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Actualización de la enfermedad más importante que ataca al nogal

Phytophthora, la clave está en la prevención

Pudrición de las raíces y la aparición de un cancro en el cuello y tronco de los árboles son los daños más evidentes provocados por Phytophthora en el cultivo del nogal. Descrita por primera vez en huertos del país a finales de los años setenta, son dos las especies de oomycetos que causan los principales estragos: Phytophthora cinnamomi y Phytophthora citrophtora, con los cuales se ha convivido, tratando de mantenerlos a raya, hace ya cuatro décadas.

14 de Junio 2021 Equipo Redagrícola
Phytophthora, la clave está en la prevención

El daño depende de la edad de las plantas, pero si las ataca en estado juvenil, estas podrían morir solo en dos semanas, aunque también podrían resistir varios meses antes de decaer. Así de fulminante puede ser Phytophthora o pudrición del cuello y raíces, una enfermedad muy importante en el cultivo del nogal, que tiene una presencia predial importante y que estudios liderados por la Dra. Ximena Besoain, investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) detectaron que, en promedio, esta enfermedad puede afectar a 15 de cada 100 árboles en huerto, y cuyos principales efectos negativos son la pudrición de las raíces y un cancro de color marrón en el cuello y el tronco. Durante el ‘Ciclo de Frutales de Nuez’, organizado por Redagrícola, la Dra. Besoain dio un repaso a los últimos trabajos de investigación que han realizado en la PUCV que, con el apoyo de diversas instituciones, siguen dando respuesta a esta importante enfermedad.

Dra. Ximena Besoain, investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

A fin de conocer la incidencia, la severidad y el real impacto de la Phytophthora en el nogal, el equipo que lidera la Dra. Besoain, realizó una prospección en las principales zonas productoras del país.  Así es como lograron determinar una alta incidencia de la enfermedad, ya que, en todos los huertos analizados, por lo menos había un árbol que había sufrido los embates de esta enfermedad. “Potencialmente, este es un problema que puede impactar prácticamente a huertos en diferentes regiones”, advierte la especialista, aunque la mayor incidencia del problema se dio en huertos de las regiones de Valparaíso y O´Higgins, cuya incidencia promedio fue de un 28% y 18% respectivamente, aunque la severidad del problema fue mayor en Valparaíso (18%) y O´Higgins (13%), mientras que el promedio nacional fue de un 10%, asociándose esta severidad a la pérdida promedio de productividad.

Si de síntomas se trata, estos comienzan en brotación con una clorosis y menor desarrollo de  las hojas. Sin embargo, cuando los daños son más importantes, se aprecia una necrosis foliar e incluso la muerte de los árboles. Asimismo, en una primera etapa lo que se visualiza es una lesión cancrosa en el cuello y el tronco.

Sin embargo, y según subraya la especialista, además de los síntomas que se aprecian a simple vista en un árbol decaído, no se debe descuidar el sistema radicular, ya que normalmente el problema aflora de la raíz al cuello. Tras ello es que el cancro comienza a formarse por completo en la corteza. “Cuando tenemos Phytophthora en una raíz logramos desprender su corteza y el xilema quedará adherido al resto de raíz. Esta es una forma de diagnóstico inicial que luego debemos corroborar en laboratorio”, sostiene la Dra. Besoain. Ello es importante porque un suelo que presenta asfixia también habrá una pudrición de las raíces, sólo que en este caso se pudre toda la raíz.

En el trabajo de prospección se detectó que la principal especie que ataca al nogal en Chile es Phytophthoracinnamomi, este trabajo fue parte de la tesis de Magister de Jeanette Guajardo. En concreto, fueron 25 huertos donde se encontró a esta especie. Asimismo, en dos de ellos encontraron Phytophthora humicola, mientras que en un huerto constataron la presencia de Phytophthora citrophthora. “Phytopythium vexans nos llamó mucho la atención porque pensábamos que era una nueva especie que afectaba al nogal, pero tras unos trabajamos que hicimos concluimos que no provoca daños en el nogal. Pero sí lo hizo Pythium ultimum, sobre todo a nivel de raicillas, pudiendo contribuir a agrandar el problema causado por Phytophthora”, explica y añade que, en laboratorio, y tras inocular P. cinnamomi a una planta joven de tres meses, esta muere en una semana. Si ese mismo proceso se realiza con P. citrophthora, la muerte ocurre a las dos semanas de haberla inoculado.

“La principal especie detectada en huertos de nogal fue P. cinnamomi”, precisa la Dra. Besoain. “Aparentemente es la que ha sido la más agresiva y se encuentra afectando de forma más recurrente al nogal”, añade. No es la única, ya que P. citrophthora también ocasiona importantes daños al nogal. La especialista de la PUCV precisa que en toda la prospección no se encontró Phytophthora cactorum asociada al nogal, pero sí se ha detectado esta especie en otras plantas. Asimismo, se determinó que P. humicola no causa daños al nogal.

TEMPERATURA Y SATURACIÓN DEL SUELO

Temperatura del suelo: Dependiendo de las temperaturas del suelo, que son distintas a 10 y 30 cm de profundidad, es cuando deberíamos pensar en tener un ataque de la especie P. cinnamomi. En general, no hemos realizado estudios con aislados de este oomyceto en nogal, pero si se realizaron estudios con 22 aislados de P. cinnamomi que proveían de palto. Este estudio fue parte de la tesis de bióloga de Rocío Camps (efectuada en Laboratorio Fitopatología PUCV), en este estudio ella encontró para un crecimiento óptimo del micelio, estas temperaturas deben oscilar entre 20 y 30°C. “Sin embargo, en cada predio la situación es diferente. Por eso es necesario monitorear la temperatura en el suelo, a diferentes profundidades”, sugiere la Dra. Besoain y añade que los esporangios sí se forman bajo los 15°C, “aunque de forma significativa y óptima lo hacen alrededor de unos 25°C”, precisa. Entonces, es de ahí donde salen las zoosporas que posteriormente producirán las infecciones en las raicillas, es decir, cuando las temperaturas de suelo empiecen a aumentar y la raíz esté en activo crecimiento, será el momento para que ocurra infección, por supuesto asociado a una saturación del suelo aspecto que se analiza a continuación.

Planta de nogal en maceta inoculada con P. cinnamomi, nótese el cancro y la exudación de líquido viscoso de color café oscuro.

Horas de saturación de suelo y el daño provocado por Phytophthora: En un trabajo realizado por Javiera Morales para su tesis de Magister (PUCV), se propuso conocer el efecto de la saturación del suelo y el daño provocado por Phytophthora. Para ello, y en condiciones controladas, realizó una inoculación con zoosporas y con una saturación del suelo de 0, 6, 12, 18 y 48 horas. El trabajo se realizó con plantas en maceta que estaban con un sustrato muy poroso, colocando un segundo macetero que impedía el escurrimiento de agua, pudiendo así realizar una medición exacta de la saturación. “Todas las plantas fueron inoculadas y saturadas con distintas horas de saturación y había unas plantas que no se saturaron y que no se inocularon también, que servía como testigo absoluto y unas plantas que se saturaron por 48 horas, y que no se inocularon, también es bien interesante lo que ocurrió en este caso”, sostiene la especialista.

Horas de saturación de suelo y daño en raíces: En la medida que se van aumentando las horas de saturación tras ser inoculada una planta, se incrementará también el nivel de daños en esta. “Por otro lado, también es interesante ver que un suelo que está saturado por 48 horas, una planta no inoculada tiene un daño significativamente similar a una no inoculada y no saturada. Pero si hay 48 horas de saturación, el daño es bastante alto, casi un 70% de pérdida por pudrición de raíz”, advierte.

“Si vamos uniendo todos los factores: Saturación de agua del suelo, temperatura (normalmente ponemos entre 20-30°C o 24-28°C, que es lo óptimo), presencia de esporangios y de Phytophthora y portainjertos susceptibles y se liberan zoosporas, estas llegarán a una raíz, y ¿a cuál raíz atacan? Principalmente a las raíces que están todavía no lignificadas. Se ha demostrado que las zoosporas se enquistan y, por lo tanto, desde ahí parte la infección y así llegan hasta al cambium, avanza por la zona cortical pudiendo llegar al cuello de la planta o árbol en donde se hace visible el cancro” (Figura X), explica la especialista.

RIEGO, DRENAJE Y FERTILIZACIÓN NITROGENADA

Manejo del riego y buen drenaje: Si se tiene un portainjerto como Juglans regia, que es muy sensible al ataque de P. cinnamomi, bastarán 6 horas de saturación de suelo para que se produzca un importante ataque de este patógeno, en este caso asociado a un activo crecimiento de la raíz. Por ello es que la Dra. Besoain recomienda que debe haber una preocupación por el drenaje del suelo, además de evitar un riego prolongado. “En campo hicimos inoculaciones a árboles de mayor desarrollo, comprobando que una inoculación que hicimos en febrero, el efecto de esta se vio un año después. Entonces, eso es importante para los productores que, cuando se trate de un huerto comercial, no pueden pensar que el suelo se saturó una semana antes, sino que posiblemente un buen tiempo antes”, explica.

Efectos de la fertilización nitrogenada: En los trabajos realizados se probaron diferentes concentraciones o partes por millón de nitrógeno en la solución, a fin de comprobar el efecto de diferentes formulaciones (sulfato de amonio, nitrato de amonio, nitrato de calcio o nitrato de potasio), encontrando finalmente que hay dos formulaciones que afectan al crecimiento del micelio de Phytophthora. Así, por ejemplo, y si bien no es un fungicida, con el sulfato de amonio se logra inhibir al patógeno en casi un 50%, en concentraciones altas (1.000 ppm), pero también a concentraciones más bajas (200 ppm). Asimismo, un trabajo realizado por Javiera Morales comprobó que un déficit de nitrógeno produce un mayor daño por Phytophthora, pero si el nitrógeno pasa de cierta concentración óptima habrá un daño creciente. “Obviamente el llamado es a no abusar del nitrógeno, pero obviamente también utilizar en forma adecuada y evitar carencia de este nutriente”, recomienda la experta.

USO DE PORTAINJERTOS RESISTENTES

En plantaciones nuevas, la Dra. Besoain recomienda no plantar en huertos donde anteriormente hubo palto o arándano, ya que ambos son muy susceptibles a P. cinnamomni. “Hemos visto importantes pérdidas en huertos nuevos a raíz de esto”, sostiene y recomienda el cultivo previo con avena o trigo, ya que reducen de forma importante el inóculo en el suelo, según lo que se ha comprobado en otros países. Otra alternativa sería el empleo de portainjertos tolerantes o resistentes.

En el uso de portainjertos resistentes, se ha trabajó en la tesis de Magister de Laureano Alvarado, quién empleó material obtenido en California, EE UU, como son Vlach, VX211 y RX1; que presentaban una cierta tolerancia, los dos primeros, a P. citrophtora, especie que afecta a los nogales en EE UU, pero de baja prevalencia en Chile. A su vez, RX1 es un material menos vigoroso y con antecedentes de un buen comportamiento frente a P. citrophthora y también a nematodos.

“En el trabajo de investigación efectuado por Laureano Alvarado se comprobó que Juglans regia sin inocular, continuó su normal crecimiento, pero cuando lo inoculamos con P. citrophthora o P. cinnamomi la planta deja de crecer y es mucho más afectada por esta última. En el caso de RX1, la planta tiene un ligero crecimiento, incluso siendo inoculada con P. cinnamomi. Las plantas de VX211 que fueron inoculadas presentaron un mayor diámetro del tallo y lo mismo con Vlach, aunque con este portainjerto, es mucho más notorio el crecimiento de la planta inoculada, que presentó un mayor diámetro”, explica la investigadora de la PUCV sobre el hecho de que el mecanismo de respuesta se activa y responde mejor en Vlach y VX211. Ahora bien, el daño en las raíces es prácticamente el mismo, en aquellos portainjertos que fueron inoculados, de aquellos que no.

Una situación similar ocurre con el cancro, donde las lesión en Juglans regia fue mayor, estadísticamente hablando, aquel causado por P. cinnamomi que el causado por P. citrophthora bajo las mismas condiciones. “Todos los demás portainjertos tuvieron un mejor comportamiento. Los no inoculados no tenían daño a las raíces al igual que los portainjertos Vlach, VX211 y RX1 inoculados”, cuenta la especialista.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

La Dra. Besoain, durante el ‘Ciclo de Frutales de Nuez’, organizado por Redagrícola, abordó las preguntas de los asistentes. A continuación, una selección de ellas:

– ¿Han cruzado la información o estadística de incidencia de Phytophthora por cada método de riego?

– Es algo que no lo hemos estudiado, pero sí ha sido observado por investigadores que han trabajado con Phytophthora durante mucho tiempo. En el caso de un riego por surco, los que somos de generaciones más antiguas igual nos tocó estudiarlo y vimos que el problema de Phytophthora se da al final del surco, pero con sistemas de riego tecnificado cambió el estatus de Phytophthora como enfermedad y se transformó en una enfermedad muy importante, ya que, si no realizamos un adecuado manejo del riego, Phytophthora puede presentarse en todo el huerto.

– ¿Al aplicarse altas dosis de nitrógeno hay formación de oosporas o no se forman?

– Esa pregunta es de doble filo, porque un alto exceso de nitrógeno, yo estoy hablando de más de 3,3 ppm en la hoja, nos condiciona o nos puede estar causando un daño el exceso de nitrógeno en la raíz. Así que, mucho ojo con eso. Pero claro, no se va a producir micelio ni oosporas, es decir, si no hay micelio, no hay posibilidades de que se produzcan oosporas o clamidosporas, que es el otro mecanismo de resistencia. En todo caso, el mensaje es evitar el exceso de nitrógeno porque aparte de ser un problema es importante porque estamos perdiendo recursos, estamos contaminando posiblemente las napas más profundas o también se puede estar liberando NOx (óxido de nitrógeno) a la atmósfera. Hay que hacer más sustentable nuestro trabajo.

En esta charla la Dra. Besoain se refirió al empleo de fungicidas y biopesticidas para el control de esta enfermedad. Este aspecto será abordado por la doctora a futuro, por cuanto esta información está siendo analizada para ser publicada antes de realizar su divulgación en RedAgrícola. La profesora Besoain señala que parte de la información descrita en este artículo fue obtenida gracias al financiamiento otorgado por el proyecto FIA PYT-2016-0065, de ChileNut y la PUCV.

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