Las estrobilurinas (QoI) son una clase de fungicidas, que son derivadas de compuestos naturales producidas por hongos del género Strobilurus. Desde entonces, se han sintetizado y aplicado al uso agrícola debido a su eficacia en el control de enfermedades fúngicas en las plantas, en especial, en el oídio en uva de mesa. Sin embargo, están clasificadas por el Comité de Acción de Resistencia a Fungicidas (FRAC) como un grupo de alto riesgo en el desarrollo de resistencia a fungicidas.

Al respecto, la Asociaciones de Productores de Uva de Mesa del Perú (Provid) y la Universidad Nacional Agraria La Molina (Unalm) han unido fuerzas para realizar una investigación pionera en el Perú, referida a la identificación de la resistencia del oídio a las estrobilurinas, según difundió el gremio en su revista Provid Digital. Esto implica una serie de métodos de laboratorio y análisis genético.

“En la actualidad, se está empezando los primeros estudios en nuestro país en diversos patógenos con las experiencias obtenidas en Estados Unidos”, detalló el fitopatólogo Alejandro Llanos, profesor auxiliar de la Facultad de Agronomía de la UNALM. Comentó que el trabajo de investigación en oídio se viene desarrollando con el Dr. Walter Apaza y la investigadora Gina León.

“Ahora venimos monitoreando esta resistencia mediante la detección de mutaciones especificas a nivel genético. Esto se viene realizando a través de la secuenciación de ADN, específicamente del gen citocromo b (Cytb), para identificar la mutación G143A. Así también, estamos usando genes específicos que se unen únicamente a la secuencia mutante, permitiendo una identificación rápida de resistencia”, explicó.

El ingeniero Llanos reveló que los trabajos en fitopatógenos biótrofos son muy escasos por la complejidad del mismo y en términos de monitoreo de resistencia este es el primero de su tipo en el Perú.

“La escasa información de este patógeno en nuestra región nos obliga a continuar con un estudio de monitoreo a nivel nacional, incrementando así las muestras evaluadas, abarcando áreas más extensas. Ello nos permitiría dilucidar la sensibilidad de este patógeno en diversas regiones con diferentes presiones de inóculo y sometidos a diferentes presiones de selección mediante la aplicación de fungicidas.

Agregó que están trabajando dentro de la Clínica de Diagnosis de Fitopatología en la UNALM en establecer un protocolo de monitoreo rápido del nivel de resistencia que brinde soporte en la toma de decisiones a la asociación de agricultores de vid.