El mal sabor de boca que podría acabar con una de las plagas más peligrosas para avellanos de Chile
Una tecnología del INIA basada en probióticos endófitos ha demostrado eficacia en repeler al insecto nativo de Chile, al generar un efecto anti-alimentario que lo lleva a buscar otro hospedero.
Daño de cabrito en amentos de avellano europeo. Foto: Centro Tecnológico de Control Biológico, INIA Quilamapu.
Un pequeño insecto puede hacer caer un árbol gigante. Así ocurre con la plaga del cabrito (Aegorhinus spp.), un insecto nativo de Chile y Argentina, cuya presencia daña la raíz, corteza y cuello de los árboles, debilitándolos hasta provocar su muerte. “Se están cayendo hectáreas completas año a año de predios de grandes superficies ”, dice la Dra. Lorena Barra Bucarei, ingeniera agrónoma e investigadora de INIA Quilamapu, quien se encuentra trabajando en una estrategia de biocontrol de estos insectos, cuya presencia está siendo especialmente notoria en campos de avellanos ubicados entre las regiones de Maule y de los Lagos.
Pérdidas de árboles en huerto de avellano ocasionado por cabritos. Foto: Centro Tecnológico de Control Biológico, INIA Quilamapu.
Hace más de siete años, la Dra. Barra y su equipo comenzaron a trabajar en el desarrollo de un bioproducto para los manejos sanitarios de los cultivos basados en probióticos endófitos, unos pequeños hongos que ingresan al interior de las plantas y pueden desarrollar ciertas cualidades benéficas en aquellas con las que conviven. Algunos de esos beneficios permiten a las plantas enfrentar de mejor manera ciertas plagas. Una investigación que INIA justamente aplicó al cabrito (Aegorhinus superciliosus, A. nodipennis y A. albolineatus) por su impacto en los árboles de avellanos.
Para la encargada del Centro Tecnológico de Control Biológico de INIA, el cabrito pone muchos desafíos desde el punto de vista del control. “No solo hablo del biocontrol, sino que del control en general, porque son de ambientes crípticos, su ciclo es largo, es una plaga nativa, y la larva se mete muy debajo de la corona y hace mucho daño”, dice. Presentes en Chile y el sur de Argentina, los cabritos son una plaga nativa, por lo que solo se ven en ciertas regiones de estos dos países. Por ello, “es muy poco probable que las empresas vengan a desarrollar un producto especializado para su control”, señala la Dra. Barra.
De hecho, la científica de INIA Quilamapu dice que esta plaga tiene un apellido: “maldita”. “A este bicho le gusta estar metido dentro de la raíz y el cuello de la planta, va horadando los haces vasculares, por lo que, en poco tiempo la planta deja de cumplir funciones vitales y muere”. En el caso de los avellanos, lo que más se está usando son árboles de un solo eje, por lo que, si existe contacto con la plaga, muere el eje. Es decir, muere la planta completa.
Árbol de avellano europeo mult-ieje, con un eje presentando daños por cabrito. Foto: Centro Tecnológico de Control Biológico, INIA Quilamapu.
Barra y su equipo en INIA buscaron la manera de usar probióticos endófitos como mecanismo para evitar el daño de este insecto en los avellanos. Los estudios se enmarcan dentro de un proyecto del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) en la región de Ñuble, donde la Dra. Barra junto a su equipo, en un diagnóstico en terreno en la región, han encontrado cinco especies del insecto y proponen una estrategia combinada entre hongos entomopatógenos y hongos endófitos para el manejo de plagas, que considera el uso de químicos solo en casos puntuales.
EL BIOESTIMULANTE QUE BIOCONTROLA
De estos estudios surgió Endomix, tecnología de INIA que, en un inicio, se desarrolló como un producto bioestimulante por sus propiedades promotoras de crecimiento y mitigación del estrés causado por condiciones ambientales, pero además se han estudiado sus propiedades en el biocontrol. Durante el proceso de desarrollo de Endomix, que hasta el momento cuenta con cuatro productos en su portafolio, los investigadores estudiaron todas sus propiedades y el bienestar que entregaban a la planta. “Pensamos que es injusto clasificarlo como bioplaguicida porque es un probiótico: actúa sobre el sistema de inmunidad de la planta y esta estará preparada para cualquier estrés”, señala la Dra. Lorena Barra.
“Para que se entienda cómo funcionan los endófitos, siempre hacemos la relación con los seres humanos: si estás tomando probióticos obviamente te vas a enfermar menos”, explica Barra. “Pero eso no significa que el probiótico tenga una acción directa sobre el patógeno que causa la enfermedad, sino que aumenta tu bienestar y, por ende, eres más resistente”. En INIA cuentan con una colección de diversas especies de hongos y bacterias para estudiar su potencial como endófitos, es decir, la capacidad del microorganismo de ingresar a la planta y entregar beneficios a los cultivos desde dentro de ella. Después se enfocan en un problema, como por ejemplo una plaga de interés que sea de difícil control. “En estos casos los productos biológicos podrían tener más ventajas que los químicos”, señala la Dra. Barra.
Larva de Aegorhinus superciliosus en la corona de avellano europeo. Foto: Centro Tecnológico de Control Biológico, INIA Quilamapu.
La ventaja de Endomix sobre los productos tradicionales es que, al ser de origen biológico, se exime de dejar rastros en el medio ambiente y de generar resistencia en sus plagas objetivo. Además, al bajar la cantidad de aplicaciones químicas se preservan otros insectos beneficiosos. “He ido a campos después de las aplicaciones químicas y me da una pena porque he encontrado depredadores y parasitoides muertos, como chinitas; sin considerar todos los microorganismos benéficos que desaparecen, los cuales no podemos ver por lo que es muy difícil estimar el impacto en esta aspecto. Cuesta mucho que estos organismos benéficos se establezcan en el campo y después de aplicar estos químicos desaparecen en minutos”, comenta la investigadora.
El producto de Endomix que han visto con un gran potencial para controlar Aegorhinus spp. es Endomix B5, cuya composición se basa en mezclas de cepas nativas de hongos endófitos que promueven el crecimiento, sin embargo, han demostrado un interesante efecto en el control de estos insectos. Hasta el momento han podido comprobar su efecto directo sobre la larva y el adulto del cabrito y están en proceso de evaluación de su actividad endófita en avellano europeo.
Adulto de Aegorhinus superciliosus parasitado con hongo endófito de avellano. Foto: Centro Tecnológico de Control Biológico, INIA Quilamapu.
ESPANTANDO PLAGAS POR EL MAL SABOR
En pocas palabras, la acción de los hongos endófitos presentes en la formulación desarrollada por INIA produce una sustancia que deja un mal sabor cuando el cabrito se alimenta de una planta tratada. Un efecto anti-alimentario que llevó al equipo a descubrir su potencial de biocontrol. “La hipótesis sería que el hongo o la planta producen metabolitos que tienen un efecto anti-alimentario porque no son del gusto de la plaga; como el insecto no se siente cómodo comiendo ahí, entonces busca hospederos alternativos”, agrega.
Adulto de Aegorhinus alimentándose en la parte aérea de avellano europeo. Foto: Centro Tecnológico de Control Biológico, INIA Quilamapu.
“Hemos buscado soluciones basadas en la naturaleza para el desarrollo de nuevos productos que contengan hongos endófitos y que sean más pertinente a la realidad productiva”. El producto está en etapa de prototipo y se aplica como un grano alrededor del cuello del árbol que se va liberando lentamente. Normalmente los cabritos aparecen desde los bordes tras colonizar especies nativas, por lo que las barreras de liberación lenta representan una gran estrategia. La idea es que los árboles de los bordes sean inoculados para que los hongos estén liberando conidias en un largo periodo e inunden el ambiente”. Endomix, dice la Dra. Barra, está pensado como un producto eficaz y diseñado para el usuario por lo que facilita su aplicación.
ESTRATEGIA COMBINADA
La doctora Barra enfatiza en la importancia de realizar un control de plagas basado en una estrategia combinada para hacer frente a los cabritos. “La idea es que el agricultor aproveche el control químico que debe hacer para otros insectos, como por ejemplo para el chinche pata de hoja y pulgones, para bajar las cargas de adultos de cabritos en el follaje, mientras que al nivel de suelo podemos usar biológicos, como hongos endófitos y hongos entomopatógenos, con el objetivo de bajar la población de larvas, para las que ya no hay productos químicos que funcionen eficazmente”. Las aplicaciones por el sistema de riego, en el caso de los hongos entomopatógenos y la aplicación mediante estos granos de liberación lenta de los hongos endófitos, que permitirían entrega de conidios a las raicillas nuevas y el efecto anti-alimentario, podrían ser una excelente alternativa para avanzar hacia un manejo integrado del cabrito.
Hongo entomopatógeno BIOINIA del género Metarhizium parasitando adultos de Aegorhinus superciliosus. Foto: Centro Tecnológico de Control Biológico, INIA Quilamapu.
Para una correcta aplicación y funcionamiento de la tecnología, han estado investigando junto a varios tesistas el comportamiento de la plaga con las distintas propuestas de formulados y aplicaciones de Endomix. “Es difícil hacer la sincronía entre el ciclo del insecto, el estado de crecimiento de la planta y las condiciones ideales para el funcionamiento del hongo. Es como un arte; tienes que buscar el momento oportuno tanto para el cultivo, la plaga y el hongo”.
CAMBIO DE PARADIGMA
Para que un plan de control biológico de plagas sea efectivo, es clave entender su funcionamiento e incluirlo en el manejo integrado de plagas en los predios. Para la investigadora de INIA, hay que partir por formar a los productores y principalmente a los asesores. “Si un asesor no maneja estas tecnologías y no las incluye en las recomendaciones , no entramos con biológicos a los predios de los productores medianos y grandes, que es donde se concentra la producción de avellano europeo. Si el asesor entiende y cree en estas tecnologías, va a ser el promotor de que se incluya en un paquete tecnológico y lo vayan a usar”.
Respecto a la aplicación de productos biológicos, la Dra. Barra dice que es importante romper los paradigmas para que los productores entiendan que no son químicos, por lo que hay que aprender las formas en que se usan: más que un producto es una estrategia de manejo. “El control biológico es más lento, pero más eficaz a través del tiempo y sustentable, muchos de los biocontroladores en base a microorganismos se aplican de forma muy similar a los químicos, pero hay que tener claro que son productos en base a organismos vivos por lo que hay que respetar las recomendaciones del fabricante, sobre todo en temas de condiciones ambientales ideales para su aplicación, formas de aplicación y compatibilidad con agroquímicos, entre otros aspectos”.
MÁS ALLÁ DE ENDOMIX
Además del potencial que ofrece la línea de productos Endomix, INIA está haciendo una apuesta importante para la producción de bioinsumos (biocontroladores y bioestimulantes), para lo cual está implementando una unidad en la que se prospectan internamente nuevas tecnologías para el desarrollo de bioinsumos, además de revisar las tecnologías ya desarrolladas en INIA para mejorarlas de manera continua. Un ejemplo de lo anterior, es el trabajo que llevan haciendo en la reingeniería de hongos entomopatógenos BIOINIA. “Es muy interesante porque son productos que llevan años en el mercado, han sido efectivos en el control de algunas plagas pero no estaban formulados y tampoco están en una presentación amigable para el agricultor, creo que es necesario ponerse a la vanguardia debido a que hay más competencia y demanda que cuando se desarrollaron cerca del año 2000”, señala la Dra. Barra.