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Usando coberturas plásticas se recogió uva en abril

La segunda cosecha ya es una realidad en Piura

En los últimos tres años, Pura Fruit Company ha venido afinando el manejo de uva de mesa bajo cubiertas plásticas con el objetivo de lograr una segunda cosecha en Piura, en el mes de abril. El trabajo se ha centrado en tres variedades blancas (Sugar Crisp, Autumm Crisp y Sweet Globe), de las que obtendrán 120.000 cajas que enviarán principalmente a EE UU, donde competirán con la uva de guarda que envían empresas chilenas.

10 de Mayo 2022 Equipo Redagrícola
La segunda cosecha ya es una realidad en Piura

Por Marienella Ortiz

Manuel José Arriagada, director de Pura Fruit Company.

En la primera temporada fueron 5.000 cajas y 4.000 problemas. En la segunda temporada fueron 35.000 cajas y 3.000 problemas. Ahora vamos a cosechar 120.000 cajas y esperaría solo tres problemas”. Esto comentaba recientemente Manuel José Arriagada, director de Pura Fruit Company, a un grupo de representantes de la industria de uva de mesa reunidos en los huertos de la empresa en Sullana, Piura. Precisamente allí presentaron los avances que han logrado con el manejo de la uva de mesa bajo cobertura de plástico, para lograr en abril una segunda cosecha con fruta de calidad.

No es algo que se hubiese decidido de la noche a la manaña, sino todo lo contrario, porque desde que se hicieron del control de los campos de Agrícola San José, rondaba la idea de obtener una segunda cosecha de fruta que, según Arriagada, generará una mayor rentabilidad a un bajo costo productivo. “Esta cosecha de abril es extremadamente barata. El costo de esta fruta es básicamente el costo variable del arreglo de racimo, aplicaciones y otros manejos; porque en los cuarteles donde no está programada una segunda cosecha, igual se riega, se fertiliza, se poda y se hacen aplicaciones fitosanitarias. Por lo tanto, para cosechar solo me faltaría que les dejáramos los racimos”, destaca.

Temperatura. A diferencia de otros lugares donde se busca elevar la temperatura, los plásticos y el tipo de diseño usados en Piura permiten que tenga un clima más fresco.

Para que ello sea posible han apostado por el uso de films plásticos que generan un microclima, para que la uva de mesa “se sienta cómoda” y pueda expresar sus mejores cualidades genéticas. De acuerdo a lo indicado por Serroplast, la empresa que fabrica estas coberturas, la inversión inicial es de aproximadamente US$21.500/ha. Para Stefano Borrachi, gerente de ventas de origen italiano, esta inversión se recupera en pocos años, más aún si se tiene en cuenta todos los ahorros que genera la tecnología tanto en agua como en fertilizantes.

Además de los ahorros están los ingresos adicionales. En promedio serán 1.500 cajas adicionales por ha/campaña, que se exportarán en abril a EE UU y a algunos países de América Latina, en una ventana donde hay poca oferta de otros orígenes. La expectativa es conseguir, al menos en el mercado de EE UU, un adicional de US$4/caja.

VENTAJAS EN USO DE COBERTORES

Stefano Borrachi, sales manager de Serroplast.

Lograr que la cosecha ocurra en otros meses diferentes a lo acostumbrado en Piura no parecía una tarea fácil. Por ello, Pura Fruit Company y Serroplast se aliaron en 2019 para lograr lo que parecía imposible: cosechar fruta en el mes de abril o primera quincena de mayo.

Las pruebas se enfocaron en tres variedades de uva de mesa verdes, color que demanda más el mercado: Sugar Crisp, Autumm Crisp y Sweet Globe. El diseño y tipo de plástico que se instaló se trabajó a medida en cada lote, según las necesidades del cultivo. Los más utilizados fueron los films donde predomina la luz difusa (modelo Strong3) y la que se asemeja a un vidrio, donde predomina la luz directa (modelo Ecowhite).

“No existe una ficha técnica o un catálogo específico”, advierte Borrachi. Para elegir el diseño y tipo de plástico es necesario tener en cuenta una serie de variables del proyecto de uva de mesa. Allí se toman en cuentan factores como variedades, el tipo de sistema de conducción y el clima.

Autumm Crips fue una de las tres variedades con las que se hicieron pruebas para ver cuáles funcionaban en una segunda cosecha.
El tipo de films puede ayudar a una planta a encontrar su mejor desarrollo. Una luz difusa permite elevar el vigor en la planta.

“Al tener un extra menos de luz en el caso del modelo de luz difusa, los primeros esfuerzos de la planta se dirigen en tener una hoja más grande; entonces, la planta tiende a vigorizarse un poco más respecto a modelos que son más transmisores. Si, por el contrario, tenemos un parrón que tiene un vigor alto, un plástico difuso puede ser contraproducente”, explica Joaquín Novoa, gerente comercial de Serroplast.

Gabriel Marfán, director técnico de Pura Fruit Company.

Con estos cobertores, entonces, se buscó una protección climática, contra una radiación excesiva, y física en caso de exceso de lluvia y viento. “El plástico nos ha permitido hacer una doble cosecha con la tranquilidad de que no vamos a tener problemas climáticos, sobre todo porque entre enero y marzo llueve bastante acá; más que en milímetros, en número de eventos de un milímetro o medio milímetro. Entonces, la uva se va mojando y van apareciendo las partiduras y pudriciones”, explica Gabriel Marfán, director técnico de Pura Fruit Company.

Seguidamente, el uso de esta tecnología permitió lograr el vigor necesario y la capacidad productiva en algunas variedades. En los huertos de Pura Fruit hay algunas variedades a las que les ha costado mucho lograr el follaje y el vigor. Para conseguirlo, las coberturas son fundamentales porque el efecto del techo que modifica el microclima y logra las condiciones más cómodas para que la planta se desarrolle.

Destino de la fruta

La producción de la segunda cosecha, calculada en 120.000 cajas, tendrá como destino EE UU y algunos países de América Latina. Según Gabriel Noboa, gerente general de Pura Gesex, la ventana entre quincena de abril a quincena de mayo es pequeña, pero es propicia para salir a vender con un diferencial a favor de, al menos, US$4/caja, si se compara el precio en la primera temporada. La uva que se enviará desde Piura competirá con la Thompson de guarda que se exporta desde Chile.

La oportunidad que identifica Noboa es que los riesgos climáticos vienen originando una menor producción de fruta chilena en esa ventana y la producción peruana puede ser complementaria. Esa demanda insatisfecha está generando que existan precios altos en ciertas semanas, los cuales obviamente están impulsando a que varios otros productores de distintos orígenes hagan pruebas, mediante la tecnología, para llegar en esas fechas.

“Hay que verlo como una oportunidad, en el sentido de que los grandes clientes están buscando proveedores o exportadores confiables para abastecer correctamente en el tiempo de menor oferta”, destaca. Además, indica que el objetivo también es evitar el cruce con la uva mexicana, principalmente aquella que se produce en Jalisco, y que está a mucha menor distancia del mercado.

Sin embargo, EE UU no es el único mercado objetivo. Colombia y República Dominicana son países que tradicionalmente demandan uva en estas fechas. Y el precio de la fruta alcanza niveles similares a los que se obtienen en EE UU.

Tres campañas tuvieron que pasar para que en Pura Fruit pudiera corregir los manejos y obtener fruta en una segunda campaña. Este año serán 120.000 cajas que tendrán como destino EE UU y algunos países de América Latina. Fotos Gentileza Pura Fruit.

RESULTADOS ALCANZADOS

Joaquín Novoa, gerente comercial de Serroplast.

Un aspecto que destaca es el mayor volumen que se logra con las dos cosechas en una campaña. En promedio serán 1.500 cajas/ha/campaña adicional, es decir, que pasarán de unas 3.500 o 4.000 cajas/ha a unas 5.000 o 6.000 cajas/ha. “No queremos 3.500 o 4.000 caja en noviembre y otras 3.500 en abril, a pesar de que operativamente es posible. Lo que queremos es tener dos buenas producciones con una fruta que termine con buen nivel de grados Brix y los calibres adecuados”, explica Arriagada, sobre una uva que, en el caso de la calidad, la fruta exportada alcanzó, en su mayoría, la CAT 1.

Un aspecto interesante ante la escasez del recurso hídrico es que bajo las coberturas es posible ahorrar un 30% en el consumo de agua. En una temporada normal, Marfán comenta que el riego significa unos 14.000 m3/ha/año, para una producción entre 25 o 30 toneladas “Eso nos da un rendimiento de 560 litros de agua por kilo de fruta. Sin embargo, con esa misma cantidad de agua se riegan más kilos de fruta, entonces baja a 400 litros por kilo de uva producida”, explica, sobre un ahorro que es posible porque la radiación y temperatura están más controladas.

Empresas agroexportadores, viveros, briders y bancos fueron invitados a conocer los avances el manejo de los films para una segunda cosecha.

Igualmente, comenta que bajo cobertura se requiere de un menor número de aplicaciones de agroquímicos. “La verdad es que, si no se moja la  fruta y no se mantiene la humedad alta por mucho tiempo, no nos vemos obligados a aplicar tan rápido como lo haríamos en un huerto que sí se mojó. Sobre la degradación, muchos productos se degradan con la luz. Por lo tanto, si yo bajo la radiación, la degradación puede llegar a un LMR específico que uno ya tenía estudiado”, indica.

A todo ello, destaca que distribuir la operación en más número de meses mejora el planeamiento logístico y operativo. “Todo lo que nos ayude a repartir la cosecha de fruta es bienvenido, porque tenemos cosechas gigantes entre octubre y noviembre”, sostiene Marfán. Por lo tanto, independiente de la ventana comercial que se aprovechará, esta segunda cosecha entregará una eficiencia mayor a nivel de campo y de procesos. Si se logra mover un porcentaje de fruta a abril, es probable que no se necesite tener mayor capacidad de frío o packing para un par de meses.

Manuel José Arriagada agrega que este mejor manejo de la operación prepara a la empresa a un futuro inmediato en que los precios sigan bajando y la operación tenga que ser mucho más eficiente para enfrentar ese escenario.

“No queremos 3.500 o 4.000 cajas en noviembre y otras 3.500 en abril, a pesar de que operativamente es posible. Lo que queremos es tener dos buenas producciones con una fruta que termine con buen nivel de grados Brix y los calibres adecuados”.

Manuel José Arriagada

“Todo lo que nos ayude a repartir la cosecha de fruta es bienvenido, porque tenemos cosechas gigantes entre octubre y noviembre”.

Gabriel Marfán

DIFICULTADES INICIALES

Felipe Morales, gerente de producción de Pura Fruit Company.

En estos tres años de aprendizaje, un tema que descubrieron fue que hay variedades que con la doble cosecha bajan su fertilidad, los racimos son muy chicos o tienen muchas trazas de semilla. Entonces, si bien se escogieron las variedades blancas por un tema comercial, también fue porque tienen una capacidad y calidad productiva sobresaliente, y porque han presentado menos problemas  productivos cuando han querido llevarlas a dos cosechas.

“Trazas de semilla es una cosa que en la temporada normal no existe, pero estamos hablando que en enero y febrero la temperatura es muy alta y pueden aparecer semillas”, explica. En la actual cosecha, las trazas o el rudimento ya no es notorio. Con ello, explican que aún existen tareas pendientes y que seguirán trabajando para subsanarlos en las siguientes campañas. Otro de esos temas es el tamaño de la baya, que están proyectando de 20 a 21 mm, para evitarse complicaciones. “El año pasado con 25 mm, el escobajo estaba sumamente rígido y no queremos este tipo de fruta para la exportación”, refiere Marfán.

Gabriel Noboa, gerente general de Pura Gesex.

Adicionalmente, Joaquín Novoa adelanta que están buscando la mejor fórmula para que el mantenimiento de los plásticos requieran de la menor administración posible, sobre todo, porque se trata de aproximadamente 300 hectáreas que están bajo cobertura de plástico en Pura Fruit y eso puede complicar su mantenimiento.

De acuerdo con todos los avances logrados, Gabriel Marfán considera que están en “sintonía fina” con una doble cosecha lo más óptima posible. Arraigada destaca que, aún con toda la tecnología que le ponen al proyecto, “es un viaje a la luna y un desafío importante”, pero considera que van por buen camino.

VIDA ÚTIL DE LA PLANTA

Otro detalle no menor es cuánto durará la planta si se le exigen dos cosechas por campaña a lo que Arriagada señala que ese aspecto lo tiene sin cuidado. “Si yo soy capaz de vender en 5 años lo que iba a vender en 10, mejor. En 5 años cambió todo de nuevo”, refiere.

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