21 de enero, el jueves negro de la cereza chilena
Ese día marcó un antes y un después en la campaña 2020/21 de la cereza chilena en China. La divulgación de noticias falsas de que habían encontrado trazas de Covid-19 en envases de fruta nacional, causó un remezón nunca antes visto en la industria cerecera. Fueron cinco días en que las ventas se desplomaron y los precios cayeron. Tras eso, todo volvió a los cauces normales, en una temporada donde se comprobó que China es un mercado que puede seguir absorbiendo grandes volúmenes de fruta ‘premium’. Para nadie es un misterio que aún hay espacio para seguir creciendo en ese mercado.
Rodrigo Pizarro Yáñez
Hasta el 21 de enero, todo marchaba como se había proyectado. Los embarques de cerezas con rumbo a China habían salido sin contratiempos y arribado al mercado en buenas condiciones, aunque hubo algunos problemas. Si bien las primeras semanas hubo menos fruta, eso trajo consigo mejores precios, que se tendieron a estabilizar antes de fin de año, aun cuando eran levemente superiores a la temporada 2019/20. Cuando llegó el primer cargamento marítimo, había desabastecimiento y con el segundo los precios empezaron a caer, panorama que continuó hasta las fiestas de fin de año. Hasta antes de ese declive, y como relata Juan Pablo Zapico, de Río King, “los precios marchaban bien, y los de la fruta que había sido enviada vía aérea estaban mejor que los de la temporada anterior”, añade. Todo marchaba normal, hasta el 21 de enero.
21 DE ENERO, EL DÍA DEL DESPLOME
Ese día, y coincidiendo con un foco de Covid-19 en Shanghai, en las cercanías de People Square, supuestamente se encontraron trazas de Covid-19 en el embalaje externo de cajas de cerezas en un mercado terciario de Wuxi. Y, rápidamente comenzó a divulgarse una noticia que segundo a segundo era amplificada por las redes sociales.
Las ‘fake news’ de frutas contaminadas con Covid-19 fue un tema negativo y complejo que sorprendió a la industria nacional de la cereza, ya que la demanda prácticamente cayó a cero. “Aquellos contenedores que habían llegado previamente ya habían sido abiertos y separados, sufrieron un efecto muy negativo en términos de precio, porque de un día para otro, los consumidores dejaron de comprar cerezas”, explica Gonzalo Matamala, gerente general para China y Asia Pacífico de Giddings Fruit. “Quedó más que claro el poder de las redes sociales y la información que se viraliza en segundos en esas plataformas, influenciando y cambiando percepciones y hábitos de consumo”, complementa Zapico.
Concretamente, el impacto fue negativo, ya que, según las estimaciones, se dejaron de vender entre 1.300 y 1.500 contenedores esos cinco días en que se vio paralizada la actividad comercial en China. Asimismo, y de acuerdo a encuestas, “se estimó que el 70% de los consumidores encuestados dejaron de comprar cerezas, principalmente porque eran reacios a tomar cualquier tipo de riesgo”, cuenta el representante de Río King.
Tras ese primer momento, hubo una reacción de parte de las empresas que tienen sede en China, de las exportadoras e importadores, en el sentido de difundir noticias positivas al mercado chino. “Hay que destacar que, a pesar de lo ocurrido, la industria en su totalidad (wholesaler, mayoristas, tiendas de frutas y plataformas ‘on line’) se mantuvo unida, manteniendo en todo momento a la cereza en los anaqueles, promoviendo también activamente las ventas”, añade Juan Pablo Zapico.
Este complejo escenario paralizó el mercado chino por cinco días, caracterizándolo por precios bajos y volátiles. “El accionar de la Asoex y el Comité de Cerezas fue clave para revertir la situación e impulsar nuevamente el consumo, con el consenso generalizado de que lo principal era reestablecer el movimiento de fruta”, explica el representante de Río King. Junto a lo anterior, también se fueron reactivando de forma ascendente los precios de las cerezas. “Sin embargo, fue bastante irregular porque subía y bajaba, sin un patrón claro y sin que pudiésemos realizar una lectura adecuada de por qué subía y por qué bajaba”, cuenta Matamala.
“En la semana 4 había stock que había quedado atrás con evolución negativa en la calidad y condición, lo cual comenzaba a distorsionar el mercado. No obstante, una vez que los precios tocaron piso, donde bastante fruta se vendió bajo RMB 100, la caja de 5 kg en la semana 5, lo que favoreció a la limpieza de los ‘stocks’. Para fines de esa semana el mercado comenzó a experimentar un repunte en los precios, ya que los compradores se comenzaban a aprovisionar de fruta para enfrentar el Año Nuevo Chino. A eso se sumó que la liberación de los contenedores desde los puertos estaba muy lenta debido a un déficit de choferes, lo cual mantuvo la oferta ajustada”, analiza Zapico.
Para nadie es un misterio que este incidente del 21 de enero afectó, aunque de manera temporal, la imagen, la percepción y el consumo de cerezas en China. Se trató de un traspié temporal, y ejemplo de ello es la buena situación comercial que tuvieron frutas como los arándanos, nectarines y ciruelas post Año Nuevo Chino, concuerdan los entrevistados.
CHINA ES CAPAZ DE ABSROBER GRANDES VOLÚMENES DE CEREZAS
Sin duda, la temporada 2020/21 hay que dividirla en dos: antes del incidente de la supuesta fruta con Covid-19 y después de este. Los expertos concuerdan que, pese incremento productivo que hubo esta campaña, y si no hubiese habido un incidente como el que ocurrió, “claramente China habría absorbido perfectamente todo el volumen chileno de cerezas”, sostiene Matamala. “Eso nos debe dejar tranquilos y debe ser nuestra guía para el futuro”, añade, en el sentido de que los consumidores chinos son capaces de absorber el gran volumen de cerezas nacionales.
UN CRECIMIENTO MODERADO, CLAVE PARA MANTENER LOS PRECIOS
Juan Pablo Zapico advierte que, de ahora en adelante, la pregunta que se deben hacer los exportadores es “a qué precio hay que vender la fruta”. Y, si bien es complicado hacer un análisis en una campaña marcada por la pandemia, “un incremento significativo en la oferta de un año para otro, definitivamente tendrá incidencia en los precios. Un incremento del volumen entre un 10 y 15%, anual y constante a través de los años, en mi opinión, debería de ser el punto de equilibrio para mantener los precios”, subraya.
Pero, como ocurre en todo orden de cosas, de una situación negativa hay que sacar la parte positiva. Y esta, para Gonzalo Matamala está dada porque, “si bien los precios bajaron a valores históricos, clientes que no consumían cerezas en China sí lo pudieron hacer este año por primera vez”, subraya y añade que quizás la industria chilena de la cereza ganará parte de esos consumidores en la próxima campaña, ya que volverán a comprar cerezas nacionales. “El desafío nuestro está en poder mantener y recuperar precios, quizás no iguales al del año anterior, pero sí en un rango de lo que fue esta temporada. De ahí, poder ir construyendo hacia arriba nuevamente los precios de la cereza”, proyecta. Para las empresas del sector es innegable que se ha ganado un grupo de consumidores que antes no se tenía, sobre todo en un año donde se envió más frutas a ciudades del interior del país.
AÚN HAY ESPACIO PARA SEGUIR CRECIENDO
Pero, ¿hay espacio para seguir creciendo en China? “De no haber ocurrido el incidente, el mercado hubiese absorbido todo el volumen”, sostiene Matamala, aunque advierte que la producción chilena ha tenido altas tasas de crecimiento, que podrían afectar en algún momento al consumo. “Creo que los crecimientos debieran ser un poco más moderados, de manera que nuevos canales, nuevos consumidores, nuevas formas de consumo y nuevas formas de ventas comiencen a consolidarse para poder absorber todo este volumen de fruta”, agrega, sobre un mercado que sigue y seguirá prefiriendo fruta de calidad ‘premium’. “Aquella fruta de ‘Cat 2’, que sí se está enviando a China, no creo que tenga tanto futuro en la medida que haya más fruta. Incluso nos juega en contra tener fruta ‘Cat 2’, porque nos hace bajar el precio al cual queremos llegar. En mi opinión personal, trataría de concentrarme solo en fruta ‘premium’”, sostiene el gerente de Giddings Fruit.
CONSUMIDOR CHINO, DAN EL SÍ A LA FRUTA LOCAL
En un 2020 marcado por la pandemia del Covid-19, y a diferencia de campañas anteriores, este, según Matamala, “ha sido año un irregular, y China ha sido un mercado bien complejo de leer este año”. Sin embargo, el consumo de fruta se mantiene alto. “Los chinos son bastantes consientes de los efectos positivos de incorporar frutas en su dieta”, confirma Zapico. Tanto así, que en diferentes rubros (nectarines, arándanos y ciruelas) la fruta chilena ha mostrado un buen desempeño.
No es la única, ya que Perú ha tenido un muy buen comportamiento durante la campaña 2020/21, “principalmente en arándanos y también en la palta, que tuvo buenos precios”, confirma Matamala.
Una tendencia que se ha acentuado es que el consumidor chino está prefiriendo cada vez más la fruta local que, a diferencia de lo que ocurría hace una década atrás, ha incrementado en calidad. Y es que ese protagonismo de la fruta producida en China ha ganado más adeptos, gracias a que los productores locales han mejorado la parte técnica, de infraestructura y de manejo agronómico con el fin de obtener frutas de calidad. “Se han incorporado nuevas áreas de producción como Yunnan, que extiende la oferta de la parte temprana de la temporada, principalmente de la uva de mesa y arándanos, y más recientemente de las paltas. Entonces, para algunos productos importados la ventana se acorta, debido a un mayor traslape con fruta doméstica de calidad excepcional. Sin embargo, las frutas importadas siguen teniendo una gran importancia y protagonismo, principalmente en contra estación a la oferta doméstica”, explica Juan Pablo Zapico.
Gonzalo Matamala lleva doce años viviendo en China y en todo este tiempo ha sido testigo privilegiado de la evolución de ese país como productor de frutas de calidad ‘premium’. “Hoy en día, hay fruta de gran calidad y eso será un desafío para quienes compitan con la fruta china en la misma ventana comercial. Pienso en los cítricos, no así en la cereza, donde tienen mucho que mejorar la calidad, el desarrollo varietal y la disponibilidad. Pero sí en cítricos, y será un desafío para productores y exportadores de Turquía y Uzbekistán, por ejemplo”, precisa.
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Retos para la exportación de cerezas
Juan Pablo Zapico identifica los siguientes retos de futuro:
Covid-19: “Esperemos que los programas de vacunación controlen el Covid-19 en el mundo antes que comience la próxima temporada de cerezas, si no es así el riesgo en la comercialización incrementa, sobre todo cuando en China es invierno, donde hay una población temerosa con respecto al Covid-19 y un gobierno que toma medidas más drásticas. Sin lugar a dudas, la industria estará mejor preparada para enfrentar un escenario adverso como ese”.
Comercio: “Otra tendencia es el posicionamiento de la marca a nivel de consumidor final y una menor dependencia en el ‘wholesaler market’, cosa que no es fácil en un mercado tan atomizado y con tantos actores. Sin embargo, las ventas en plataformas ‘on line’ y ‘streaming’ seguirán creciendo”.