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Roberto Vargas, presidente de ProArándanos

“Vamos a seguir creciendo, pero no al ritmo de las campañas anteriores”

¿Qué le falta a la industria peruana del arándano? La consolidación definitiva. La última campaña fue récord, con envíos que superaron, en valor, los US$590 millones. Asegura el presidente de Proarándanos, Roberto Vargas, que el crecimiento continuará aunque de manera menos intensa. Y si bien los márgenes del negocio se tenderán a ajustar, la ventaja de Perú es su ventana comercial, que hoy es más extensa, predecible y de buenos arribos.

18 de Julio 2019 Equipo Redagrícola
“Vamos a seguir creciendo, pero no al ritmo de las campañas anteriores”

Director de Agrícola Santa Azul, donde producen y exportan arándanos, y de Agrícola Norsur, donde hacen lo propio con mandarinas, Roberto Vargas asumió el año pasado la presidencia de ProArándanos, la asociación de productores de arándanos del Perú. Con más de 6.800 ha cultivadas (7.500 ha totales), los asociados de esta institución representan el 95% del total de la producción peruana de arándanos.

Vargas afirma que el gran crecimiento de la pasada campaña será el más importante que tendrá este cultivo. “No creo que vuelva a tener esa crecida porcentual ni de volumen”, asegura.

–¿En qué basas tu pronóstico?

–En la campaña 2017/18 se exportaron 48.000 toneladas. En la campaña 2018/19, de julio a marzo, las exportaciones llegaron a 78.000 toneladas. Ese es un incremento de casi 62% y no creo que volvamos a tener un incremento porcentual tan fuerte porque el crecimiento en áreas se ha moderado. La campaña pasada creció mucho porque entraron muchas áreas nuevas de segundo año, de ahí el mayor crecimiento.

–¿El negocio seguirá siendo rentable cuando, como se pronostica, en 2021 haya 12.000 ha de cultivo?

–Es complicado saberlo y también asumir que con más volumen los precios deberían caer, ya que la demanda sigue creciendo. Pero lo que si veo en el Perú es que, a diferencia de otros orígenes, cuenta con una ventana bastante larga. Nuestras cosechas comprenden casi nueve meses del año, a diferencia de otros orígenes, donde las cosechas bordean los dos meses. Lo que puede saturar mercados es el volumen que se saca durante una determinada semana, Perú tiene una campaña bastante larga y las áreas agrícolas que tenemos como país, le permiten sacar la fruta en diferentes semanas. También contamos con buena diversificación de mercados. A esto hay que añadirle que la ventana es predecible, lo que permite ordenar mercados y programar ventas previo a la temporada. Muchas veces la falta de planificación y programas es lo que puede bajar el precio. Varias de las operaciones de Perú son grandes con una logística integrada de campo hasta punto de venta final.

DIVERSIFICAR LOS MERCADOS DE DESTINO

–¿A qué mercados debería apostar la fruta peruana?

–Los principales mercados de Perú son Estados Unidos y Europa. También China, que abrió hace dos años. Para este año, esperemos que se abra Taiwán e India, mercados interesantes para la campaña 2019/20. También estamos trabajando para, en un mediano plazo, abrir Corea y Japón, dos mercados muy interesantes.

–¿Es esperable que Perú se concentre solo en la ventana de septiembre-octubre?

–Como mencioné anteriormente, Perú produce desde finales de julio hasta marzo. Entonces, tiene una ventana bien amplia. En algunos sectores y dependiendo de las variedades y área geográfica, se puede atrasar o adelantar la fruta. Perú puede estar en los mercados con volúmenes considerables de septiembre a marzo.

–Especialistas dicen que un reto productivo es mejorar el sabor…

–En general el sabor del arándano peruano viene mejorando a pasos agigantados en las últimas temporadas. Conforme tengamos más experiencia en el manejo del arándano, se podrán usar diferentes técnicas agronómicas para la mejora del sabor. Pero, en general, viene mejorando campaña a campaña. En particular, dependerá del manejo de cada empresa y las variedades que se adapten mejor a cada área. A esto hay que sumarle la buena condición en destino de nuestra fruta, lo que permite a los clientes planificarse para poder vender la fruta sin problemas, y a los exportadores cumplir con sus compromisos de volumen.

CHAVIMOCHIC: UNA ZONA MODELO EN MANO DE OBRA

–Uno de los desafíos de la industria es la gestión de la mano de obra y la productividad de esta en época de cosecha, ¿cuál es tu opinión al respecto?

–Ese es uno de los desafíos que vamos a tener; y va a ser bueno para el país, pues se trata de emplear a más gente. En efecto, uno de los problemas del arándano es la cantidad de mano de obra que se requiere, que supera a la de cualquier otro cultivo a gran escala en el Perú. En ese sentido la zona de Chavimochic es un modelo de gestión de mano de obra.

–¿Cómo así?

–Por la manera en que han podido formar diferentes pueblos y ciudades alrededor de la agroindustria, creando empleo formal y mejorando la economía de la región y la calidad de vida de sus pobladores. Algo similar debería suceder en Irrigación Olmos conforme siga aumentando su producción de arándanos y otros cultivos.

SE APUNTA AL FRESCO, PERO PODRÍA CRECER EL CONGELADO

–¿Le ves futuro al negocio de los congelados?

–Hay una diferencia fuerte de precios entre fresco y congelado; la mayoría de la industria apunta enviar como fresco todo lo que tenga la calidad idónea. Pero el congelado debería crecer y con el incremento de volumen que hemos tenido esperamos que sea un negocio que crezca cada vez más y que más empresas se sumen a la exportación de arándano congelado. A futuro una parte importante de la producción nacional, entre el 5% y 20% por empresa, se podría destinar para congelado. Son volúmenes grandes.

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