Las larvas dañan gravemente los sistemas radiculares de los frutales
En pleno boom de las plantaciones de cerezo, diferentes expertos han advertido sobre los daños que están causando en los huertos de este frutal, varias de las especies de la familia Curculionidae. El entomólogo Marcos Gerding nos explica cuáles son las principales especies que afectan a los huertos en Chile, cómo estas se comportan y cuáles son las alternativas de control.
Foto: El Gorgojo de los invernaderos (Otiorhynchus sulcatus) corresponde a una de las pocas especie introducida.
A medida que se desarrolla el explosivo aumento de las plantaciones de cerezo, frutal que se ha establecido desde la zona centro hasta Chile Chico, se van incrementando los reportes de huertos cereceros afectados por el ataque de diferentes especies de curculiónidos. En este contexto, son varios los expertos que advierten sobre el impacto de estos insectos, tanto en huertos de cerezo en formación como en huertos productivos, así como enfatizan sobre la insuficiente preocupación de muchos agricultores respecto de la sanidad -en general- de los sistemas radiculares de sus árboles frutales.
A la familia Curculionidae (orden: Coleoptera) pertenecen varias especies de insectos que pueden afectar a los frutales. En Chile se los conoce comunmente como burritos, capachitos, cabritos, marineritos o gorgojos. Las larvas de estas especies se alimentan en el suelo, de las raíces de las plantas, causando un daño potencialmente mayor al cultivo, por su parte los adultos se alimentan en el follaje, provocando un daño considerado de menor importancia. Según el entomólogo Marcos Gerding, exinvestigador de INIA Quilamapu y socio de la empresa especializada en control biológico, Biobichos, en la actualidad serían principalmente cinco las especies de esta familia las causantes de los daños en los huertos de cerezo y otros frutales. Entre estas destaca al Burrito de la vid (Naupactus xanthographus) y al Cabrito de los frutales o Cabrito del frambueso (Aegorhinus superciliosus), en tanto que de las cinco que considera importantes, solo el Gorgojo de los invernaderos (Otiorhynchus sulcatus) corresponde a una especie introducida.
En opinión de Gerding, entre los productores de los distintos frutales se observan diferencias en el nivel de conciencia sobre el potencial daño de esta plaga que afecta, principalmente, a la parte oculta de los cultivos. “En los arándanos, por ejemplo, el agricultor sureño está mucho más preocupado que en otros frutales de los burritos y capachitos, porque sabe que las plantas se le mueren, pero no existe el mismo nivel de atención al problema en el caso de otras especies”, señala el entomólogo.
La tabla muestra las nueve especies de curculionidos consideradas de mayor impacto en los frutales de Chile. De las nueve especies de la tabla, solo dos -el Gusano de la frutilla y el Gorgojo de los invernaderos- corresponden a especies introducidas.
ESPECIES DISTRIBUIDAS EN TODO EL PAÍS Y CON CAPACIDAD DE MATAR A LA PLANTA
-¿Cuáles son las principales especies de ‘curculionidos’ que afectan al cerezo?
-Las larvas de cinco especies principales de curculionidos son importantes en los huertos frutales, incluido el cerezo. En general, donde se instale un cultivo y haya raíces, vamos a encontrar a esos insectos. Entonces, está el Burrito de la vid –que al parecer se ha desplazado- ya que antiguamente los reportes apuntaban a que esta especie estaba solo en la zona central, pero que no estaban en Chillán, por ejemplo. Aunque quizás era porque los entomólogos de Santiago no venían a Chillán. En la actualidad se aprecia que son especies que están distribuidas en todo el país. El Cabrito es otra especie muy importante y así mismo es una plaga que mata la planta.
-¿Cómo llegan estos insectos al huerto o ya están presentes en el suelo?
-De las cinco especies mencionadas, salvo una, todas son nativas y están presentes en nuestros bosques. Entonces, por un lado le quitamos el bosque y empiezan a buscar otros hospederos, otras fuentes de alimento, y encuentran las raíces del cultivo. Pero, por otro lado, al menos en el caso del arándano, antes de plantar por lo general se prepara el suelo de forma exquisita o al menos muy intensa, por lo que otra posibilidad es que llevemos el insecto junto a la planta desde el vivero. La planta ya vendría con una larvita que no detectamos y empieza a multiplicarse, en un comienzo muy lentamente, pero después, no voy a decir exponencial, pero si muy rápidamente.
-¿Hay diferencia en el tipo de daño que causa cada una de estas especies?
-Hay especies que son de alto impacto, anillan la planta y aíslan las raíces del follaje, por lo que la planta finalmente muere. Otras horadan y se meten dentro de las raíces, hacen como habitáculos. Por todas esas heridas entran enfermedades que provocan la muerte del árbol.
-¿Se establecen en una planta, se reproducen y luego van pasando a otras plantas del huerto?
-Una clave de estas especies de curculionidos es que ninguna de ellas vuela en estado adulto. Entonces, una vez que entran al huerto se van a quedar ahí, porque de otro modo tendrían que salir caminando. Una vez que se establecen en el huerto, van aumentando sus poblaciones y provocando cada vez más daños. Hasta que generan los anillados o provocan tantas heridas que las enfermedades entran y dañan gravemente al árbol. En estas especies de insectos los individuos son independientes, no forman colonias, por lo que puede haber una larva como también muchas. La larva vive en el suelo alimentándose, luego en primavera el adulto emerge y sube al follaje donde se alimenta -muy poco- de las hojas, pero se alimenta. Lo más importante -a nivel de follaje- es que ahí se aparea y vuelve a bajar. Entonces, se queda en el mismo árbol haciendo prácticamente lo mismo, pero también puede migrar hacia el otro árbol. Si el árbol hospedero está en muy malas condiciones el insecto va a migrar al vecino y va a poner sus huevos ahí.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS CURCULIONIDOS
Los adultos de curculiónidos se destacan por tener el rostro prolongado (rostrum) en el cual se insertan las antenas y en el extremo las piezas bucales.
Las antenas son características, acodadas (geniculadas) y el aparato bucal con poderosas mandíbulas le permiten al adulto consumir la lámina de las hojas, brotes, tejido de ramas, ramillas y frutos. Algunos en su proceso alimenticio provocan profundas hendiduras en tejidos lignificados de árboles y arbustos leñosos.
Son insectos robustos y duros y la mayoría de las especies que encontramos en nuestro medio agrícola tienen los élitros fusionados en su línea media por lo tanto no vuelan, pero con sus poderosas patas con garras caminan grandes distancias y pueden desplazarse y trepar sobre todo tipo de superficies. También contribuye a la distribución de los insectos su superficie impermeable que les permite flotar y ser llevados a otros lugares en el agua de escorrentía o del riego.
La reproducción puede ser sexual o partenogenética y los huevos son depositados en hendiduras del tronco o pegados al suelo cubiertos por una sustancia mucilaginosa que los protege de la desecación y depredadores. Hay especies de hábitos diurnos, pero la mayoría son nocturnos lo que debe tomarse en cuenta al efectuar el muestreo y control.
-Según eso, ¿sería un proceso lento de colonización del huerto?
-Es que no es lento porque cada hembra del insecto puede oviponer alrededor de 200 huevos. Además, de las cinco especies mencionadas, por lo menos dos de ellas son solo hembras. En el caso del Burrito de la vid hay hembras y machos, lo que significa que si se tiene una población de 100 insectos lo más probable es que cerca de 50 sean hembras y los otros 50 sean machos. Entonces, 50 hembras son las que colocan alrededor de 200 huevos cada una. Pero, por ejemplo, en el caso del Capachito de los frutales, todos los individuos son hembras. O sea, de cien ejemplares, los cien individuos son hembras y cada una tiene la capacidad de oviponer 200 huevos o más (reproducción partenogenética). Entonces, el crecimiento es explosivo y los productores, cuando se dan cuenta de que tienen la plaga en el suelo, es tarde, porque el o los árboles ya están afectados.
-¿El problema se distribuye por igual de Cordillera a mar?
-Es más intenso en el valle central, pero lo tenemos en los cultivos de la costa y por supuesto, y con mayor razón, en la Precordillera. Estos últimos son más los cabritos que los burritos. Aegorhinus superciliosus se llama el Cabrito de los frutales o del frambueso. Este es un insecto grande contra el que se construyen zanjas y se llenan de agua en la periferia de los huertos de arándano. Donde además se le colocan unas cercas de plástico para dificultarles la entrada a las unidades productivas. Pero esos insectos no se ahogan, sube las cercas, se cae en la zanja y llegan a la otra orilla flotando.
BIOBICHOS: UNA ‘FÁBRICA’ DE INSECTOS BENÉFICOS
-¿Desde cuándo existe Biobichos y en qué se especializa?
-Estamos trabajando desde el año 2011. Somos dos socios y llegamos a tener 12 personas trabajando. Sin embargo, hoy día tenemos solo dos, como consecuencia de la pandemia, para mantener los insectos vivos. Trabajamos con Trichogramma, Crisopa, Tupiocoris y Goniozus. Trichogramma es un insecto parásito de huevos de polillas. El año pasado a los forestales le vendimos Trichogramma para tratar dos mil hectáreas de pino, así mismo lo hemos vendido para manzano y viñas, ya que este insecto mata polillas de la manzana y enrolladores. La Crisopa, por su parte, es un depredador muy importante que controla chanchitos blancos, mosquitas blancas, pulgones, etc. Por ejemplo, estamos controlando pulgón lanífero en manzano. Con productores de Curicó hemos trabajado con Tupiocoris, un chinche que come mosquitas blancas del invernadero y es un excelente depredador. Además, hoy día estamos empezando a trabajar con Goniozus, que es un parásito de Polilla de la manzana y de muchas otras especies de polillas. Algo importante de considerar respecto del control biológico es que el agricultor él no puede decir ‘quiero controlar biológicamente solo la Polilla de la manzana’, en tanto que el resto de las plagas las va a controlar químicamente. Es botar la plata ya que cuando se aplica insecticida mata a todos los insectos.
-¿Ustedes se orientan a la producción orgánica o también atienden a los agricultores convencionales?
-El control biológico funciona para cualquiera, de hecho, yo me atrevería a decir, al menos por mi experiencia en INIA, que los que menos nos consideraban eran los orgánicos. Los orgánicos siempre tienen alguna solución. El control biológico lo aplica cualquiera, yo puedo aplicar controladores biológicos en un cultivo convencional siempre y cuando alterne o evite usar insecticida inmediatamente después de la liberación o antes de la liberación. Se puede liberar insectos en otoño para controlar las larvas invernantes y en esa época no hay ningún insecticida. Lo que hago es bajar la población, de manera que al año siguiente haya muchas menos polillas y ya no haya necesidad de aplicar. Se puede alternar, se puede convivir con el insecticida siempre que se maneje en forma adecuada.
DIFÍCIL CONTROL QUÍMICO Y ALTERNATIVAS DE CONTROL BIOLÓGICO
-Varios expertos han indicado que el control químico es ineficiente contra esta plaga, ¿qué te parece la posibilidad de controlar adultos en follaje mediante insecticidas químicos?
-Definitivamente, es un hecho que el control químico va a matar a los insectos presentes en el período en que esté activo el insecticida. El problema es que los burritos no emergen en un día, sino que empiezan a salir en octubre y terminan de emerger en marzo. Entonces, habría que aplicar cada 15 días o cada 30 días, pero luego se viene el periodo de cosecha. Los burritos son verdaderos tanques, no mueren con ‘agüita’, tienes que hacer una buena aplicación de un insecticida potente. O sea, te empiezas a complicar al acercarse la cosecha y no puedes aplicar cualquier cosa, porque te rechazan el producto en el mercado. Otro problema de los insecticidas es que matan a todos los insectos. Buenos y malos.
-O sea que el control químico matará abejas y a otras especies de insectos benéficos.
-Cuando aplicamos químicos en exceso estamos matando también a los insectos que controlaban a las plagas. Los insectos benéficos. Los controladores biológicos funcionan culturalmente y son dependientes de la densidad de la plaga. Si hay un solo ejemplar de su presa o su hospedero el controlador no va a estar presente ya que esperan a que haya una gran población de insectos antes de aparecer, normalmente por temperatura. La naturaleza está regida por ese sistema, mientras no haya temperatura suficiente no van a emerger los depredadores, porque “saben” que no hay suficientes pulgones, por ejemplo. Es necesaria una alta densidad de la plaga, del hospedero o de la presa, para que tenga efecto el control biológico. Con las estrategias biológicas hay que adelantarse al incremento de población de la plaga.
-¿Vale la pena distinguir entre una especie de curculionido y otra, desde el punto de vista de manejo, por ejemplo?
-En INIA en base a distintas enfermedades hacíamos estudios de control biológico en estos insectos plaga. Principalmente con hongos entomopatógenos. Sacábamos muestras de suelo, las llevábamos a Quilamapu y hacíamos pruebas hasta que veíamos que los individuos de otras especies de insectos, que usábamos como trampa, se enfermaban. Así colectábamos las enfermedades. Después venía el proceso de probarla en nuestros insectos objetivo y esa misma enfermedad -que mataba a la presa que usábamos como trampa-, muchas veces también mataba a los individuos de alguna de las especies de curculionidos, pero no mataba a los de otras. Entonces, es importante conocer la especie y entender que estos productos biológicos, en este caso hongos, son específicos para una determinada plaga del suelo.
-¿Cuáles son las estrategias desde el punto de vista del control biológico? ¿Detectas la plaga, aplicas el biológico y después tienes que volver a aplicar cada cierto tiempo?
-Si la labor es bien hecha estimo que bastará una sola aplicación del hongo en la temporada, ya que los hongos se van a reproducir en los insectos y posteriormente van a salir y van a infectar a otras larvas. Entonces, es un ciclo o una cadena en que, en la medida que pasa el tiempo, vas a tener más y más muertes. De hecho el hongo, si el suelo es rico en materia orgánica, va a sobrevivir porque además de ser entomopatógenos, son saprófitos. La fábrica de productos en base a hongos entomopatógenos se fundamenta en la condición de que estos sean saprófitos.
-¿Y tiene experiencia con productos en base a nematodos entomopatógenos?
-Los nematodos entomopatógenos son también espectaculares. Son muy buenos porque tienen una ventaja, el hongo se aplica como conidia, como esporas al suelo y el hongo baja por gravedad en el suelo junto al agua intersticial que se infiltra en el perfil. Si tú haces una suspensión con agua y dejas el vaso con la suspensión hasta el día siguiente, verás que las esporas están todas en el fondo del vaso. Ese principio se usa para que el hongo baje en el perfil del suelo y ojalá se encuentre con alguna larva y la contamine o la enferme, pero si no encuentra nada va a seguir bajando. En cambio los nematodos nadan en el agua del perfil y lo pueden hacer en todas direcciones, buscando larvas. Pero, igual que en el caso de los hongos, los nematodos son altamente específicos respecto de las larvas que parasitan.
-¿En qué momento se aplican estos productos biológicos? ¿Cuando la larva está en el suelo o cuando el adulto está en el follaje?
-Estos entomopatógenos se aplican en el suelo. En mi opinión tiene que ser temprano en otoño, de manera que controlen las larvas antes de que causen daño en el cultivo. Las larvas de los Curculionidos permanecen durante todo el otoño, el invierno y parte de la primavera en el suelo comiendo raíces. Cuando aplicas el biológico en septiembre, y son muchos los productores que lo aplican en septiembre, viene a ser como una venganza, porque el daño en las raíces ya está hecho. Entonces, lo ideal es aplicarlo al inicio del otoño, de manera de que los hongos o los nematodos actúen y maten ese material y no tengamos daño. ¿Cuántas veces? Creo que bastaría una buena aplicación, aunque en ocasiones se recomienda más de una.
Es frecuente que cuando una plaga afecta fundamentalmente la porción oculta de los cultivos, las raíces, los productores no la detectan hasta que el problema se manifiesta en la copa de los árboles. Es decir, cuando ya es tarde para evitar el daño productivo de los huertos frutales.