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Decisivos para la producción moderna de uva de mesa

Una visión actual al uso y obtención de portainjertos de vid

¿Qué portainjerto usar? “No se trata de tomar lo que simplemente esté disponible en el vivero”, afirma el Dr. Ítalo Cuneo, investigador de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en Chile, sino que esta debe ser una elección planificada. La mayoría de los que se usan hoy en día en la industria global de la uva de mesa fueron obtenidos a inicios del siglo XX, pero hay una nueva generación de portainjertos que ya se están empleando, que podrían ser de utilidad para los productores nacionales.

22 de Diciembre 2020 Equipo Redagrícola
Una visión actual al uso y obtención de portainjertos de vid

Desde hace una década que el Dr. Ítalo Cuneo se dedica a investigar en su laboratorio el interfaz suelo-raíz, desde un punto de vista biofísico y químico, tratando de entender qué sucede en las raíces y, si es posible, encontrar alguna injerencia beneficiosa que se traduzca en una mayor productividad de la uva de mesa. Hace hincapié en que lo más indicado es el uso de portainjertos, aunque advierte que su elección no genera hoy en día tanta expectativa e interés como sí ocurre con las nuevas variedades de uva de mesa.

Hace diez años era recurrente que los productores de uva de mesa chilenos se preguntasen, ¿por qué usar un portainjerto? Una situación completamente diferente se vivió en Perú, porque productores del sur y norte del país asumieron desde un inicio que su uso era indispensable para el desarrollo de las plantas. Freedom y Harmony son dos de los portainjertos más usados por la industria global de la uva de mesa. Existen muchos otros, incluso varios en fase de experimentación, que tendrían un gran potencial para ayudar a que las variedades de uva de mesa expresen todo su potencial. En el listado de estas nuevas opciones destacan, según el especialista, GRN y RS, que además de ayudar en el control de nematodos o filoxera, también permiten a los productores a establecer huertos de uva de mesa en lugares que antes era imposible, como en suelos salinos o en zonas con incidencia de estrés hídrico.

LA ELECCIÓN DEL PORTAINJERTO

“No existe el portainjerto perfecto. Lo que hay son portainjertos mejores para determinadas condiciones”, afirma el Dr. Cuneo y añade que lo primero en lo que debe fijarse un productor es el tipo de suelo del huerto y si es que hay o no presencia de plagas, como nematodos e incluso cuál es la disponibilidad hídrica del huerto, “ya que hay portainjertos que podrían ayudar en ese tipo de situaciones”, subraya.

Para el experto, hay temas que se deben tener en cuanto al momento de decirse por uno u otro portainjero. La primera de ellas es la adaptación del injerto al ambiente, es decir, que su elección debe involucrar el tipo de suelo, sobre todo si es complejo o no en términos físicos y químicos, en cuanto a la escasez o exceso de agua, presencia de sales y resistencia de acidez e incluso la eficiencia en la absorción de nutrientes o el tipo de crecimiento de la raíz.

El segundo es el vigor, que es considerado el efecto más importante que tiene un portainjerto sobre la planta. Y el Dr. Cuneo advierte que, si se utiliza un portainjerto que favorezca en demasía el vigor, tendrá efectos en un mayor follaje y ocasionará una demora en el desarrollo de los frutos. “Uno de los grandes problemas con el uso de portainjertos en algunas zonas es que puede originar un vigor descontrolado, que no solo ocasiona problemas de fruta, sino que encarece todo el manejo, cuando la situación actual exige ser lo más eficiente en los costos de producción”, explica sostiene. Añade que la correcta elección de un portainjerto permite uniformidad a nivel de huerto y subraya que, en muchas ocasiones, la elección del portainjerto está dada por un criterio comercial, en la medida que se esté optando por uno que otorgue a la planta una característica de precocidad o retraso en la fecha de la cosecha, con el objetivo de manejar las ventanas comerciales que más acomoden.


LA DIVERSIDAD GENÉTICA DE LOS PARENTALES

El estudio de los parentales y portainjertos lleva a entender que la arquitectura del sistema radicular y la forma cómo la planta se nutre y toma agua es más complejo de lo que se suele pensar. “Este es uno de los tópicos a nivel científico más complicados de estudiar: los sistemas radiculares. Hay pocos datos que dejen claridad al respecto, pese a ser un punto importante en el desarrollo de la uva de mesa”, sostiene el especialista, tras indicar que existen algunos hechos claros sobre las características de los parentales de vid que dan origen a los portainjertos.

Por lo pronto, los parentales tiene tres centros de origen ubicados, el primero, en el medio oriente: Viníferay jacquemontii (lanata) que es la más comercial. Otro está en Asia con Amurensis, Davidii, Romanetii y 34 especies más. Y un tercero en Norteamérica, de donde provienen 30 especies, “pero el problema es que todas son interfértiles, así que podrían ser mucho menos en número”, precisa.

Desde una distribución geográfica, la Vitis riparia está distribuida desde Canadá, pasando prácticamente por todo el centro de EE UU y la costa oeste. Vitis rupestris cuesta encontrarla e incluso algunos dicen que está extinta, mientras que Vitis berlandieri, otro de los grandes parentales, crece en zonas calcáreas en Texas, en EE UU.  También hay otras especies que se han aprovechado poco como la Vitis californica que está presente en la costa oeste. “Esta no se ha explorado porque los programas de mejoramiento genético han puesto la puntería en la parte aérea, no en los portainjertos”, afirma el Dr. Cuneo.

La distribución amplia (desde Canadá a Texas) de Vitis riparia habla de una fisiología de fácil propagación detrás de este parental. Esta crece al lado de los ríos, especialmente, en suelos aluviales y por ello es que debe su nombre de riparia. Entre otras características tiene raíces superficiales, permite una planta de bajo vigor y adelanta la maduración de la fruta. Resiste bien a la filoxera y es susceptible a carbonatos.

En el caso de Vitis rupestri, que crece desde Texas a Tennessee, en EE UU, tiene un hábito arbustivo, raramente trepa y crece naturalmente en suelos rocosos y en surcos o lechos  de ríos,  donde las aguas suelen estancarse; lo que habla del comportamiento del sistema de enraizamiento de este parental. Induce vigor, pero no es muy tolerante a la sequía en suelos superficiales.

Algo parecido ocurre con Vitis berlandieri, que crece en Texas en suelos muy calcáreos con tendencia a crecer a profundidad, como un mecanismo de escape a procesos de sequías naturales. Es por ello que tiene una cierta tolerancia a las sequías. Sin embargo, según precisa el especialista, es difícil de propagar.

El Dr. Cuneo destaca también a Vitis champinii, que crece en suelos calcáreos y da origen a portainjertos muy importantes en uva de mesa. Se trata de un híbrido natural de V. candicans y V. rupestris. Según el experto, es relativamente difícil de propagar. Vitis girdiana y Vitis arizonica crecen en zonas con un estrés notable, sobre todo caracterizados por suelos muy salinos y en zonas desérticas muy secas. “Es decir, tenemos en los programas de mejoramiento genético la posibilidad de tener portainjertos que nos entregan la posibilidad de ampliar las zonas de producción donde existen situaciones de mayor estrés o déficit hídrico”, indica.

EL ESTUDIO DE LA ARQUITECTURA RADICULAR

El especialista destaca que existen diferencias en el ángulo de enraizamiento entre uno y otros parentales, que afectan el manejo productivo del riego y la nutrición y que deben ser tomados en cuenta seriamente por los responsables de campo. Por ejemplo, en el portainjerto 101-14Mgt existen muchas raíces principales finas con producción de muchos laterales, mientras que en 110R hay raíces principales que son gruesas con pocos laterales. Asimismo, el experto destaca que, si se observan las raíces de Ramsey, lucen un ángulo de profundización en comparación a V. riparia, que tiene raíces más superficiales.

“Independiente de lo difícil que ha sido el estudio de este tema con algunos trabajos que arrojan conclusiones muy tibias, efectivamente, cuando uno mira estas raíces pueden verse las diferencias: una Riparia con unas raíces fibrosas y con muchos laterales, versus a un Ramsey, que es un sistema que se usa mucho en el norte del Perú y en muchas zonas productivas, con un sistema radicular vigoroso, de raíz fina, con una dinámica de absorción distinta. Son aspectos que se deben tener en consideración a la hora de elegir el patrón”, explica.

Entonces, si uno se detiene en las características de estos parentales, los portainjertos relacionados a Vitis riparia adelantan la maduración y el follaje y permiten temporadas más cortas. Todo lo contrario ocurre con Vitis berlandieri, que tiende a atrasar la cosecha. Sin embargo, V. riparia es muy susceptible al tema de la sequía en comparación a V. berlandieri o  V. champinii.

En cuanto a los híbridos, los portainjertos con parental V. riparia, y parecidos a este, tienen generalmente raíces superficiales, un bajo vigor y son muy sensibles a la sequía. Por lo general, estos portainjertos en una situación de déficit hídrico, como ocurrió en la campaña 2019/20 en Chile, son tremendamente nefastos para la vid, subraya el Dr. Cuneo.

En el caso  V. rupestris, tiene sistemas radiculares profundos que tienden a explorar el suelo, con cierta tolerancia a la sequía. En este último punto, el investigador de la PUCV, señala que no se tiene claro si es una tolerancia o un modo de escape. “En algunos casos si podemos hablar de tolerancia o resistencia. En tanto, con V. berlandieri y otros parecidos, tienen sistemas radiculares profundizadores tolerantes a la sequía y que poseen un alto vigor”.

LOS PORTAINJERTOS MÁS COMERCIALIZADOS

La planilla de portainjertos disponibles en California es numerosa, debido a que se han preocupado de desarrollar una paleta importante para enfrentar distintas situaciones productivas. Allí, los portainjertos comerciales más difundidos son St. George, Salt Creek (Ramsey), 101-14Mgt, Freedom y Harmony, entre otros (ver cuadro 1).

Cuadro 1. Características de los portainjertos comerciales.

“En un listado de portainjertos comerciales, los más nuevos son Freedom y Harmony, de la década del sesenta del siglo pasado. El resto son bastante antiguos, de principios del siglo XX e incluso de finales del siglo XIX. Este es el desarrollo con el que se cuenta y que se ha utilizado durante mucho tiempo”, explica.

En Chile la tendencia es clara. Los más usados son Harmony (46% de ventas) y Freedom (con casi un 23%). “Ahora bien, muchas de las variedades nuevas de uva de mesa se están asentando sobre Freedom, debido a que tiene algunas características superiores a Harmony. Muy poco se está poniendo sobre Ramsey, aunque en Perú se utiliza en demasía esta variante”, indica el Dr. Cuneo.

Pese a ser un portainjerto interesante, el experto comenta que la 1103 P es poco utilizado y señala que 101-14 puede ser de gran utilidad en algunas condiciones. “En realidad, siempre hay que replantearse el portainjerto a utilizar e ir experimentando”, remarca.

Además, están los híbridos, que vienen de distintas especies y que pueden ofrecer ventajas únicas. “Algunos tienen mucha tolerancia a la cal o a la sequía. También hay diferencias en el vigor, que pueden beneficiar o no a la planta. Si hay un buen diseño a partir de la adecuada elección del portainjerto, se puede disminuir la estructura de costos. Los portainjertos tienen distinta capacidad de absorber nutrientes, relacionadas a las formas de las raíces. Claro que todo esto también dependerá de algo tan heterogéneo como es el suelo, pero siembre habrá una influencia sobre la variedad”, explica.

INVESTIGACIÓN ACTUAL SOBRE NUEVOS PORTAINJERTOS

El Dr. Andrew Walker es investigador del programa de mejoramiento genético de la Universidad de California y alguno de los portainjertos que ha obtenido, especialmente aquellos de la línea GRN (que van numerados del 1 al 15) ya están disponibles en Chile y estarían comenzando a ingresar a Perú. Todos provienen de cruzamientos de distintas variedades de Vitis y fueron específicamente seleccionados para la resistencia a Meloidogyne, Xiphinema y otros nematodos.

“Los GRN del 1 al 3 son altamente resistentes a los nematodos más importantes y también tienen diferencias en la profundidad del enraizamiento. Así, el GRN 1 es de enraizamiento profundo, en comparación al GRN 2 que aparentemente es más superficial en su arquitectura de raíces. Lo que está claro es que estos portainjertos están adaptados a suelos con problemas de nematodos, como puede ser el norte de Perú, Ica y algunas zonas de Chile. Son una buena opción para probarlos en campo”, recomienda el Dr. Cuneo (ver cuadros 2 y 3). El especialista refiere además que con GRN3 se pueden obtener altas productividades, comparadas con las que se pudieran obtener con RS3 y RS9, que podrían ser un poco menores.

Cuadro 2. Resistencia de los portainjertos grn 1, 2 y 3.
Cuadro 3. Características de portainjertos GRN 1, 2 y 3 y su resistencia a suelos altos y sequias.

Estos portainjertos (RS3 y el RS9) fueron seleccionados por Mike Mckenry y son el resultado de cruces interespecíficos entre los portainjertos Ramsey (Vitis champinii) y Schwarzmann (Vitis riparia con Vitis rupestris). También son resistentes a nematodos y filoxera si se les compara con Freedom y Harmony. Sin embargo, generan menos vigor en la parte aérea si se los compara con Ramsey o Dod Ridge (ver cuadro 4).

Cuadro 4. Características de los portainjertos RS – 3 y 9 y su resistencia a patógenos, además de su vigor.

Peter Cousins es un investigador que también ha obtenido portainjertos, liberados en el 2010 en California, como alternativa a Freedom. Se trata de materiales que ejercen mucho vigor en la parte aérea. Estos son Matador y Minotaur, selecciones de una cruza entre 101-14 Mgt y 3-1A (candicans x V. rupestris); King Fisher – 4-12A (Dog Ridge x ruf o tomentosa x V. riparia). Resistentes a todas las razas de Meloidogyne que atacan a Freedom y Harmony. Todo este material es parte del ‘test block’ de la Estación Kearney, de la Universidad de California.

LO QUE SE ESPERA DE NUEVAS INVESTIGACIONES

A nivel de ciencia, lo que se quiere apostar en las investigaciones de los programas de mejoramiento genético es que los nuevos portainjertos respondan a problemas de sales, sequías y plagas. “Esto no es algo que se logrará de la noche a la mañana, requerirá años para avanzar en algunos tópicos. En mi caso, mis investigaciones están muy vinculadas a la sequía, pero también estoy viendo algunos ensayos en sales. El objetivo es tratar de identificar mecanismos fisiológicos que estén presentes en los portainjertos actuales y lograr mejoramientos genéticos”, explica.

Pese a los avances, reitera que se conoce muy poco de la física, incluso de la parte biológica, del transporte del agua y nutrientes en el interfaz suelo-raíz. “Hay procesos biológicos que son muy complejos sobre la absorción de agua y nutrientes desde el suelo hasta el xilema. Es todo un mundo desconocido”, indica.  Por ejemplo, en un ‘paper’ del 2016, se observó que se formaban lagunas de aire muy cerca a la punta de la raíz, pero se desconoce la razón de aquello. “Creemos que es una estrategia para, justamente, prevenir la salida de agua cuando el suelo está muy seco o es muy arenoso. La verdad es que no lo tenemos muy claro”, refiere.

Otro punto importante, señala Cuneo, es que cuando las raíces de vid se ven afectadas muy temprano por el estrés hídrico -menos de 0.5 MPa en hoja de potencial hídrico xilemático- disminuye considerablemente la absorción de agua. “Creemos que las raíces pierden capacidad de absorción hídrica todo el tiempo y esto significaría la necesidad de estar generando raíces de manera muy violenta. Para ello, por ejemplo, sería posible asociaciones con micorrizas para hacer frente a este tipo de situaciones”, explica.

En general, el experto lamenta que exista poco interés por evaluar y estudiar a los portainjertos de la uva de mesa, ya que los productores están más concentrados en la parte aérea. “Hay que meterse en la parte baja, pues hay muchas definiciones que están en veremos y hay que destinar recursos para ello”, subraya. Acota que este  esfuerzo debe ser colectivo. “Esperemos que la industria peruana pueda mover mucho más este hilo que lo está haciendo la industria chilena”, sostiene y reafirma la idea de que la elección del portainjerto requiere de una decisión técnica. “No es tomar lo que simplemente esté disponible en el vivero. Hay que estar muy seguro del portainjerto que uno quiere. Será parte de una elección planificada, porque si se requiere de uno que es ‘extraño’ o que no está muy disponible, entonces, hay que pedirlo con mucho tiempo de anticipación. No es una decisión fácil, pero me parece que es un tema que se evade y, en estos tiempos, se vuelve una decisión importante”, acota el experto.

La importancia del diámetro de las raíces

El diámetro de las raíces es uno de los conceptos importantes cuando se habla de ellas, porque  es un indicador muy importante relacionado con la capacidad de absorción de nutrientes y agua en el tiempo, explica el Dr. Ítalo Cuneo. Entonces, las raíces de menor diámetro, en general, tienen vida más corta que aquellas de mayor diámetro.

En el caso de los portainjertos, menciona que, en un extremo está 101-14, con raíces de un diámetro menor, mientras que del otro está Ramsey, con raíces gruesas. Otro indicador muy específico está referido al ratio de centímetros por gramo, donde nuevamente 101-14 y Ramsey están en los extremos. Esto significa que 101-14 tiene más laterales, es más fibroso, teniendo más superficie expuesta al suelo por unidad de peso. Entonces, físicamente, este tipo de portainjerto está más conectado al ambiente, a diferencia de Ramsey. “Este es un dato no menor y efectivamente cambia de cierta manera cómo uno ve lo que ocurre debajo de la planta”, subraya.

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