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Complejo Agroindustrial Beta

Agroexportadora peruana avanza con proyecto piloto de cerezas y se prepara para realizar un primer envío a China

El proyecto piloto que emprendió hace tres años Complejo Agroindustrial Beta, firma que comercializa espárragos, arándanos, uva, palta y cítricos, está por dar sus primeros frutos. En octubre la compañía enviará una muestra de cerezas producidas en Perú al gigante asiático. Si todo va de acuerdo a lo previsto, la fruta se incorporaría a la cartera comercial de la compañía y en el mediano plazo se podría empezar un plan más agresivo de expansión. Si bien se comprobó la adaptabilidad del cerezo al suelo iqueño, el siguiente paso es comprobar si los rendimientos productivos son los proyectados.

13 de Mayo 2021 Equipo Redagrícola
Agroexportadora peruana avanza con proyecto piloto de cerezas y se prepara para realizar un primer envío a China

Miriam Romainville Izaguirre

La agroexportadora peruana Complejo Agroindustrial Beta avanza a paso firme en su proceso de diversificación de portafolio que pasa por incorporar nuevas especies, variedades y distribuir sus campos en la costa norte y costa sur del Perú. “Este año vamos a tener cereza en Ica”, manifiesta Lionel Arce, gerente general de esta firma, conocida por ser la segunda exportadora de espárragos frescos a nivel nacional y por comercializar arándanos, uva de mesa, palta, granada y cítricos.

El proyecto piloto para comercializar cerezas inició hace tres años en Ica, a unos 280 km al sur de Lima, sobre un área de 12 hectáreas (ha). Se optó por el valle iqueño debido a las condiciones favorables que ofrece para los cultivos, como un microclima óptimo con diferencias en las temperaturas y características del suelo propicias. “Estamos en la última fase del proceso de desarrollo. Todo apunta bien”, manifiesta, tras indicar que al menos otras diez agroexportadoras peruanas estarían haciendo ensayos con cerezas.

La variedad que se viene ensayando en Beta es Lapins. Se trata de una variedad de estación media-tardía, que en Chile se cosecha entre la última semana de noviembre y las dos primeras de diciembre. Su principal ventaja es que es autopolinizante, además tiene un menor requerimiento de horas frío que otras variedades y un mayor potencial productivo. El fruto de  Lapins tiene un color rojo oscuro, un buen sabor y una adecuada firmeza. En el caso de Ica, la recomendación es que estas variedades sean puestas sobre un patrón vigoroso como es Colt.

Desde un inicio Beta ha contado con la asesoría de un consultor de Chile, país que tiene a la cereza como un producto clave de exportación y que en la temporada 2020/21 concretó envíos por 352,930 toneladas, según el Comité de Cerezas de Chile de la Asoex. “En Perú no hay conocimiento técnico sobre la cereza. Desde que hemos sembrado la planta hasta que la hemos trabajado hemos tenido asesoría”, remarca Arce.

A PUERTAS DEL PRIMER ENVÍO PILOTO

La expectativa de la agroexportadora peruana respecto a la primera cosecha es positiva, ya que en el valle iqueño se ha tenido experiencias positivas previas con otras especies. El cerezo ya se pudo establecer en el valle, lo que falta por confirmar es si los rendimientos son los proyectados. “Tenemos el área, tenemos el agua, tenemos la condición, tenemos el manejo, ahora falta que el clima haga lo que tenga que hacer”, precisa.

La compañía se ha trazado como objetivo realizar en octubre próximo el primer envío piloto de cerezas a China, el cual se concretará a través de la vía marítima. Adicionalmente, tienen previsto realizar pruebas también en Arequipa. Sin embargo, para poder dar el paso decisivo y pasar a una operación comercial será fundamental evaluar cómo se adapta el cultivo al suelo.

El proceso de adaptabilidad en Perú debe estudiarse de forma seria y responsable. Según Arce, “por eso, decir que ya vamos a comenzar con un plan masivo de siembra de cereza sería poco serio de mi parte”, aclara el gerente general de Beta, compañía que hace unos años desistió de avanzar con ensayos sobre la frambuesa por limitantes en acceder a plantas debido a problemas fitosanitarios. “La frambuesa es una fruta muy delicada y nosotros necesariamente requerimos un volumen o un área mínima. El proyecto era para 100 ha y nunca pudimos hacer más de 3 ha”, añade.

La cautela de la agroexportadora responde también a un reconocimiento de que existen factores exógenos que pueden influir en la decisión de inversión. Debido a que incursionar en un nuevo cultivo demandaría una gran inversión, se busca analizar aspectos como las características de la producción, el acceso a recurso hídrico y el contexto político. Este último factor se ha vuelto relevante no solo por la nueva ley agraria, sino además por la incertidumbre que existe respecto a quién ganará la segunda vuelta, proceso en el que se elegirá al próximo presidente y vicepresidente del Perú.

“Que digas después de las elecciones no va a haber un país no es cierto, pero las condiciones pueden cambiar. Las plantas van a estar, pero ¿qué acciones vamos a tomar después de eso [las elecciones]? Eso vamos a tener que verlo con calma porque son inversiones grandes y no queremos equivocarnos”, afirma el ejecutivo, quien agrega que por el momento la cosecha de cereza es corta, dura entre cuatro a cinco semanas aproximadamente.

EL OBJETIVO ES APROVECHAR LAS VENTANAS COMERCIALES

De lo que sí hay certeza es de que la cereza representa una gran oportunidad comercial para la industria peruana, ya que es fruto altamente demandado en Europa y Asia y existirían ventanas comerciales. La expectativa de quienes vaticinan que la cereza podría ser el próximo ‘boom’ de la industria frutícola es que se apunte a la ventana comercial de octubre, es decir, cuando no hay cerezas en el ninguna parte del mundo, justo antes de la campaña chilena.

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