Equipo Redagrícola

Para Montana Fruits, la calidad es más importante que la cantidad. Es esto lo que motiva a esta comercializadora de frutas colombiana a entrar al negocio de la producción de aguacates. La firma busca alcanzar 600 hectáreas de cultivo propio de este fruto en los próximos tres años, una nueva producción que se sumará a los volúmenes que ya exportan de otros productores y que crecen velozmente:  para este año, la meta es alcanzar los 3,1 millones kilos de exportaciones de terceros, superando en más de 50% los 2 millones exportados en 2021.

El crecimiento al que apunta la firma con sede en Antioquia es parte del fenómeno en que se ha convertido la industria del aguacate en Colombia y que ya suma exportaciones por 96.3258 toneladas, 55 veces el volumen exportado apenas hace siete años. El aguacate colombiano ya llega a 33 destinos distintos, producidos por 92 distintas compañías. Los números y las historias que la han construido componen el Especial de Aguacates de la última edición colombiana de la revista Redagrícola.

Ver  edición de Redagrícola Colombia: “Aguacates, preparando otra campaña de récord”

Una tendencia en el que la selección y análisis del suelo se han convertido en elementos fundamentales para el éxito de estos cultivos, de acuerdo a lo que señala el experto Walter Osorio en este reporte. “Lo primero que deben hacer los productores es un análisis. Eso es casi una obligación para tener a futuro un cultivo productivo”, asegura el especialista de la Universidad Nacional de Colombia. La textura del suelo es el factor más crítico al momento de seleccionar un terreno y, según el experto, para establecer un huerto de aguacates el contenido de arcilla no debe superar el 20%. El elemento más importante que debe encontrarse en el suelo es el oxígeno, ya que garantizará una buena respiración de las raíces y un óptimo desarrollo de microorganismos benéficos para mantener el equilibrio del suelo.

La proliferación de Stenoma caternifer, o polilla de la semilla del aguacate, es un problema común en este tipo de plantaciones, pero su control cultural es una medida clave al momento de combatir esta plaga cuarentenaria de control oficial, tal como se describe en este artículo. Para Cristián David Obando, jefe regional del Eje Cafetero en la firma Cartama, “el éxito está en identificar la plaga antes de que empiece a hacer daño a las plantaciones”. Los agricultores de estos cultivos realizan un monitoreo mensual, pero en el caso de esta polilla es fundamental que se intensifique y se realice cada 15 días.

El Especial Aguacates también incluye un profundo artículo sobre la importancia de la cadena productiva del cultivo de aguacate para asegurar su calidad, desde la salud del árbol hasta los cuidados postcosecha. En otro, se analizan las estrategias de poda adecuadas para tener un huerto más productivo. Además, se cuenta el camino seguido por Jardin Exotics, firma que ha superado retos productivos con lo que ha logrado combinar sus cosechas de aguacate con las de gulupa a lo largo de todo el año, consiguiendo exportar durante sus 52 semanas.

Otras dos notas destacan el establecimiento de un aguacate sostenible que se abre espacio en el mercado y las oportunidades del aguacate colombiano en Chile.