Reportajes . ...

Comparte

Fotoperíodo, temperatura, nutrición y raíces sanas

El delicado arte de inducir la floración en arándanos

La inducción floral en arándanos es un proceso clave que define la productividad de la campaña. Sebastián Ochoa, asesor internacional con amplia experiencia en el manejo del cultivo, explica cómo factores como el clima, la nutrición y la salud radicular interactúan para asegurar un desarrollo equilibrado de las plantas.

23 de Octubre 2025 Equipo Redagrícola
El delicado arte de inducir la floración en arándanos

La inducción floral es la chispa que provoca el cambio: la señal que hace que una yema abandone su rol vegetativo para comenzar su transformación en flor. Según Sebastián Ochoa, asesor internacional de arándanos, este es un proceso decisivo en la campaña, pues abre el camino hacia la diferenciación floral, etapa en la que se forman las estructuras de la futura floración. Sin esa primera chispa nada avanza, de allí la importancia de estar atentos y acompañar el proceso para asegurar que la fase se complete en condiciones óptimas.

“El manejo de inducción floral siempre es un gran ‘temón’ en Perú. Siempre estamos peleando con el vigor de las plantas, tratando de lograr que -en marzo o abril- empiecen a diferenciar y a generar yemas. Entonces, me llaman y me dicen: las yemas no corren, las yemas no abren. Es así que, para entender lo que pasa, hay que volver al concepto mismo de inducción floral. Muchas veces en campo se habla de inducción como si se tratase de la aparición de la flor. La inducción es la señal, la condición fisiológica que determina la formación de los tejidos florales en el interior de la yema. No es que la flor ya esté formada, es el estímulo que dispara todo el proceso hasta la flor”, explica.

Sebastián Ochoa, asesor internacional de arándanos,

Ochoa aclara que el proceso de la inducción floral ocurre a partir de la interacción de procesos fisiológicos y factores ambientales que generan un equilibrio hormonal endógeno en el meristema de la yema. Ese equilibrio es el que impulsa la transición desde un desarrollo vegetativo hacia uno reproductivo. El estímulo activa el gen Drepresión génica, que da inicio al “programa floral”. Primero se activa el gen, luego se duplica y se transcribe en ARN mensajero. Después viene la traducción, donde se producen aminoácidos, proteínas y enzimas responsables de los cambios metabólicos que transforman al meristema en reproductivo.

“La inducción floral es una etapa aún reversible. Bajo ciertos estímulos ambientales, o mediante manejos específicos, es posible revertirla y regresar al estado vegetativo”, explica. En cambio, la etapa siguiente -que es la diferenciación- es irreversible y es influida por el entorno. En ella aparecen los primeros signos visibles, como el aplanamiento del ápice meristemático y la formación de los primordios del sépalo.

etención del brote, hojas redondeadas y color rojizo: señales de inducción floral.

¿CÓMO RECONOCER SI LA PLANTA SE ENCUENTRA EN INDUCCIÓN FLORAL?

En el caso de las variedades cultivadas en Perú, la inducción floral se reconoce cuando el brote empieza a detener su crecimiento, toma un tono rojizo y desarrolla hojas redondeadas con forma de roseta. En esta etapa aún no hay diferenciación, sino la señal inicial de que la yema se prepara para convertirse en floral. La diferenciación, en cambio, corresponde al desarrollo interno de las estructuras que darán origen a la flor, desde los primordios hasta los órganos florales completos, apunta Ochoa. En variedades Northern Highbush, este proceso suele completarse tras el crecimiento de brotes y antes del receso invernal, mientras que en las Southern Highbush ocurre de manera rápida y continua tras la inducción, detalla el experto.

Un aspecto que genera confusión en campo es la necrosis de la yema apical, que suele interpretarse erróneamente como inicio de la inducción. Pero, en realidad, se trata de la determinación natural del brote tras un ‘flush’ de crecimiento y no de una deficiencia nutricional (ej. por boro).
Es verdad que bajo condiciones de estrés severo puede adelantarse o acentuarse este fenómeno. Posteriormente, las plantas reinician su crecimiento con nuevos ‘flushes’, abriendo de dos a tres yemas vegetativas que generan brotes laterales, un proceso que puede manejarse también mediante despunte selectivo, indica.

Arándanos firmes y de buen calibre, resultado de un manejo integral en campo

FACTORES DETRÁS DE LA INDUCCIÓN FLORAL

En el caso del arándano, el fenómeno de la inducción floral depende de algunos factores en gran medida condicionados por el fotoperíodo y la temperatura. “Días cortos y temperaturas moderadas entre 10 y 21°C favorecen la inducción, mientras que los días largos y las altas temperaturas tienden a inhibirla”, explica el especialista.

Al respecto detalla que la inducción se favorece con días de 8 a 12 horas de luz y temperaturas moderadas (10 a 21°C), mientras que los días largos y el calor por encima de 21°C la inhiben. “Eso fue justamente lo que ocurrió en 2023 con El Niño, cuando las temperaturas altas bloquearon el proceso de inducción floral. Ese año se gastaron fortunas en hormonas y reguladores, pero no había nada que hacer: el ambiente lo impedía”, recordó Sebastián Ochoa.

La única salida fue manejar el vigor, refirió. Ajustar la relación nitrógeno-potasio y potenciar raíces fue lo que permitió amortiguar la crisis. Ochoa contó lo vivido en Olmos: “En el campo de Beta que asesoro se cayó la producción de 25 a 15 toneladas, pero hubo vecinos que cayeron a cinco porque siguieron haciendo lo mismo de todos los años, empujando vigor y la planta de tropicalizó”. La lección quedó clara: frente a condiciones
adversas, no se trata de hacer más de lo mismo, sino de conocer el comportamiento de la planta y acompañarlo con el manejo adecuado.

Raíces jóvenes y activas, claves para la absorción de nutrientes y firmeza de fruta.

RESPUESTAS A LAS CONDICIONES EN PERÚ

El desafío está en cómo los productores logran manejar la fisiología del cultivo en condiciones adversas, como las que se presentan en Piura, Olmos o Trujillo. El manejo de la inducción y diferenciación floral en arándanos exige un enfoque integral. El riego y la salud de las raíces son la base: un sistema radicular activo asegura absorción de nutrientes y estabilidad del cultivo. A ello se suma el control del vigor mediante un adecuado equilibrio nutricional, especialmente en la relación nitrógeno- potasio, que define si la planta se orienta a un crecimiento vegetativo o reproductivo.

Finalmente, factores climáticos como la temperatura y el fotoperíodo marcan el ritmo del proceso, condicionando si la señal floral se activa o se inhibe. Solo al integrar estos tres ejes —riego, raíces y vigor— con la influencia del ambiente, es posible conducir con éxito la transición hacia la floración, destaca.

El riego es una de las piezas más delicadas en la inducción y diferenciación floral. Sebastián Ochoa advierte que cualquier déficit en este periodo puede dejar el proceso incompleto y comprometer la floración. De allí la necesidad de evitar la práctica habitual de cortar el riego para frenar el crecimiento vegetativo, por el alto riesgo de perder yemas florales. “La sequía puede reducir drásticamente el número de yemas, incluso llevarlas a cero”, señala.

En su experiencia, es más seguro trabajar con el equilibrio nutricional que con la restricción hídrica. Disminuir el riego aumenta el potencial osmótico y obliga a la planta a gastar más energía para absorber agua, un efecto similar al provocado cuando se eleva la conductividad eléctrica del suelo por sales como el sulfato de potasio. Sin embargo, mientras la manipulación de la conductividad es más controlable, recortar el riego puede ser riesgoso y difícil de manejar.

En tanto, las raíces son el cimiento de todo el proceso de inducción y diferenciación floral. Una planta bien nutrida y con raíces activas tiene más posibilidades de sostener la floración y llenar adecuadamente la fruta. Sebastián Ochoa explica que tras la poda la actividad radicular aumenta de manera intensa, y es allí donde conviene invertir en enraizantes. “El arándano no tiene pelos absorbentes; son las puntas nuevas las que capturan nutrientes y agua, por eso debemos generar constantemente raíces jóvenes”, enfatiza.

Su recomendación es iniciar con un enraizante auxínico, como ácido indolbutílico en altas concentraciones, para inducir puntas de crecimiento. A los 15 días se debe rotar hacia enraizantes nutricionales que promuevan elongación y lateralización, y complementar luego con productos biológicos como trichodermas o extractos de algas y aminoácidos. Este manejo escalonado permite llegar a la etapa reproductiva con la mayor cantidad posible de raíces absorbentes, lo que se traduce en más calcio disponible, mayor materia seca y, en consecuencia, mejor firmeza de fruta y vida de poscosecha.

El especialista también advierte sobre la calidad de los sustratos y la importancia del drenaje. Sustratos de mala composición o bolsas sin orificios generan clorosis por anoxia y comprometen el metabolismo del fierro y la planta se vuelve clorótica. “Plantas con mal drenaje se ponen amarillas y cloróticas; plantas con buen drenaje, se mantienen verdes y productivas”, resume. Para evitar esos problemas, es clave usar sustratos equilibrados, sistemas de drenaje adecuados y suelos trabajados con ácidos húmicos o fúlvicos, según la necesidad.

Asimismo, Ochoa recuerda que el 50% del sistema radicular está localizado sobre los 30 cm de profundidad desde la corona, y el 84% crece sobre los 61 cm, lo que exige un manejo de riego cuidadoso. Los riegos por pulso frecuentes mantienen las raíces en superficie, con riesgo de secarse ante cualquier estrés, mientras  que riegos más distanciados y profundos ayudan a que el sistema radicular explore capas inferiores, asegurando estabilidad y resiliencia frente a condiciones extremas.

El mercado premia calibres grandes: de 9 mm en el pasado a 20+ mm en la actualidad

CONTROLAR EL VIGOR

Sebastián Ochoa reitera que el vigor es un arma de doble filo en el arándano. El asesor recuerda que “a mayor vigor, menor diferenciación floral por competencia”, como se evidenció durante el fenómeno de El Niño. Por ello, controlar las relaciones de fertilización, especialmente la nitrogenada, es fundamental. El exceso de amonio dispara el crecimiento vegetativo, mientras que el nitrato, aunque también aporta nitrógeno, requiere más gasto energético para ser metabolizado, lo que ayuda a moderar el vigor. Igualmente, el especialista advierte que tampoco se trata de simplemente retirar el nitrógeno, pues este elemento es vital. Lo ideal, explica, es manejar las relaciones amonio/nitrato y nitrógeno/potasio de acuerdo a la etapa del cultivo: soluciones vegetativas tras la poda, compensadas durante la floración y el llenado de fruto, y generativas en cosecha. Este ajuste permite conducir el crecimiento y la producción sin poner en riesgo la calidad.

Además, Ochoa recomienda apoyarse en prácticas de manejo en verde, como el despunte selectivo (brote vigoroso), que reduce vigor y favorece la formación de brotes laterales, siempre en tejido fuerte. También enfatiza la importancia de mantener el pH del suelo entre 5,5 y 6, rango que asegura disponibilidad de nutrientes, sin riesgo de toxicidad por aluminio o manganeso. Por encima de ese nivel, hay presencia de bicarbonato, el cual interrumpe el metabolismo del hierro, especialmente en suelos calcáreos.

En suelos calizos se puede producir arándanos siempre y cuando el porcentaje de caliza activa sea menor a 3% (especie calcífuga).

MANTENER UNA FOTOSÍNTESIS ACTIVA

La inducción y diferenciación floral dependen de una fotosíntesis activa. Por eso, cualquier factor que reduzca la capacidad de la planta para captar luz —ya sea por exceso de bloqueadores solares, deficiencias nutricionales o problemas fitosanitarios— puede comprometer la fertilidad de las yemas. Sebastián Ochoa recomienda utilizar bloqueadores solares como medida preventiva, pero suspenderlos a fines de febrero o inicios de marzo para que la planta reciba la radiación necesaria. “Las yemas más fértiles son siempre las que se ubican en sectores bien iluminados”, enfatiza, de allí la importancia del desbrote y el manejo de la arquitectura del cultivo.

El monitoreo climático también es clave para ir tomando decisiones en base a lo que va ocurriendo. La temperatura y la radiación solar influyen directamente en la inducción: si la planta evapotranspira más y el déficit de presión de vapor (DPV) es adecuado, habrá mayor vigor; si el DPV supera los 2 a 2,5 kPa, los estomas se cierran y la fisiología colapsa.

En estas condiciones, el estrés oxidativo aumenta y se forman especies reactivas de oxígeno que dañan los tejidos (ROS). Para contrarrestarlo, es necesario aplicar productos antioxidantes —ascorbato, glutatión, taninos, flavonoides o alfatocoferol— o recurrir a bloqueadores específicos según la etapa fenológica, como caolinitas en prefloración extractos fosfolípidos o extractos de aceites naturales de plantas que producen bloqueos.

A esto se suma el manejo del riego y los drenajes. Mantener una relación adecuada entre lo que entra por el gotero y lo que sale por drenaje (1 a 1,5) permite evitar saturación del sustrato y, con ello, el estrés radicular. Un buen control de la radiación, la humedad y la temperatura asegura que la planta trabaje con equilibrio fisiológico, minimizando riesgos y garantizando que la inducción y diferenciación floral se completen con éxito.

EL ROL DE LOS AMINOÁCIDOS

Los aminoácidos son aliados clave en el manejo del estrés del arándano. Estas moléculas orgánicas, al aplicarse directamente, acortan el ciclo normal de síntesis de proteínas por lo que la planta se ahorra energía (menos gasto de ATP), aumenta el vigor y responde mejor en condiciones adversas. Su uso adelanta la maduración, mejora la absorción de microelementos, genera un rápido efecto de choque, uniformiza la maduración
y facilita la traslocación de fertilizantes.

¿En qué momentos aplicarlos? En situaciones de estrés, ataques fúngicos o bacterianos, vientos, granizo, temperaturas extremas o escasez de luz prolongada. También son útiles en los trasplantes, frente a fitotoxicidades o durante etapas críticas, como la carga de fruta. Según Ochoa, los aminoácidos más efectivos por vía radicular son aspártico, arginina, metionina, triptófano y valina, mientras que por vía foliar destacan la prolina y la glicina betaína, fundamentales en la regulación osmótica y en la resistencia al estrés térmico o hídrico, evitando el cierre de estomas y manteniendo activa la fisiología de la planta.

LOS EXTRACTOS DE ALGAS

Los extractos de algas, por su parte, cumplen un rol complementario. Más allá de aportar trazas de fitohormonas, lo más valioso son los compuestos activos —betalaínas, fitoalexinas, terpenos y fenoles— que detienen la cascada oxidativa y mejoran la tolerancia al estrés. Su origen también importa y, según el asesor, los productos más efectivos provienen de algas pardas de mares fríos, especies que han sido expuestas durante millones de años a condiciones extremas de luz, oleaje y temperatura, lo que explica su alta concentración de moléculas bioactivas.

UN ABANICO DE BENEFICIOS

Entre los múltiples beneficios de la aplicación de estos extractos destaca un mayor rendimiento a cosecha, resistencia frente a estrés biótico y abiótico, mejor asimilación de nutrientes, menor incidencia de enfermedades y mayor vida de almacenaje de la fruta. En la práctica, se aplican en los mismos escenarios que los aminoácidos, cuando las plantas están sobrecargadas, en ciclos prolongados de cosecha o cuando el follaje acusa cansancio. “En Perú la cosecha de arándanos puede durar seis meses, algo inusual en otros países. Allí los extractos de algas cumplen un rol vital para devolverle vigor a las plantas”, enfatiza Ochoa.

“La regla es clara: si mandas fruta de buena calidad, siempre te va a ir bien”, afirma Sebastián Ochoa. Las curvas de precios de la última década lo confirman: la fruta premium mantiene valores estables, mientras que aquella que llega con problemas pierde rápidamente competitividad.

Suscríbete a nuestro

Newsletter

newsletter
Select your currency

NEWSLETTER

Gracias por registrar tu correo

Registrate

* indicates required
Newsletters