Nuevas variedades de almendras españolas
Recambiar. O morir. Hoy, más que nunca, se necesitan nuevas variedades de almendras para hacer frente a las necesidades de los mercados. Y la tendencia pasa por elegir material vegetal autofértil, de floración tardía, alta capacidad productiva, fáciles de formar y podar, con tolerancia a enfermedades y calidad de fruto. Al menos esa es la apuesta del Institut de Recerca i Tecnología Agroalimentàries (IRTA), de Cataluña que, en los últimos 20 años ha lanzado siete nuevas variedades al mercado. Las cuatro últimas –difundidas en 2005- tienen grandes posibilidades en implantarse en Chile a través de un acuerdo entre el IRTA y A.N.A.
Rodrigo Pizarro Yáñez, desde Reus, España
Desde entonces, la almendra ha diversificado sus mercados y el cultivo ha crecido en las principales zonas productoras. Hoy en día, el mercado mundial exhibe una buena capacidad para absorber los más de 2,5 millones de toneladas de almendra en grano que se producen todos los años (ver cuadro nº1) y que tienen a EEUU y España como los principales productores del planeta.
Australia con un modelo productivo similar al de EEUU y 26.000 ha plantadas, está incrementando muy rápidamente su importancia en la producción mundial.Concretamente en España, los almendros ocupan una superficie que ronda las 570.000 ha, esencialmente en zonas cercanas al Mar Mediterráneo, pero también en el valle del río Ebro y en Andalucía. Sólo en Cataluña se localizan unas 55.000 ha, y es aquí donde se han iniciado una serie de transformaciones para hacer frente a las necesidades de los mercados internacionales. “Hoy, más que nunca, podemos ver en Cataluña cultivos bien manejados, situados en las condiciones adecuadas y con producciones similares a las que se obtienen en California”, indica Ignasi Batlle, Director del Subprograma de Olivicultura, Elaoitécnica y Frutos Secos del IRTA de Cataluña, una empresa pública del departamento de agricultura, ganadería, pesca, alimentación y medio natural del gobierno catalán.
Ese ha sido el reto, y lentamente se están dejando atrás aquellas escasas producciones que rondaban los 100 kg/ha para pasar a cosechas superiores a 1.000 kg/ha, “en huertos establecidos con riego tecnificado y que cuentan con nuevas variedades”, precisa Batlle, aunque aún están por debajo de los rendimientos de 2.000 y 3.000 kg/ha que se consiguen, por ejemplo, en EEUU y Australia.
No ha sido una tarea fácil, porque los almendros de la cuenca mediterránea tradicionalmente se han ubicado en entornos marginales: suelos pobres y en secano, “a lo que debemos sumar que se han empleado variedades de floración temprana, sensibles a los fríos tardíos y con una polinización deficiente”, añade el especialista.
EL RECAMBIO: VARIEDADES AUTOFÉRTILES
Uno de los cambios más radicales y trascendentales ha sido el recambio varietal. “En los últimos años se está produciendo una lenta y clara tendencia a utilizar variedades de floración tardía y autofértiles”, precisa Batlle, un factor decisivo para establecer nuevos huertos en Cataluña.
“El hecho de que podamos disponer de material vegetal de calidad es esencial para el diseño y establecimiento de nuevos huertos –dice Batlle-. Hay variedades tradicionales, como Marcona o Desmayo Largueta, que si bien son buenas variedades, son de floración temprana lo que las hace sensibles a las heladas y también son susceptibles a algunas enfermedades”.
Tradicionales, sí. Del gusto del consumidor, también. Pero deficientes en aspectos concretos. Las viejas variedades están dando paso a una nueva generación de material vegetal, seleccionado tanto en Francia como en España. Sólo en Cataluña, el IRTA inició hace más de 35 años un programa de obtención de variedades de almendro por cruzamientos dirigidos, con el objetivo de contribuir a incrementar la competitividad de las plantaciones.
“Nuestra investigación es muy próxima al mercado y a la realidad española”, indica Batlle. Las primeras variedades de este centro de investigación fueron Masbovera, Glorieta y Francolí; lanzadas y difundidas en 1992. Trece años después, vieron la luz otras cuatro variedades: Vairo, Constantí, Marinada y Tarraco con características muy sobresalientes y que se han difundido muy rápidamente en España, precisa el experto.
LA REDUCCIÓN DE COSTOS ES PRIMORDIAL
Las características más importantes que busca el programa genético del IRTA, según Batlle, son: “Vigor y branching (producción de ramas) adecuado y que no sea difícil de manejar”. Asimismo, la reducción de costos es primordial. “Si hay un árbol con buena estructura de base, es importante porque así el agricultor no se gastará grandes cantidades de dinero en la formación del árbol o en la poda anual, que es una labor carísima. Otros objetivos primordiales son floración tardía, auto fertilidad y calidad de fruto, además de resistencia a enfermedades y sequía, o con aportaciones reducidas de agua”, añade.
Sin embargo, los objetivos del programa de mejora genética del IRTA se han ido moldeando en función de las necesidades del mercado. “Siempre hemos buscado la floración tardía para reducir el riesgo de heladas y la importancia de la autofertilidad se acrecienta con la reducción de las poblaciones de abejas en los campos”, precisa.
Si bien es el mercado quien fija las pautas relacionadas con la calidad del fruto, las siete variedades obtenidas por el IRTA tienen cáscara dura (tolerancia al agusanado, muy importante en California), sin almendras dobles y con buen aspecto del grano. Todas las obtenciones “son lo suficientemente vigorosas como para mantener un buen equilibrio entre producción y crecimiento”, explica el investigador. Vairo, Masbovera y Glorieta pueden clasificarse como muy vigorosas; Contantí y Francolí como vigorosas, mientras que Marinada y Tarraco poseen un vigor medio.
Es interesante destacar que la combinación de Marinada y Tarraco, ambas de vigor moderado, rápida entrada en producción y fecha de floración similar (muy tardía) puede ser considerada para la realización de plantaciones a marco algo más reducido.
Cuadro nº2. Principales características de las últimas 4 variedades seleccionadas por el IRTA de Cataluña en 2005.
¿LO IDEAL? CAMBIAR VARIEDADES
¿Qué variedad escojo? ¿Cuál es la mejor? ¿Se adapta a mis condiciones? ¿Le sacaré el máximo rendimiento?. Son muchas las preguntas que se puede hacer un agricultor cuando se enfrenta al dilema del recambio varietal, normalmente, el agricultor debe pensar en una combinación de variedades, más que en una variedad determinada.
Así, por ejemplo, “desde el punto de vista de la polinización, cuando se cultivan variedades autoestériles es mejor utilizar dos variedades polinizadoras, en lugar de una sola, ya que será más fácil el solapamiento anual en las floraciones”, precisa Batlle. “Pero cuando tenemos variedades autofértiles los requerimientos de polinización pierden importancia, porque los árboles pueden usar su propio polen para fructificar, aunque en huertos plantados con variedades autofértiles, es conveniente instalar colmenas de abejas para favorecer el movimiento del polen”, agrega.
Si bien las variedades autofértiles son capaces de producir abundantemente sin variedades polinizadoras, actualmente se realizan estudios sobre los posibles efectos beneficiosos de la polinización cruzada en estas variedades (cuajado y tamaño del fruto), pero aún no ha habido resultados definitivos.
HUERTOS MÁS INTENSIVOS
Huertos más intensivos. Pero, ¿qué factores determinan el marco de plantación? “El vigor varietal, pero también la maquinaria usada en la cosecha”, precisa el experto. Hoy es posible ver huertos bien manejados, donde los árboles alcanzan un gran tamaño. Sin embargo, la principal limitante es la luz del sol. “Si no llega la luz no se produce el fruto y las ramas envejecen más rápidamente”, apunta Batlle. Si de marcos de plantación se trata, lo más común son 7×7 m o 7×6 m, es decir, entre 200 y 240 árboles/ha. Si se emplean variedades de vigor moderado y rápida entrada en producción como Marinada y Tarraco, pueden utilizarse marcos de 6×6, 7×5 o 6×5 m, es decir, entre 277 y 333 árboles/ha. En Cataluña se están realizando ensayos con marcos de plantación estrechos y distintos sistemas de formación (vaso, eje, seto).
Vairo, Constantí, Marinada y Tarraco ya están establecidas en huertos comerciales en Cataluña, y este año se venderán en conjunto unas 350.000 plantas en España. “En estos momentos no hay una gran demanda de plantas, pero sí se demanda más que la capacidad que tienen los viveros de producirla”, explica. Para el territorio español la licencia exclusiva la tiene el Vivero Almeriplant, de Almería.
Pero no sólo en España hay huertos comerciales plantados con las variedades del IRTA, que también han generado interés en otros países productores como Portugal, Francia y Argentina.
PRÓXIMAMENTE EN CHILE
Y Chile, ¿cuándo podría tener estas variedades? “Nuestro material genético es posible de ser propagado y plantarse en Chile”.
El IRTA de Cataluña ya tiene avanzadas las conversaciones con Andes Nursery Association (A.N.A.) para introducir y comercializar el material vegetal de almendro en Chile. “Las conversaciones con A.N.A. se han dirigido fundamentalmente a las variedades que lanzamos en 2005. Ellos nos visitaron en julio pasado y actualmente el contrato está en revisión. La idea e intención por ambas partes es un contrato de producción y venta exclusiva para Chile”.
Y el futuro es prometedor en los laboratorios y campos de ensayos del IRTA que, pese a los recortes presupuestarios que ha hecho el gobierno catalán, no cesan en el trabajo de encontrar aquella variedad que signifique un cambio positivo en la producción del almendro. “De hecho –confirma Batlle-, tenemos tres nuevas variedades a punto, pero no las podemos sacar hoy porque es muy pronto. Sería una irresponsabilidad por nuestra parte invadir el mercado con nuevas variedades cada cuatro o cinco años, volveríamos locos a los agricultores”.
CUATRO NUEVAS VARIEDADES DE ALMENDRAS ESPAÑOLAS DESARROLLADAS POR IRTA PARA CHILE
Vairo: Es una variedad con una excelente capacidad productiva, debido a su intensidad de fructificación y vigor. Es autofértil, con un buen nivel de autogamia. De floración tardía, posee un buen fruto. Se puede asociar con Constantí u otras variedades de floración similar para favorecer la polinización cruzada. Posee un fruto de tamaño medio (1,2 g) y éste es atractivo, de tegumento liso, color claro y sin arrugas. El porcentaje de almendras dobles sólo llega al 0,1%.
Marinada: Se trata de una variedad con una excelente capacidad productiva y precocidad en la entrada de producción. Es de floración muy tardía, autofértil y con un buen nivel de autogamia. Los árboles son muy fáciles de podar y formar. Para favorecer la polinización cruzada, puede asociarse con la variedad Tarraco. La combinación de estas dos variedades puede ser interesante para realizar plantaciones a un maco algo más reducido que el habitual. De forma acorazonada, el tamaño del fruto es medio (1,3 g) y el porcentaje de almendras dobles sólo llega al 0,3%.
Constantí: Es una variedad con buena capacidad productiva, vigorosa y bien adaptada a condiciones de secano. Es de floración tardía, autofértil y con un buen nivel de autogamia. Para favorecer la polinización cruzada, puede asociarse con la variedad Vairo u otras de floración similar. De forma redondeada, el fruto pesa un promedio de 1,2 g, con un aspecto atractivo, de tegumento fino, claro y con alguna arruga. El porcentaje de almendras dobles es de un 1,1%.
Tarraco: Variedad precoz y de excelente capacidad productiva. De floración muy tardía y fruto de gran tamaño. Se trata de una variedad autoestéril, que necesita de polinización cruzada, pudiéndose asociar con la variedad Marinada. Asimismo, la combinación de estas variedades permite plantaciones de mayor densidad. De forma elíptica, los granos presentan un tamaño grande (1,7 g), son atractivos, de tegumento liso y claro. El porcentaje de almendras dobles sólo llega al 0,1%.