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Güido Perucich Oltra, gerente general de GMH Berries

Arándanos peruanos, ante el reto y la gran oportunidad de seguir creciendo

Hace cinco años, llegó desde Chile para iniciar un ambicioso proyecto de plantación de arándanos en la zona de Trujillo, el que consiguió resultados por sobre las metas propuestas en ese momento. Hoy, gracias al perfeccionamiento de los procesos y a un gran equipo de trabajo, los frutos reflejan el camino recorrido y Güido Perucich asume nuevos retos productivos, teniendo el objetivo de producir fruta de calidad ‘premium’ para los exigentes mercados internacionales.

21 de Mayo 2021 Equipo Redagrícola
Arándanos peruanos, ante el reto y la gran oportunidad de seguir creciendo

Güido Perucich, gerente general de GMH Berries Perú.

El desafío que asumió Güido Perucich para entrar a la industria de los arándanos comienza en 2015 cuando la empresa chilena Agroberries, con un gran prestigio en el cultivo y comercialización de frutas, necesitaba un profesional de confianza para hacerse cargo de la administración de sus plantaciones en Argentina y otra para iniciar un proyecto desde cero en el norte del Perú. Si bien ambas alternativas eran muy interesantes, la idea de dar un sello personal a un nuevo proyecto fue lo que motivó a Perucich para decidir salir de Chile e instalarse junto a su familia en Trujillo, La Libertad, para comenzar esta gran aventura.

A pesar de que, como la mayoría de los inversionistas extranjeros, la empresa contaba con un aliado peruano (Viru), este entraría al segundo año, por lo que toda la implementación de las plantaciones y su comercialización serían responsabilidad completamente de Agroberries.  Así es como en enero de 2016, empieza a materializarse la instalación de un primer huerto de 52 hectáreas (ha), que habían sido programadas como prueba, con el fin de comprobar en terreno el comportamiento de los suelos, la adaptación de las variedades, el manejo del riego, los efectos del clima y todo lo que implicaba plantar en pleno desierto, un paisaje completamente diferente a las tierras donde se produce arándanos en Chile.

“Al finalizar la primera campaña, vimos que los rendimientos habían sido excelentes; mucho mejores de lo que habíamos presupuestado, así es que conseguimos otras 170 hectáreas y seguimos avanzando”, cuenta Güido Perucich, quien ya había liderado proyectos empresariales en Chile, aunque estos eran del rubro vitivinícola y otros tipos de frutales.

Pasaron cuatro años con un ritmo imparable de trabajo. Así, mientras en algunos campos se cosechaba, en otros comenzaban las nuevas plantaciones, como también la búsqueda de nuevos campos y capacitación de trabajadores. Tras este tiempo, se llegó a contar con una superficie productiva de 650 ha, justo en el momento en que cambiaron los planes y tras cuatro excelentes campañas aparecieron nuevas oportunidades de crecimiento.

GMH BERRIES PERÚ Y EL DESAFÍO DE PRODUCIR FRUTA ‘PREMIUM’

Durante el año 2019, en un momento donde el interés por plantar arándanos crecía cada vez más, Perucich recibe la invitación del Grupo Murgia, no sólo para liderar el ingreso de la empresa a la industria de los arándanos, sino también para ser parte de lo que sería GMH Berries Perú.

“Mi compromiso con Agroberries contemplaba la plantación de 650 hectáreas, así es que al terminar, tomé la decisión de aceptar incorporarme al Grupo GMH, para comenzar a preparar la plantación de las primeras 55 hectáreas a fines del año 2019”, cuenta.

80% de la fruta se envía a EE UU y el 20% restante tiene como destino Europa.

Para iniciar este nuevo proyecto, Perucich fue diseñándolo en base a una variedad: Ventura, la que se instaló en una primera superficie y que, al año siguiente, sumaron otras 22 ha. “Lo decidimos así, por el buen comportamiento de esta variedad, tanto en la calidad de la fruta, como en los rendimientos productivos que alcanza”, afirma el experto. Lo de la calidad es un tema cualquiera en GMH Berries Perú, ya que el objetivo de esta nueva compañía apunta a una cosecha de arándanos ‘premium’, por sobre una industrialización del cultivo. Así es como, la fruta producida es enviada a EE UU a través de la comercializadora Berryfresh, en un 80%, mientras que el 20% restante se envió a Europa a través de Agroberries.

“El 70 % de nuestra producción salió antes de octubre, por lo que pudimos conseguir un promedio de ventas bastante interesante para estos tiempos, donde los precios ya no son lo extraordinarios que eran hace cinco años”, afirma Perucich y añade que, a pesar de que se hace difícil una proyección en esta materia, por el enorme crecimiento en los volúmenes exportados, el hecho de que Perú haya pasado a ser el productor más importante de arándanos del mundo, y de que el interés por su consumo sea cada vez más potente, se pronostica un futuro bastante atractivo para el país.

Liderando un proyecto con potencial de 350 ha en 2021

Güido Perucich, asimismo, está liderando un proyecto en la región de La Libertad, con un potencial de instalación de 350 hectáreas de arándanos. Hoy está manejando una superficie de 105 hectáreas, pero que será ampliada este año en dos huertos. Ambos verán la luz a finales de este año. Uno de ellos se instalará en suelo, mientas que el otro será 100% cultivado en macetas. “Lo decidimos así porque se trata de un campo que tiene un suelo más limoso, más arcilloso, entonces dadas esas condiciones es que decidimos cultivar en maceta, utilizando como sustrato fibra de coco”, cuenta Perucich, sobre campos que esperan su primera cosecha para el año 2022.

Las primeras 105 hectáreas fueron plantadas con Ventura, debido a que con esa variedad se obtuvieron muy buenos rendimientos. “Ventura es altamente productiva y, si bien es compleja de manejar, si somos capaces de agarrarle la mano con un manejo adecuado, obtenemos los kilos que queremos, de una fruta de buen calibre. Debemos seguir trabajando para sacarle el mejor partido en cuanto al sabor de la variedad”, sostiene Perucich.

Lo nuevo que se instalará este año será con Atlas, “una variedad muy productiva y sabrosa”, en palabras del especialista, quien sostiene que hoy, y a futuro también, habrá una tendencia de ingresar a clubs varietales. “Eso pasará en un futuro próximo. ¿En cuánto tiempo? No lo sé, eso dependerá de la demanda. No es un cambio que se dé de la noche a la mañana”, precisa. Además de Atlas, instalarán un bloque con Bianca Blue, una variedad atractiva desde el punto de vista del sabor, que es del gusto de los consumidores asiáticos.

A LA BÚSQUEDA DE UN NATURAL RECAMBIO VARIETAL

Por la ubicación de los campos de GMH Berries, las condiciones eran bastante familiares a las que Güido Perucich había diseñado el proyecto de Agroberries, facilitándole la organización, aunque, como todo es mejorable, fueron encontrando nuevas maneras de optimizar las condiciones de trabajo. Históricamente, Chile tiene bastante experiencia en el desarrollo de plantaciones como la uva de mesa y los arándanos; por esta razón muchos técnicos han emigrado a Perú para asesorar a las empresas que quisieron iniciarse con estos cultivos y, como reflejan las cifras, resultó.

“El complemento es muy bueno: por un lado, es muy importante tener la información de quienes ya saben cómo funcionan los cultivos y, por otro, aprovechar las condiciones climáticas, las extensiones de tierras disponibles que se obtuvieron gracias a la implementación de Chavimochic, la cantidad de mano de obra y la posibilidad de mantener abastecidos a los distintos mercados casi todo el año, constituyen un escenario extraordinario. Sin embargo, no se trata de copiar a ojos cerrados porque cada país tiene sus propias características que implican distinto manejo”, afirma Perucich.

Los buenos resultados iniciales fueron la base para los futuros emprendimientos, pero el dinamismo de los procesos productivos hizo necesario estar atento a diversos factores para conseguir los mejores resultados. Así es como, en cuanto a las variedades, por ejemplo, se pudo comprobar que, en un principio, las más utilizadas fueron Biloxi y Ventura, sobre todo porque demostraron un desempeño óptimo, tanto en el calibre de la fruta, como en el rendimiento productivo. “Cuando llegué a Perú, el 80% de las plantaciones eran de Biloxi pero con el tiempo se porcentaje ha ido cambiando y seguirá haciéndolo porque cada vez más los expertos en genética están buscando sabores más intensos, crocancia, durabilidad y calibre. Por ello es que debemos estar atentos y abiertos a esos cambios”, proyecta Perucich.

Las tradicionales Biloxi y Ventura demostraron ser las apropiadas en su momento, sin embargo, los cambios en los mercados y en la incorporación de nuevas zonas han exigido a los viveros buscar alternativas genéticas para adaptarse a los nuevos requerimientos. “Los productores buscan distintas alternativas. Si bien algunos quieren mayor productividad, otros están buscando fruta con mejor calidad, dulzura, calibre, resistencia, etc.”, sostiene. Precisamente en eso están enfocados quienes ofrecen las distintas variedades que, en el futuro, serán administradas por los grupos que obtengan las licencias para su comercialización. “Y ese será otro factor a considerar al momento de planificar”, afirma.

Según Perucich, un adecuado manejo del riego es clave para el éxito del cultivo en suelos arenosos.

Entre el abanico varietal que hoy se dispone en Perú, hay variedades muy exclusivas, variedades club por las que se debe pagar un ‘royalty’ para pertenecer a un selecto club de productores. “Esto se hará necesario porque el cambio varietal será una exigencia para ir adaptándonos a los requerimientos cada vez más específicos de los mercados actuales y de los que se están abriendo permanentemente”, sostiene el gerente general de GMH Berries Perú.

El éxito o fracaso de un proyecto frutícola depende de muchos factores, pero Perucich identifica uno que es clave en un cultivo como el arándano, sobre todo si el huerto fue instalado en un terreno arenoso: el riego. “Un porcentaje importantísimo del éxito de la plantación está dado por el manejo que se tenga del agua. En los primeros diseños de planes de regadío tuvimos algunas dificultades, pensando que la arena absorbía todo, sin embargo, nos dimos cuenta de que la planta se bloquea tanto por exceso como por falta de agua, así es que perfeccionamos los tiempos de riego, midiendo la oxigenación radicular hasta que encontramos los pulsos precisos para que la planta creciera cómodamente y lograra su mejor proyección. A esto, además incorporamos la utilización de fibra de coco como un sustrato muy efectivo para poder nutrir la planta de manera más eficiente y lograr una mejor irrigación de ésta”, explica Perucich.

¿Dónde está el techo productivo en Perú?

“Los precios han ido bajando gradualmente año a año. Ya no tenemos los retornos titánicos que había hace cinco campañas atrás, donde incluso se podía ser menos eficiente en los costos y el negocio era muy rentable. Sin embargo, hoy en día hay que ser muy riguroso en los costos productivos. ¿Qué viene para adelante? Es bien difícil saberlo porque el volumen ha ido aumentando hasta situar a Perú como el principal proveedor de arándanos a nivel mundial. No es fácil predecir qué va a pasar en los próximos años. Yo creo que todo esto de la pandemia ha hecho que el consumidor quiera más frutas sanas y los arándanos  están consideradas entre las cinco más beneficiosas para las salud”, explica Güido Perucich.

LA CLAVE DE CONTAR CON  EL MEJOR CAPITAL HUMANO

En cuanto al capital humano, la formación de equipos de trabajo también ha sido un elemento vital para desarrollar los planes de trabajo a lo largo de estos años; desde los profesionales que dirigen cada área específica, como quienes definen la aplicación de productos fitosanitarios, los diseñadores de sistemas de riego, hasta los jefes de campo, expertos en recursos humanos y mano de obra en grandes cantidades para realizar plantaciones y cosechas.

“Los volúmenes acá en Perú son enormes en todo sentido: cantidades de hectáreas, kilos cosechados, número de plantas que manejar, etc. Debido a ello es que el número de personas que se necesitan en el proceso son enormes y requieren de un trabajo muy meticuloso para su buen funcionamiento”, explica el profesional. En este sentido, plantea que un aspecto en el que han invertido mucho tiempo y dedicación es en proporcionar las mejores condiciones laborales posibles ya que, como ocurre en todo tipo de producción agrícola, la mano de obra se hace cada vez más escasa por el aumento sostenido en las superficies plantadas y por la migración de la gente a las ciudades. Así, remuneraciones justas y buenas condiciones de trabajo que incluyen movilización apropiada, zonas de alimentación cómodas y un trato respetuoso han sido claves en la fidelización del personal y, por ende, en los buenos rendimientos en general y en un ambiente de trabajo muy agradable y cercano.

EL DESAFÍO DE AMPLIAR LA FRONTERA PRODUCTIVA EN PERÚ

Ventura ha sido la variedad elegida para llevar a cabo este proyecto en La Libertad.

Los buenos resultados obtenidos en cada plantación, trajeron consigo la posibilidad de prestar asesoría a algunas empresas que quisieron entrar en el cultivo de arándanos o ampliar sus volúmenes. Algunos, dedicados a otros rubros, vieron el atractivo de la agroindustria peruana y se arriesgaron a diversificar sus actividades, entrando al área de los cultivos. Otros, al ver la posibilidad de reconvertir tierras y abandonar otros productos, también quisieron enfocarse a nuevas oportunidades.

“El gran interés que existe en el país por desarrollar la industria del arándano hizo que tuviera la posibilidad de asesorar a empresas que quieren incorporarse a la producción de estos”, cuenta sobre un rubro que hoy vive un esplendor, teniendo a Perú como el principal proveedor del mundo. Interés hay y seguirá habiendo en ampliar las superficies productivas en el país, pero el crecimiento se ha dificultado por la escasez de terrenos cultivables. La región de La Libertad, donde se dieron las primeras plantaciones, está llegando al límite en su oferta de tierras, así es que hoy, los ojos están puestos en otras zonas donde las condiciones climáticas y operativas hacen posible el desarrollo de nuevos proyectos.

Así es como varias de las empresas que forman parte del Proyecto Olmos han apostado por cultivar arándanos, obteniendo buenos resultados. Asimismo, están apareciendo otras zonas (Piura, por ejemplo), donde hasta hace poco se pensaba que no tenían las condiciones apropiadas, pero que, con un manejo especifico, se ha demostrado que sí son aprovechables para este cultivo.

Para Güido, la agricultura está llena de sorpresas. “Lo mismo pasó en Chile con las plantaciones de cerezas. Se fueron descubriendo zonas que inicialmente eran impensadas por las condiciones de clima o lejanía y hoy se han convertido en grandes extensiones cultivables, aunque en algunos casos eso ha implicado mayores inversiones económicas a la hora de producir, pero si la rentabilidad lo permite no es problema”, sostiene. De ser así, la factibilidad de aprovechamiento de predios en sectores de la sierra podría ser una alternativa viable para futuras plantaciones si es que pudieran darse las condiciones apropiadas de conectividad e infraestructura para los procesos.

Gran diversidad de climas

“Perú tiene una diversidad de climas tremenda, tanto en el norte como en el sur. A diferencia de Chile, aquí las lluvias casi no existen y el trabajo que hacemos es más ‘seguro’ porque sabemos que no nos lloverá y eso hace que el manejo productivo sea más seguro. El comprador está prefiriendo frutas firmes y eso es un beneficio para el productor peruano. Hay que evaluar bien dónde instalar un huerto y qué manejo le daremos (orgánico o convencional)”, explica Perucich.

Seguir creciendo en Perú es un reto que ha asumido Perucich como gerente general de GMH Berries Perú, y sostiene que es muy atractivo relacionarse con productores externos, ya que cada uno puede ir aportando experiencias de acuerdo a las condiciones en las que se desarrollan sus plantaciones, en especial, por la gran diversidad que caracteriza la geografía peruana.

“A pesar de que el futuro de la producción de arándanos tendrá que enfrentar algunas situaciones como la necesidad de buscar otras zonas con tierras disponibles, mejores condiciones de clima de acuerdo a las nuevas variedades y una necesidad de mayor cantidad de mano de obra; los desafíos siguen, enfocándose hacia la búsqueda de mercados, la incursión en el manejo orgánico, la reconversión de algunos cultivos menos rentables,  el perfeccionamiento profesional del capital humano y el conocimiento cada vez más específico de lo que el consumidor final vaya demandando. Así es que todavía queda mucho por hacer”.

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