Los sabores latinoamericanos con que SAS amplía su catálogo de biológicos
En un continente, que representa el 50% de las ventas de la compañía, la firma de origen catalán espera duplicar en 2022 sus ingresos en las plantaciones del Cono Sur. A Nivel regional, SAS apuesta por el café y el banano para extender su fortaleza en bioestimulantes al área de bioprotección.
Por Felipe Aldunate M.
Sus laboratorios en Lleida no han dejado funcionar. Se trata de la firma española conocida con el acrónimo de SAS: especializada en bioestimulantes para el sector agrícola, la compañía presentó cinco nuevos productos en 2021 pese a la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19. Y para este 2022, prepara el lanzamiento de “dos o tres grandes nuevos proyectos”.
“Lanzar productos durante la pandemia ha sido un desafío, ha implicado un manejo distinto”, dice Carles Zanuy, el responsable global de ventas de SAS, quien ha visto complicaciones para acompañar los esfuerzos promocionales y de formación en torno a los productos nuevos, por las restricciones a la movilidad. “Pero la pandemia también ha dejado en evidencia la importancia y fortaleza de la agricultura, así como de los insumos que buscan aumentar su calidad”.
La firma apunta a ingresos de unos 50 millones de euros durante 2022, si se cumplen sus expectativas de crecimiento de dos dígitos para este año, explica el ejecutivo. Para ello, es clave América, donde se genera el 50% de los ingresos de la compañía.
En el continente, México sigue siendo su principal fuente de negocios, aunque el Cono Sur asoma como una de las zonas de mayor crecimiento. “Es una zona donde estamos de manera incipiente en relación a México y Centroamérica, por ejemplo”, dice Pedro Haro, quien dirige los esfuerzos comerciales en esta subregión conformada por Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay. “Pero el crecimiento es mucho mayor: esperamos poder duplicar este año en relación a lo vendido el año pasado”.
Para esto, es fundamental, señalan, seguir innovando y haciendo crecer su cartera que ya suma más de 100 productos bajo cuatro marcas distintas: Coda, Forcrop, Plandak y Krystaal. Todos ellos solo se fabrican en sus laboratorios y fábricas en Lleida.
Algunos de los productos lanzados recientemente apuntan a proteger a las plantas de estrés abiótico como las heladas, la radiación solar, y la sequía. Si bien la fortaleza principal de su catálogo está en el segmento de los bioestimulantes, seguido por correctores de suelos, SAS está apuntando a incrementar su presencia en la línea del biocontrol, aunque manteniendo fuera de portafolio la terminación ‘cida’ para sus productos. “Queremos insistir en el concepto de la sostenibilidad, por lo que no haremos ningún tipo de pesticida ni de biopesticida”, dice Zanuy. “Nada que termine en ‘cida’”.
En esto ya tienen dos productos que han probado América Latina. El primero de ellos fue Banadak, una solución que busca prevenir enfermedades en huertos de banana, con resultado positivos para el control Sigatoka Negra, causada por el hongo Ascomycetes Mycosphaerella fijiensis Morelet.
Esa misma fórmula están repitiendo hoy con Cafedak, uno de los cinco productos que lanzaron durante 2021. Se trata de un producto biológico que previene la roya del cafeto, causada por el hongo Hemileia vastatrix y cuyo único hospedero es el cafeto. “Ni Banadak ni Cafedak son fungicidas: de hecho si le pones ese producto al hongo, no le hace absolutamente nada, pero son soluciones que tiene un efecto sobre los cultivos que les permite sobrellevar estos problemas”, explica Zanuy. Para fines de 2022, SAS espera tener listos para lanzar entre dos a tres nuevas soluciones. “En este momento tenemos dos, tres proyectos grandes que están en el área de la mejora de suelos, de la bioestimulación y de activación de cultivos”, dice Zanuy. “Son dos o tres líneas grandes que podrían traer novedades interesantes”.
US$ 200 millones
Fue la cantidad que pagó el fondo de inversiones británico Stirling Square Capital Partners para adquirir SAS en julio de 2021, según informó la prensa española. Con ello, la firma dejó la propiedad familiar que había caracterizado en sus primeros treinta años, aunque hasta el momento, no ha implicado cambios de estrategia.