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Botrytis cinerea en arándanos

“Las estrategias de campo son esenciales para evitar la Botrytis”

El investigador de la UNALM, Dr. Walter Apaza, analiza el problema de este hongo en arándanos en Perú y recomienda algunos manejos que ayudan a disminuir o eliminar su presencia.

26 de Agosto 2021 Equipo Redagrícola
“Las estrategias de campo son esenciales para evitar la Botrytis”

Jorge Velasco Cruz       Fotos: Walter Apaza

El arándano ya no es una moda, sino una realidad en Perú. Sin embargo, mientras su presencia va proliferando aparecen también problemas a los que tanto los agricultores como los exportadores deben hacerle frente. Entre ellos está la presencia de plagas y enfermedades que pueden afectar la calidad de la fruta en destino, especialmente en trayectos largos. Es el caso de la Botrytis cinerea.

Walter Apaza, investigador de la UNALM.

“Es una infección quiescente y endófita. Está en la parte interna de la fruta. Si hay mucha carga de inóculos, la probabilidad de que eso se manifieste en el destino es alta. Asimismo, el formato para enviar los arándanos a China es en bolsas y eso tampoco ayuda. Hay que tener mucho cuidado, porque si en esa bolsa se coloca fruta ligeramente húmeda, se activará la infección latente. Los hongos como la botrytis van a preferir la fruta deshidratada a la que está firme. El problema es que luego contagian al resto de fruta sana, porque los ‘clamshell’, o bolsas en el caso de China, están juntos. Tenemos que pensar en fruta viajera y ese es un manejo que empieza en campo, que se coseche bien, que se cuente con el frío adecuado”, explica el Dr. Walter Apaza Tapia, investigador del Departamento de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM).

La botrytis, agrega el académico, es un hongo con una alta incidencia durante la floración y la madurez de la fruta, causando el desprendimiento de la epidermis y la pudrición en los frutos. De todas formas, aclara, es importante zonificar su presencia en Perú, donde destacan aquellos sitios con humedad relativa alta. Lugares como Olmos y Chavimochic, al norte, no presentan mayores inconvenientes. Sin embargo, al ir más al sur, específicamente a Barranca o Cañete, la situación se hace más compleja.

Susceptibilidad de dos variedades a botrytis.

– ¿Cuáles son las condiciones que potencia la presencia de botrytis?

– Una alta humedad relativa. Es una característica de la costa peruana. No llueve, pero en algunas zonas se pueden tener humedades relativas por encima del 90% o 95% o incluso llegar al 100% en los meses de invierno. Hay que recordar que nuestra cosecha arranca justo en invierno, en junio, julio y agosto. No tenemos lluvias, pero sí una neblina que puede llegar a condensarse. Ese es un factor que le encanta a la botrytis, junto con las temperaturas frías. La enfermedad afecta a hojas, flores, frutos verdes y frutos maduros. En el caso del fruto, entra por el resto del pétalo que queda adherido él. Puede entrar por la flor y tener una infección quiescente y latente hasta la fructificación. También se pueden poblar inóculos a través de esclerocios en la hojarasca. Se ha visto en los restos de las hojas, pétalos y flores que quedan. Es muy común en la costa central, donde se plantan arándanos en macetas. Ahí tienen muchos problemas con esa botrytis. Por eso, la limpieza es importante.

– ¿Cuál es la importancia del ‘bloom’ para el desarrollo de este hongo?

– Uno de los problemas en los años muy húmedos es el ‘bloom’ de algunas variedades. Cuando se tiene humedad que se concentra en la fruta y luego se evapora en forma repetitiva, termina destruyendo el ‘bloom’. Hay una asociación directa entre la pérdida de ‘bloom’ y el desarrollo de botrytis, porque el ‘bloom’ es un preservante de la fruta. Por lo tanto, cuando se realizan envíos de arándanos a destinos largos con pérdida de ‘bloom’, esa esa fruta es más sensible a los hongos de postcosecha.

– ¿Qué características de Perú complican su manejo?

– A diferencia de otros países, donde la floración es muy compacta y muchas de las aplicaciones se hacen en este período y luego tienes cosechas de cinco semanas, nosotros tenemos cosechas de seis a siete meses. Eso complica el manejo, porque hay una etapa de la cosecha –julio, agosto, septiembre– en que tienes montada la gradualidad del arándano. Tienes flor, fruto verde, fruto maduro y brote. Eso hace más complejo el manejo de botrytis.

– ¿Qué implicancias tiene la botrytis para el arándano orgánico?

– No hay que plantar arándano orgánico en una zona húmeda con botrytis. No es sostenible. Hay que buscar una zona de baja presión como Olmos o sectores de Chavimochic, pegados a los cerros en las partes húmedas. Los microclimas son determinantes.

Diversos estados de botrytis en frutos, en campo.

HAY QUE COSECHAR CON LA MADUREZ ÓPTIMA

En los últimos años, China y otros destinos de larga distancia han aparecido como mercados atractivos para la fruta, entre ellas el arándano. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los envíos a Estados Unidos, con viajes de 18 días, el viaje a China implica un tránsito largo donde aparecen algunas complejidades. El Dr. Apaza habla de la ‘trampa china’. Por buscar un mayor dulzor –dice– se deja la fruta un poco más de tiempo, lo que lleva a su sobremadurez.

“Las infecciones latentes de botrytis tienen una alta capacidad de sobrevivir, a pesar de que la fruta sea transportada a baja temperatura. Por lo tanto, si no se cosechan los frutos en su óptimo de madurez y se van a enviar a China, con 45 días de viaje, puede ser una situación complicada. La senescencia en la fruta favorece tremendamente a botrytis. Es por ello que la cosecha para China tiene que cumplir ciertas exigencias. Es muy importante la variedad, la carga de inóculo y la gestión de la cosecha. Una mala cosecha, con sobremadurez de la fruta para buscar más dulzor, lleva a tener una fruta más blanda y eso es invitar a la botrytis a que se presente al llegar a China. Este año está preocupante, porque hay huertos donde la carga de inóculo está fuerte. El agricultor está haciendo varios manejos en campo y en cosecha. Pero lo difícil es cuando se pierde el ‘bloom’, ya que eso complica el manejo”, explica el académico de UNALM.

Aparición de botrytis en cámaras húmedas.

– ¿Cuál es la importancia de las estrategias de campo para el control de botrytis?

– Uno de los problemas es que en épocas húmedas muchas de las variedades, como la Biloxi, retienen los pétalos y en las secas esos pétalos se desprenden. El pétalo juega un rol muy importante en botrytis. El hongo entra a ese tejido muerto, que es el pétalo adherido en la corola, lo coloniza y luego compromete a la fruta. Entonces, las estrategias de campo son muy importantes. Ahí hay un problema para el uso de fungicidas, por los límites máximos de residuos (LMR) permitidos en los mercados de destino. Ahora el tema se ha vuelto aun más complicado, puesto que hay supermercados que piden un tercio de las LMR de la Unión Europea. Eso lleva a los agricultores a ser más cuidadosos con las aplicaciones.

– ¿Qué sucede con la resistencia a las aplicaciones?

– Botrytis es un hongo que genera resistencia muy fácilmente. Justo ahora estamos terminando un proyecto, que nos ha financiado el Concytec (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación), donde estamos estudiando la diversidad genética de botrytis. Hemos podido determinar que la diversidad genética es muy alta. Yo presupongo que hemos importado botrytis de EE UU y de Chile, porque se han traído plantas desde esos lugares. Ya tenemos resultados preliminares de resistencia. Eso ocurre con el Fenhexamid, por ejemplo. Hasta el 2018, el Fenhexamid era el único fungicida aceptado en China, aunque se ha abierto a otros productos. Pero el tema es que la resistencia es un problema muy serio. Entonces, cuando se hace una estrategia hay que considerar esos factores. Es ahí donde juegan un rol importante los productos biorracionales.

PREVENCIÓN Y COSECHA

Según el Dr. Apaza, el impacto de la botrytis en la productividad del campo puede rondar entre un 10% y 15%. Sin embargo, sostiene, el mayor problema es su implicancia en poscosecha. “He visto reclamos fuertes cuando se dan condiciones como mucha carga de inóculo y mala condición de cosecha de la fruta, lo que es clave. Un productor debe entender que, ante destinos distantes, debe tener una gestión de la cosecha muy buena. Dado que tenemos seis meses de cosecha –de julio a noviembre–, cosechar al inicio de la campaña es diferente que hacerlo al medio y al final. Al inicio, por ejemplo, hay que tener mucho cuidado con la sobremadurez. Hay empresas que incluso las primeras dos cosechas no las envían a destinos largos, porque hay mucha diferencia en la madurez de la fruta. Eso es clave para botrytis”, explica.

Poda, clave en el control de roya

La Roya (Naohidemyces vaccinii) es una enfermedad que se distribuye con facilidad en Perú, Colombia, México y Argentina. Es muy agresiva y fácil de diseminar por el viento y a través de plantas enfermas. Cuando la hoja está muy perjudicada, la planta se autodesfolia como mecanismo de defensa para que la roya no siga avanzando. La pérdida de hojas origina una pérdida de vigor, lo que afecta la producción y longevidad de las plantas.

Las condiciones óptimas para que se desarrolle la enfermedad son los rocíos o neblinas matinales, situación que se da de manera importante en la costa de Perú. “La roya que tenemos nosotros es un patógeno de frío. Si se acumulan entre 40 y 50 horas de frío por debajo de los 17ºC, se convierte en problema”, comenta Walter Apaza.

A diferencia de la botrytis, apunta el académico, la roya solo parasita células vivas. “Si la roya produce desfoliación, puede causar daño con severidades altas. Cuando la desfoliación se produce en julio y agosto, puedes tener un 30% de reducción de rendimiento para esa campaña en Biloxi, que es una variedad muy susceptible. Sin embargo, si la desfoliación se produce en octubre o noviembre ya no hace daño, porque ya se formó la fruta y es poco el impacto”, explica.

Una de las lecciones aprendidas en Chavimochic, agrega Apaza, es la importancia de la poda. “Es fundamental eliminar las hojas. Porque si se dejan hojas, ese es el inóculo que puede sobrevivir. A diferencia de botrytis, que sobrevive en la hojarasca en forma de esclerotes, el mecanismo de supervivencia de la roya es en las hojas. Del manejo integrado, el 50% a 60% está en la eliminación de hojas para que, si la roya afecta el huerto, lo haga en forma tardía”, afirma.

A su vez, agrega, es importante evitar los “puentes verdes” y no hacer podas diferenciadas de distintos huertos para que la roya no se pase de uno a otro. También hay que manejar los alimentadores o tirasavias, aplicarlos y cortarlos.

– ¿Cuáles son los aspectos esenciales del manejo de la cosecha?

– Un primer punto es que hay que manejar la frecuencia de las cosechas. No se pueden distanciar cosechas cada diez o quince días. También es importante la supervisión del proceso. Muchos dicen que cosechan cada cinco días. Pasan los cosechadores, pero dejan a veces cinco o cuatro frutas por planta sin cosechar. Eso significa que, en el siguiente ciclo, esa fruta ya no tendrá cinco sino diez días y estará sobremadura. Por lo tanto, hay que hacer una gestión de la cosecha adecuada, no solo en la frecuencia, sino en que se saque la fruta y en su punto óptimo de madurez.

– ¿Qué se recomienda hacer durante la postcosecha?

– Hay varias metodologías que se emplean. El uso de anhídrido sulfuroso funciona para botrytis, pero no para Alternaria. El problema es que tenemos botrytis en épocas frías y húmedas, de julio a septiembre, y luego tenemos Alternaria, que es un hongo más de calor. También hay que destacar el proceso de enfriamiento: mientras más rápido enfríes la fruta, menos problemas vas a tener. Sin embargo, la base del manejo está en la cosecha.

– ¿Qué rol tiene la infraestructura en la prevención de la botrytis?

– En la costa central de Perú hay zonas muy húmedas donde se ha decidido el uso de túneles, básicamente para la protección del ‘bloom’. Tiene dos ventajas. Una es que no cae la garúa, no se condensa la humedad y no se moja la fruta. Y la otra ventaja es que otorga dos grados más de temperatura en invierno, lo que es determinante. Hay que considerar que, en inviernos muy crudos, cuando la mínima baja de 12ºC o 13°C, el medio ambiente altera la planta. Se atrasa el proceso de madurez de la fruta y hay variedades que inclusive se arrosetan. Esta es una condición muy favorable para botrytis.

– ¿Qué otras prácticas preventivas se pueden usar?

– Normalmente, las podas en Perú van desde fines de diciembre a enero. De ahí viene una etapa de brotamiento, que se da en los meses de enero, febrero y marzo, con temperaturas altas. Hace calor y no hay problemas de botrytis, aunque sí de oídio y roya. A partir de ahí, el arándano entra en una etapa muy importante, que es la diferenciación floral. Son los meses de abril, mayo y junio, en que las temperaturas bajan y la humedad relativa sube. Ahí es donde es muy importante la estrategia preventiva. Cuando empieza la floración se pueden realizar algunas aplicaciones. También en esa etapa tiene que haber mucho cuidado con los residuos. Entonces, los meses críticos son mayo, junio, julio y agosto, que es donde más humedad hace. Si la botrytis toma el huerto, después es muy difícil manejarla.

– ¿Cuáles son las variedades más propicias a botrytis?

– Las variedades más propicias a tener botrytis cumplen con tres condiciones. Una es una alta capacidad de retención de pétalos. Toda variedad que retenga los pétalos es muy susceptible, lo que ocurre con Biloxi en invierno. Otro aspecto son las variedades blandas. Y el tercer componente son aquellas que pierden muy rápido el ‘bloom’, son más sensibles a hongos y su vida de postcosecha es menor. Si comparas una Biloxi con una Ventura, la Ventura tiene un ‘bloom’ más fuerte.

Para mayor manejo de Botrytis cinerea en arándanos, consultar el siguiente documento:

http://jriegopresurizado.org.pe/files/boletin-4/version/mobile/

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