Enemigo al acecho
La aparición de nuevas plagas en los cultivos está inquietando a los productores del sur del país. A ello hay que sumar otras que han aumentado su presencia y que son un quebradero de cabeza en: espárrago, uva de mesa, páprika y arándano. El entomólogo e investigador, José Bravo explica cuál es la incidencia actual de estas plagas y cómo se debe realizar un correcto control de ellas.
Una plaga que siempre estuvo relacionada con el maíz, como es el Elasmopalpus lignosellus, un barrenador menor, empezó desde hace unos cuatro años atrás a atacar los espárragos iqueños. Tras la cosecha, este gusano perforador ingresa por el cuello de la planta y comienza a escalar hasta alojarse en la parte central del tallo. Los productores no se dan cuenta de cuándo ha ingresado, básicamente porque el cultivo sigue desarrollándose con normalidad, pero cuando se comienza a formar el follaje se observan marchitamientos. “Al inicio se pensó que era Fusarium, por los síntomas, pero cuando se hicieron los muestreos mostraron que se trataba de un barrenador. He visitado campos que fueron afectados hasta en un 70%. Es una plaga muy agresiva, sobre todo, en la zona de Villacurí, donde hay suelos arenosos”, explica el entomólogo e investigador, José Bravo.
Si no se aplica un mecanismo de control, la larva desarrolla en solo quince días su ciclo dentro del tallo. En ese lapso mata a la planta, destruyendo los haces vasculares de subida y bajada del tallo. En algunos casos, la plaga ha llegado a afectar hasta un 70% de los campos. En esos casos, según precisa Bravo, lo que se debe hacer es una poda sanitaria. “Se sacrifica todo el campo y se deja de exportar durante esa campaña”, cuenta.
Es en la zona de Santiago, en Ica, donde se registra la mayor proliferación de este barrenador en los campos de espárragos. Se trata de una plaga que busca humedad y temperatura y que, generalmente, ataca los brotes tiernos. Por lo tanto, ya no resulta un peligro cuando la planta ha formado su follaje y lignificó todo el tallo. Lo más recomendable es realizar un correcto manejo del follaje y las malezas, que es donde suele esconderse esta plaga, sobre todo porque muchos fundos de esta zona productiva dejan el follaje o maleza en el campo, para ser usado como ‘mulch’.
Para controlar esta plaga se viene aplicando clorpirifós a la altura del cuello de la planta y de noche, debido a que tiene una actividad nocturna. También se utilizan algunas feromonas que registraron buenos resultados en el maíz. Estas se colocan en unos chupones encima de bandejas con melaza y cubiertas por un techo. “Esto permite matar adultos, porque no hay hasta el momento ningún producto sistémico, que penetre en la parte interna de la planta, para matar a la larva. Entonces, hay que esperar que salga”, refiere Bravo.
En otros campos se procede a inundarlos para asfixiar al barrenador. Sin embargo, para realizar de forma correcta esta práctica, se debe tener en cuenta el tipo de suelo. Por ejemplo, en Villacurí el terreno es arenoso y no es posible inundarlos. En ese caso, el experto recomienda realizar riegos más pesados.
Chanchito en arándano
El especialista también ha podido constatar la presencia de chanchito blanco en el arándano, en al menos cuatro fundos del sur del país. Por lo pronto, se observa que se instala en el tronco central de la planta. Aún no tiene un comportamiento agresivo, aunque podría atraer a la fumagina.
Lo que más preocupa al sector en el tema plagas es la presencia de Heliothis, que hoy en día está presente todo el año, cuando antes solo se le observaba en la primavera y verano. En este caso, también se puede utilizar control biológico con algunas bacterias. También se usan las trampas de melaza.
POSTURAS DE LA COPITARSIA CORRUDA
Existe un grupo de lepidópteros, entre los que destacan Heliothis virescens, Spodoptera y Copitarsia corruda que atacan por la noche a la planta. Sin embargo, el mayor dolor de cabeza es la Copitarsia corruda, presente durante todo el proceso fenológico del espárrago. El problema es que es una plaga cuarentenaria para algunos mercados de exportación y, a diferencia de los otros lepidópteros, al colocar los huevos en el tallo, lo hace de tal manera que cuando ese espárrago se lleva a packing no existe proceso físico que permita remover el 100% de los huevos. El especialista especifica que existe un porcentaje, de un 10 a 15% de posturas, que quedan en el tallo, y esa producción debe mandarse a países que sean tolerantes a ello.
Además del uso de algunos ingredientes activos, como el Emamentic benzoato y el Lufenurón, existe un manejo integrado de la plaga en cada campo para poder reducir la población. En este caso, también se usan las trampas de melaza y funcionan bien porque todos los epidópteros, cuando salen de la pupa necesitan alimentarse para poder reproducirse. Si no lo consiguen su reproducción será incompleta, ya que no habrá desarrollo de los órganos sexuales. Con estas trampas inmediatamente son atraídos por el olor que desprende la melaza y salen para alimentarse de la sustancia azucarada, quedando apelmazados y muriendo atrapados. Esto tendrá un radio de captura de 40%, para bajar la población. Adicionalmente, se colocan banderas de saco de costal de papa, donde las polillas ponen sus posturas. Las trampas de melaza y las banderas se utilizan, sobre todo, cerca de la cosecha, época en que no se puede aplicar químicos.
Igualmente, ha resultado ser muy efectivo el uso de la bacteria Bacillus thuringiensis, que mata a la polilla por ingesta. En el proceso de la acidificación del estómago, esta bacteria bota unas esporas que al desintegrarse dan pie a la aparición de las deltaendotoxinas. Estas son como cristales, que rompen las paredes internas de la larva, que termina muriendo por infección.
El especialista recuerda que hace unos años atrás, cuando trabajó en Senasa, inspeccionando campos de espárragos para constatar la presencia o no de estos huevos, revisó un lote que iba dirigido a Japón. La autorización dependía de encontrar un máximo de cuatro posturas o huevos en cada lote, pero lamentablemente se llegaba a contabilizar hasta 25 unidades. “Era imposible no encontrar alguno, sobre todo en los meses de enero a marzo, porque hace más calor y el ciclo biológico del insecto se acorta”, sostiene José Bravo.
La polilla en el granado
Existe una polilla Tallula atramentalis que ingresa por la corona y empieza a alimentarse de la parte interna del fruto. Esto origina pudrición sin que el granado complete su maduración. En algunos campos se observa que el daño alcanza entre un 5 a 10%, y eso podría ir aumentando.
LOS PROBLEMAS EN LA VID
Por lejos, el principal dolor de cabeza entre los productores de uva de mesa es el chanchito blanco. La especie más presente en Perú es la Planoccocus Ficus y, en menor medida, Planoccocus citri. En el sur del país, José Bravo afirma que está aumentando la presencia de esta plaga. “Todos los fundos están buscando el mejor manejo de control, aunque sin una fórmula exacta. Se está trabajando con productos químicos en poscosecha, pero se han tenido problemas con residuos. Generalmente se trabaja con buprofezin, que es un inhibidor de la quitina”, refiere el investigador.
Además, diversos fundos están experimentando con el control biológico. En especial, se ha registrado buenos resultados con Chrysoperla carnea que se come a las ninfas del chanchito. Otro controlador que también se tiene en la mira es el Chrysomphalus voctiospermi, pero aún está en etapa de evaluación a nivel académico. En el caso del C. carnea, las larvas son como pequeños cocodrilos con mandíbulas tipo pinzas, que desembocan en especie de sorbetes. “Lo que hace este insecto es botar una enzimas sobre la presa para degradarla y de allí comienzan a chuparla hasta que solo queda la piel. Toda la parte interna la absorbe. Eso resulta muy eficaz. Ayuda en un 20 o 30 % en la eliminación”, sostiene el investigador. Este tipo de control es posible utilizarlo cerca de la cosecha, cuando no se puede utilizar químicos.
Sin embargo, el inconveniente es la presencia de otro tipo de insectos. El chanchito blanco tiene una ‘alianza’ con las hormigas, que son sus defensoras frente a estos controladores biológicos. Esta defensa nace porque son alimentados con la mielecilla que el chanchito blanco excreta, luego de absorber el floema de la planta y solo quedarse con los nutrientes. Lo excretado es lo que llama a las hormigas. Asimismo, puede atraer a la fumagina, un hongo que está en el ambiente y que también se alimenta de esa mielecilla, dejando una mancha blanca en el tronco. También puede ocurrir que el chanchito, al llegar al racimo, llene de mielecilla las bayas, malogrando la fruta.
En ciertos mercados no está permitida la exportación de uva por considerar a esta plaga como cuarentenaria. Por ejemplo, para realizar envíos a Corea, incluso vienen sus propios inspectores, para constatar que la producción está libre del chanchito blanco. Suelen abrir las cajas y revisan racimo por racimo, observando, sobre todo, el raquis, que es donde se suelen alojar estos individuos. Basta que detecten uno para cancelar todo el pedido.
También algunos productores utilizan feromonas para capturar a los machos. Bravo menciona que hay dos empresas que vienen evaluando este tipo de control, pero se desconocen los resultados. Cuando el problema está muy avanzado, algunos prefieren destolar la corteza de la planta para tener mayor efectividad con las aplicaciones, al dejar expuesto al chanchito blanco. Luego se puede usar un cicatrizante, para evitar la presencia de otras enfermedades.
Por lo general, los mayores problemas se observan en los últimos cortes de la uva, cuando los azúcares de la planta están más presentes en la parte aérea. Por ello, el investigador recomienda que si se desea exportar a Corea lo conveniente es mandar los primeros cortes, cuando aún está demorando el bicho en subir por el tallo.
PRESENCIA DE ESCARABAJOS
En los últimos años, hubo una proliferación en Ica del escarabajo Gymnetis sp -aunque algunos consideran que se trata del Gymnetis flavomarginata– que aparece en época de envero. El problema es que comienza a morder bayas de uva, tras lo cual aparecen pudriciones. En esta etapa, no se puede aplicar productos químicos.
Si bien es un escarabajo grande, el mayor problema que representa para la uva de mesa es la alta población. La hipótesis es que estos insectos llegaron al valle a través de la compra de guano proveniente de otros lugares del país. “Al comienzo no le hicieron caso, pero llegaron a ocasionar un daño entre un 15 a 20%, por mordedura de baya, que pueden desarrollar botrytis y pudrición ácida. Como no se puede eliminar con químicos, se trabaja más que nada en localizar las larvas, que suelen estar entre planta y planta, en el candado, donde se echa el guano. En época de cosecha, los fundos están colocando cebos suculentos, como algunas frutas de estación (sandía), donde se aplica el insecticida. Entonces, el adulto come y muere”, explica Bravo.
Su eliminación manual se complica porque este insecto bota una sustancia apestosa y los trabajadores se resisten a agarrarlos. Incluso fundos dan incentivos por su captura para bajar la población.
EXPERIENCIAS CON LAS TRAMPAS AROMÁTICAS EN PÁPRIKA
Según la zona, José Bravo explica que el Heliothis reacciona de distinta manera a las trampas aromáticas, como ha quedado comprobado en el cultivo de páprika. Por ejemplo, en la zona del valle de Villacurí se utiliza un desodorante ambiental con olor primaveral para capturar la polilla. Se colocan 15 trampas por hectárea, con una cantidad de 100 ml de producto por 20 litros de agua. En un inicio se hicieron pruebas con olor lavanda pero no funcionó, hasta que en la búsqueda de una solución se llegó al olor primaveral. Sin embargo, lavanda funciona muy bien en la zona Pachacutec, en Ica.
Antes de esta experiencia, era imposible controlar esta plaga. Una hembra adulta coloca entre 800 a 1,000 huevos, así es que la captura de una sola hembra puede bajar ostensiblemente la población. Antes del manejo con trampas aromáticas, por cada metro lineal se encontraban alrededor de 30 posturas a la semana en los tallos, pero tras ello solo se registran entre 2 a 3 en tallo.