Cuando una flor es capaz de detener el tiempo y preservar momentos en la memoria de los consumidores
No solo de flores frescas vive la floricultura colombiana, ya que además hay espacio para las flores preservadas, que se han hecho un hueco entre los consumidores, en diferentes mercados. En sus más de 35 hectáreas cultivadas en los municipios de Tocancipá, Guaimaral y Anolaima; Innovaflora cuenta con un amplio portafolio teniendo a las rosas como su producto estrella, a las que se suman hortensias, orquídeas y claveles; que deben pasar por un proceso de preservación para llegar a manos del cliente final, el que las puede disfrutar en su magnitud entre seis y doce meses.
Por Ximena González V. / Fotos Innovaflora
Colombia es un gran exportador de flores frescas. Su amplia oferta de variedades, colores y tamaños la han posicionado en diferentes mercados. Sin embargo, hay otra modalidad de exportación de las tradicionales rosas, hortensias, orquídeas y claveles: las flores preservadas, un producto que cada día cobra más relevancia en el mercado europeo, asiático, estadounidense y hasta en el latinoamericano.
La empresa pionera y líder detrás de este negocio es el Grupo Innovaflora, multinacional que opera en Colombia bajo la razón social de Guirnaldas/Innovaflora SAS, la cual hoy por hoy se abre paso en más de 60 países con flores naturales preservadas.
Según destaca Jaime Borge, director comercial de la compañía, la preservación es un proceso que permite crear un producto único que combina lo mejor de dos mundos: la belleza única de una planta natural con la durabilidad de un objeto inerte.
“Este producto combina dos operaciones muy importantes: la del cultivo de flor fresca y la de una planta industrial, para finalmente tener un producto empacado que puede ser inventariado, que deja una huella de carbono menor y que tiene un costo logístico menor; porque se exporta principalmente a través de contenedores secos, pues no requiere cadena de frío para ser transportado”, explica Borge.
En ningún caso, la flor preservada pretende ser un sustituto de la flor fresca, sino más bien un complemento de la misma. Lo es porque, de alguna forma, desestacionaliza el calendario comercial floral a nivel global, permitiendo contar con un inventario no solo en las fábricas, sino en los centros de distribución para atacar las grandes campañas transversales como San Valentín, Día de Madres y las fiestas de fin de año.
En sus más de 35 hectáreas cultivadas en los municipios de Tocancipá, Guaimaral y Anolaima la compañía cuenta con un amplio portafolio donde la principal protagonista es la rosa, en todos los tamaños. De igual forma, cuentan con un portafolio complementario de productos que, aunque se venden en menor proporción, son muy importantes, como son las hortensias, orquídeas y claveles.
LOS ‘SECRETOS’ DE LA PRESERVACIÓN
Si bien Borge no puede dar detalles sobre el proceso de preservación, señala que es un producto que pasa por un proceso industrial”. En términos generales, el tratamiento de preservación es un proceso donde se deben extraer los líquidos a la planta para luego agregarle unos químicos no tóxicos. Con esto, al final se logra tener un producto amigable con el medio ambiente e inerte en el tiempo. “Con nuestros procesos detenemos el tiempo y preservamos momentos”, apunta.
Este producto no tóxico y natural, dependiendo de la humedad relativa, puede durar más o menos tiempo. Precisamente, la promesa de valor mínima del producto que dan en Innovaflora es entre seis y doce meses, desde que llega a las manos del cliente. Y en un clima seco como el de Bogotá el producto puede durar varios años y son capaces de resistir cadenas logísticas de hasta dos meses en contenedores secos e incluso llegan al cliente final con la misma calidad con que salen de la planta.
Los procesos de preservación de la compañía son de alta tecnología y requieren de controles estrictos, parámetros muy específicos que garantizan altos estándares de calidad, y consistencia en el complimiento de las especificaciones del producto terminado. Lo novedoso de su tecnología es que permite que los productos terminados sean lo más cercano posible a un producto fresco, cumpliendo con los requerimientos de textura, apariencia y color que la flor trae por naturaleza. Para asegurar su duración de las flores y plantas preservadas, es preciso un adecuado uso y cuidado. Por ello, se debe evitar la luz directa del sol, la alta humedad y ponerlas en agua.