Rapel acepta que este no será un año de alta productividad
La uva de mesa en el norte no vive sus mejores días esta campaña. Una caída de las producciones por cuestiones climáticas han frenado los excelentes números de las últimas campañas. Eso lo sabe bien la mayor Rapel, la mayor productora de uva del país, que este año apuesta por números ‘normales’, sin grandes crecimientos. La empresa, además, abrió los envíos de uva peruana a Japón.
La empresa proyecta terminar sus cosechas el 20 de diciembre, antes de Navidad, para evitar cualquier impacto de las lluvias, producto del fenómeno de El Niño.
En la campaña pasada, Sociedad Agrícola Rapel comunicó el cierre de su campaña de uva de mesa con una cifra histórica para la compañía de 4.306 contenedores exportados. En las últimas tres temporadas, las producciones de la fruta estuvieron por encima de los promedios en las distintas variedades en sus campos. Esto mismo no pasará en la actual campaña, como consecuencia de las fuertes lluvias y altas temperaturas registradas por el fenómeno de El Niño.
“Proyectamos un 10 a 12 por ciento menos que la campaña anterior”, adelanta Pablo Eyheralde, gerente general de la empresa que pertenece al grupo Verfrut, sobre sus proyecciones para este año. Sin embargo, explica que esto significa en la práctica que la empresa tendrá “una producción normal que oscilará entre 30 a 35 toneladas por hectárea”. Lo cierto es que en las campañas anteriores la productividad de las plantas superaban las 35 toneladas por hectárea.
La empresa que cuenta con sus fundos en Piura trabaja con variedades seedles tradicionales y patentadas, así como Red Globe. Los campos están divididos entre las variedades Crimson, Superior, Allison, Timco, Thompson Seedles, Sweet Globe, Autumn Crisp.
Según información oficial de Sunat respecto a las exportaciones de uva de mesa de la campaña 2022-2023, de un total de 128 empresas exportadoras, Sociedad Agrícola Rapel se posicionó como la empresa líder con un 11% de participación.
–Los efectos del fenómeno de El Niño han sido más intensos en el norte del país, en especial en Piura. ¿Cuál es el balance que hace Rapel respecto a los impactos que tendrá el clima en la actual campaña de uva de mesa?
–En Piura tuvimos fuertes lluvias en los meses de abril y mayo. Por lo tanto, nos está costando conseguir los rendimientos de las últimas tres campañas, que venían siendo muy buenos. Si bien es cierto que tenemos un buen potencial productivo en el campo por las variedades nuevas que son fértiles y vienen con una gran cantidad de racimos, el clima te afecta de alguna manera. Tal vez este sea un año de producciones normales frente a los años anteriores.
–¿Cuánto sería una producción normal para ustedes?
–Una producción normal es la que oscila entre las 30 a 35 toneladas por hectárea cuando en años anteriores se superaba las 35 toneladas por hectárea.
–Tengo entendido que algunas variedades se han visto más afectadas que otras. ¿Cómo está compuesta actualmente su oferta de variedades en uva de mesa?
–Nos quedan menos de 10% de variedades tradicionales en seedles, que todavía las manejamos para determinados mercados. Estas son las más afectadas por las lluvias, nos cuesta más su manejo. Allí hablamos de Crimson y Sugraone. De la Red Globe que no es seedles tenemos un 30% del campo y esa es una variedad que frente a la lluvia se comporta como un año normal, es decir no de una manera excelente pero tampoco de baja producción. Sin embargo, podemos decir que no hubo algún daño específico en determinada variedad.
–Entonces, para esta campaña, ¿cuánto proyectan que podrán exportar en volúmenes?
–En la actualidad, proyectamos un 10 a 12 por ciento menos que la campaña anterior. Esto es como un promedio general, solamente por efectos del clima. Sin embargo, aún se esperan los impactos de un Niño Global con mayores lluvias en los meses del verano próximo. Lo bueno es que con los antecedentes del 2017 y las últimas lluvias, estamos sacando más conclusiones y haciendo un manejo para que las plantas logren soportar y tener un comportamiento productivo lo mejor posible frente a este fenómeno atípico. Un claro ejemplo de que estamos haciendo las cosas bien va a ser los niveles normales de productividad de este año, habiendo tenido fuertes lluvias. En todo caso, estamos dentro de los parámetros esperables para el negocio por variedad.
–¿Qué crees que han hecho, en especial, para proteger los campos y tener resultados positivos, algo diferente a lo que pasa en otros campos?
–Hemos realizado todo lo que son prevenciones de drenajes, que nos permiten hacer correctas aplicaciones y un buen manejo del campo con lluvias. Eso ayudó un montón a que pudiéramos reaccionar preventivamente y no después cuando ya te afectan las plagas y enfermedades. En temas de poda, pudimos determinar la mejor fecha para que la planta esté más preparada frente a la lluvia. Entonces, todas esas cosas están dando resultado.
–Entonces, han adelantado podas para que terminen antes de las lluvias ¿Cuándo esperan sacar sus últimos racimos del campo?
–Debemos terminar el 20 de diciembre, antes de Navidad. Se espera que a partir de enero comiencen con intensidad las lluvias. Si vienen lluvias antes de enero, no debieran ser de intensidad. Eso es lo que enseñan los más de 20 años de historia en el norte, según la data del clima que manejamos.
En la mañana del último 16 de setiembre, en la zona de packing de Sociedad Agrícola Rapel, ubicada en el caserío de El Papayal, en Piura, se vivía momento de mucha adrenalina entre sus miembros, debido a que Senasa realizó las últimas revisiones de los dos contenedores de uva de mesa de la variedad Allison, que serían enviados por primera vez a Japón.
Se tenía programado que ambos contenedores arriben al puerto de Yokohama en Japón en un plazo de 30 a 35 días. La fruta enviada correspondía a una variedad seedless y de un tamaño XL, es decir una fruta Premium. Además de la Allison, también se exportará Timco, Sweet Globe, Autumn Crisp, es decir, la empresa enviará dos rojas y dos verdes.
La expectativa es enviar un total entre 100 a 150 contenedores de uva de mesa en esta campaña.
VISIÓN DEL NEGOCIO
En la actualidad, el objetivo de Rapel es seguir investigando y experimentando en campo con las nuevas variedades de los clubes genético. Una vez culminada esa fase se evaluará si se continúa creciendo en número de hectáreas en terrenos que están libres. En la actualidad, la firma ha desarrollado una superficie de 2.400 hectáreas (ha) de uva de mesa, de las cuales cerca del 40% son variedades licenciadas.
–¿El camino será el del recambio varietal de tradicionales a patentadas?
–En seedles hay que estar constantemente recambiando, adecuándose un poco a la oferta del mercado y viendo también lo que ofrece la nueva genética. Ahora mismo estamos haciendo pruebas con los clubes genéticos, pero los resultados demoran uno o dos años, así que todavía hay que esperar. Hay que tener un poco de calma y saber que será una inversión que dará muy buenos resultados.
–La mayoría de agroexportadoras han sembrado más verdes que rojas. En el caso de ustedes, ¿están equilibrados entre verdes y rojos?
–Tenemos un poco más de rojas que de verdes. Eso ha sido estratégico porque nosotros también tenemos producción en Chile y hemos venido complementando nuestra oferta de frutas de Chile con Perú. Por eso, tuvimos que hacer un crecimiento estratégico en rojas.
–¿En Chile tienen más variedades verdes?
–Por el momento sí.
–Este año fueron los pioneros en enviar por primera vez uva de mesa a Japón. ¿Esto era parte de una estrategia comercial?
–Lo de Japón es algo que se estaba buscando como país hace mucho tiempo. También fue algo que nosotros veníamos esperando y apenas se tuvo la autorización fuimos los pioneros en hacer los envíos. Si hubiéramos tenido el protocolo de ingreso hace tres años atrás, hubiéramos enviado fruta hace tres años atrás. No fue que este año se nos ocurrió mandar a Japón. Ahora toca analizar cómo se comporta ese mercado.
–¿Qué expectativa tienen con la comercialización de la fruta en Japón?
–Bueno, allá hay bastantes empresas que comercializan. En este caso, uno de los contenedores que se enviaron primero lo comercializará Delmonte, lo demás va directo con otros clientes. Debido a las mayores exigencias y requerimientos en calidad del mercado japonés, esta fruta enviada se espera que reciba por kilo un precio aproximado de US$3, un poco encima de los US$2,5 que recibe la uva de mesa en otros mercados.
–¿Qué tipo de fruta es la que demanda el mercado japonés?
–Los japoneses son buenos clientes para la uva de mesa, pero también son exigentes. Este mercado prefiere buenos calibres, fruta de primera calidad, grande y dulce. Si bien estamos llegando primero con Allison que es roja, ellos prefieren las variedades verdes. Aunque, eso también depende de qué necesitan en el momento en que enviaremos la fruta. Tienen producción local, pero para estas fechas están desabastecidos y los compradores comienzan a pedir lo que les falte.
–¿El objetivo es seguir abriendo otros mercados, imagino también en el Asia?
–Esperamos que de la mano con esta nueva genética que permite fruta de alta calidad, aumente el consumo per cápita de la uva de mesa en el mundo. De esta manera, habrá una mayor demanda, más producción y seguiremos creciendo. Por eso, la idea está en entregar cada vez más una mejor calidad de fruta y con ello ir ganando más consumidores.