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Transformaciones necesarias para obtener fruta de calidad

Poco y nada se parecen los manejos agronómicos que se hacían en un huerto de mango hace dos décadas de los que se realizan hoy. Tampoco los diseños de los huertos son los mismos. El asesor Ever Córdova explica en este artículo cómo han cambiado las estrategias de manejo, todo con el fin de obtener frutas de calidad.

18 de Octubre 2022 Renato Manrique
Transformaciones necesarias para obtener fruta de calidad

Cambia todo cambia. Las exigencias por conseguir una fruta de calidad y los requerimientos que han impuesto los mercados internacionales, han sido decisivos para que haya una transformación en la industria agrícola del país. Y, si bien hay cultivos que ese proceso de transformación lo han hecho de forma más acelerada y otros más lenta, al fin y al cabo, todos han debido iniciar este proceso de transformación. El mango no ha sido la excepción y el asesor y gerente agrícola de la empresa Pachamama Farms, Ever Córdova recuerda que en 2004 se realizaba el deslechado del mango en el suelo. “Cortábamos la fruta del árbol, la poníamos en el suelo, regábamos algo de cal y ahí lo deslechábamos, cortábamos el pedúnculo para que saliese el látex”, comenta sobre un manejo que hoy no es el mismo al que hacían casi dos décadas atrás.

Densímetro y sensor de caudal y presión de gotero, dispositivos importantes en un campo agricola.

Para ir hacia un cultivo más moderno, ha sido clave el trabajo de instituciones como el Mango National Board, de EE UU, sobre todo porque la fruta que recibían en destino no llegaba en el mejor de los estados.

“Mandaban a hacer análisis y encontraban hongos fitopatógenos, porque esos años los fitopatólogos recomendaban hacer aplicaciones de fungicidas, analizaban los frutos si estaban sanos, pero cuando llegaban a destino llegaban contaminados”, cuenta. Sin embargo, en la tarea de conocer por qué ocurría eso, se dieron cuenta de que el problema venía desde la cosecha, pues al estar en contacto con la tierra hay un sinnúmero de organismos que se encuentran en los restos de la poda.

Tras ello, los productores comenzaron a aplicar una serie de tareas como quitar el polvo y regar en la zona donde hace el desleche del mango y se empezó a utilizar parihuelas como soporte para realizar este proceso. “Después de eso, ya para el 2011 comenzamos a usar trípodes sobre los que poníamos las parihuelas donde deslechábamos el mango. Lo separábamos un metro del suelo y después comenzaron a regar en la zona, aplicando cloro con agua para minimizar el polvo y matar los microorganismos, y así poder comenzar la cosecha”, describe el asesor.

Y dentro del manejo de campo hay muchas cosas que se han venido renovando. “Adelantar la floración, salir fuera de la temporada, preparar la fruta solo para la industria, planta a altas densidades; son algunos de los cambios que se han hecho. También hemos incluido el inhibidor de giberelina para favorecer floración, para mover la producción más temprano, más tardía”, enumera. En cuanto al riego también se ha innovado bastante, sobre todo con la inclusión de sensores de humedad de suelo, algo que hasta entonces solo se veía en ubvq en mango que solamente antes se veía para uva o para cultivos de alta rentabilidad, ahora eso ya se está viendo en el mango. “Dendrómetros y toda la tecnología del riego para darle una mejor condición a la planta y que pueda crecer y llegar a la calidad de fruta que demanda el mercado”.

Arbol con una floración uniforme.

MANEJOS DEL HUERTO AL DETALLE

Es muy claro que las labores de manejo del huerto están muy relacionadas a lo que quiere el productor o el exportador, que debe producir fruta de acuerdo a los requerimientos de los mercados. En este punto se producen mangos orientándose en función de las necesidades del mercado. En ese sentido si se pretende tener mangos desde mediados de octubre hasta finales de marzo, entonces para llegar a mediados de octubre esa floración debe partir 150 días antes. “Entonces si vamos de octubre hacia atrás esa floración es de mayo. Y para tener esa floración en mayo nosotros tenemos que comenzar a inducir a la planta 30 días antes para tener floración en mayo, en eso estamos en abril y en abril la temperatura acá en la zona es caliente”, explica.

Por lo tanto, para ir manejando un campo para inducir en abril, significa que ese lote tiene que estar parado mínimo 100 días, es decir más de tres meses. “Entonces nos vamos a enero, en enero ya tiene que estar ya el campo brotado y esa es poda de diciembre”, sostiene. De tal modo que todo ese proceso se ha venido perfeccionando en las fechas, en la fertilización, qué nutrientes poner para hacer que el brotamiento sea más uniforme. “Es importante la fecha de la poda, así como la aplicación de la hormona simple de giberelina para lograr que se detenga el crecimiento y este en dormancia durante 90 o 100 días antes de la inducción”, puntualiza.

Eso va amarrado con el tema del riego, siendo importante el uso de dendrómetros. Según su experiencia en campo, esa herramienta les da la medida día a día, de cuánto crece por día cada planta, haciendo ese manejo por lotes. “Parece sencillo, pero en realidad es bien complejo, no es tan sencillo, cuando uno lo escucha uno dice: es una tecnología que la pones en el equipo y te va a dar una lectura. Pero esa lectura se tiene que interpretar y tomar decisiones para que la planta esté más cómoda”, explica Córdova.

Así también, el riego será importante al inicio de la poda, siendo recomendable el riego uniforme con las mangueras destapadas, los goteros funcionando bien para que el riego sea óptimo y uniforme y la planta pueda tener la humedad para que pueda responder. “Y si le llega el agua le llega el fertilizante por eso hacemos fertirriego, que el nutriente vaya en el agua, si no le llega el agua la planta no pueden crecer bien”, apunta Córdova.

Cuajado de frutos.

Para lograr la floración, el clima es un factor relevante, el experto comenta que este año en la empresa Pachamama tuvieron una floración de mango Edward en febrero, que en su gran mayoría fue manguillo, es decir, es una fruta que no cuajó debido al calor. “¿Qué hicimos? Tuvimos que volver a preparar la planta y volver a reinducir para volver a florear nuevamente, entonces ahora la inducción de marzo-abril en Edward ya cuaja muy bien, ya la temperatura baja un poco, es decir, es cómoda para que la cuaja ocurra con normalidad”, recalca.

¿Y qué se ha hecho para mejorar chapa? Las podas tempranas que se hacen 30 días antes de la cosecha y las aplicaciones de productos para prevenir la insolación porque cuando se expone la fruta al sol en pleno verano se insola, “de un feo color amarillento”. Para que no ocurra esto recomienda aplicar el silicato de magnesio que es una molécula hidrofílica, de modo que cuando la fruta entra en contacto con el agua en el packing se lava con facilidad. “Anteriormente usábamos caolinita, pero tiene la particularidad de que si nos excedemos en las dosis se queda adherido al fruto, entonces cuando entra al packing es difícil sacarlo y se confunden mucho con residuos de pesticidas, por lo que la fruta es descartada”, cuenta el asesor.

Además, las empresas vienen probando nuevas variedades con diferente ‘performance’, con diferentes tiempos de floración a cosecha. “El mercado siempre quiere frutos grandes, que sean rojos y que lleguen sin problemas de calidad; es decir, sin pudriciones, sin colapsos internos y sin defectos cosméticos ni internos”, explica. En ese afán -subraya- que vienen afinando programas de fertilización, añadiendo más calcio para que la fruta esté firme y con color que requiere el mercado.

Ensayos con nuevo material vegetal

En Pachamama Farms han optado por traer nuevas variedades, las cuales según Córdova tienen altos rendimientos y de las características que quiere el mercado (fruta roja y de gran calibre).“Tenemos un ensayo con diez variedades. Unas van mejores que otras. hay una que ya está plantada en 40 ha, y en fase comercial, pero tenemos otras en superficies que van desde las 7 ha hasta las 10 ha, para ver cómo despegan y se desenvuelven en el mercado”, cuenta el asesor.
Adicionalmente están investigando con un jardín de variedades que hoy cuenta con 40 variedades que han traído al país, apuntando a encontrar una súper variedad que le pueda cambiar la vida a la industria del mango. “Esperamos que podamos lograrlo, no lo tenemos todavía, pero estamos trabajando en eso”. En cuanto a las variedades ya registradas en Senasa de las más importantes que tiene la empresa destacan Shelly, Noa, Tali, Omer y Orli, algunas de las que ya han exportado, por ejemplo a China

¿CÓMO LLEGAR A UNA FLORACIÓN UNIFORME?

Para poder competir en el mercado es imprescindible conseguir una fruta de calidad. Y para lograrlo, el hecho de contar con una floración uniforme es un tema esencial. En opinión del experto, se puede lograr ese objetivo, pero es necesario tener la condición. “De los campos que manejamos, hemos logrado seleccionar las plantas desde el vivero. Para la plantación usamos un patrón poliembriónico, que es el Criollo de Chulucanas. Cuando sembramos la pepa, aparecen cuatro o cinco individuos. Es poliembriónico porque tiene varios embriones y de ellos, siempre hay uno que es más predominante, que es el que dejamos”, explica.

Tras esa primera selección, hay una segunda porque hay pepas que son más fuertes que otras. “Nos quedamos con las de categoría A y B y eliminamos las de categoría C, porque la idea es tener plantas uniformes que tengan más o menos uniforme el vigor, que todas broten y floreen al mismo tiempo, que tengan los flushes radiculares. El objetivo es estandarizar la genética en el patrón”, continúa el asesor.

En ese escenario, señala que tratan en la medida de lo posible que la plantación sea mucho más uniforme hasta que puedan hacer una planta clonal o algo que sea parecido. “Si tú ves todas las plantas son uniformes, del mismo tamaño, ahí viene ya el injerto, injertamos y todo crece muy uniforme. Después ya se aplica el manejo que tenemos para el campo y la floración debería salir uniforme”. Hay ocasiones que el clima juega un papel muy importante. Este año ha sido particular porque se ve un campo floreado y muy uniforme, pero pueda que el próximo no se vea así. “Esa desuniformidad estamos tratando de manejarla con esta metodología”, enfatiza.

Sensor de caudal y presión de gotero.
Tecnología para un huerto de mango. Sensor de humedad del suelo es un dispositivo que también se está utilizando en cultivos del norte del país.

CAMBIOS EN EL DISEÑO DE LOS HUERTOS

Un campo con plantas uniformes no era lo que se veía hace décadas atrás, tampoco las densidades que se usan hoy son las mismas de antaño. En 2004, la gran mayoría de los agricultores marcos de plantación de 10 m x 10 m, pero ello se ha ido modificando con el tiempo, para pasar a marcos de 6 x 6, 6 x 5, 5 x 5. Incluso comenzaron a mirar otras partes del mundo como Sudáfrica las plantaciones son a alta densidad, con 1.000 plantas/ha. No solo allí, porque en Israel es común entre los agricultores usar un marco 5 x 2.

En Perú se ha llegado a probar marcos de 3 x 1 y 4 x 2. “3 x 1 es inmanejable, pues es mucha mano de obra, no se puede trabajar”, puntualiza Córdova y aclara que si bien es cierto los primeros años se puede tener fruta de buena calidad, pero a medida que la planta crece ya se cierra y la fruta sale sombreada, hay poca producción y surgen los problemas de queresas, de insectos, de hongos.

De esa forma, el asesor hace hincapié que optaron por incrementar la densidad pero no en gran magnitud, siendo 6.5 x 2 la densidad que empezaron a probar con la finalidad de mecanizar varias labores, como los tratamientos fitosanitarios deshierbado son hechas máquinas deshierbadoras. “El objetivo es mecanizar, teniendo en cuenta la escasez de la mano de obra”, subraya.

Complejidades varietales

¿Hay variedades más complicadas de manejar? “Sí, definitivamente. No existe la variedad perfecta, si bien es cierto algunas variedades son más tempranas, en el caso de Ataulfo, una variedad amarilla, de fruta de pequeño calibre, según lo que he podido ver no hay un campo que haya sacado más de 20 t/ha promedio”, expresa el especialista sobre una variedad que si bien es un poco fácil de florear y produce bastante cuaja, tiene baja productividad.
Mientras que el caso de un Keitt que es una variedad un poco más tardía, que tiene mayores problemas en poscosecha, se magulla con facilidad y su ciclo va de 170 días para la cosecha. En tanto que Kent va con 140, 150 días dependiendo de la temperatura, en algunos lados puede llegar a 160 días. “Y cada variedad tiene su forma, su manejo, la forma de manejarlo adecuadamente. Para el caso del Ataulfo, del Edward que son variedades tempraneras siempre se trata de inducir un poco más temprano para tener mango en el mercado nacional antes del tiempo previsto porque a medida que hay menos fruta hay más precio”, afirma.

DESARROLLO DE LA ACTUAL CAMPAÑA DE MANGO

Sobre cómo se ha ido desarrollando la campaña 2022/23, Ever Córdova sostiene que “ha habido una floración espectacular”, que redundará en un año de mucha producción, favorecida principalmente por condiciones climáticas favorables. “Hemos visto una floración muy buena y temprana. Eso significa que probablemente,aunque hasta ahora (inicios de octubre) el clima no está tan caliente como quisiéramos, calculamos que la campaña este año se puede adelantar unas dos a tres semanas”, explica, sobre una campaña que en años ‘normales’, los picos productivos pueden empezar en la quincena de diciembre hasta mediados de enero. “Este año podríamos estar cosechando la primera semana de diciembre, que de repente parta con mucha fruta, mucha producción”, subraya, sobre lo que se ha observado en los campos, donde cada vez se hace más necesario gestionar en forma adecuada las extensiones de tierra y el agua.

En lo comercial, el reto pasa por encontrar un mercado que pague bien. “Entonces con las tierras que tenemos, tenemos que apuntar a ser más productivos, digamos a mantener por lo menos unos rendimientos de 30 t/ha de fruta que, a un precio de venta de US$0,40/kg, da una rentabilidad de US$12.000/ha”, refiere, pero añade que si un agricultor produce 20 t/ha y vende a US$0,30/kg, estará en problemas, sobre todo porque los costos han subido considerablemente este año, no solo los de la mano de obra, también los de los fertilizantes, fitosanitarios y los de la logística. “Por ello, con productividades de 35 t/ha a 40 t/ha es posible estar cómodos, pero para ello se necesitan manejos al milímetro para lograr una floración uniforme. Eso lo conseguimos con una programa de nutrición para tener plantas vigorosas y que no se estresen, para que al año siguiente mantengan esos niveles productivos”, remarca, sobre una estrategia y manejos que han ido cambiando con el tiempo, adaptándose a las necesidades de los productores y también de los consumidores, que demandan un producto de la mayor calidad.

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