenos climáticos suelen tener un alcance mucho mayor. Gran parte de los competidores directos del Perú sufrieron condiciones muy parecidas, con efectos igual de complejos. Las condiciones climáticas adversas redujeron la producción en regiones clave en todo el mundo, en especial en México, Chile y Estados Unidos. Esto generó una menor oferta global. Asimismo, esta situación hizo que el posible impacto en los menores volúmenes exportados por el Perú se mitigara con el incremento en el precio promedio obtenido. Sin producto disponible, los mercados no tuvieron problemas para pagar, en promedio, 68% más por el arándano peruano que en la campaña previa.
Otro aprendizaje fue que la diversificación de mercados juega un papel importante, incluso si son plazas pequeñas, pues en conjunto estos nichos pueden limitar el efecto de las fluctuaciones en la demanda de compradores tradicionales. Destinos como Israel, Jordania y los Emiratos Árabes se mostraron como alternativas parciales a los ya tradicionales como Norteamérica y Europa. Estos mercados emergentes ofrecen oportunidades significativas para los productores peruanos, quienes pueden capitalizar la demanda creciente de productos frescos y de alta calidad en estas regiones.
Además de estos destinos, se pudo recuperar a Rusia como mercado, el cual estuvo prácticamente desactivado durante la anterior campaña por su complicada situación geopolítica. La reactivación de la plaza rusa ha sido posible gracias a los esfuerzos diplomáticos y comerciales para superar las barreras impuestas. Tanto la diversificación como la recuperación de mercados clave han sido cruciales para mantener la estabilidad de las exportaciones peruanas de arándanos en un contexto global desafiante.
EVOLUCIÓN DE LAS EXPORTACIONES PERUANAS
La presentación más comúnmente exportada de arándano por parte del Perú fue como fruta fresca, representando el 98% del total, mientras que otras presentaciones como congelados o conservas prácticamente no existieron, por lo que aún hay un espacio para un incremento de oferta. En ese contexto, las primeras proyecciones para la campaña anterior apuntaban a un crecimiento del 20% en volumen. Sin embargo, con las primeras precipitaciones, estas primeras expectativas se fueron descartando.
Al cierre de la campaña, se había exportado 228 mil toneladas de arándano fresco. Esto significó una caída del 23% en volumen que, gracias al mayor precio recibido, se transformó en US$ 1,880 millones, es decir 29% más de lo obtenido en la campaña previa. Con ello, el arándano no deja de crecer desde que empezó su cultivo, pero esta es la primera vez que el crecimiento se da por precio y no por volumen. Algo que cae muy bien, pues cada año el aporte del volumen es más limitado por la constante caída de los precios ante la consolidación de más competencia.
El precio jugó un papel crucial, pero a la vez dejó flotando una interrogante importante: ¿no será que existe una mayor disposición de pago por parte de la demanda de lo que tenían contemplado los exportadores? La escasez del producto demuestra que la colocación del mismo se podría dar de manera más eficiente, aprovechando las fluctuaciones de oferta alrededor del mundo y la búsqueda de nuevos mercados. Algo que redundaría en mejores precios.
La nueva campaña que se acaba de iniciar empieza con grandes expectativas. Se espera que ahora que el Perú cuenta con un clima más estable y con una ola de frío atravesando la región, la producción de arándano se normalice. Claro, también la del resto de países, con excepción de Chile, que enfrenta problemas más estructurales.
En el caso del Perú, la actual proyección es que para esta campaña 2024-2025 se exporte cerca de 300 mil toneladas de arándanos, alrededor de 32% más que la campaña anterior. Ello, impulsado también por la incorporación de nuevos campos que recién están entrando a su fase de producción para la exportación.
Más difícil es proyectar el valor exportado, ya que el precio suele también estar ligado a la fluctuante demanda y a la estrategia comercial de los competidores. Sin embargo, considerando el comportamiento histórico tanto del comercio peruano como de los competidores, es probable que el precio ceda ante la mayor oferta. A pesar de ello, la caída del precio no impediría que el Perú genere un nuevo récord.
La actual proyección de Fresh Fruit es que el valor exportado por el Perú alcance los US$1,990 millones, 6% mayor a la campaña 2023/24. Y si se tratara de un mineral, esto lo dejaría muy cerca de las exportaciones de los grandes productos mineros, peleando el tercer lugar con el zinc.
RESULTADOS GEOGRÁFICOS CONSISTENTES
Los Estados Unidos fue el principal destino para los arándanos que produce el Perú. Las nuevas amenazas fueron el constante crecimiento de México y Colombia en esta plaza. Sin embargo, las mismas condiciones climáticas que redujeron la oferta peruana también lograron volver discreto el crecimiento de esos exportadores al mercado norteamericano.
El mayor competidor en este mercado continúo siendo Chile. Sin embargo, su campaña se vio incluso más reducida de lo que ya se está haciendo costumbre, aumentando la escasez general en esta plaza y permitiendo la subida de los precios. Debido a esto, el Perú cerró la campaña 2023-2024 con cerca de 128 mil toneladas por un valor de US$1,101 millones. Esto significó una caída del 20% en el volumen, pero con un crecimiento del 44% en el valor. Esto gracias a que el precio aumentó en 79%, promediando un precio FOB de US$ 8.57/kg.
El desabastecimiento también se sintió en el Viejo Continente. Sin embargo, mucho de los nuevos espacios fueron ocupados por los envíos sudafricanos, que se hicieron sentir. Esto, combinado con los problemas de paso en el Canal de Panamá, generó que el Perú no aprovechara del todo esta región que mostraba altos precios.
En ese contexto, los despachos cerraron en 64,373 toneladas por un valor de US$ 493 millones. Esto significó una caída del 29% en volumen, pero con un crecimiento del 15% en el valor. Un resultado bastante destacable considerando el aumento de casi el 61% en el precio promedio durante la última campaña