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Multinacional del embalaje, comprometida con la sostenibilidad

Economía circular como el núcleo del negocio de Smurfit Kappa

Smurfit Kappa Colombia apuesta por la sostenibilidad y la circularidad en su negocio. En línea con esto, invertirá US$100 millones para la instalación de una caldera de biomasa en su planta ubicada en el municipio de Yumbo, en el Valle del Cauca. Así fortalecerá su modelo de economía circular, pues utilizará como biocombustible el residuo de corteza de pino y eucalipto usados en el proceso y además llegaría a reducir casi 200.000 toneladas de CO2 al año.

13 de Enero 2023 Equipo Redagrícola
Economía circular como el núcleo del negocio de Smurfit Kappa

 Ximena González V.

Detrás de cada empaque de papel y de cartón hay una apuesta por la sostenibilidad. No solo por el origen de estos productos, sino también por la recircularidad que se genera en su proceso productivo. Y es que, contrario a lo que muchos creen, la industria de la madera para pulpa de papel no es sinónimo de deforestación.

“La economía circular es el núcleo de nuestro negocio. Optimizamos y usamos los recursos naturales de la mejor manera posible y el 50% de nuestra materia prima es fibra reciclada”, dice Nicolás Pombo, gerente de la división forestal de Smurfit Kappa Colombia, una compañía dedicada a la fabricación de empaques de papel y de cartón y que hoy en día cuenta con un patrimonio forestal de 67.373 hectáreas en Colombia, ubicadas en 6 departamentos: Cauca, Valle del Cauca, Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima y un total de 34 municipios.  De ese patrimonio, 41.672 hectáreas corresponden a plantaciones forestales de pino y eucalipto y 22.593 a bosques naturales protegidos y conservados.

Smurfit Kappa es uno de los líderes mundiales en la fabricación de empaques a partir de papel.

La gran diversidad forestal del país y el modo y estrategia en el que se están manejando los bosques, es una buena base para que Colombia llegue a convertirse en proveedor mundial de madera sostenible, de bonos de carbono, de biocombustibles, de bienes y servicios ambientales y llegar a la meta de cero deforestaciones del bosque natural.

En su apuesta por la sostenibilidad y la economía circular, Smurfit Kappa viene trabajando desde varios ejes. No solo en la conservación del medio ambiente basada en una estrategia de producción forestal cronometrada sino también en el aprovechamiento de los recursos para reducir sus emisiones de CO2.

MILLONARIA INVERSIÓN EN UNA CALDERA DE BIOMASA

En línea con esto, la compañía realizará una inversión de US$100 millones para la instalación de una caldera de biomasa en su planta ubicada en el municipio de Yumbo, la cual tiene como fin aprovechar los diferentes tipos de residuos orgánicos para generar energía más limpia.

Complejo industrial de la compañía en Yumbo, Valle del Cauca.

La nueva caldera entrará a fortalecer su modelo de economía circular con el aprovechamiento de la corteza de pino y eucalipto provenientes de sus plantaciones forestales comerciales; los residuos de su planta de tratamiento de madera, las cenizas y lodos generados en su proceso de fabricación de papel, entre otros. “La construcción de esta caldera refleja la circularidad que atraviesa todas nuestras operaciones, pues estamos dándole un segundo uso a nuestros propios residuos”, dice Álvaro José Henao, CEO de Smurfit Kappa Colombia.

Con esta iniciativa, que se consolida como el proyecto más grande de la compañía en Colombia, se tiene previsto reducir casi 200.000 toneladas de CO2 al año, lo que representa el 6% de las emisiones directas de CO2 generadas por todo el Grupo Smurfit Kappa y casi el 35% correspondiente a las operaciones en Colombia. Adicional a estos beneficios, también se generarán ahorros significativos, pues la capacidad de esta caldera de biomasa (120 toneladas de vapor por hora) sustituirá el vapor generado actualmente en la caldera a base de carbón y gas.

La compañía señala que la caldera no solo les permitirá fabricar soluciones de empaque con un proceso productivo más sostenible, sino que, además, optimizará sustancialmente su eficiencia energética.  Se espera que la nueva obra comience a operar a finales de 2024 y genere cerca de 800 empleos en su etapa de montaje.

TODO EMPIEZA EN UN VIVERO QUE PUEDE PRODUCIR 10 MILLONES DE PLÁNTULAS

Pero para llegar a plantearse proyectos de este tipo, la empresa debe sortear varios procesos. Esto no se inicia de la noche a la mañana. Eso lo tienen claro los responsables de esta multinacional de origen irlandés que adquirió en su momento a Cartón de Colombia, hoy Smurfit Kappa Colombia. Por ello, cuentan con un vivero forestal en el municipio de Restrepo, Valle del Cauca. Es en el vivero donde empieza todo. La empresa tiene capacidad para producir entre 8 y 10 millones de plántulas de pino y eucalipto al año, que serán destinadas a las plantaciones forestales de la compañía en seis departamentos de la región y también para proyectos de reforestación de otras entidades y de particulares. Si hablamos de sostenibilidad, cada plántula tiene la certificación forestal FSC™ y forma parte del proyecto de gestión adecuada de plantaciones forestales de la compañía.

UNA SOLUCIÓN A LA TALA ILEGAL DEL BOSQUE NATURAL

A través de las plantaciones forestales comerciales, Smurfit Kappa Colombia busca garantizar una fuente sostenible de madera para la producción de papel y cartón. Y es que la compañía ve en la reforestación una solución al problema de la tala ilegal del bosque natural, más si se considera que Colombia tiene un área territorial de 114 millones de hectáreas, de las cuales 59 millones de hectáreas están cubiertas de bosques nativos. Otros 26 millones de hectáreas se destinan a otros usos, diferentes a su vocación que es la forestal, algunos de los cuales suponen riesgos para la fertilidad de los suelos.

El vivero de la compañía Smurfit Kappa está ubicado en el municipio Restrepo, en el norte del Valle.

El vivero tiene 45 años y está dividido en dos unidades, un método de propagación por semilla y un método propagación clonal. Aquí se cultivan diferentes variedades de pino y eucalipto, según la elevación de siembra y uso de la madera. “Tenemos tres especies de pino: Patula, Maximinoi y Tecunumani y dos tipos de eucalipto: Eucalyptus grandis y Cupressus lusitanica”, cuenta Adriana Marín, líder del vivero forestal. “Smurfit Kappa es quizá la empresa que tiene más huertos, entre 25 y 30, y más semilleros en el país. Desde hace 45 años toda la semilla con la que contamos es producida en el país. Hoy en día no hacemos ninguna importación de semilla”, resalta Marín.

GARANTES DE LA IDENTIDAD GENÉTICA

El trabajo en el vivero es fundamental. Pues de la identidad genética de los árboles depende la calidad de la fibra que más adelante servirá de materia prima para la producción de papel y cartón. Marín dice que eso es clave en su proceso de mejoramiento genético. “Debemos ser garates de que la identidad genética se de en nuestras plantaciones. Lo que hacemos es ayudar en la selección natural, es decir, vamos dejando los mejores árboles que previamente seleccionamos en el bosque con unas características determinadas: que sean muy rectos, con un buen diámetro, con ramas delgadas y con unas copas interesantes”. En caso contrario, si las copas son muy ralas no se tendrá una buena fotosíntesis y, por ende, no habrá una buena producción de madera.

El proceso se inicia con una semilla que es puesta a pregerminar por 48 horas en agua. Tras ello, son llevadas a unos contenedores con un papel biodegradable, donde se usa un sustrato que ha sido utilizado en pasivos ambientales, es decir, subproductos como la fibra de coco y aserrín compostado. “Las plantas se van a campo envueltas en este papel y no en bolsas plásticas”. Frente a este proceso, Marín dice que “la sostenibilidad es muy importante en el vivero”.

El aserrín que se utiliza es llevado a un proceso de compostaje. Este es mezclado con urea y miel de purga. “El 50% del sustrato que usamos lo producimos de esta manera”, precisa Marín y añade que el principal costo de la actividad forestal está en el mantenimiento de la plantación, la fertilización, las podas y todo lo que tiene que ver con su manejo. “Los primeros tres años hay que cuidar los árboles como cualquier cultivo”, añade la especialista, sobre este proyecto ‘de montaña’, ya que la mayoría de las especies con las que se está trabajando, pueden establecerse desde los 1.000 msnm hasta los 3.200 msnm.

PRODUCTIVIDAD EN EL PROCESO

Hoy en día, tres toneladas de madera en verde permiten producir una tonelada de pulpa, en promedio. De esa tonelada se generarán 900 kilos de papel.

La madera es transportada desde las plantaciones forestales hasta la planta en Yumbo donde es procesada.

“En promedio, una hectárea de pino genera 360 toneladas de madera y una hectárea de eucalipto, 250 toneladas”, precisa Pombo. “Lo principal es manejar bien las plantaciones, para después cosechar la madera y llevarla a la planta, ubicada en Yumbo, para la transformación”.

La relación madera a pulpa, por lo general, es de tres a uno. Es decir, de eucalipto se podrían obtener 70 toneladas de pulpa por hectárea y 100 toneladas de pulpa de pino por hectárea.

Sin embargo, la compañía aún no es autosuficiente en el autoabastecimiento. “Compramos unas 50.000 toneladas de madera anualmente a productores terceros del Eje Cafetero y del Valle del Cauca”, confirma Pombo.

PLANTACIONES CON UNA PROYECCIÓN A 36 AÑOS

Frente al proceso, Pombo dice que cada año realizan una planeación con proyección a 36 años y así garantizan la sostenibilidad del negocio. “Hoy estamos sembrando lo que vamos a cosechar dentro de 18 años. Por eso trabajamos en varias líneas, hacemos investigación, mejoramiento genético y silvicultura para mejorar la calidad de la fibra”.

La compañía desarrolla diferentes alternativas de empaques dependiendo del producto y las exigencias del mercado destino.

¿En qué se traduce todo? En empaques sostenibles y 100% biodegradables. Según Víctor Ampudia, ingeniero de empaques de Smurfit Kappa, la empresa atiende diferentes sectores, pero desde hace un tiempo que la industria agrícola es un objetivo prioritario. “El aguacate Hass es uno de los productos que más está exportando el país, y dependiendo de la región hay más o menos exigencias para los empaques”.

Por ejemplo, para el mercado de exportación, específicamente para flores, las cajas están diseñadas para proporcionar la cantidad necesaria de resistencia al agua. Para el mercado minorista de flores, todas las cajas están diseñadas para, no solo cumplir con los requisitos físicos de la cadena de suministro, sino también con los requisitos de visualización del minorista final. El diseño, en combinación con una impresión de alta calidad, permite mejorar la presentación de flores en la tienda.

Ampudia dice que no solo se basan en los mercados destino sino también en el tipo de producto y los tránsitos que deben tolerar. “Las cajas del agro como tienen por lo general un tránsito largo debe soportar las condiciones del transporte y de humedad. Por eso desarrollamos diferentes alternativas”, concluye Ampudia.

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