Campaña de paltos marcada por la incertidumbre de las heladas
Aunque las lluvias han revitalizado el interés por aumentar la superficie cultivada, la posibilidad de heladas genera preocupación en los productores, quienes temen tanto por la actual cosecha como por el impacto en la próxima floración. Marco Mattar destaca que la adopción de tecnologías como patrones clonales ha permitido que el cultivo siga siendo competitivo en el país.
“Chile redujo sus hectáreas de palto debido a la sequía”, afirma con precisión Marco Mattar, asesor internacional especializado en este cultivo. Con la llegada de las precipitaciones, Mattar señala un cambio en el panorama, observando un renovado interés por aumentar la superficie cultivada. No obstante, advierte que este crecimiento se da con cautela, debido al riesgo de heladas, las cuales podrían complicar la actual y la próxima campaña.
En efecto, reitera que no es que haya existido un problema productivo. “Los chilenos tienen afinado su manejo en el palto. Si tienen mucha fruta en el árbol, saben que puede disminuir la floración en la primavera que viene, entonces, todos manejan los anillados de ramas de tal forma que hacen que las ramas florezcan”, apunta. En general, no hay mucha variabilidad climática de un año para el otro en Chile.
Aunque disminuyó la superficie plantada, también destaca que se ha ido creciendo en el uso de patrones clonales que se han adaptado muy bien a Chile. En especial, el portainjerto Dusa que funciona bien en el suelo arcilloso chileno.
-¿Qué se espera en esta campaña de paltos con la presencia de las lluvias? El panorama es positivo.
-Actualmente, en Chile ya ha comenzado la cosecha, y la mejor fruta se obtiene a partir de septiembre debido al mayor porcentaje de materia seca. Por un lado, tenía que llover en algún momento, pues se llevaba 15 años sin lluvias en la zona de las paltas. Sin embargo, existe una preocupación significativa porque, generalmente, después de un evento de lluvia, suelen ocurrir heladas. Si una helada afecta la fruta lista para cosechar, se corre el riesgo de perder toda la producción, lo cual sería un golpe muy duro. Además, cuando se produce una helada, las yemas florales pueden quemarse, lo que impide la floración en la primavera. Por lo tanto, la preocupación actual en Chile es la posibilidad de perder la cosecha y que las flores queden dañadas para la próxima campaña.
-¿En este caso, solo queda rezar o hay algunas soluciones para contrarrestar los efectos de las heladas?
-Hay gente que tiene sistema de control de heladas con esparción de agua. Eso funciona bastante bien.
PERÚ, CUALQUIER EVENTO CLIMÁTICO DESCONTROLA LA PRODUCCIÓN
-En Perú, segundo exportador mundial, la campaña vino marcada por calibres y tamaños pequeños en palta. ¿Cuál es tu balance?
-Tengo mis propias teorías. He estado yendo al Perú desde hace 25 años, así que conozco bien todo el desarrollo de la palta peruana. Hay que entender que el clima en Perú es tan estable que hace que los árboles, entre comillas, se vuelvan muy engreídos. Producen bien, sí, pero ante cualquier evento climático se descontrolan, como ocurrió en los dos últimos fenómenos de El Niño. En Chile pueden ocurrir heladas, granizos o golpes térmicos mucho más severos que en Perú. En Colombia, puede lloverte mucho. Por eso digo que el clima es tan estable en Perú que hace que el árbol se descontrole con un pequeño cambio.
-Entendería que el clima no fue el único factor detrás de los resultados de la última campaña.
-En la empresa CAO de Olmos apelamos a la lógica, porque lamentablemente también hoy día en la agricultura nos estamos convirtiendo en adictos a los productos para todo. Si bien también uso bioestimulante y los recomiendo, nuestro enfoque para enfrentar la campaña fue bastante simple y lógico. Dentro del equipo técnico, sabemos que la floración puede verse afectada por los cambios en el clima. Lo más recomendable en este caso fue no podar. Sin embargo, la mayoría de empresas peruanas optaron por podar, y esto generó un exceso de iluminación en la planta. Yo llamo a esto la ‘poda del panel solar’. Para el éxito de un cultivo, siempre dijo que hay que darle un porcentaje de éxito a la ciencia y tecnología, pero también a pensar como agricultor.
-¿Qué otras prácticas crees que se aplican mal en el campo?
-Creo que falta un poco de adaptación al cultivo. En Perú, estamos acostumbrados a cosechar la palta en dos pasadas, o como máximo en tres. Si se tuvo una floración prolongada que duró desde septiembre hasta fines de diciembre o comienzos de enero, obviamente, había diferentes estados florales y, por lo tanto, diferentes estados frutales. Había que cosechar por calibre, segregando. Si cosechaste todo a la vez por rapidez y buscando precio, se perdió calibre porque la palta sigue creciendo hasta el día que se cosecha. Las campañas malas son oportunidades para aprender.
– ¿Qué otros errores detectas en los campos que no logran ser productivos?
-Cuando empecé a asesorar la producción de paltos en Ica, la producción se encontraba entre 2 t/ha y 3 t/ha. Hoy día están entre 27 t/ y 35 t/ha. Cuando uno enfrenta situaciones en que la producción es muy baja, generalmente, descubres que en ese campo están regando menos de lo que exige el campo, asimismo fertilizan poco y podan mucho. Entonces, la ecuación del fracaso del palto es regar poco, fertilizar menos y podar mucho. Estos árboles que producen 30 t/ha miden entre 6 y 7 metros.
-En muchos campos se mantienen los árboles entre 3 o 4 metros de altura para facilitar la cosecha.
-Los iqueños, en vez de estar ‘llorando’ por la altura de los árboles, se compraron las máquinas para cosechar en altura. Siempre digo que los huertos se validan no por las intenciones ni los propósitos, sino por los tonelajes por hectárea. Si tú quieres justificar árboles pequeños y estás sacando 13 t/ha, y eso te funciona bien en tu modelo de negocio, entonces, perfecto. Pero cuando hablamos de alta productividad, nadie ha sacado 30 tn/ha con árboles de tres o cuatro metros de altura.
-¿A qué temperatura está expuesta la fruta en el árbol?
-En época de cosecha, la temperatura de la pulpa de la fruta en Chile puede llegar entre 12 °C y 15 °C, porque suele hacer frío. En Olmos, a las 6 de la tarde, la pulpa puede tener una temperatura de 40 °C. Esta es la razón por la que las paltas del norte de Perú llegan blandas por un lado y duras por el otro. La maduración no es homogénea. Algunas empresas importantes del norte están haciendo un enfriamiento forzado, como se hace en la uva, cuando llega al packing. Se han dado cuenta que tienen que bajar rápidamente la temperatura de los 40 grados a la temperatura que van a procesar la fruta.
PERÚ Y LA LOGÍSTICA
-¿Cuáles son los problemas logísticos que hay en Perú?
-Una empresa de 1.500 hectáreas tiene que sacar su fruta en seis semanas, máximo ocho semanas; súmale además que tenga una productividad de 30 t/ha. ¡Es mucha fruta!. Si esperas hasta el momento más rico de la fruta, a lo mejor la logística te ‘come’, por el número de cosechadores o los turnos en el packing.
– ¿En todo caso, qué le está faltando a Perú para consolidar el negocio del palto?
Perú es el país que mejor trabaja el tema de la palta y solo basta ver estos huertos que sacan entre 30 y 35 tn/ha, y no son alternantes, sino que son bastante productivos todos los años. Siempre digo que Perú es la Champions League de la palta. Colombia está en segunda o tercera división. Hay que mirar lo que hace Perú.
UNA MIRADA AL HEMISFERIO SUR
-¿Cómo va la expansión de la producción de palto en el hemisferio sur? Algunos creen que Perú ya creció mucho, en Colombia aún se ajustan los manejos y en Chile mantienen estancados sus volúmenes.
-Colombia está frenado hoy día. Las grandes empresas entendieron que no hay que ser extensivos, sino más intensivos, consolidando lo que los fundos tienen. De hecho hace dos años atrás era una locura la cantidad de gente queriendo comprar tierras. Hoy día nadie está comprando tierra.
-¿Qué número de hectáreas existen entre los tres países productores del Hemisferio Sur?
-Se estima que en Colombia hay alrededor de 40.000 hectáreas de palto, una cifra considerable. En comparación, Perú cuenta con 66.000 hectáreas, mientras que Chile, a pesar de la sequía, mantiene cerca de 18.000 hectáreas. En Chile, el crecimiento es moderado y depende de la disponibilidad de agua. Por ejemplo, mi socia, quien es viverista en Chile, ha visto un incremento en los pedidos de palta con las primeras lluvias de esta temporada. Durante el boom de la palta en Chile, el crecimiento anual era de 1.500 a 2.000 hectáreas. Actualmente, el ritmo es más lento, pero aún se registra un crecimiento, aunque sea en pequeñas cantidades. En Perú están pasando otra cosa. Los productores de palto que tienen uva de mesa o arándanos, están mirando a la palta como algo malo, que están perdiendo plata. Perú puede que decrezca superficie, sobre todo en Ica. En todo caso, el arándano peruano le está quitando el espacio de palta.
-¿Esa lógica del peruano es razonable?
-Es la oferta y la demanda. Lo que pasa es que el Perú aún no ha enfrentado una crisis de mano de obra. En Chile, la fuerza laboral en el sector agrícola está compuesta principalmente por trabajadores de Bolivia y Haití, ya que muchos chilenos optan por no trabajar en el campo. Esta tendencia se explica, en parte, por un fenómeno social: cuando los hijos de los obreros agrícolas acceden a la universidad, no regresan al campo.
-Esto provoca una disminución y un cambio en la mano de obra disponible.
-En Chile, esta situación está generando un envejecimiento en la fuerza laboral agrícola. Muchos de los trabajadores son personas mayores, mientras que en países como Colombia se observa una mayor presencia de jóvenes, entre 18 y 25 años, que cuentan con una condición física más robusta que la de los trabajadores chilenos en el campo. Este patrón no es exclusivo de Chile; en España, por ejemplo, gran parte de la fuerza laboral agrícola proviene de Marruecos y Europa del Este, mientras que en Estados Unidos, es común que se empleen trabajadores mexicanos.
-Esta situación va a ocurrir en todos los países con cultivos de alta demanda de mano de obra.
-Por eso, a mis clientes peruanos les cuento la siguiente historia: cuando Chile se desarrolló frutícolamente lo hizo con aquellos cultivos de alto requerimiento de mano de obra. En un inicio, solo se manejaba el palto en el valle de Quillota donde la gente tenía su chacrita. Sin embargo, las grandes exportadoras multinacionales también comenzaron a producir palta. ¿Qué ocurrió? Se aburrieron de tener que manejar tanta gente en la uva de mesa. Comenzaron a buscar un cultivo de bajo requerimiento de mano de obra y que sea rentable y así se desarrollaron los cítricos y las paltas en Chile. Como Perú todavía no vive esta situación, no lo entiende del todo. Hay que tener un abanico de opciones, porque es muy riesgoso tener una sola especie. Por eso, hoy día la palta es un comodín para los agricultores.