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Segunda campaña en la que afinan estándares de calidad

Dole Perú avanza con producción propia de uva y suma a sus campos la variedad Sweet Globe

Sobre una superficie de 102.63 hectáreas (ha) se levanta el proyecto de producción propia de uva de mesa de Dole Perú, compañía que apunta a elevar los estándares de calidad de la fruta de exportación para atender mercados con potencial. En la campaña 2021/22, la proyección es concretar el envío de 250,000 cajas, casi 39% más que la temporada previa. En poco tiempo han afinado sus manejos para sacar el máximo provecho a las variedades tradicionales y profundizar su conocimiento respecto a variedades nuevas. Un aspecto en el que han puesto especial atención es en tener un buen número de cargadores, para una mayor expresión de vigor.

07 de Diciembre 2021 Equipo Redagrícola
Dole Perú avanza con producción propia de uva y suma a sus campos la variedad Sweet Globe

Miriam Romainville Izaguirre

Guillermo Mascareño, gerente agrícola de Dole, en el Fundo Bella Esperanza.

Dole inició el año pasado en el distrito de Sullana (Piura) un proyecto con el que busca abastecerse de uva de mesa de calidad, y ya no solo optar por la compra de fruta a terceros. Ya en su segunda campaña, la proyección de la compañía es contribuir con el envío de 250,000 cajas, un 39% más que la temporada anterior. “Arrancamos en la temporada 2020/21, pero a paso lento. Es un proceso que está recién comenzando”, sostiene su gerente agrícola, Guillermo Mascareño. A nivel internacional, Dole Food Company además ofrece a los ‘retailers’ un amplio catálogo de frutos, tales como el banano, piña, mango, durazno, manzana y pera.

Contar con producción propia permitirá a la compañía atender mercados con un gran potencial, según estima Mascareño. Este destino implica a su vez un costo adicional por la distancia y las particularidades del empaque. Y continúa, “cuando hay fruta de calidad no hay problema de entrar a China”. Similar situación se percibe en Corea del Sur, donde —en palabras de Mascareño— se han ido familiarizando con la fruta, sobre todo en cuanto a las calidades.

Con presencia productiva en Centroamérica, Dole ve a esta región, en especial a países como Honduras, Guatemala, Puerto Rico, Costa Rica y Colombia, como mercados cautivos capaces de recepcionar más volúmenes de uva de mesa. “Por el posicionamiento de Dole en Centroamérica, específicamente en países como Honduras y Guatemala, es un buen nicho”, comenta. Una prueba de su potencial es que, pese a la pandemia, el comportamiento de estos países fue positivo. Teniendo esto en cuenta, el objetivo de la compañía es “crecer aún más” en producción propia de uva de mesa.

La campaña de uva de mesa de Dole Perú inicia en septiembre y culmina la cola en febrero. Mientras la campaña de Chile se concentra en los meses de febrero y marzo.

Una ventaja adicional de tener producción propia es que se tiene un mayor control sobre las prácticas que se desarrollan en todas las etapas productivas. Precisamente, una de las razones por las que la multinacional decidió apostar por este modelo fue que frente a hace unos años se ha ido reduciendo las cajas que adquiere la firma.

EN SU SEGUNDO AÑO

El proyecto de uva de mesa se desarrolla sobre lo que en su momento fue Agrovalko, una compañía que ya en el 2018 trabajaba con las tres variedades tradicionales más plantadas en Piura: Red Globe, Crimson y Superior. Dole ha decidido mantener dichas variedades, que ocupan poco más del 50% de la superficie de área cultivada de 102.63 ha. “Tenemos como 50 ha de Sweet Globe, 50 ha de Red Globe y 10 hectáreas de Crimson”, anota.  Asimismo, la firma ha optado por sumarse al recambio varietal. Su última apuesta fue la variedad Sweet Globe de IFG, que empezó a plantarse a fines de octubre del 2020.

La variedad Red Globe produce en promedio 32 racimos por planta. En la imagen, bayas que están en 70% de toma de color.

“En nuestro primer año de Sweet Globe tenemos una producción bastante buena. Hablamos de alrededor de 35 a 40 racimos por planta. Tenemos toda la fruta sobre 22 milímetros (mm)”, explica Mascareño. La proyección de la compañía es que en su segundo año la Sweet Globe alcance su potencial productivo de 3,500 cajas, 59% más que las 2,200 cajas que alcanzó la variedad licenciada en su primer año. Actualmente, esta uva blanca es apetecida en el mercado asiático, especialmente en el segmento premium de Corea y China. También es demandado en Inglaterra. “Creo que esos son los mercados más apetecibles”, afirma el gerente agrícola de Dole.

Respecto a la variedad tradicional Crimson, el especialista comenta que no habían tenido una buena fertilidad en el campo hasta hoy. “Veníamos de un histórico donde no había producción en este campo. Hablamos de 1,800 cajas/ha, algo que no es viable por ningún lado”, anota. Sin embargo, en esta campaña todo apunta a que se obtendrá un buen número de racimos. “Hoy tenemos un buen parrón y buenos calibres”, destaca Mascareño. Este año, la proyección es que se obtengan entre 2,800 a 3,000 cajas/ha de Crimson. Pese a lo anterior, la compañía considera que Crimson es una variedad “que va en retroceso”. “Hay variedades mejores que sin duda serán por las que optemos. El tema de recambio varietal es a corto plazo”, comenta.

Dole Perú tiene un campo propio de 102.63 hectáreas, poco más de la mitad está orientado a variedades tradicionales. Sin embargo, la perspectiva es profundizar el recambio varietal.

Dole tiene previsto mantener su superficie actual en el corto plazo y avanzar con el recambio varietal. Lo que está en evaluación son las variedades licenciadas por las que se optará. Se prevé mayor claridad hacia el próximo año. Hoy por hoy, los productores piuranos vienen trabajando con variedades licenciadas blancas como Ivory, Sugar Crisp y Sweet Globe. En el caso de variedades licenciadas rojas, se ha apostado por Sweet Celebration, Timco y Alisson. Por otra parte, el ejecutivo subraya que no se descarta un aumento de área en el mediano plazo. “Estamos partiendo con este campo y después veremos cómo se va a extender”, enuncia. Cabe destacar que el fundo Bella Esperanza se extiende sobre 250 ha, de las cuales 102 ha están plantadas con variedades de uva de mesa licenciadas y tradicionales.

EN BUSCA DEL VIGOR Y EL COLOR

El vigor individual de los cargadores de una planta está en relación con el número de ellos. Por esa razón, un aspecto importante en el que ha trabajado la agrícola es el de tener un buen número de cargadores. “Nosotros tenemos un problema en Piura que es el vigor de los cargadores”, señala Mascareño. Para dar respuesta a este reto, se trabajó arduamente con miras a que no se evidenciara mucha diferencia de vigor entre uno u otro cargador. Se puso énfasis en temas como las labores culturales, la fertilidad de los suelos, tipo de riego y programas fitosanitarios. “Hay una suma de factores que nosotros venimos trabajando desde hace tiempo con los proveedores y los asesores. Hoy en día tenemos un campo vigoroso, ese ha sido nuestro objetivo como campo y el de nuestro asesor Leonardo Vercellino”, dice.

Kelly Vela Gonza, jefa del departamento técnico de Dole Perú.

Este mayor vigor se ha expresado incluso en su más reciente variedad. Kelly Vela Gonza, jefa del departamento técnico de Dole, relata que tras plantarse el año pasado unas 28.67 ha de Sweet Globe se realizaron todas las labores requeridas, como despunte, para que la planta llegara con un buen número de cargadores y con casi el 100% de las plantas vivas, de tal manera que fuese un huerto uniforme. “Es una formación bastante intensa. Hay que meterse varias veces para ir despuntando, formando cargador a cargador desde la base”, complementa el experto. En el caso de la Sweet Globe, se busca asegurar un promedio de 18 cargadores tras la etapa de formación. Un buen número de cargadores en Sweet Globe permitirá hacer una poda controlada y registrar de tres a cuatro brotes por cargador, lo que aproximadamente se traducirá en 110,000 brotes/ha. “Es lo que manejamos para esta variedad”, comenta.

La llamada espina de pescado ayuda a ordenar el racimo.

El sistema de formación que usan es en forma de ‘J’, que tiene un eje principal del que crecen nuevos brotes. “Ahí está el tutor, el central como lo llamamos, que es el palito de madera. Una vez que llega arriba el alambre, la persona que hace la labor lo dobla como una ‘J’ invertida. Después, del brote principal llega a la otra madera de la otra planta y de ahí se despunta y se corta. De ese brote principal crecen las feminelas, otros brotes, los cuales empezamos a direccionar una hacia un lado y la otra hacia otro. Así se forma la espina de pescado. Ahí están los futuros cargadores que nos van a dar la producción”, detalla Vela, tras indicar que este sistema de formación se usa en campos con parrón tipo español.

El sistema usado les permite tener frutos más ordenados, además de que con la forma en ‘J’ el productor se asegura que el parrón esté bien cubierto. Esto con el objetivo de evitar que se presente alguna afectación en la toma de color. “Para una variedad como Sweet Globe, es sumamente importante que la canopia cubra con un techo cerrado porque es una variedad que pasa del crema al ámbar, y pasa por el rojizo, de manera muy rápida. Entonces la cantidad de cargadores en la plantación es fundamental para un buen desarrollo futuro”, complementa Mascareño.

COMO UN FÉNIX

Una variedad tradicional que renace de tiempo en tiempo es la Red Globe. “Los mercados la quieren”, afirma.  China y Corea del Sur son las opciones fuertes como mercados destino.

La jefa del departamento técnico de Dole remarca que en variedades como Crimson se han presentado algunos retos vinculados a la toma de color. En esa línea, tener claro la dosis correcta de estofón y ácido abscísico es esencial para marcar el color. “El tema de color es un poco difícil porque es una variedad que no pinta, tiende a ser verde y cuando está madura se nota un color más cremoso. Estamos todavía aprendiendo cómo identificar”, manifiesta. No obstante, la expectativa de la empresa es positiva para esa temporada, debido en gran parte a que se tuvo “un programa más potente, con aplicaciones extra”. “Crimson debe estar lista a los 140 días. A finales de octubre está llegando al número de días y lo que vemos es que presenta un color morado oscuro, eso nos da un indicador de que va a terminar de pintar”, destaca Vela.

RETOS FITOSANITARIOS EN PLANTAS JÓVENES

Mientras más vigorosa la planta mejor para el racimo.

Otro de los ejes que se han priorizado en la agrícola son las aplicaciones fitosanitarias, especialmente en plantas jóvenes. “Usamos mucha alga, microelementos. Eso ha ido ayudando a que la planta crezca”, explica la especialista. A la par, se hace una buena revisión de las calicatas para controlar los nematodos, así como supervisar el estado de las raíces. “Nos ha funcionado el programa de nematodo enfocado en los biológicos, que tienen algunos componentes de hongos entomopatógenos, tales como Paecilomyces lilacinus. Antes le dábamos un químico fuerte que bajaba las poblaciones, pero estas volvían a subir. Además, siempre es importante revisar la planta y la aplicación de productos que vigoricen”, indica. Detalla que entre el primer y segundo riego aplican el primer nematicida, lo que ha permitido reducir la población de nematodos y por ende que haya un mejor vigor en la planta. “No ha subido el umbral, por lo que no hemos tenido daño. Eso se ha ido expresando en cómo ha crecido la planta con buen vigor”, añade.

La experta considera como fundamental que se cuente con un programa fitosanitario potente, que incluya fungicidas biológicos. El programa debe complementarse con labores culturales, como deshoje y desbrote del parrón. “Esto no solamente nos ayuda a mejorar la aireación y luminosidad del parrón, sino también a mejorar la eficacia de los fungicidas”, comenta Vela. La principal plaga que enfrenta la industria es el chanchito blanco, considerado como ‘talón de Aquiles’ por diversas empresas, entre ellas, Dole.

ACCESO AL AGUA

El campo de Dole es alimentado con el reservorio de San Lorenzo, que este año se vio afectado y presentó algunos problemas para la captación de agua. “Hemos tenido que hacer algunos ajustes no tan fuertes, de tal manera que la planta no se vea perjudicada”, indica Kelly Vela Gonza, jefa del departamento técnico de Dole.

“La temperatura y humedad han favorecido mucho su desarrollo. No conozco ningún campo que no tenga chanchitos. Es un tema fuerte y hay que trabajarlo con dedicación. La restricción de Corea del Sur es muy fuerte”, advierte Mascareño. Para controlar las poblaciones, lo ideal es partir con programas químicos aplicados vía sistema foliar —por ejemplo, 40 días después de poda se aplica el ingrediente activo Tiametoxam, posteriormente se aplica Spirotetramat vía foliar—, después se usan solo productos biológicos. Recientemente, se empezó a incorporar alternativas de control etológico. “Hoy hemos optado por trampas de confusión sexual. Hay mucho por estudiar aún, puede ser una buena herramienta si es bien trabajada”, manifiesta.

El próximo año la compañía continuará trabajando en optimizar la calidad de la fruta de exportación. “Estamos en eso y desde Dole Chile nos han apoyado mucho para no exigirnos mucha cantidad de cajas, pero sí tener calidad. Eso nos ha permitido trabajar en la parte técnica para la búsqueda de esa calidad. La idea es posicionar este campo como uno de los mejores de Piura, como objetivo personal y de la compañía. Por ejemplo, ya estamos haciendo embalajes en madera con fruta que irá a Corea del Sur y China”, destaca el gerente agrícola.

El gerente agrícola de Dole Perú considera que hoy en día el principal desafío de la compañía en Piura “es apuntar a la calidad”.

Debido a la reciente incorporación de Sweet Globe, la firma apunta a optimizar su manejo de dicha variedad hacia la siguiente campaña. “Este año es nuestra primera experiencia con la variedad, debiéramos seguir mejorando el próximo año.  En general, en el campo se necesita tener un mejor control sobre las labores, que se realicen a tiempo. Todos los años hay mucho que mejorar”, considera la jefa del departamento técnico de Dole.

¿En qué etapas es necesario hacer un mayor énfasis para obtener una mayor calidad de fruta de exportación? Mascareño considera que la etapa de formación hacia adelante son las más críticas. “En Piura hay un error y es que terminamos las cosechas, partimos la formación y todos se van de vacaciones. La formación es de las etapas más importantes y críticas. Tratamos de bajar la cantidad de costos ahí y es la roca del futuro donde se va a fundamentar la producción”, comenta, tras indicar que sería importante que haya una mayor socialización de información entre empresas y afirmar que hay mercado para todos los productores piuranos. “Hay temas de manejo que hay que aprender, para eso hay que compartir, pero compartir con sinceridad”, añade.

CALIDAD VERSUS CANTIDAD

Mascareño considera que muchas veces se prioriza la cantidad por la calidad. “Muchas veces nos gana el sacarle 4,000, 5,000 cajas a un parrón. Estamos dejando la calidad en pro de sacar más cajas. No creo que eso sea tan conveniente hoy en día”, subraya.

Dole Perú está convencida de que apostar por elevar los estándares de calidad permitirá posicionar a Piura como zona productora. “Ese es el desafío hacia el futuro”, afirma su gerente agrícola. La fortaleza y soporte que reciben desde la matriz en Chile les ha permitido enfocarse en afinar sus manejos. En el mediano plazo, la estrategia será continuar sumando producción propia y posicionándose en el mercado internacional.

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