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Perspectivas para lo que se espera sea un ‘campañón’

Cómo se prepara la industria para producir, procesar y comercializar 115 millones de cajas de cerezas

Redagrícola consultó a diferentes actores de la industria cerecera qué expectativas tienen de lo que podría transformarse en una campaña histórica, que por primera vez superará las 100 millones de cajas. Hay confianza en la capacidad de procesar este inédito volumen de fruta, pero el desafío de áreas cuarentenadas por mosca de la fruta ha levantado algunas preocupaciones logísticas, mientras que tanto productores como recibidores están conscientes de que el desafío principal estará en la calidad.

13 de Agosto 2024 Miguel Patiño
Cómo se prepara la industria para producir, procesar y comercializar 115 millones de cajas de cerezas

Es tal el volumen de Lapins que tenemos, que por la razón que sea, que puede ser manejo, o clima, si se desplaza, nos va a dejar problemas.

Jessica Rodríguez, experta en poscosecha y cofundadora de la consultora Trío Kimün.

A abrocharse los cinturones, porque la temporada 2024/25 está cerca y apunta a ser histórica.

De acuerdo a las plantaciones que se han realizado en los últimos años, sumado a una temporada que hasta el momento promete buenos rendimientos, saltaremos a producir unas 115 millones de cajas, según Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut.

De acuerdo a los datos de la compañía, son entre 4.000 y hasta 7.000 las nuevas hectáreas que están entrando en producción de cerezas cada año, lo que aumenta el volumen productivo del preciado fruto.

Esto está muy por sobre lo registrado la campaña pasada (2023/24), donde se produjeron 83 millones de cajas de cerezas, inferior a las cerca de 95 millones de cajas que esperaba el mercado, producción potencial principalmente golpeada por las condiciones climáticas que afectaron a la temporada, como un invierno más cálido a lo normal que no permitió acumular frío, y una primavera más fría a lo habitual acompañada de abundantes lluvias.

“Se perdió la capacidad de producir entre 12 a 14 millones de cajas”, añade Alcaíno, señalando que el salto podría ser “muy grande respecto a los producido este año que pasó, pero no es tan grande desde la capacidad productiva que había”.

De acuerdo a los cálculos de Claudio Vial, gerente general de la exportadora Ranco Cherries, la estimación para la presente temporada se ubica en 114,7 millones de cajas, muy por encima de las 82,7 millones alcanzadas la campaña pasada, lo que significa un salto de 37%.

En cifras brutas, la exportadora apunta a un total de producción de 573.530 toneladas, a diferencia de las 413.981 toneladas producidas en la campaña 2023/24, datos presentados en el Cherry & Kiwi Conference que organizó Abud y Cía.

Donde Vial pone una alerta, eso sí, es que se espera que los volúmenes de Santina se doblarían esta campaña, pasando desde las 86.537 toneladas a 175.353 toneladas, algo que sin duda podría impactar en sus precios.

“La buena noticia es que la Santina que viene se distribuye en más semanas, y hemos visto una proliferación de estructuras y techos para poder adelantar también parte de la cosecha, pero aún así el ‘peak’ va a seguir estando en la semana 50 y 51”, detalla Claudio Vial.

CAPACIDAD INTERNA, ¿PREPARADA?

La pregunta que salta a la vista, es cómo se dará el salto desde 82 millones de cajas a 115 en una sola temporada.

De acuerdo a Manuel José Alcaíno de Decofrut, la capacidad de proceso se ve bastante bien porque se han hecho las inversiones en línea con el crecimiento de superficie, y además porque el año pasado “sobró una capacidad de proceso enorme, y aquellos que tenían frigorífico no les fue tan bien porque habían crecido en su capacidad de proceso y su superficie, pero con la caída en la producción estuvieron bajo su capacidad de proceso”.

Claudio Vial de Ranco Cherries señala en su análisis que en capacidad instalada, actualmente en Chile hay 2.800 vías para procesar cerezas, cifra que sigue creciendo.

La problemática, entonces, más que una cuestión de procesos, vendría más bien por parte de la mosca de la fruta.

Actualmente hay 3 zonas productoras de cereza en cuarentena: Ovalle, parte de la Región Metropolitana, y Chimbarongo (Región de O’Higgins). El servicio sanitario chino establece un radio de 27 kilómetros del lugar de detección, por lo que según estimación, cerca de 1.000 vías de procesos están en zonas cuarentenadas en estas zonas, lo que sin duda generará un desafío.

“En estos momentos, tenemos un 20% de los huertos y un 30% de las líneas en zonas cuarentenadas, por lo que sí va a tener que entrar fruta de zonas libres a plantas en zonas cuarentenadas, es inevitable. Habrá que armar este puzzle, que es difícil (…), será necesario que entre fruta a zonas cuarentenadas por un tema de capacidad instalada”, explicó Vial.

Ante esta cuadratura del círculo que habrá que realizar, y que requerirá en extremo coordinación y anticipación por parte de los productores y exportadoras, Vial asegura que la capacidad instalada para los procesos, si bien ha crecido en conjunto a los huertos productivos, estima que “la cosa va a estar ajustada”, ya que calcula que cada vía tendrá que procesar en torno a 53 toneladas.

Una caja de cereza equivale a 5 KILOS, pero eso no significa que no haya otros formatos: actualmente también hay exportadoras que comercializan otros tamaños, como el de 2,5 kg.

Toda esa fruta de zonas cuarentenadas o que ingrese a zonas reguladas para ser procesada, tendrá que realizar tratamiento de frío, protocolo que obliga a que la fruta esté 15 días a una temperatura de 0,5°C.

Esta logística por buscar lugares acordes a zonas libres o dentro del radio de detección, sin duda implicará nuevos costos que podrían encarecer los procesos, que de acuerdo al presidente de Decofrut elevarían los costos en mil o dos mil dólares por contenedor que permita tratamiento de frío.

“Toda la fruta que se iba a embalar y que hoy está ubicada en zonas afectadas, va a significar capacidad de embalaje que se podría perder”, comenta Alcaíno, añadiendo que “se genera una dinámica distinta, porque puede ser que queden plantas con sobrecapacidad, porque están en una zona cuarentenada, y mucha fruta que antes iba a otras plantas tendría que ir a ellas”.

“Esto va a enredar el proceso, de todas maneras”, sentencia.

MOSCA DE LA FRUTA, UN DOLOR DE CABEZA

Ivan Marambio, presidente de Frutas de Chile, señaló que para muchos productores de cereza, las capturas y protocolos asociados a la mosca de la fruta es algo inédito, y eso implica “estar abiertos a un mundo nuevo que se nos viene”.

“Los exportadores tradicionales, que son multiproducto, han tratado toda su vida con la mosca, pero para la actividad cerecera es algo nuevo, y en los volúmenes que estamos hablando es una locura, porque en tres semanas podemos estar hablando de procesar 40 o 45 millones de cajas”, comenta el líder gremial.

Se espera que los volúmenes de Santina se doblen: pasarían desde las 86.537 toneladas de la campaña 2023/24 a 175.353 toneladas en este curso.

En este contexto, Marambio señala que un contenedor de zonas libres de mosca demora 30 minutos en despacharse, mientras que un contenedor de zona cuarentenada podría demorar hasta 2 horas, lo que implica un nuevo esfuerzo para la industria.

“Vamos a necesitar mucha gente, entre frigoristas y más personal del SAG, ante esta nueva presión que se suma a la bien engranada logística que tenemos. Por eso creo que tenemos que prepararnos para lo peor y esperar lo mejor. No hay que relajarse, estamos a tiempo, pero es una temporada en la que hay que estar con los dientes apretados”, señala el representante de Frutas de Chile.

Desde el sector público, la subsecretaria de Agricultura del Gobierno, Ignacia Fernández, señaló sobre el desafío de procesar cerezas ante los problemas de mosca de la fruta que están conscientes de que esta campaña “será un desafío logístico”.

Consultada por Redagrícola, la autoridad de la cartera agrícola señaló que “el SAG ya ha estado trabajando en esta situación. De hecho, hemos tenido varias reuniones con los gremios para realizar un seguimiento al trabajo que se está realizando”, destacando que dispondrán en los puntos de supervisión, de control y despacho, una mayor cantidad de fiscalizadores del servicio “para hacernos cargo ante el efecto de una mayor demanda logística”.

Fernández recalcó que “no puede haber retrasos importantes, ya que tienen un gran volumen de producción. Queremos que el Estado sea un aliado para facilitar las cosas y no un entorpecedor adicional de un proceso que sabemos que tendrá complicaciones”.

OJO CON LAS HELADAS

A nivel productivo, la noticias de la acumulación de frío ayudan a augurar una buena campaña, pero aún no es carrera ganada: potenciales heladas de agosto podrían ser un factor que podría llegar a entorpecer esta campaña que se proyecta histórica.

De acuerdo al asesor y director técnico de Caducos, Jordi Casas, de no pasar algo grave con las heladas, “fácilmente estaremos sobre los 110 millones de cajas”.

El experto argumenta que “tuvimos un verano con una menor intensidad térmica o estrés térmico, eso provocó que las reservas estuvieran mejor que otros años. Estas reservas determinan finalmente la carga, además hubo bajo aborto, y eso da pie a que enfrentemos una mayor producción. Por otro lado, el frío parejo en invierno está dando una posibilidad de tener una floración uniforme con buena producción”.

Casas destaca además que -en términos productivos-, los productores están alineados de cara a esta nueva campaña, “ya que en las últimas temporadas hemos ido aprendiendo y regulando las cargas. Hoy todos están trabajando en base a la calidad, con ecuación productiva y llevando un historial de los huertos para saber cuánto producir”.

Otra clave a la que apunta el asesor es que sería un error pensar que -ante las heladas-, “dejando más frutas se puede zafar”, camino que sería equivocado según el experto, añadiendo que la gran mayoría de los productores han entendido que en la calidad están los mejores precios.

El asesor Walter Masman en tanto, incluso cree que es posible posible superar las estimaciones de 115 millones de cajas, debido precisamente a los buenos datos registrados en calidad de frío obtenido, aunque aún “dependemos de todo lo que ocurra ahora previo a floración y en floración particularmente, si se dan las condiciones adecuadas para una buena fecundación, pero todo debería seguir ese curso”.

Pese a esto, Masman advierte que tener un alto volumen también puede poner en jaque la calidad de la fruta, relacionado a los parámetros más importantes que pide el mercado, asociados a calibre, azúcar y particularmente firmeza.

“Bajo una condición de excesos de carga, inmediatamente se limita todo lo anterior, por lo que el productor debe ocuparse y debe estar claro de los escenarios que se puedan desarrollar de aquí en adelante”, señala el experto.

Masman también recomienda evitar “dejar un potencial de carga mayor ante la posibilidad de tener heladas”. Según el experto, está demostrado que mientras más regulada la carga inicial, se obtiene una calidad superior ya que “las condiciones son muy distintas, esto es algo que quedó demostrado el año pasado, donde la gran mayoría de los árboles estuvieron regulados por condiciones climáticas, por las bajas cargas que se generaron, y ante eso -entre otras cosas-, generaron un producto que sobresalió en relación a otras temporadas, y que fue significativo por el precio que se pagó por esa fruta”.

¿PODRÁN COMERSE EN CHINA ESTE NUEVO VOLUMEN?

“Yo creo que el mercado está bien preparado para recibir este volumen. El trabajo que ha hecho Frutas de Chile ha sido extraordinario en términos de promoción, Y la parte logística de la industria también ha estado excelente”, comenta Manuel José Alcaíno de Decofrut.

EL DESAFÍO LOGÍSTICO, además de procesar un volumen histórico, estará en el tratamiento de frío para la fruta que se exporte desde zonas cuarentenadas por mosca de la fruta, que implica 15 días a una temperatura de 0,5°C.

La apertura de nuevos puertos en el gigante asiático sin duda genera la sensación de amplitud para abordar el mercado con los nuevos volúmenes de fruta que se planean exportar, así como diversificar las ciudades y mercados a los que se envía la fruta.

Alcaíno destaca que se ha desconcentrado el mercado en Guangzhou y Shanghái, lo que permitiría llegar a nuevas ciudades incluso en el interior de China. Pese a esto, el presidente de Decofrut señala que “obviamente que los 30 millones más de cajas respecto al año pasado van a tener un impacto en el resultado inevitable”.

Este nuevo e inédito volumen sin duda será un desafío también para los importadores y comercializadores de la fruta en destino. Sophie Wang, gerente de la importadora Shanghái Huaxin Zhongcheng Agricultural Development Co., recibe fruta de varias exportadoras de Chile y está al tanto del campañón que se viene.

“Sin duda será un volumen muy grande, pero creo que el mercado chino hay que analizarlo en diferentes etapas de la temporada”, comenta, apuntando a que todo depende de cómo se distribuye el volumen durante la campaña, sobre todo si comienza a llegar fruta temprana que servirá como ‘warm up’ o calentamiento para el mercado.

De acuerdo a Wang, todo dependerá también de cómo este volumen soporte la presión del Año Nuevo Chino, porque el mercado podría ser muy diferente después del ANC, sobre todo si quedan contenedores por vender.

“Habrá mucha presión esta campaña, sobre todo en el consumidor final que, ante mayores volúmenes, se volcará a la calidad”, recalca, y añade que “tanto los precios como la velocidad del movimiento del mercado serán muy diferentes este año con este nuevo volumen”, por lo que habrá que estar alerta.

Pese a esto, Wang comenta “nos sentimos confiados de que el mercado podrá absorber este volumen, porque China al ser un mercado enorme, aún tiene espacio para crecer, no está abierto al 100%, e incluso si el volumen sigue creciendo, creemos que aún habrá espacio para esas cerezas”, refiriéndose a ciudades o localidades al interior de China, consideradas coloquialmente como lugares ‘tier 2’ o de menor tamaño.

Pero advierte que eso no significa que una fruta de menor calidad podrá ser colocada en ciudades del interior, algo que se ha establecido como “un malentendido natural”, ya que los canales de retail existentes, una ciudad pequeña también tiene acceso a calidad, e incluso la exigirá.

De hecho, Wang destaca que la calidad será la clave de la temporada, “sobre todo pensando en los agricultores, porque en las temporadas pasadas se enfocaron en el volumen pero con una calidad que no fue tan buena, y eso para el futuro puede ser riesgoso. El consumidor final pagará por buena calidad, buena etiqueta, buen empaque, pero no pagarán demás por cualidades que sean mediocres”.

Aún así, Wang está confiada de que los productores en Chile tienen claro este mensaje de privilegiar calidad, algo que será una ganancia para todos los involucrados en el negocio.

DESAFÍOS EN POSCOSECHA

Para Jessica Rodríguez, experta en poscosecha y cofundadora de la consultora Trío Kimün, la capacidad de procesos en Chile ha crecido a un ritmo que otorga cierta tranquilidad, por lo que los desafíos estarían más bien en la fruta misma.

“Quien realmente nos va a causar retos y desafíos es Lapins”, comentó Rodríguez a Redagrícola, añadiendo que “es tal el volumen de Lapins que tenemos, que por la razón que sea, que puede ser manejo, clima, si se desplaza, nos va a dejar problemas”.

La experta señala que mientras esta variedad, una de las más plantadas en Chile, “esté bien distribuida, vamos a andar bien; lo más probable es que no vamos a ser tan eficientes de estar procesando en 24 horas la fruta, lo más probable es que hayan esperas de procesos de dos y hasta tres días en algunas semanas, pero todo va a depender de cómo Lapins se superponga con otras variedades”.

Esta variedad de media estación, conocida popularmente entre productores como “la caja pagadora”, al ser autofértil y productiva, alcanzó las 176.878 toneladas para exportación la campaña pasada -de un total de 413.981 toneladas de cerezas exportadas-, siendo la principal variedad del país, y esta nueva campaña se estima que supere las 193 mil toneladas.

“El año pasado fue genial, porque como faltaba Santina, se nos distribuyó muy bien. Y ahí va a estar el reto esta temporada”, comenta Rodríguez, frente a las estimaciones de que Santina este año doblaría su producción.

Otro punto que destaca la experta es que actualmente la capacidad instalada y los problemas de procesos que podría generarse por zonas cuarentenadas, es que podrían generarse esperas a proceso de 2 días, algo que no es bueno para la fruta por su condición de poscosecha, y remarca que incluso es probable que mucha fruta quede para un tercer día por los posibles embotellamientos que se puedan presentar en las plantas de proceso, aunque asegura que la parte industrial “sabe lo que hay que hacer en estos casos y se va a preparar para el peor escenario”.

Respecto a los desafíos que impone el tratamiento de frío que exige China para exportación de fruta en zonas cuarentenadas por mosca de la fruta, Rodríguez señala que es positivo y “le hace bien a la fruta, porque es la mejor temperatura para alargar y mantener una buena poscosecha, y va a asegurar que todos hagamos el trabajo bien”, apuntando a la uniformidad de que todos los productores de zonas cuarentenadas, y aquellos que decidan procesar en zona reguladas, envíen su fruta con el tratamiento de 0,5°C por a lo menos 15 días.

La complicación que ha estudiado la experta es que esas temperaturas a veces no se cumplen en los contenedores, ya que suele suceder que la temperatura del aire es muy distinta en la puerta del contenedor (donde ha registrado una temperatura mayor), versus lo que se registra en otros espacios del mismo container.

“Ahí hay un desafío: este año hay que hacer muy bien las cosas para maximizar la eficiencia del frío en los contenedores”, y así no tener que cumplir con nuevas medidas que exija la autoridad sanitaria china en destino, como completar el tiempo de tratamiento de frío no completado, lo que sumaría antigüedad a la fruta y sería muy malo a nivel comercial, de acuerdo a Rodríguez.

Otro de los retos que aparecerán en esta campaña será por un lado el calibre, ya que los mercados asiáticos no quieren fruta chica y es algo que puede presentarse en temporadas con cargas de fruta alta, según la experta, y por otro lado también prevé que pueda presentarse una firmeza deficitaria o muy desuniforme, algo que también puede darse en una campaña de altos volúmenes.

“Si los productores hacen bien los manejos, vamos a tener buenas cargas, buenos calibres y buena firmeza”, trabajo que demostrará -o no-, si las labores de manejo se hicieron de forma correcta inmediatamente después de la cosecha de la temporada anterior.

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