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Jaime Auger y el "terremoto gris" en las vides

Fitopatólogo advierte sobre el potencial de botrytis para la próxima temporada

Si bien la enfermedad también afecta a arándanos, kiwis y frutillas, entre otros, la pasada temporada resultó dramática para las vides, especialmente para las con fines de vinificación. El fitopatólogo, Dr. Jaime Auger, advierte sobre el enorme potencial de inóculo que dejó en los huertos la gran cantidad de uva con pudrición y repasa tanto su comportamiento como las oportunidades de control.

22 de Febrero 2017 Equipo Redagrícola
Fitopatólogo advierte sobre el potencial de botrytis para la próxima temporada

 “Este año lo que sucedió con botrytis (Botrytis cinerea) en las vides puede ser considerado como un tsunami o un terremoto”, señala el fitopatólogo de la Universidad de Chile. “El problema fue que las lluvias de abril, además de intensas, fueron largas en el tiempo. Entre el 14 y el 18 de abril, en Rancagua, llovieron 134 mm. Todos los días cayeron entre 20 y 40 mm por lo que la exposición de la fruta a esas condiciones fue muy extendida”, recuerda el investigador.

Jaime Auger repasa lo sucedido la pasada temporada para advertir a los productores que en el piso de los parronales y de las viñas quedó mucha uva y rastrojos contaminados, “lo que lógicamente va a incidir en un incremento del inóculo de la enfermedad y que ésta se manifieste con mayor fuerza nuevamente la próxima temporada”, explica.

Según el científico, la pasada campaña se dio la tormenta perfecta ya que “también tuvimos una primavera lluviosa, lo que así mismo incidió en la gravedad de los efectos de la lluvia de otoño o de término de cosecha”. En el caso de las vides, los más afectados fueron los productores de uva vinífera debido a la costumbre establecida de esperar a que la fruta aumente la concentración de grados brix, lo que en general no presenta consecuencias negativas durante los años secos.

Es importante recordar que Botrytis se ve favorecida por condiciones de alta humedad o lluvia, de lo que se tuvo un exceso la pasada temporada. El desarrollo del hongo se ve favorecido por la presencia de agua libre, más aun en el rango de temperatura ideal que encuentra en nuestro clima mediterráneo. Esto es, clima mediterráneo con temperaturas de entre 15 y 24ºC. Por ejemplo, no tenemos temperaturas extremadamente altas como en California, donde Botrytis no es problema.

El equilibrio del cultivo y la enfermedad está regido por tres elementos principales. Estos son la planta, el hongo y las condiciones medioambientales (lluvia, humedad ambiente, agua libre, etc.). Sin embargo, la planta también tiene sus sistemas de defensa para evitar que el hongo cause la enfermedad. Es así que además del factor clima las variedades son más o menos susceptibles. “Es poco lo que se puede hacer en cuanto al clima cuando se presentan situaciones como la que se enfrentó este año pero algo se puede hacer en cuanto a variedades, por ejemplo si plantamos variedades susceptibles más hacia el sur vamos a tener más problemas”, dice Auger.

“Dentro de las situaciones en que podemos influir, continua, está el conocimiento que tenemos sobre la susceptibilidad de los diferentes estadios fenológicos y así mismo sabemos cómo afectan las fuentes de inóculo, de las que posteriormente se genera la enfermedad”. En el control cultural se consideran dichos conocimientos y así mismo en la fertilización pero, un aspecto que el fitopatólogo señala como clave es el control químico.

LA CLAVE ESTÁ EN LA EFICACIA DEL CONTROL QUÍMICO

 Como el clima o los microclimas son difíciles de manejar o son situaciones en que se puede influir muy poco, solo nos queda incidir en los manejos culturales, la fertilización balanceada y, como ya se destacó, en la eficiencia en el control químico. La eficacia del control químico es lo que va a evitar que se manifieste la enfermedad.

Esta enfermedad se coordina perfectamente con la naturaleza. En el gráfico 1 se aprecia que los estadios más susceptibles de la vid son floración e inicio de fruto formado y resulta que en esos momentos de susceptibilidad es cuando el potencial de inóculo o el volumen de esporas por volumen de aire, es mayor en el ambiente.

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Gráfico 1: El ciclo epidemiológico se inicia con la infección primaria de estructuras vegetativas jóvenes por medio de conidias transportadas por el viento producidas a partir de la forma invernante del patógeno (esclerocios).
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Gráfico 2: Esporulación potencial de B. cinerea proveniente de rastrojo compuesto por diferentes partes de la planta

Pero el microclima también es importante y no solo –por ejemplo- la lluvia. “Es importante lo que pasa en el follaje, entre las hojas y en el interior del racimo, ya que la esporulación potencial es mucho mayor en el follaje y en las distintas partes de la planta, que en -por ejemplo- la entre hilera. Lamentablemente la conducción más utilizada en uva de mesa, el parrón español, genera una condición ideal para que ocurra la infección”, dice el especialista.

Se sabe que el de flor en la vid es un estadio sensible al ataque del hogo pero éste no solo provoca atizonamiento de la flor o muerte de la misma cuando el ataque es muy severo. Con mayor frecuencia el hongo queda en un estado de latencia para manifestarse posteriormente en infecciones en las bayas cuando la uva comienza a madurar; ya que disminuyen los compuestos antimicóticos que contienen las bayas no maduras.

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Gráfico 3: Niveles de infección de Botrytis cinerea (%), en bayas del cv. Thompson Seedless no tratadas con fungicidas
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Gráfico 4: Niveles de infección de Botrytis cinerea (%), en bayas del cv. Thompson Seedless tratadas con fungicidas (programa de control tradicional; aplicaciones durante la floración y desde pinta a cosecha)

Los gráficos 3 y 4 muestran los niveles de infección en la variedad Thompson Seedless detectados en los distintos estados de desarrollo de la planta. Esta es una de las variedades más cultivadas y es altamente sensible. Se aprecia que los altos índices en precosecha se relacionan con el nivel de infección en flor pero también se ve que cuando se aplica fungicidas en flor se baja la presión de infección en los restos florales y por consiguiente se va a observar una disminución de la infección en precosecha y poscosecha. Sin embargo, esta relación no se observa igual en todas las variedades. “En el caso de Red Globe, aun cuando tengamos una alta infección en flor y principalmente en los restos florales, se observa una menor infección en precosecha que en el caso de Thompson. Por lo que, si se trata con fungicida en flor y eliminan los restos florales, la infección disminuye todavía más en precosecha”, señala Auger y recuerda que el cv. Red Globe bota más fácilmente los restos florales que Thompson Seedless,  recomendable pasar una turbo pulverizadora aplicando aire forzado para botarlos .

EN FLOR SE ALCANZA 100% DE INFECCIÓN A LAS 3 HORAS

Debemos conocer cómo se comporta la infección para determinar cómo debemos actuar. Según el fitopatólogo, de los distintos productos fungicidas disponibles algunos actúan cuando ocurre la germinación del hongo en tanto que otros encuentran su oportunidad de actuar recién cuando se inicia la penetración del micelio. “Eso es muy importante ya que bajo las condiciones apropiadas la infección de la flor de la vid alcanza al 100% a las tres horas desde la inoculación. Sin embargo, en el caso de la baya -el siguiente período crítico en precosecha- el porcentaje equivalente de 80-100% de infección se demora más (cerca de 19-20 horas). En razón de eso, para la protección de la flor no nos preocupamos de la situación climática sino que aplicamos en preflor y a inicios de flor y, según condiciones climáticas también en plena flor. Es decir, se aplica por calendario ya que la única alternativa es estar protegido, de otra forma nunca vamos a lograr hacer la aplicación en el momento oportuno”, anticipa Auger.

En caso de lluvias cercanas a cosecha, debido a que hoy se dispone de información climática mucho más certera, “hemos observado que lo más efectivo es aplicar el producto 48 horas antes de la ocurrencia de la lluvia o, en el peor de los casos, a 24 horas de que ocurra el evento. Claramente es más eficiente aplicar 48 horas antes que aplicar 24 horas antes, pero cualquiera de las alternativas es más eficiente que aplicar después de ocurrida la lluvia”, aclara el experto.

EL MANEJO DEL CLIMA DEL PARRÓN

 El clima del parrón se intenta manejar mediante cubiertas plásticas que resultan una inversión bastante cara (+-US$20.000/ha) pero ayudan a superar períodos de lluvia como las ocurridas el pasado otoño. Sin embargo, “esto es algo muy nuevo y hay una serie de condiciones que se producen bajo el plástico, ya que es un ambiente totalmente modificado, pero son condiciones que se relacionan con el desarrollo del hongo. Por ejemplo, podría ocurrir que se mantiene el ambiente a temperaturas óptimas para el hongo”, dice Auger. Es decir, podemos modificar el clima pero todavía quedan muchas preguntas por contestar.

Ante la amplia gama de variedades de uva de mesa (y de vino), algunas resistentes, el asunto es colocar la variedad en la zona que le corresponda. Además se puede influir en que la variedad manifieste su resistencia o tolerancia mediante un buen manejo. Por ejemplo, fertilización balanceada, manejo de follaje, etc. Sabemos cuáles son los períodos más susceptibles, sabemos cómo va a sobrevivir el hongo, cuál va a ser la presión de infección, cuando ocurrirá esa presión y cuándo debemos evitar que esa presión de infección esté presente.

“Pero lo que está más claro es que si no se logra un control químico eficiente, por desconocimiento de la efectividad de lo que estamos aplicando y forzando a la población del hongo a que desarrolle resistencia, vamos a terminar aplicando un producto que no va a lograr el resultado esperado. Si tenemos el conocimiento para hacer un buen uso de los productos y lograr un control químico eficiente vamos a estar sumando un elemento que ayudará enormemente al éxito del objetivo de control y cosechar fruta sana”, afirma Jaime Auger.

FACTORES QUE AFECTAN LA SUSCEPTIBILIDAD O RESISTENCIA A BOTRYTIS

Correlación morfológica, anatómica y de características químicas de las bayas v/s Resistencia a Botrytis

–   Densidad de bayas en racimo

–   Grosor y nº de capas de células en la epidermis

–   Nº de lenticelas y poros

–   Caracterización de la piel de la Baya (fenoles totales, resveratrol y catequina, y proteínas)

–   Cantidad de cera y cutícula

–   Contenido de carbono en exudados de la baya

 La susceptibilidad o la resistencia a la enfermedad está determinada por distintos parámetros, en la mayoría de los cuales no se puede intervenir o modificar. Si bien se puede intervenir el racimo en arreglo de racimo, la cantidad de cera, el número de capas celulares de la epidermis o el número de lenticelas es intrínseco de la variedad. Así mismo se puede modificar el contenido de algunos componentes de la baya, fundamentalmente de la piel, principalmente los fenoles, que actúan como elementos de defensa de la planta.

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Susceptibilidad tejido vegetal  / botrytis / plantas distintos niveles  fertilización  N2

¿Exceso  de  Nitrógeno FAVORECE Botrytis?

 “No es que el nitrógeno favorezca la infección de botrytis pero hay que estar conscientes de que la fertilización en general debe ser balanceada. Tanto la ausencia como el exceso de nitrógeno favorece la manifestación de botrytis. Esto ocurre porque dos componentes de las bayas, principalmente de la piel, pectinas solubles y fenoles, juegan un rol importante en la defensa de la baya contra el hongo”, dice Auger.

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