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El reto de mejorar la productividad del banano

Los problemas de los pequeños productores de banano, grandes responsables del cultivo en nuestro país, han quedado al descubierto: baja productividad y altos costos de producción asociados, en buena parte, a un deficiente manejo del riego y a la antigüedad de los cultivos. Para que el sector supere el actual estancamiento, y pueda competir de igual a igual con otros jugadores, el investigador del INIA, Juan Carlos Rojas, considera que es posible tomar algunas acciones que no resultan costosas, pero si requieren de constancia y compromiso.

15 de Noviembre 2018 Equipo Redagrícola
El reto de mejorar la productividad del banano

Marienella Ortiz

Juan Carlos Rojas, investigador de la Estación Experimental Agraria El Chira (Piura).

Los pequeños productores de banano orgánico se están quedando relegados en temas de productividad, si se les compara con las fincas modernas instaladas en los últimos años, sobre todo en Piura. Mientras que los pequeños reportan en promedio 1,500 cajas/ha, en las fincas de mayor tamaño están por encima de las 2,500 cajas/ha. Pero también hay otras diferencias que preocupan: Los pequeños riegan por inundación, mientras que los grandes y medianos tienen sistemas de riego por microaspersión o aspersión; los primeros usan semillas de baja calidad, en cambio, los segundos usan material genético de laboratorio; los productores pequeños cargan los racimos del árbol a la zona de empaque, pero los grandes cuentan con sistemas de transporte y centros de empaque de calidad. Según los especialistas, son estas diferencias las que podrían seguir restando competitividad al sector en su conjunto.

La convivencia de estos dos sistemas podríacontinuar si no fuese porque los precios internacionales han caído y, todo indica, que seguirán cayendo debido a la presencia de más jugadores internacionales. Por ello, el investigador de la Estación Experimental Agraria El Chira (Piura), Juan Carlos Rojas, considera, en líneas generales, que los pequeños productores  no pueden quedarse estáticos y no elevar su productividad. La razón es simple: porque de ello dependerá su supervivencia. Con medidas que no implican inversiones similares a las destinadas en las fincas modernas, el especialista sostiene que se puede realizar una eficiente reingeniería del sistema productivo del sector bananero.

DAÑO. El thrips de la mancha roja origina manchas en la piel del banano orgánico que luego no califica para su exportación. A nivel de pulpa se ha comprobado que no hay mayor daño.

RENOVACIÓN DE PLANTACIONES

La mayoría de productores, en especial del Valle de Chira, en Piura, tienen plantaciones de banano con una antigüedad mayor a losveinte años. En un inicio, este cultivo fue instalado con la finalidad de producir solo para el consumo interno, hasta que se descubrió que había un mercado internacional interesado en el banano orgánico, donde el 85% de la superficie certificada, corresponde a la variedad Cavendish, cultivar Valery. Esto debido a que es una variedad que se ha adaptado bien a la salinidad y manejo orgánico de los valles productores.

En el lado opuesto están las grandes fincas, que han basado su desarrollo en la variedad Williams, debido a que es lo que ofrecen los laboratorios que producen y venden en el país. A pesar de su pronta adaptación en la zona, Juan Carlos Rojas dice que requiere de ciertos manejos que solo las grandes fincas le pueden dar para que exprese su potencial productivo. Uno de ellos es el riego a altas frecuencias, que se logra con el sistema tecnificado de riego, sistemas que hoy no usan los pequeños productores. La diferencia entre un riego tecnificado y uno por inundación es trascendental en la productividad del banano.

Según Rojas, a través de un manejo adecuado, Valery puede tener la misma productividad que una Williams,  es decir que puede alcanzar las 3,000 cajas/ha, como se observa en la actualidad en algunos campos de pequeños productores. Comenta que como INIA han sembrado hace dos meses este cultivar bajo sistema de riego tecnificado y con un buen manejo de nutrición, para constatar su real potencial. El resultado lo tendrán en aproximadamente 6 meses.

RIEGOS MÁS FRECUENTES

El riego superficial por inundación es la práctica utilizada por más del 90% de pequeños productores. El recurso hídrico proviene de las zonas andinas de Ecuador que desembocan en el reservorio de Poecho, para luego ser distribuidas durante todo el año a través de las juntas de riego. A finales de 2016 y parte de 2017 hubo una escasez de agua, originando una restricción del recurso que afectó seriamente la productividad del banano. Algunos campos se dejaron de regar durante dos meses. En la actualidad y a la espera de una anunciada ampliación de la reserva, el reparto del agua no es muy eficiente, ni tampoco suficiente para lo que demanda el banano.  “El agua es un factor primordial para esta fruta; si no se utiliza eficientemente reduce su productividad”, advierte el investigador del INIA.

La producción de banano requiere entre 15,000 y 25,000 m3/ha/año. Un pequeño productor utiliza entre 20,000 y 25,000 m3/ha/año, mientras que en las grandes fincas riegan con solo unos 15,000 m3/ha/año. La diferencia entre un riego por inundación y un riego tecnificado es el ahorro y la eficiencia en el uso del agua. “Es importante manejar eficientemente el agua para que la planta reciba el agua en el volumen que lo requiera. No es lo mismo que el productor reciba el agua y destine todo en la inundación, porque aproximadamente el 50%  se perderá por infiltración y la planta no terminará de aprovecharlo. El objetivo debería ser dar menos volumen, es decir, regar con aproximadamente 700 m3 por vez pero con riegos más frecuentes, que no debieran superar los diez días”, recalca.

El hecho de que un pequeño productor pueda instalar un sistema de riego tecnificado es algo poco probable, según Rojas. Ello, porque lo pequeños productores tienen escaso acceso al financiamiento y el costo es de por lo menos US$3,000 por ha, salvo que el Estado asuma ese compromiso y pueda financiar este tipo de infraestructura. Mientras eso no ocurra, lo menos costoso y más viable sería la construcción de pequeños reservorios para disponer de agua en el momento que la planta lo necesite.

“Las juntas de usuarios deben entender que el banano no es como el arroz que se riega cada veinte o treinta días. Es mucho más sensible y requiere riegos con mayor frecuencia. En muchos campos, los usuarios reciben una vez al mes e incluso una vez cada cuarenta días. Todo ese tiempo en que la planta no recibe agua, entra en un estrés hídrico y se ve afectada. Entonces,  todo el proceso de desarrollo vegetativo, fisiológico y reproductivo es más lento e ineficiente. Como resultado, esa planta no dará un fruto de calidad, aunque le estemos entregando una excelente nutrición”, refiere. 

DESCARTE.Desde el 2011, el sector bananero sufre del ataque de la mancha roja que puede afectar entre un 15 y 30% de la fruta.

‘THRIPS DE LA MANCHA ROJA’, EL PRINCIPAL PROBLEMA FITOSANITARIO

En los últimos cinco años, el sector ha visto cómo los temas sanitarios han cobrado mayor relevancia en el cuidado del cultivo. El mayor dolor de cabeza continúa siendo los ‘thrips de la mancha roja’ (Chaetanaphothrips signipennis), que comenzaron a aparecer desde el 2011 y que pueden generar pérdidas productivas de entre un 15 y 30%. “Dañan al racimo en los primeros días, cuando se comienza a formar la fruta. Ataca metiéndose entre los dedos de los racimos del banano y allí empieza en estado de ninfa a raspar la superficie. Eso va generando una oxidación y un daño que es superficial, es decir estético. Se han hecho estudios y se ha determinado que no hay daño a nivel de la pulpa. Sin embargo, una fruta manchada es rechazada por los controladores de calidad de quienes compran la fruta”, señala.

El productor ya aprendió, en parte, a controlarla presencia de esta plaga,  aunque aún se suele activar cuando no se realizan determinadas prácticas. “Con las investigaciones sobre el comportamiento del insecto se determinó que el productor debe proteger con la funda inmediatamente salga el racimo, cuando la bellota está cerrada. En algunos campos, la protección se hace a la primera o segunda semana, pero este insecto es muy dinámico y aprovecha a la primera para ingresar y comenzar a dañar. Entonces, el enfunde en bellota cerrada es una práctica que ayuda a bajar en gran medida el daño”, apunta el especialista.

La práctica del enfunde se complementa con aplicaciones preventivas para evitar que el insecto cumpla su ciclo reproductivo. El especialista explica que se pueden utilizar aceites orgánicos cada quince días para bajar los ataques, y subraya que hace falta realizar más investigaciones en cuanto al manejo integrado de plagas. “Esta es una práctica que puede ayudar a bajar el costo de control. Ya se han usado con buenos resultados hongos y bacterias para thrips de la mancha roja.  En el mercado hay bioinsecticidas con costos muy  altos y no muy eficientes. Por la experiencia en algunos campos, una alternativa es el uso de microorganismos e insectos para controlar las principales plagas y enfermedades. Eso ha ayudado a prevenir y controlar ciertas plagas y enfermedades que, por suerte, en este cultivo no son muchas”, sostiene.

Un aspecto importante, que resalta el experto, es el fortalecimiento de la capacidad de los técnicos de las asociaciones de pequeños productores, para hacer continuamente el monitoreo requerido.

 

Material genético adaptado a las condiciones piuranas

En la Estación Experimental Agraria El Chira, el INIA ha destinado los últimos diez años a la selección de plantas madres elite del cultivar Valery, para obtener una variedad mejorada. “De las plantas seleccionadas hemos encontrado unos ecotipos que han mostrado ciertas características,  como una mayor tolerancia a sequías y a salinidad. Aún falta seguir evaluándolas a nivel experimental. La idea es que salga una nueva variedad adaptada a las condiciones de Piura”, comenta Rojas. Asimismo, se han enfocados en el trabajo con técnicas sencillas de propagación de semillas enfocándose en pequeños productores, que suelen utilizar semillas de mala calidad. Además el objetivo es que este método de multiplicación sea de bajo costo.

MEJORAR INFORMACIÓN EN LAS EMPACADORAS

Cuando hace tres años el INIA ingresó a los campos de cultivo para evaluar el impacto del ‘thrips de la mancha roja’, se encontró con que los productores no cuantificaban las pérdidastras el ataque. Entonces, se comenzó a investigar conjuntamente con otros países, como Ecuador y República Dominicana, gracias al Fontagro, cómo tener una metodología rápida de evaluación y cuantificación de pérdidas en las empacadoras de los pequeños productores

La metodología está prácticamente lista y resulta sencilla para que los productores puedan muestrear, clasificar, identificar, cuantificar y determinar qué hace que la fruta sea descartada: si se debe a un mal manejo en campo, si es un ataque de una plaga o si es una mala manipulación poscosecha del racimo, entre otros motivos. “Esta es una metodología no muy complicada, pues el agricultor toma una muestra de la fruta descartada, que es clasificada por el tipo de daño, sea mecánico, físico o biológico”, dice tras referir que en los tres países de estudio se ha determinado que la principal causa es el daño fisiológico originado por falta de agua y mala nutrición. Esto se traduce en fruta corta y delgada, que no alcanza las 8 pulgadas de longitud requerido por los mercados internacionales.

Actualmente, la metodología se encuentraen la etapa de validación. Luego de afinarla, se diseñará  una aplicación móvil para que el productor pueda identificar la causa del descarte a partir de su base de datos.

CONFORMAR CONSORCIOS COMERCIALES

Para el investigador no basta con las agrupaciones y asociaciones que congregan unas cuantas hectáreas, para enfrentar los nuevos retos en el sector. Una alternativa que puede disminuir los costos de producción entre los bananeros será la conformación de consorcios. Además de bajar los costos de las compras de insumos y otros, también mejorará el poder de negociación de los bananeros. “Nunca será lo mismo comprar a una organización que tiene 30 ha que a un consorcio que representa el volumen de fruta de 500 o 1,000 ha”, menciona.

Por tal motivo, los interesados en la conformación de estos consorcios no deberían ser solo los pequeños sino también los medianos y grandes productores. “Debe haber un espacio de diálogo entre las empresas productoras y las asociaciones de pequeños productores para empezar a fortalecerse, porque si los grandes compradores con presencia en Piura optan por ir a otros países con una oferta mejor articulada, todo el sector se verá afectado. No hay otra manera de posicionar el banano peruano”, refiere. Eso es precisamente lo que ha hecho la Central Piurana de Asociaciones de Pequeños Productores de Banano Orgánico (Cepibo), que hoy está compuesta 12 asociaciones y 1,286 productores, que representan 1,352 ha,  que puede hacer compras y ventas grupales.

El investigador del INIA agrega que hay otras tareas no menores que se deben estudiar como el grado de eficiencia de la mano de obra en el sector. Según refiere, no se lleva un control del rendimiento del personal del campo que te permita mejorar las cosas y seguir en la línea de ir reduciendo costos. Recalca que esto es vital si se considera que existe mucha competencia por el personal de la zona entre los mismos bananeros -considerando que ahora hay más fincas que tienen muchas hectáreas- y con los productores de uva y mango. Como consecuencia de esta demanda, el costo del jornal se incrementó en los últimos 6 años de S/.25 hasta S/.37. Rojas considera que lo mejor será reemplazar la modalidad del jornal por pago a destajo, para que quien sea más productivo gane más, como ocurre en Ecuador.

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