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Trabajan con las variedades de IFG

Casursa empezará el 2022 solo con uvas de mesa licenciadas en sus campos

Si bien la aventura en el negocio de las uvas de mesa la iniciaron con Crimson Seedless, este año han programado eliminar las últimas 32 hectáreas de esta variedad tradicional para completar el proceso de recambio varietal hacia las variedades licenciadas. El 65% de las 300 hectáreas se instaló con Sweet Globe, con miras a conquistar paulatinamente el mercado asiático.

14 de Diciembre 2021 Equipo Redagrícola
Casursa empezará el 2022 solo con uvas de mesa licenciadas en sus campos

A lo largo de casi 50 kilómetros están distribuidos los cinco fundos de propiedad de Campos del Sur (Casursa), donde se encuentran instaladas 300 hectáreas (ha) de uva de mesa. Estos terrenos que van desde el kilómetro 324 en la zona de Santiago hasta el kilómetro 276 en Pampa de Villacurí eran destinados en el pasado al cultivo del espárrago. Con el florecimiento del negocio de uva de mesa, la firma ingresa en 2008 al negocio de la mano de la variedad Crimson Seedless.

Rafael Cillóniz, gerente general y director ejecutivo de Casursa.

“Inicialmente éramos esparragueros, empezamos como empresa con ese cultivo, pero en 2008 comenzamos a explorar con la uva Crimson. Nunca instalamos Red Globe. Queríamos diferenciarnos de todo el resto y siempre bajo el criterio de producir una uva de primera calidad. Siempre buscamos la calidad en vez de ser uno más del montón”, relata Rafael Cillóniz, gerente general y director ejecutivo de Casursa, empresa que este año cumple sus bodas de plata.

Con el tiempo, el negocio de exportar uvas de mesa creció y al día de hoy ya no tienen una sola hectárea de espárragos, de las 120 que había cuando el cultivo estuvo en su mejor momento. Por el contrario, otro proceso fue iniciado desde hace más de cinco años, el mismo que está por culminar en enero del próximo año: el recambio varietal hacia las uvas de mesa licenciadas.

Al día de hoy, solo quedan 32 ha de Crimson, pero a fines de año se arrancarán para ser reemplazadas en enero por las  patentadas Jack’s Salute y Sweet Celebration. “En pocos meses terminaremos con 300 ha de variedades licenciadas. Todos los terrenos de la empresa estarán con full uva de mesa”, menciona tras referir que además de las mencionadas cuentan en sus campos con otras variedades de IFG como Sweet Globe, la principal, y dos variedades de sabores especiales que son la Candy Snaps y la Sweet Nectar.

Esto es parte de todo un plan que arrancó en el 2015, mediante un proceso de ir probando las variedades nuevas e ir retirando las tradicionales. Primero se eliminó la superficie de Flame. La mayor apuesta fue por la Sweet Globe que tiene una buena aceptación en el mercado, muy fértil y productiva. El 65% de variedades de Casursa está concentrado en esa variedad.

CON LA MIRA EN CHINA

La apuesta por la Sweet Globe es introducir paulatinamente la producción al mercado asiático, en especial a China. “Esta variedad gusta mucho allí y pagan buenos precios por ella. Desde hace dos años que exportamos a ese país, con volúmenes menores si se comparan con el total producido, pero la idea es ir creciendo en la medida que conozcamos mejor al mercado y la calidad de fruta demandada”, expone.

En especial, la malla antipájaros se utiliza en las variedades Sweet Globe que atraen más a los pájaros. Lo mismo no ocurre con la Sweet Celebration.

El país oriental representó el 10% de los envíos en la campaña pasada, pero la idea es ir creciendo poco a poco. Por el momento, el mayor mercado es EE UU y luego viene China, seguido de Canadá y Europa. “Lo que pide China es la mejor uva que tengas, las bayas más grandes, racimos de buena conformación, de más 500 a 600 gramos de peso, de color muy verde, Brix alto. Es realmente un mercado exigente pero a la vez es largamente el que mejor paga”, apunta.

A nivel comercial, comenta que los precios de las variedades patentadas han venido reduciendose en la medida que hay más jugadores en el negocio. “Antes se vendía a US$30 la caja, pero ahora están en US$20 la caja.  Ahora salimos a pelear entre todos por el mercado. Ya no hay ventanas comerciales. Todo está traslapado entre Brasil, Perú, Chile California, España, y Sudáfrica. Siempre hay oferta de uva de mesa dando vueltas y hay que ser muy eficientes, ya no es negocio de ventanas, sino de productividad y bajos costos”, destaca.

APRENDIZAJE ACELERADO

Arnulfo Huamani (izq.), asesor general de campos, y el ingeniero Tony Mendoza (der.), jefe general de fundos.

En este proceso de cinco años, Cillóniz recuerda que hubo que aprender a manejar las nuevas variedades desde las aplicaciones de cianamida, establecer el sistema de conducción, la forma y tiempos de la poda, el número de yemas, pero todo se ha ido probando campaña tras campaña. “Cada año se va perfeccionando el protocolo de trabajo, no hay nada escrito en piedra, siempre se irá variando, según los ensayos que se hagan, probando en distintas dosis, en distintos momentos. Solo en las podas había que ver si eran cortas, largas o mixtas, viendo cómo viene el vigor de la planta. Es increíble todo lo que probamos y ensayamos. Uno ve la planta y piensa que es un solo protocolo”, destaca.

Adicionalmente, la dispersión en la ubicación de los cinco fundos también les ayudó a conocer cómo se comporta una planta en el valle de Ica tanto en la zona sur, centro y norte. “Nos enriquece el saber cómo responde y eso nos ayuda a hacer cambios de ser necesario”, destaca. Sin embargo, explica que esto no es un proceso que culminó, porque se continúan haciendo ensayos en campos con testigos para ver las respuestas a ciertas variantes que se pretenden realizar en los manejos. Por ejemplo, en el caso del ácido giberélico para ver la elongación del racimo o crecimiento de baya, se vienen probando constantemente los momentos y épocas del año, volúmenes y distintas dosis, y todo viene acompañado de los diferentes patrones y  suelos,  destaca.

DIFERENCIAS ENTRE LAS VARIEDADES

Según explica Cillóniz, la ventaja que han podido comprobar en el manejo de las variedades nuevas es que tienen un mayor rendimiento  comparadas con las tradicionales; mejor dicho producen el doble y necesitan menos gente trabajando en el campo. Si comparamos el manejo entre variedades licenciadas, menciona que la Jack’s Salute requiere de más labores con relación a la Sweet Globe, que es muy fértil y ralea bastante bien.

Maximizar el consumo de agua

El problema con el agua en Ica es que no se almacena para su uso en épocas de estiaje. “Nos damos el lujo de dejar que el agua se vaya al mar. El año pasado se fueron 100 millones de metros cúbicos al mar. Entonces, agua hay, pero no se guarda. El problema es que está mal gestionado, debería haber reservorios y represas”, destaca Cillóniz. La empresa tiene dos reservorios y allí guardan el agua que corresponde para el riego, mientras que el pozo que extrae agua del acuífero solo se usa cuando se acaba el agua del reservorio. Menciona que las plantas consumen 9,000 metros cúbicos al año y si es agua de buena calidad, el cultivo rendirá al máximo. Además, colocan mulch de plástico para evitar pérdida por evaporación, controlar la maleza y reducir en 15% cualquier pérdida de agua. “Cada gota de agua en Ica vale y cuesta”, remarca.

Pese a que la Jack’s Salute es más difícil de brotar y no tiene el mismo nivel de fertilidad que el resto de licenciadas, refiere que es una fruta apreciada en el mercado. “Es una variedad que cuesta un poco más hacerla, pero el mercado la busca. No puedes tener de una sola variedad. En sí, la Sweet Celebration y Jack’s Salute son las más buscadas entre las rojas y son las más sembradas en el país”, sostiene.

Para todas las variedades, la poda se realiza a dos yemas (pitón). En la variedad que más hectáreas tienen, la Sweet Globe, trabajan con 100 a 120 yemas por planta, unos 40 racimos por planta y eso les permite una producción que va entre 4,000 a 5,000 cajas por hectárea.

Cuentan con dos reservorios de donde disponen el agua para el riego. El pozo que extrae agua del acuífero se utiliza cuando se terminó lo reservado.

En cuanto a la toma de color,  Cillóniz explica que su facilidad o dificultad dependerá de la carga de la planta. “Todos los que tienen variedades nuevas sufrimos del mismo problema, y es que nos sobran los racimos. Es un problema lindo. Como buen agricultor siempre quieres ponerle más. Sin embargo, en las frutas de color, rojas y negras, hay que tomar en cuenta que la planta tiene una capacidad para pintar las bayas. Si le dejas 50 racimos no le va alcanzar para pintar, si le dejas 30 racimos, entonces, sí le alcanzará”, dice.

En las variedades verdes sobre exigir a la planta se manifiesta con otras variables negativas como la presencia del palo negro, bajo Brix, o bayas pequeñas. “Son seres vivos y tienen un límite, le puedes poner si quieres 200 racimos pero las bayas se quedarán de 5 mm. Hay que encontrar el equilibrio”, indica.

UNA CAMPAÑA SIN SORPRESAS

“La campaña al día de hoy (finales de octubre) viene bien, el clima es bueno, no hay ninguna sorpresa, ninguna plaga en particular”, resume el gerente general. El año pasado tuvieron una producción que sobrepasó las 700,000 cajas y este año debieran pasar las 800,000, con miras a seguir creciendo hasta alcanzar en los próximos años el millón de cajas, luego que entren en fase de madurez comercial los nuevos campos por instalar.

Como empresa, explica que están consolidando todos los cambios de los últimos cinco años, siendo conscientes que son parte de una competencia entre muchos jugadores en diferentes partes del mundo. Como respuesta, agrega que buscan ser muy eficientes con los costos para mantener una rentabilidad y productividad.

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