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Entrevista

Luis Schmidt: “Chile ha logrado algo que antes no veíamos ni de cerca”

Un gran realizador. Fue pieza clave en la transformación que llevó a Fedefruta desde una oficinita de agricultores de Valparaíso en el centro de Santiago a ser un referente gremial insoslayable. Durante su estancia como embajador de Chile en China, el gigante asiático pasó a ser el socio comercial número 1 de nuestro país. Expresa su “satisfacción de haber cambiado la mentalidad de los productores” y en las siguientes líneas cuenta cómo ocurrió.

23 de Diciembre 2024 Francisco Fabres
Luis Schmidt: “Chile ha logrado algo que antes no veíamos ni de cerca”

Muchas cosas distintas le han tocado vivir a Luis Schmidt, ingeniero civil que ha representado papeles protagónicos en el mundo agrícola del país, como dirigente gremial, y también en ese mundo grande, el de las relaciones internacionales, como diplomático.

Probablemente nada de eso se imaginaba cuando, muy joven, asumió la administración de una parcela familiar, la Chacra el Maqui, en Talagante. Allí optó por la lechería mientras paralelamente se desempeñaba en la fundición Libertad.

En eso estaba cuando su pariente y amigo Aurelio Montes lo convenció de trabajar en la viña Undurraga a cargo de las bodegas. Allí permaneció 15 años, cuando se retiró para “dedicarme a mis cosas” en el área agrícola y también en la ingeniería. Mientras se desempeñaba en la viña conoció la experiencia de productores de kiwi de la zona de Curicó. Plantó en la época dorada de esta especie, en 1983, contra la opinión de sus asesores, quienes sostenían que Talagante no era una zona adecuada e iba a fracasar.

Cuando le llegó la liquidación de la primera cosecha, mandó todas las vacas a remate y se transformó en fruticultor. “Alguien me dijo que los limones se daban bien, así que planté en la superficie que me quedaba”.

En un viaje a EE.UU. conoció a un japonés que adquiría limones en Florida. Schmidt le dijo que los de Chile eran mejores y le propuso venir. La visita finalmente se concretó; también la primera exportación de su producto al país asiático.

“Yo mandé la fruta sin saber el precio: de Europa recibíamos 15 dólares por caja como máximo. Resultó que el retorno de Japón era de US$75 por caja en los años malos, hasta US$120 en los buenos.

Se transformó en un gran negocio para mí, pero yo no tenía las espaldas suficientes, así es que invité a grandes productores de la zona central y a Fundación Chile e hicimos un packing”.

EL VENENO EN LAS UVAS GATILLÓ LA ORGANIZACIÓN DE LOS FRUTICULTORES

En 1989 se produjo el “caso de las uvas envenenadas”, en que EE.UU. detuvo la importación de vid de mesa chilena aduciendo haber detectado la presencia de cianuro en un racimo. Luis Schmidt no exportaba uva, pero vio en riesgo sus envíos de kiwi, pera y carozos, lo cual lo impulsó a participar en temas gremiales.

El gobierno de la época apoyó a los exportadores con pagarés de la deuda externa, rememora; para los productores, nada. Consiguió hablar con el ministro del interior, Carlos Cáceres. Él le mencionó que los fruticultores no tenían representación y la Sociedad Nacional de Agricultura, SNA, había dejado el tema en manos de Asociación de Exportadores, Asoex (hoy Frutas de Chile).

Entonces la secretaria del ministro le mencionó que una vez había recibido a un grupo… “Yo escuché por primera vez la palabra Fedefruta [Federación de Productores de Fruta de Chile] –confiesa el entrevistado–. En esos años la conformaban agricultores amigos de la región de Valparaíso encabezados por un ingeniero civil, como yo, don Fernando Jara. Tenían una oficina pequeña en la calle La Bolsa, hacían lo que podían”.

Entonces creó la Asociación de Productores de Fruta de la Región Metropolitana e impulsó iniciativas similares desde Copiapó hasta Los Ángeles. José Miguel Stegmeier, en Biobío, le dijo que ahí había poca fruta. “No importa –le respondió– tenemos que tener representatividad a lo largo del todo el país. ¡Y mire ahora!”

El kiwi lo llevó de la lechería a la fruticultura.

HUBO FUERTES DIFERENCIAS ENTRE PRODUCTORES Y EXPORTADORES

En los primeros años hubo una confrontación de Fedefruta con Asoex: “Las grandes exportadoras manejaban la gran mayoría del volumen, pero tenían un espacio oscuro: por un lado entraba la fruta y por el otro salían dólares. Uno no sabía a quién le vendían ni por qué ni cuándo. Las diferencias llegaron a tal nivel que pensó en una acusación por abuso de posición dominante.

El presidente de Fedefruta de esa época, tomó contacto con diputados para hacer que las liquidaciones fueran revisadas por un organismo del Estado”.

Sin embargo, la máxima autoridad de los fruticultores asumió el liderazgo de la Sociedad Nacional de Agricultura y el directorio de Fedefruta eligió en 1997 a Luis Schmidt como nuevo presidente.

“Yo pensé que iba a estar un año y después iba a seguir con lo mío, pero la vida dijo otra cosa”. La vida lo mantuvo en el puesto hasta 2006, lo hizo repetir en el mismo cargo en 2016-2017, y le adicionó la presidencia de la SNA entre 2005 y 2009.

En la Cámara de Diputados se aprobó la revisión estatal de las liquidaciones. Cuando pasó al Senado, lo llamó Francisco Prat, con quien compartía su formación escolar en colegio Notre Dame: “¿Qué los picó?, me preguntó, este es un negocio entre privados; en el Senado no va a pasar jamás. Entonces ayúdame, porque yo estoy por buscar alternativas, le pedí. Él me consiguió la que el presidente de la Comisión de Agricultura, Francisco Javier Errázuriz, participara en una reunión de Fedefruta y logramos virar el tema al control privado; como debe ser, por lo demás. Se lo debo a mi amigo Paco Prat, que dejó este mundo hace poco”.

Fedefruta impulsó negociaciones de las empresas productoras con las exportadoras, en que se fijaban mínimos garantizados, cláusulas comparativas y otras condiciones. También se creó Fruittrade para un contacto directo entre grandes compradores de fruta y los fruticultores.

“Hay que reconocer que los productores eran medio cómodos: me cargan los aviones, no sé hablar inglés…. Entonces sigue para que te revienten aquí, les contestaba yo. En verdad el negocio de la exportación es tremendamente complejo. Cuando usted gana le va muy bien, pero cuando le va mal puede perder hasta el campo. Y ese era el terror que tenían muchos. Sin embargo hoy, si usted mira, hay más de 500 empresas exportadoras de fruta”.

Asian Desk: un ingeniero entre abogados

En 2022 el estudio legal iberoamericano PPU (Colombia, Perú, Chile y España) fichó al exembajador para liderar su “Asian Desk”. ¿Qué hace un ingeniero civil en un territorio jurídico? “Las mayores empresas chinas que están en Chile en algún momento las traje yo, siendo embajador, y las mismas compañías se encuentran en Perú y Colombia., pero yo trabajo para establecer vínculos de negocios en países como China, Japón, Corea y otros de Asia. Aquí hay 100 abogados y PPU apoya en lo que sabe: fusiones, venta de empresas, asesoría legal, inscripción de marcas, representaciones”.

LOS AVANCES HAN SIDO ESPECTACULARES

¿Qué otras diferencias ve entre la fruticultura de comienzos de siglo y la del 2024? “La fruticultura ha pasado por problemas muy serios. Hace unos años veíamos cómo nos desplazaba Perú, nos íbamos quedando atrás en variedades, no nos modernizamos. Hoy se ve el boom de la cereza y la avellana, ha cambiado la cara. También ha cambiado la gente, los más jóvenes tienen interés en participar en la exportación, las variedades están al día. Me quiero recordar lo que hizo uno de mis sucesores, Jorge Valenzuela, con los viveros. Nosotros importábamos plantas, a veces resultaban otras veces no. Bueno, hoy tenemos grandes viveros que trabajan con la última tecnología, cultivos meristemáticos para sacar plantas libres de virus. Lo mismo ha ocurrido con los productores. Cuando yo partí, todo el mundo regaba por surco, no teníamos esta crisis de sequía. Yo fui a Israel varias veces. Había gente que decía: para qué vamos a poner, si es tan re caro. ¡Pero se usa un décimo del agua y además se pueden aplicar los desinfectantes, meter los abonos! También en logística, primero naves refrigeradas, después container refrigerados, atmósfera controlada en la bolsa o el clamshell. Los avances han sido espectaculares. Chile ha logrado algo que antes no veíamos ni de cerca: hacer investigación, el

INIA y las universidades, en una industria que ya exporta 6.000-7.000 millones de dólares al año y da un trabajo enorme. No tiene nada que ver con la fruticultura cuando partimos”.

Fue líder gremial durante más de una década. “Yo pensé que iba a estar un año y después iba a
seguir con lo mío, pero la vida dijo otra cosa”.

LA LARGA MARCHA HACIA CHINA

En el derrotero de su vida, fue nombrado embajador en China durante los dos gobiernos de Sebastián Piñera y se mantuvo algún tiempo bajo la presidencia de Michelle Bachelet. No obstante, su contacto con ese país venía de mucho antes.

A inicios de la década de los 90 observó que en Japón se vendían cerezas de origen chino a un alto precio. Viajó al gigante asiático con la idea de vender cerezas, limones y vino. Le fue muy mal, no conocían Chile, no les interesaba el vino, no le creyeron que podría llegar con fruta de tan lejos.

Entonces se le ocurrió una idea:

“Me fui a Ministerio de Agricultura en China y les dije que quería hacer una granja agrícola para mostrarles lo que hacía Chile en exportaciones”.

Gran fracaso. No lo recibió nadie porque no tenía referencias oficiales. Alguien que sabía un poco de inglés le comentó que podría haber interés… No con él, eso sí: con alguien del gobierno.

Persistente, en Chile fue a hablar  con el ministro de Agricultura de esos años. Carlos Mladinic lo recibió, le hizo notar que el único intercambio era la venta de unos 50 millones de dólares en cobre, que era una fregatina hasta para llegar, y lo condujo a la puerta.

Volvió al ministerio de Agricultura en China, ya como presidente de Fedefruta y acompañado del embajador. “Como Fedefruta era privado, nada con nosotros. Me sentí en el peor de los mundos”.

No obstante, el presidente Eduardo Frei ya estaba hablando de Asia. Obtuvo una reunión en su calidad de presidente de Fedefruta y logró que le ofreciera ayuda. Pidió US$150.000 del Fondo de Promoción de Exportaciones.

“Me aportaron 30.000 dólares. Lo importante fue que me otorgaron la representatividad”. Así, en 1999 con el apoyo de Florencio Lazo, expresidente de Fedefruta, hizo finalmente la Granja Agrícola.

“Nadie creía mucho en esto”, se sincera. No obstante, resultó después que invitaron a Ricardo Lagos en visita de Estado y el único proyecto chileno en China era la Granja, de modo que fue inaugurada por el presidente en la gira oficial de 2002.

“Un proyecto que yo pensé que iba a durar tres o cuatro años, la semana pasada me avisó el ministro de Agricultura Esteban Valenzuela, que había firmado su prolongación hasta 2029”.

“¿Cuál es tu relación con Xi Jimping?”

Este título transcribe la pregunta que un intrigado presidente Sebastián Piñera le hizo a Luis Schmidt
sobre el poderoso presidente de la República popular China. “Usted tiene mala memoria, le contesté: la primera vez que vino a Chile lo traje yo, cuando todavía era vicepresidente. Había escuchado de un viaje que realizamos en verano con la consejera Liu Yandong, ministra de Educación, visitando la Antártica e Isla de Pascua, entre otras actividades. Recibí una llamada del secretario privado de Xi Jimping: quería hablar conmigo. Fui a la cita y me dijo que deseaba hacer el mismo recorrido, en junio. Cuando vino, no logramos ir a la Antártica, por razones climáticas, ni tampoco a Isla de Pascua, por problemas con el avión. Sin embargo, conservo hasta el día de hoy el número de su secretario privado”.

CHILE AL MEDIO DE DOS GIGANTES ¿CUÁL ES LA OPCIÓN?

Expresa sin ambages su gran valoración de China: “Históricamente fue un gran país: creador del papel, la brújula, la seda, la pólvora… Pasó que los emperadores cerraron el imperio y se quedó sin revolución industrial, atrasado.

Luego de Mao, las políticas iniciadas por Deng Xiaoping abrieron las puertas a inversionistas extranjeros y llevaron a China a ser la segunda potencia económica del mundo. De acuerdo al Banco Mundial en los próximos 6 años ocupará el primer lugar. Las transformaciones han sido de tal magnitud que en 2020 erradicó la extrema pobreza y es una de las naciones más desarrolladas en ciencia y tecnología.

Hoy todo el país está con 5G y usted pide un taxi en Pekín y le llega sin conductor, la robótica funciona por todas partes. Hoy existe una gran clase media, modestamente acomodada, como dice Xi Jinping, con un ingreso per cápita del orden de 14 15.000 dólares que a paridad de cambio debe ser de 22 a 23.000 dólares.

En Chile hay gran simpatía por los chinos cuando compran nuestra fruta, pero gran desconfianza e incluso miedo cuando invierten en nuestro país.

“Por supuesto. El presidente Piñera en su visita a China en abril de 2019 iba a tener una reunión con la gente de Huawei para conectar directamente Latinoamérica y Asia con fibra óptica. Intervino el gobierno del presidente Trump a través del secretario de estado Mike Pompeo para impedir una inversión que consideraba tóxica. La visita se realizó, pero la instalación de la fibra óptica no. Chile está entre dos grandes potencias, con muy poco conocimiento de la realidad de China. EE.UU. fue nuestro socio comercial más grande hasta mi primer periodo como embajador. El presidente Piñera me dijo: China era nuestro socio comercial número 10 y usted lo transformó en el primero… No es mérito mío: es por el tratado de libre comercio, las inversiones chinas, los empresarios chilenos, qué sé yo. Hoy China dobla a EE.UU. en intercambio comercial con Chile: alrededor de 64.000 millones de dólares contra menos de 30.000 millones.

¿Qué puede hacer Chile, en medio de estos dos gigantes en disputa? “Lo que ha hecho hasta ahora relativamente bien. Vamos a seguir estando geográficamente más cerca de Estados Unidos, pero económicamente… Xi Jingping declaró que él tiene sus ojos puestos en América Latina y, como dijo el embajador de China en Chile, no puede ser el patio trasero de nadie. EE.UU. debería preocuparse más de América Latina. China está invirtiendo. El famo-
so puerto de Chancay va a obligar…

¿Sabe a qué nos vamos a dedicar nosotros con nuestros puertos en el futuro? A hacer cabotaje: fletes internos de aquí a Chancay y de Chancay para acá. Yo viví 10 años en China, siempre hablando de Chile como la puerta de entrada a Latinoamérica: teníamos los mejores puertos, las mejores carreteras, los mejores servicios de comunicación, lo mejor de América Latina estaba acá. Pero nos quedamos en los laureles. Hoy a Brasil le sale más fácil ir a Chancay que venir a Valparaíso. Del túnel de Aguas Negras se está hablando hace miles de años; no pasa nada. Llueve un poco y en el Cristo Redentor se cierra la pasada. Estamos mal. Sin embargo, si somos lo suficientemente inteligentes como para no pelearnos con EE.UU. y seguir amigos con China, no vamos a tener serios problemas.

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