Por Renato Manrique

Si bien en la última década se ha incentivado el cultivo de frambuesa en el país, este aún no se ha consolidado como sí ha ocurrido con el arándano o la fresa. Fue en Arequipa donde se realizaron los primeros ensayos con la variedad Heritage, a las que siguieron Willamette y Meeker, que no se adaptaron a las condiciones agroclimáticas de esa zona, por lo que los productores continuaron solo con Heritage, con la que obtuvían rendimientos cercanos a 7 y 8 t/ha, producciones que abastecían a los supermercados de Arequipa y Lima”.

Pero, a pesar de los buenos precios de la fruta, la esta producción no siguió expandiéndose por diversos motivos, “pero principalmente porque no se produjo renovación del material vegetal y la renovación de variedades más productivas y mejor adaptadas”, sostiene la Dra. Marina Gambardella, investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, sobre un cultivo que hoy en Perú no llega a cubrir 100 hectáreas (ha). “Durante la pandemia ha habido varios campos que han decidido reemplazar su superficie de frambuesas por otro cultivo”, precisa José Cordero, asesor internacional, especialista en berries, sobre los cambios que ha habido, por ejemplo, en Cajamarca, donde el tránsito de la fruta recién cosechada es un tema clave, al no tener una larga vida de poscosecha.

¿REAL ALTERNATIVA COMO PRODUCTO DE EXPORTACIÓN?

De la mano del desarrollo de las exportaciones de otros berries (arándano y fresa), en las zonas costeras del norte chico, diversos agricultores y empresas están probando nuevas variedades de frambuesa para diversificar la producción. Para esto, es se han introducido variedades ‘remontantes’, de bajo requerimiento de horas frío. “Variedades nuevas muy buenas perspectivas y en el futuro cercano se espera una expansión de este producto, tanto para el mercado nacional como el de exportación”, sostiene la Dra. Gambardella. “Se sabe que algunas empresas han introducido las variedades ‘Santas’ (Santa Clara y Santa Catalina) de origen chileno, Adelita (Planasa, de España), Kwanza y Kweli (Advanced Berry Breeding (ABB), de Holanda), todas con mayor remontancia que Heritage”, subraya la especialista. En la misma línea, Cordero complementa que Cerro Prieto y Hortifrut tienen ensayos de adaptabilidad a nuevas variedades de mayor producción que podrían alcanzar, e incluso superara las 20 t/ha.

“Estos valores concuerdan con rendimientos que alcanzan estas variedades en otras zonas, bajo condiciones agroclimáticas similares, por ejemplo, México 18,3 t/ha como promedio y España y Portugal con 24,1 t/ha de promedio, aunque en estos dos últimos países se realiza principalmente cultivo bajo túnel. No obstante, -recalca- aún existen dudas en cuanto a la calidad de la fruta obtenida y especialmente en relación a sus características de postcosecha”.

Variedades como las ‘Santas’ han destacado por el mayor calibre de sus frutos. “Esta característica les da más eficiencia de cosecha, ya que se desprenden fácil del receptáculo. La investigadora destaca que el mayor tamaño de la fruta no quiere decir que sea apta sólo para la comercialización en fresco”, precisa la especialista. Pero no son las únicas que han llegado al país, porque Viveros California (España) y Ekland Marketing Company of California (EMCO CAL) están también ofreciendo frambuesas, moras y arándanos. “Lo interesante es que las variedades de frambuesas que están llegando al país pueden cultivarse también en la costa, donde la acumulación de frío es más baja”, subraya Cordero.