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Ya ven efectos concretos:

Cambio climático presiona a productores de palta para mitigar impactos

Los cambios en la temperatura y precipitaciones obligan a los productores a ser mucho más finos en el manejo agronómico del cultivo. En diversas zonas productoras del Perú ya existe preocupación por cómo los factores meteorológicos pueden elevar los costos y la necesidad de contar con variedades más resistentes.

21 de Febrero 2022 Equipo Redagrícola
Cambio climático presiona a productores de palta para mitigar impactos

Miriam Romainville Izaguirre, Lima

Variaciones más drásticas en la temperatura, precipitaciones irregulares y mayores niveles de radiación. Estos son algunos de los efectos palpables del cambio climático y  que colocan a Perú como uno de los países más vulnerables. La sucesión de fenómenos climáticos ha despertado la preocupación de los productores de palta, principalmente por su efecto sobre etapas fenológicas sensibles, como diferenciación floral, antesis, amarre y desarrollo de fruto. “Todos estamos preocupados”, anota Alfredo Chan Way, gerente agrícola en Agrícola Cerro Prieto. “Ya no se puede asumir que este año será igual que el año pasado”, complementa Juan Carlos Paredes, presidente de ProHass y director gerente de Agrícola Pampa Baja. 

Uno de sus efectos concretos, dicen algunos productores, son los cambios en la temporada de cosecha. Es lo que han visto, por ejemplo, los productores de La Joya, localidad caracterizada por siete microclimas y que alberga a la  Asociación de Agroexportación La Joya (ALJOEX). Sus miembros suman 90 hectáreas (ha) de palta. Su representante, Irma Medina, comenta que frente a hace unos años se registra un verano mucho más frío, que viene acompañado con vientos helados. “Nos ha afectado la planta. Deberíamos estar cosechando en febrero y terminar a mediados de abril. Ahora nos vamos a ir hasta junio”, explica. El ingeniero agrónomo, Carlos Olasabal, añade que también se ha reportado una ausencia de precipitaciones. “En la zona de La Joya las precipitaciones comenzaban en diciembre y solían terminar entre marzo y abril. Ahora casi no hemos registrado lluvias. Habrá llovido un día, casi nada”, dice. Y continúa, “hace dos años había buena lluvia”. 


Similar situación se ha registrado en Agrícola Cerro Prieto, que tiene 1,800 ha de palta en Chiclayo. Según los registros de las estaciones meteorológicas de la agroexportadora, en enero de 2021 la temperatura mínima se situaba en 21.4°C y este año la mínima ha sido de 20.8°C. “El 2019 fue frío, el 2020 también y el 2022 está haciendo más frío”, resume. El descenso de la temperatura se ha traducido en un retraso de la cosecha. “Hace tres años entrábamos en la semana 12 y terminábamos en la semana 32, 33. Estos últimos años se ha ido enfriando y ha hecho que nuestra cosecha se mueva y empecemos a entrar en la semana 19, 20. Eso hace que la cosecha termine en la semana 37, 39”, sostiene. Al estar más tiempo el fruto en árbol los calibres son mayores, con lo que no se logra atender la demanda de clientes que buscan calibres de 18 a 22. Hoy la compañía tiene un mayor porcentaje de calibres más grandes, de 10, 12 y 14. 

“En el caso de Hass, lo ideal es tener temperaturas máximas de 25° a 28°C, con un mínimo de 16°C. En nuestro caso, la temperatura ha disminuido este año.  El año pasado he tenido 18°C y ahora estoy 17°C, la máxima ha llegado a 29, 30°C en algunos días. Una temperatura muy alta en plena floración es perjudicial para el comportamiento de las flores. Tampoco es bueno una temperatura muy baja. En floración, si tengo 13°C, 10°C puedo tener poca cuaja”, refiere Hugo Leyva, gerente de operaciones de Fundo los Paltos, localizada en Casma, Áncash.  Cabe recordar que en Casma la floración normalmente se da a partir de agosto, septiembre, que coincide con las temperaturas más bajas del invierno. 

Las lluvias también han tenido un comportamiento inusual, especialmente en los últimos dos años. El gerente de Agrícola Cerro Prieto comenta que el calendario de lluvias se ha modificado, llegando a coincidir con la etapa de cosecha, cuando se está en plena producción. “El 2017 la lluvia era más marcada en diciembre, enero y agarraba un poco de febrero, ahora se han corrido hacia marzo, abril. Esto hace que proliferen los hongos, como el hongo de la madera”, dice. Leyva, de Fundo los Paltos, considera que un incremento en las precipitaciones puede provocar que en la costa del Perú aparezcan nuevas enfermedades, como antracnosis. “He visto campos en ceja de selva donde quisieron cultivar Hass, la palta creció espectacular, se desarrolló muy bien pero el clima no los ayudó. Fue tanta la presencia de antracnosis que tuvieron que abandonar”, agrega.  

Paredes, de ProHass, anota que en los últimos cuatro años se ha observado Arequipa que hay años con mayor nubosidad que otros. “No era usual la nubosidad en Arequipa”, anota. Esto provoca cambios en la forma en que se administran los nutrientes a la planta, ya que no es suficiente administrarlo por sistemas de riego, es necesario complementarlo por vía foliar. Además, indica que en la zona norte del país se ha registrado una disminución en las temperaturas, que coincide con la época de floración de la planta. El ejecutivo remarca que el cambio climático lleva a los productores a ser mucho más finos con su manejo. “No se puede controlar al 100%, pero sí mitigar. Por ejemplo, el frío podría traer abajo la mitad de la producción, pero con un buen manejo esa caída puede ser de solo 20%”, dice.  

Para los expertos, en el último quinquenio los cambios en el clima también están incidiendo en la aparición o mayor incidencia de plagas. “Ya habíamos notado que hay una mayor incidencia de la arañita roja, pero hace cinco años hizo su aparición el bicho del cesto  (Oiketicus kirbyi).  Es un lepidóptero habitualmente de zonas más tropicales, en la zona nuestro clima es más subtropical. El bicho se ha adaptado a La Joya. Esta plaga ha sido nueva para la zona”, señala Olasabal, que asesora a productores arequipeños de palta. 

MÁS INSUMOS

La disminución de las temperaturas y los cambios en el ritmo de precipitaciones ha obligado a los productores a incrementar el uso de pesticidas, especialmente fungicidas; fertilizantes y agua. “Hay un mayor gasto en el mantenimiento del cultivo”, comenta Chan. También lleva a que se recurra más al uso de nutrientes, como el Potasio (K), que ayuda a mitigar el estrés en la planta, ya sea por exceso de temperatura o falta de agua. Otra herramienta que usan los productores para mitigar el cambio climático son los reguladores de crecimiento, como uniconazole y paclobutrazol.

Año a año las agroexportadoras vienen afinando su manejo agrónomo, que en muchos casos deriva en mayores costos productivos. Pero no es la única opción que se viene evaluando para mitigar el impacto del cambio climático. Algunos productores consideran que existe la necesidad de contar con variedades más resistentes. Una de las opciones que se viene probando en el país es la variedad Maluma, que soporta más temperatura que la misma Hass, según Leyva. “En lugares donde la fruta llega un calibre 20 en Hass, en Maluma puede tener un calibre 18, 16. Hass no siempre llega a calibre por temperatura, Maluma sí puede llegar, por ejemplo, en Piura”, añade.

A nivel internacional, también se viene estudiando la necesidad de tener variedades más resistentes al cambio climático. Una de las instituciones que apostará por el mejoramiento genético es el Grupo de Fruticultura Subtropical del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea, que viene estudiando cómo hacer al cultivo más resistente a sequías, además de cómo hacer que rinda más y que produzca todo el año.

REDUCCIÓN EN ÁREAS APTAS

El tema ha abierto la posibilidad de difíciles escenarios. Un reciente estudio punbicado en la revista científica PLOS One, señala que el país podría perder entre el 55% y 70% el área apta para el cultivo en el país.  No obstante, expertos consideran que es necesario realizar investigaciones adicoinales considerando la diversidad del país. Por ejemplo, Leyva anota que es necesario cambiar la metodología para incrementar la precisión de los modelos predictivos. “Ellos lo han manejo a nivel macro, pero la temperatura no solamente se maneja a nivel de territorio, sino a nivel de cuencas, de valles interandinos. Creo que el modelamiento tendría que llevarse a escala más pequeña para ver los cambios que podrían ocurrir en estas zonas, nichos ecológicos.”, explica.

Respecto al estudio, el ingeniero agrónomo Olasabal manifiesta que es impredecible saber lo que podría pasar hacia adelante. No obstante, indica que si la tendencia sigue como la actual sí es probable que se disminuyan las áreas aptas para el cultivo de palto. Por su parte, el presidente de ProHass considera que se debería estudiar sobre todo los escenarios en el que haya casos de escasez de agua, debido a los requerimientos hídricos del cultivo de la palta. “Yo esperaría que eso fuera un tema de estudio”, añade. 

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