En un principio, en la ficha técnica de la variedad Ventura figuraba una demanda mínima de 300 a 400 horas frío, recuerda José Ignacio Rodríguez Lozano, gerente de producción de la empresa Sur Natural. En pocas palabras, explica, nunca fue una variedad ‘cero frío’. Por ello, menciona que los rendimientos de esta variedad de arándano en el país han bajado sustancialmente en la actual campaña, según la zona productiva, como consecuencia de que las temperaturas han estado por encima de lo normal en la actual campaña.

No es de extrañar, puesto que Ventura proviene de un pueblo de Florida donde se registra un determinado número de horas frio al año. En el Perú, esta variedad tuvo buena aceptación y junto a Biloxi representan hoy en día el 60% de las variedades producidas. Ventura significó en su momento una opción superior a la biloxi.

Por lo pronto, Rodríguez subraya que, en lo que va de 2023, las temperaturas han estado por encima de los valores normales. Por lo tanto, ha habido una serie de repercusiones en la productividad del arándano en el país. “Hay una diferencia importante entre las temperaturas mínimas en Ica en comparación con las del norte. Nosotros hemos tenido en promedio 1,5°C más en temperaturas mínimas, mientras que en zonas del norte, han sido 4°C más. Sin embargo, sí se han observados ciertos impactos en el sur”, comenta.

El gerente de producción indica que lo ideal sería ir a un recambio varietal, pero este es un proceso gradual y no es del todo posible cuando se ha tenido un mal año y ‘no hay caja’ para fuertes inversiones. Por tanto, muchos fundos tendrán que seguir produciendo Ventura por un tiempo más, comenta.

Cabe mencionar que la exportación de arándanos peruanos al estar tan concentrada en las variedades Ventura y Biloxi ha tenido un fuerte impacto en los volúmenes exportados, afectados por el clima. En lo que va de la campaña, la consultora Fresh Fruit destacó que los envíos de esta fruta alcanzaron las 89.785 toneladas, situándose 50% por debajo que la de 2022.
En respuesta, como Sur Natural, explica que desde que los campos de la empresa estaban en Chincha, y ahora se mudaron a Pisco, han hecho un seguimiento y mucha investigación al desempeño de la variedad Ventura, según los cambios en la temperatura y los momentos de poda. En especial, menciona que hicieron un seguimiento año a año de las temperaturas medias y su impacto en el cultivo del arándano, en especial entre los meses de diciembre y marzo, cuando se registra en la zona un diferencial térmico o deltas de unos 13 °C día (GD) sobre una base de 10.

Entonces, explica que cuando en abril empieza a decrecer la temperatura de manera gradual, bajando 1°C día cada semana, calza con el periodo de inducción de la flor, lo que se mantiene así por lo menos tres semanas. Cuando llega por debajo de ese mínimo, que sería 8 °C día, será el estímulo ambiental para lanzar una señal de que, en este caso Ventura, sintetice las hormonas que le permitan pasar de la etapa vegetativa a una etapa de producción.

FRENTE A UN CLIMA ADVERSO

¿Cómo se puede manejar Ventura si el clima sigue siendo adverso? Primero, expone Rodríguez, que es necesario hacer un estudio de la estadística del clima en cada fundo y ver si se van a mantener las condiciones relativamente similares durante la próxima temporada. En todo caso, plantea que se debiera determinar el mejor momento de fecha de poda para que calce con el descenso de las temperaturas y con el periodo de acumulación de grados días para la diferenciación. “Si se logra hacer eso, la planta va encontrar el estímulo que requiere para la inducción, sobre todo, en una variedad como Ventura”, precisa.

Si tendré un verano que va a ser prolongado, entonces, resalta que la planta no encontrará el estímulo para la inducción y seguirá en tu etapa vegetativa. Esto mismo ocurrió con las altas temperaturas de los últimos meses, de tal forma que los que produjeron Ventura tuvieron retrasos en la producción y la estructura nueva generó un desgaste de energía de la planta, lo cual también repercutió en la producción.

Asimismo, Rodríguez refiere que existen otros manejos como la estimulación a las raíces y otros. “Cuando la planta tiene altas temperaturas, las reservas están consumiéndose hasta en la noche, lo cual afecta directamente su productividad. Por lo tanto, tú tienes que hacer un aporte de lo que yo llamo formas lábiles de nutrientes. Es decir, en vez de meter una fertilización gruesa, que son los minerales, hay que tratar de introducir fuentes de aminoácidos, que es la ruta que van a seguir finalmente los nutrientes. Y eso te permiten paliar ese estrés oxidativo”, dice.

ENSAYO DE LAS NUEVAS VARIEDADES

Avanzar en el recambio varietal es uno de los objetivos de Sur Natural, una firma que hoy, además de Ventura, cultiva y produce arándanos de las variedades Biloxi y Emerald. Para ello, la empresa está realizando ensayos con 10 variedades que pertenecen a la Universidad de Florida, Fall Creek y Hortifrut, como parte de la búsqueda de nuevas variedades que no se vean tan afectadas por el clima.

El gerente de producción de la empresa recuerda que uno de estos proyectos de exploración de nuevo material estuvo a punto de derrumbarse, debido a los problemas de convulsión social vividos a inicios del año. Las paralizaciones y protestas de inicios de año afectaron el arribo a tiempo de las plantas nuevas al campo. A ello se añadió el factor climático, con temperaturas más altas que hubo en Pisco, que provocaron una floración inicial no muy concentrada.

POLINIZACIÓN EN ÉPOCAS DE ALTERACIONES CLIMÁTICAS

Otra impacto de la alteración climática es la menor actividad de las abejas. El gerente de producción comentó que detectaron una relación directa entre una mayor humedad relativa y una menor actividad polinizante. Por esa razón, tuvieron que aumentar el número de colmenas en el fundo, con lo que se resolvió el problema de baja productividad del fruto.
En esa línea, explicó que el número de colmenas tendrá relación con el marco de plantación. “Nosotros nos manejamos en el rango de ocho colmenas por hectárea y vamos colocándolas gradualmente a medida que haya más oferta de flores. Tratamos de concentrar la mayor cantidad de abejas en ese momento”, apuntó.

En cuanto a mantener colmenas saludables, el néctar del arándano es muy magro, es decir que tiene mucho néctar, pero poco polen. Las abejas para procrear requieren proteínas que están en el polen y si tienen flor de cítricos se irán al cítrico. Entonces, hay que pedir al apicultor que brinde una dieta alta en proteínas para que la abeja siga, de lo contrario, después de un mes y medio se caerá la población y no habrá renovación de nuevas abejas. Muchas veces se considera que es importante tener sobrepoblaciones de abejas frente a situaciones climáticas adversas.

En ese sentido, los cambios climáticos, como los que se están viviendo esta campaña, son un reto con el que hay que convivir de aquí en adelante, para poder buscar los manejos adecuados para que el fruto mantenga calidad y productividad.