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Los cambios del clima y su impacto en el campo peruano

Variables y, en algunos casos, drásticos. Así son los cambios climáticos que están ocurriendo en el planeta y también en Perú, que están permitiendo la adaptabilidad de ciertos cultivos. Estos generan transformaciones productivas, por ejemplo, de buscar nuevas zonas de producción, con el objetivo de aminorar ciertos efectos negativos sobre la superficie agrícola.

13 de Junio 2022 Equipo Redagrícola
Los cambios del clima y su impacto en el campo peruano

Por Renato Manrique

Heladas, lluvias intensas y sequías. Tres eventos climáticos que han venido aumentando tanto en frecuencia como en intensidad en Perú. En 2021 y 2022 hubo episodios de heladas y que en la del año pasado, tuvo efecto negativo en cultivos de la región central. No era la primera vez que ocurría, ya que en 2020 también se había vivido un episodio similar, aunque sin muchos efectos para la agricultura.

Glicerio Canchari.

Asimismo, se ha visto una variación en las precipitaciones, sobre todo en la sierra del norte, aunque también puede presentarse en la sierra sur, aunque no en el mismo año. “Eventos de este tipo se ha incrementado, también su frecuencia y su intensidad durante los últimos años, lo cual ha tenido impactos tanto en la parte agrícola y pecuaria”, afirma Glicerio Canchari, especialista de agrometeorología del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú – Senamhi, sobre episodios que, en algunos casos tuvieron efectos significativos. Por ello es que instituciones como Agro Rural están trabajando en temas de prevención y también en la recuperación de los cultivos que han sido afectados, por ejemplo, por heladas y granizos.

DESPLAZAMENTO DE CULTIVOS EN ZONAS DE ALTITUD

A nivel global, las temperaturas han venido mostrando una tendencia a incrementarse, una situación que se ha reflejado en las condiciones térmicas en el Perú. Ello ha hecho que ciertos cultivos que requieren de más frío se hayan ido desplazando hacia zonas de mayor altitud.

Así, por ejemplo, se ha visto que las papas nativas, que habitualmente se siembran y crecen en zonas altas e intermedias, los agricultores han buscado zonas por sobre los 3.000 msnm, con el objetivo de evitar la incidencia de enfermedades y la aparición de malezas que tienen impacto en su productividad, “que han proliferado en áreas de producción donde hemos visto un aumento de las temperaturas”, sostiene el experto.

Otro efecto es que, a medida que se han ido sembrando o plantando ciertas zonas productivas, han aparecido problemas fitosanitarios, por ejemplo, la aparición de ciertas enfermedades que están asociadas a un aumento de las humedades relativas. “Hemos visto que en la papa y maíz han aparecido manchas foliares, algo que tiene efecto en la productividad, sobre si se presentan durante la floración”, precisa, sobre un fenómeno que se ha visto en zonas de la sierra, en el norte, centro y sur del país, sobre todo cuando los productores que sembraron papas en los meses de septiembre y octubre no cosecharon de manera oportuna. “Se encontraron con lluvias hasta fines de marzo e inicios de abril, lo que ocasiona un aumento de las pudriciones y, por consiguiente, de las mermas productivas, provocadas por la humedad”, precisa el especialista.

SITUACIÓN DE LOS CULTIVOS DE AGROEXPORTACIÓN

Relacionado a los cultivos de exportación, que se producen fundamentalmente en la franja costera, el mango es un cultivo que ha sabido adaptarse de una manera adecuada a las condiciones climáticas de la costa norte. Eso se ha reflejado en que su productividad y su rendimiento han estado dentro de la normalidad, salvo en los últimos años donde el periodo de inducción floral y el crecimiento vegetativo, que tiene lugar entre junio y septiembre, las oscilaciones térmicas de temperaturas mínimas han afectado a la fructificación, especialmente en los pequeños productores que tienen algunas limitaciones para manejarlo.

“Los grandes productores sí han trabajado esto, aplicando paquetes tecnológicos que les han permitido compensar estos efectos. Asimismo, hay que precisar que aquellas plantas que tienen algunas deficiencias en cuanto a la nutrición, por ejemplo, son las que están más expuestas a esas variaciones térmicas”, explica.

Uno de los principales cultivos de exportación es el palto, que se ha adaptado a las condiciones de la costa y de los valles interandinos y no ha mostrado cambios significativos asociados al clima, aunque en ciertas zonas de la costa central ha habido incidencia de algunas enfermedades. “Todavía no se sabe exactamente si eso responde a las variaciones en el comportamiento en el clima y la meteorología o es algo propio de la dinámica del desarrollo de la actividad”.

En cuanto al arándano, que ha tenido un crecimiento acelerado en los últimos diez años, el mayor problema que han tenido algunos productores básicamente tiene que ver con enfermedades de la raíz que está asociado al manejo agronómico del suelo, así como el tratamiento de los sustratos. “En cuanto al clima, hemos visto una buena adaptabilidad de ciertas variedades, que han alcanzado altas productividades”, precisa.

MONITOREANDO EL NIÑO Y LA NIÑA

Perú es uno de los países más vulnerables a la variabilidad del cambio climático, por ello uno de los fenómenos que afecta de manera regular es el Fenómeno El Niño (FEN). En tal sentido, el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño, institución multisectorial donde también Senamhi participa, indicaba recientemente que las temperaturas del mar serán más frías hasta agosto y el Pacifico central va a continuar con condiciones de una Niña débil los siguientes meses.


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