"Solo los eficientes se quedarán en el negocio"
Para Martín Rosas, que antes trabajó muchos años en Ica, no hay ningún año igual en Piura, y menciona a las plagas y enfermedades. Dice que los nematodos ya no son un problema para la empresa donde trabaja, pero advierte que falta capacitación en la mano de obra del norte. Recuerda que el año pasado hubo campos que desaparecieron y que este año podría pasar lo mismo. De las nuevas variedades, destaca su mayor resistencia al viaje.
Martín Rosas, ingeniero agrónomo, gerente de cultivo de uvas en Agrícola San José S.A., llegó a trabajar a Piura en el 2006 y ha sido testigo del crecimiento de la región en materia de cultivos de uva de mesa. “Al cabo de diez años Piura ha conseguido tener 7,000 hectáreas”, dice, sin ocultar su orgullo por ser parte de este proceso histórico en el agro peruano. Ica, ya se sabe, es la región uvera del país por excelencia, y tiene muchísimos años en la industria, pero Martín cree que Piura podrá sobrepasar a Ica, “porque hay más área, más gente y más agua; si hay mercado, no hay tope”. Martín Rosas llegó a trabajar en el 2006 al norte y puede dar fe de que no hay ningún año igual en Piura; todos son atípicos; cuando piensas que determinado año es igual a otro anterior aparece una plaga o una enfermedad, y te cambia los planes; entonces hay que ajustar todas las tuercas, las grandes y las pequeñas, y vas afinando…Todos los años es un aprendizaje”, dice.
¿Y el último año fue bueno para Martín Rosas? “Sí, muy bueno, en los costos, en las calidades. Terminamos a fines de enero con pocas cajas, y estamos esperando aun unas liquidaciones, pero en general fue un buen año”, responde. Pero advierte que no lo fue para todas las empresas, pues algunas tuvieron que enfrentar plagas y enfermedades, como el chanchito blanco y la pudrición ácida. ¿Y los nematodos? Los nematodos ya no son un problema para Agrícola San José S.A., asegura el gerente de cultivo. Dice: “Para los nematodos de Piura se requiere más bien un tratamiento. En todo caso, estamos aprendiendo a convivir con ellos, a tal punto de que no sean un problema. Contamos con el Dr. César Murguía; es más un consultor que un asesor. En Agrícola San José tenemos un programa ya establecido, así como un laboratorio para hacer evaluaciones; tenemos paquetes establecidos para aplicar en cada etapa fenológica; para el crecimiento de raíces, por ejemplo, ponemos cargas más contundentes; el resto del tiempo aplicamos biológicos, hay extractos de plantas que están funcionando muy bien. Los nematicidas orgánicos están de moda. Estamos haciendo pruebas, hacemos cargas de microorganismos; pero en la etapa de producción también aplicamos nematicidas químicos, algunos sistémicos otros de contacto. Sería imposible decir que no tenemos nada de nematodos, pero ya no son un problema”.
MANO DE OBRA: FALTA CAPACITACIÓN
El año pasado hubo una falta de disponibilidad de mano de obra que incluso dificultó los arreglos de racimo, llegando a afectar la calidad de la uva. ¿Ocurrió lo mismo este año? Rosas advierte que vino un equipo de agrónomos iqueños, como él, que manejan mejor el raleo químico que los agrónomos piuranos. En todo caso, dice que “ya no hay más cuellos de botella”, en relación a la mano de obra, que han aligerado ese tema. “Si bien es cierto que tenemos mano de obra, no es tan buena en general, es menos capacitada, a pesar de que acá hay mucha gente que ha aprendido pues llevan trabajando algunos años en uva”, acota, para luego agregar que a Ica llega mucho trabajador chileno para el raleo; dice que antes venían docenas, luego cientos y ahora habla de miles. “Eso ha hecho que los iqueños vengan a trabajar acá también; primero trabajan acá, en Piura, porque la cosecha es antes, y después regresan a Ica”. Lo más complicado de trabajar en Piura, para Rosas, tiene que ver con el exceso de calor, que afecta tanto a las plantas como a los trabajadores.
BOLSAS DE PAPEL PARA EL COLOR
Pero, cuando habla de raleo, Rosas se refiere a las variedades tradicionales. En Agrícola San José trabajan con Red Globe, Crimson, Superior y Thompson. Tienen algunas variedades patentadas en fase de experimentación, en áreas pequeñas.
El ingeniero agrónomo advierte que hoy, en Red Globe, si no se cosecha sobre las 4,000 cajas/ha, de buena calidad, el cultivo no paga; y que si en sin semillas y se cosecha menos de 2,500 cajas/ha, tampoco paga. Entonces, se hicieron estándares para Red Globe de 4,200 cajas/ha y de 3,000 cajas/ha para las ‘seedless’, para que el negocio siga siendo rentable. “Y si no hay mucha mano de obra calificada hay que seguir bajando los jornales por hectárea, pues lo que queremos es eficiencia, productividad, sobre todo con estas lluvias, que traen enfermedades y plagas como el Mildiú, el Oídium, el chanchito blanco, la pudrición ácida o los mismos nemátodos. Son paquetes fuertes que hay que trabajar y que implican costos que hay que asumir”.
Pero, regresando a las variedades ‘seedless’ y a la Red Globe, ¿les ve un futuro compartido en Piura? “No creo tener autoridad para hablar de áreas y volúmenes porque, ya sabemos, los mercados son cambiantes, y no hay un año igual a otro. Con una sobreproducción se va a regular, pero los mejores, lo más eficientes, se quedarán. Hay campos que el año pasado abandonaron, apagaron la luz. Este año será igual, si no se consiguen buenos precios o no se alcanza el mínimo de cajas por hectárea, habrá campos que desaparecerán o cambiarán de variedades. Lo mismo en Ica. Los eficientes se quedarán. No se está creciendo al ritmo que se esperaba; si los precios se hubieran mantenido como hace dos años, el cultivo seguiría creciendo. Sabemos que hay un techo en el mercado, estamos hablando de una fruta, no es como el maíz o el trigo”.
Para Rosas el periodo en el que va a seguir fuerte Piura, como los destinos a donde se exporta la fruta no son cercanos, es a partir de la primera quincena de setiembre hasta fin de año. “Año Nuevo Chino, Año Nuevo Oriental, Año Nuevo Occidental, todos los agarra Piura. Por eso, ir a enero es encontrarse con Chile, con Ica y con las lluvias”, advierte.
En cuanto al color de la Red Globe, Martín Rosas mencionó que se viene trabajando en ese tema, con bolsas de papel, sin hormonas. Pero a diferencia de Ica que tiene deltas en la temperatura que les permite obtener un color cherry en la fruta, en Piura las temperaturas no se diferencian mucho, “están más pegadas”, y fluctúan entre los 22, 24, 25 y 32 grados; se trata de un delta promedio de siete grados que mayormente le da una tonalidad más oscura a la fruta. “Se viene trabajando con las bolsas y estamos obteniendo buenos resultados, van a la China con otros precios, pero no es parejo. Protone no utilizamos, no se necesita acá”, acota.
NUEVAS VARIEDADES: GENÈTICAMENTE MEJORES
Martín Rosas, en Agrícola San José, ya lo dijo, trabaja con algunas nuevas variedades, “porque estamos tras el avance de la tecnología, porque no te puedes quedar solo con lo que normalmente tienes” y además se refiere a los constantes lanzamientos de nuevas variedades. “En la Universidad de California, siempre tan ordenados, elegían una cantidad de variedades que antes de lanzarlas al mercado, siete años antes, hacían ensayos en siete lugares diferentes. Cuando salían al mercado era algo comprobado. Ahora ha salido una cantidad importante de variedades, pero no están probadas. Están probando en terreno las empresas y eso tiene un costo”, advierte, para luego agregar que en Chile no han crecido al nivel del Perú, en relación a las nuevas variedades, porque los empresarios en el país del sur se lanzaron con la consigna de que la Red Globe ya no paga.
“¿Qué hacemos en San José? Tenemos 2 o 3 ha de cada una; tenemos a un agrónomo viendo 15 ha, haciendo las fichas técnicas de esas variedades, viendo cómo se comportan, cuáles son sus fortalezas, sus debilidades; ya hemos hecho contenedores, tenemos nuestras cajas en frío y las vamos evaluando. La uva peruana se vende como fresca pero llega después de veinticinco días, treinta días, cuarenta días; entonces no es tan fresca porque llega con el escobajo deshidratado; estas variedades nuevas, como la SugarCrisp o la Sweet Globe, están frescas; luego de sesenta días la mayoría están con el escobajo verde. Entonces te das cuenta de que tienen una genética más resistente al viaje. Estas nuevas variedades son genéticamente mejores, más productoras, más fuertes. Además, lo que tienes que pagar por las regalías, te lo ahorras en mano de obra”.
Sin embargo, lo seguro, la clave del éxito hoy, se traduce en obtener el número adecuado de cajas por hectárea, sea para una variedad tradicional o una patentada. “Yo creo que Perú tiene un buen nivel de uvas, ya tiene un nombre en el mercado. Creo que todos los técnicos y empresarios están enfocados en trabajar uvas de calidad”, concluye el especialista.