La suma de todos los miedos
En el Perú, al menos 30% de la uva de mesa es descartada en packing por presencia de chanchito blanco. Según comenta Karina Buzzetti, directora de la Consultora de AgriDevelopment, ese porcentaje podría seguir creciendo, debido a ciertas complejidades que se presentan a la hora de controlar esta plaga. Para salir bien librado, explica que hay que conocer las especies existentes en los fundos del norte y sur del país, para así poder determinar un correcto manejo de la plaga.
A diferencia de Chile donde el chanchito blanco tiene un ciclo de vida establecido por las estaciones climatológicas, en nuestro país suele reproducirse en cualquier momento del año y presentar un traslape constante de huevo, ninfa y adulto; que vuelve difícil determinar las herramientas para su eliminación. Si en el país vecino del sur existen al año entre tres y cinco generaciones, en los campos peruanos se contarán entre 8 y 11 generaciones, por temas de clima y además porque la planta de vid tiene un rápido crecimiento, brindando constante alimento a la plaga.
A eso se suma que existe desconocimiento sobre sus hábitos de colonización, pues algunas especies de chanchito blanco podrían migrar al brote antes que a la flor y otras instalarse en la tola, sobre todo en aquellas plantas con más años de antigüedad. Además, hay que agregar que en nuestro país existen más especies de chanchito que las oficiales, incluso hay algunas nativas, que hacen aún más complejo su tratamiento. Mientras tanto, los campos de vid vienen cambiando variedades por aquellas con un mayor contenido azucarado que atraerán con gran intensidad a estos chanchitos blancos.
“La problemática en el Perú es compleja, porque tienes más especies de las oficialmente conocidas. Están distribuidas indistintamente en la zona norte y sur. Además, hay mucho movimiento de material contaminado, por tanto, lo esperado es que se siga diseminando el problema. Y, desde el punto de vista biológico, los chanchitos blancos tienen condiciones favorables, porque en la zona fría no tienen fríos extremos. Esto permite que el desarrollo de la plaga sea continuo, lo que cambia es que tienes 8 generaciones en el sur y hasta 11 generaciones en la zona norte, durante el año.Todo el año se reproducen y lo único que hace es ir subiendo o bajando del brote”, explica Karina Buzzetti, directora de la Consultora AgriDevelopment.
Si bien la planta puede tolerar niveles altos de poblaciones de chanchito blanco, suele haber un daño cosmético y cuarentenario que son limitantes a la hora de su exportación. El ataque es caracterizado por el bronceado sucio del haz de las hojas, con una gran acumulación de polvo y partículas de suelo que ocultan los estados móviles de las arañitas, las que pueden alcanzar poblaciones mayores a los 50 ejemplares por hoja. Además, la presencia masiva de esta plaga puede debilitar las plantas jóvenes de vid y reducir su productividad.
ESPECIES ENDÉMICAS
Estos insectos fitófagos floemáticos son la tercera familia más numerosa del orden Hemíptera, que incluye diversos géneros (28 especies presentes en Chile al 2011). De las especies endémicas en los viñedos, Buzzetti comenta que existen condiciones favorables para el desarrollo de Planoccocus Citri y Planoccocus Ficus, porque hay una ritidoma que les permite un refugio natural. Otro aspecto que permite su masificación es el uso excesivo de fertilización nitrogenada que puede nutrir muy bien a la vid, pero incrementa la presencia de la plaga. Igualmente, hay presencia de las variedades Pseudococcus viburni y Pseudococcus longispinus, así como de Phenacoccus peruvianus, una variedad nativa que, según la especialista, tendrá cada vez más presencia en el país.
“Las especies de Planococcus usualmente tienen un menor número de ciclos que el género de Pseudococcus. Si eventualmente conviven ambas plagas, algo que puede ocurrir en un mismo campo, van a tener periodos de migración más cortos y ciclos más largos, con ninfas que salen rapidito y, eventualmente, adultos que demoran más tiempo en su desarrollo, ocasionando un mayor daño”, indica la especialista.
En cuanto a sus características, Buzzetti explica que tienen cuerpo blando, simétrico, ceroso, con un marcado dimorfismo sexual: hembras ápteras, machos generalmente macrópteros. Los adultos son los que suelen estar cubiertos de cera. Por tanto, las aplicaciones por aspersión tienen un impacto limitado en el chanchito blanco. Por ello, en Chile se realizan las aplicaciones de químicos en el periodo de ninfa, cuando está más expuesto. El problema en Perú es que el periodo de migración de ninfa es difícil de determinar, debido al tema del traslape.
“Aquí todo el año van a tener ninfas de primer estado y adultos. La sensibilidad de los distintos estados del chanchito blanco es completamente opuesta. Matar una ninfa o un bebé va a ser mucho más sencillo que matar al adulto que está escondido, tiende a no moverse y está absolutamente cubierto de cera. En contraste, la ninfa se mueve porque está buscando donde fijar el estilete, todavía no forma la cera porque está neonata y, eventualmente, van a estar ubicadas en sectores más visibles, por lo tanto, el contacto con pesticidas podría ser más fácil”, explica.
EL HÁBITO DE LA PLAGA SERÁ UNA SERIA LIMITITANTE
En general, refiere que sus hábitos son crípticos, porque van buscando los lugares más escondidos de la planta. “Mientras más vieja es la vid, más recovecos tiene y, por tanto, cada vez será más difícil controlar el chanchito blanco. Uno puede destolar una planta de 20 años y debajo de toda la tola aparece el insecto, que está feliz, alimentándose directamente. Por ende, insisto que por mucho que tengamos tecnología de aplicación de pesticidas mejorados, siempre será una limitante el hábito de la plaga, junto con las características de su cuerpo, su morfología, a diferencia de otras especies como las polillas que siempre están expuestas”, explica.
En contraparte, las nuevas variedades de vid que se vienen instalando en el país concentran azúcares más temprano, así que la colonización de racimos será, igualmente, más rápido. Además, el que la planta crezca de manera precoz en Perú también ocasiona que las aplicaciones se diluyan a ese ritmo. Para la especialista, es muy común que se comentan errores en el manejo de la plaga, sobre todo porque no se llega a determinar correctamente cuáles son los tiempos de espera entre las aplicaciones.
La mayoría utiliza productos de contacto y vía sistémica, entre ellos, los ingredientes activos spirotetramato, imidacloprid, sulfoxaflor y neonicotinoide; así como mucho uso de organofosforados. Por vía sistémica, la mayoría de los compuestos poseen movimiento xilemático (ascendente), salvo el spirotetramato que es ambimóvil, lo que lo hace más efectivo. Si es vía contacto, Buzzetti resalta que este es útil sobre individuos expuestos en follaje a inicios del desarrollo del cultivo (clorpirifos, diazinon, phosmet).
Control de hormigas
Las hormigas protegen a los chanchitos blancos de los ataques de sus enemigos naturales. Por eso, dentro de la estrategia de manejo de otros frutales, como los paltos, se hace un control dirigido a las hormigas.
¿Cuánto dura el efecto de un producto?
En Chile, el efecto de un producto dura 35 días, mientras que lo esperado para Perú son 20, no más que eso. ¿Por qué? Aquí la tasa de crecimiento de la planta es más rápida.
EL MANEJO SE INICIA TEMPRANO
La estrategia de control debe partir a inicios del ciclo de producción, después de la poda de renovación. Esto significa que la primera aplicación debe ocurrir antes de la flor con un producto que tenga poder de contacto. Lo usual ha sido la aplicación de organofosforados, que suelen dejar residuos.También es posible utilizar el neonicotinoide. Tras la floración sería posible utilizar spirotetramato. En tanto, el imidacloprid (diferencias entre formulaciones) es aplicable previo al cierre de racimo y, al cierre del mismo, considera como alternativa el sulfoxaflo.
“Cuando la plaga comienza la migración con el inicio de la brotación, uno debiera considerar productos de contacto, complementados con algunas herramientas vía sistémica o por ingestión. Por ejemplo, el neonicotinoide combina el de contacto con el sistémico, lo que permite bajar la población de chanchito blanco temprano y complementar con otro producto sistémico como el spirotetramato”, apunta la especialista tras explicar que estas son estrategias nuevas, porque son recientes los desarrollos de estos ingredientes activos. Además, indica que se suele aplicar organofosforados cuando la plaga está debajo de la tola, pero el efecto es medianamente eficiente. Para ello, también se está utilizando el neonicotinoide, “por ser un producto capaz de ser absorbido dentro de la madera, pues se moviliza dentro de la planta de manera ascendente”. En general, el hábito de colonización de esta plaga es indistinto, pues estará en el racimo, en cargadores o en hoja. También se localiza en brotes y en pedúnculo.
De acuerdo a la realidad de cada campo, serán necesarios entre cuatro a seis aplicaciones de los productos químicos, siendo lo mínimo tres aplicaciones. En resumen, lo que recomienda la experta es una combinación de productos sistémicos y de contacto. La idea es que se cuente en el diseño del manejo con una gama de productos multipropósitos e ir rotando tales mecanismos. “Si los productores peruanos solo basan la estrategia en un producto sistémico que no tiene efecto de contacto, no van a tener en el fondo un control adecuado, porque una vez que el chanchito blanco llega al racimo, entonces, la sistemia es prácticamente nula”, refiere.
IDENTIFICACIÓN DE ESPECIES Y HÁBITOS
Adicionalmente, la identificación de la especie de chanchito blanco será importante para diseñar la mejor estrategia de control. “Las diferencias que existen entre especies tienen que ver con los hábitos de colonización. Algunos van a partir muy temprano yendo hacia la fruta y otros les gusta más quedarse en el tronco. En sí tengo más oportunidad -a mi juicio- de controlar aquello que está en el tronco que lo que se va directamente a la fruta”, explica.
Por ejemplo, Pseudococcus viburni tiene muchos ciclos consecutivos hasta completar al menos cinco. En el caso del Planococcus citris registra partenogénesis facultativa, es decir, que la especie se multiplica por clones y no necesita la generación de machos. Si esa especie genera resistencia a ciertos químicos, Buzzetti explica que el problema será más complejo porque se tendrán clones que, igualmente, tendrán menor sensibilidad a un grupo de pesticidas. “Por ello, la estrategia debe partir con productos multipropósitos, que sean sistémicos y de contacto. Pero en el fondo hay que ir, insisto, rotando mecanismos de acción y ojalá grupos químicos”, señala.
PENDIENTE UNA INVESTIGACIÓN DEL CHANCHITO
Para ir profundizando en el manejo de la plaza, la experta recomienda una mayor investigación sobre los ciclos de las distintas especies, su taxonomía y formas de control. También son necesarios estudios de degradación de plaguicidas, así como sobre la interacción de estas nuevas generaciones de químicos que están apareciendo en el mercado, para evitar problemas futuros de LMR.
“Falta un mayor conocimiento sobre los ciclos de las distintas especies que están conviviendo en el Perú. Falta un conocimiento del tema biológico asociado a estos programas de manejo y sobre degradación de plaguicidas, para saber si son detectables al momento de la exportación del cultivo”, expone Buzzetti, quien indica que es necesaria una identificación genética.