Para Westfalia, el primer paso ante el problema del cadmio es identificarlo con precisión. Cada año realizan entre 800 y 1.000 análisis de este metal pesado y otro número similar de estudios de residuos de pesticidas, con el fin de garantizar fruta apta para los mercados más exigentes. Esta vigilancia ha permitido revertir casos críticos: predios que hace dos o tres años no podían exportar hoy alcanzan todos los destinos gracias a los protocolos de manejo implementados. Los tratamientos se enfocan en corregir el problema desde el suelo, utilizando principalmente insumos orgánicos y carbón activado para reducir la absorción del metal.

Estos resultados fueron presentados durante el VII Congreso Latinoamericano de Palta por Omar Díaz, gerente general de Westfalia, quien detalló cómo el modelo de investigación integra campo, laboratorio y articulación con entidades del Estado. Además subrayó que la empresa realiza tratamientos poscosecha derivados de esta línea de investigación, lo que ha permitido enfrentar escenarios de alto riesgo logístico.

Poscosecha robusta para tiempos de tránsito largos
Díaz recordó que, ante los problemas logísticos del 2022 hacia Asia —especialmente China—, Westfalia ya venía probando desde 2020 protocolos para alargar la vida poscosecha de la fruta. Gracias a esos ensayos previos, lograron arribos de hasta 55 días con fruta en buenas condiciones, mitigando así los efectos de la crisis logística.

De forma paralela, continúan evaluando la factibilidad de conservar la palta hasta 100 días, lo que podría abrir nuevas ventanas comerciales para Perú hacia finales de temporada en mercados lejanos. La meta es convertir este avance en una herramienta estable, replicable y adaptable a distintas zonas productivas.

Una red productiva que sostiene el crecimiento
El 97% de la fruta que Westfalia exporta proviene de productores aliados. En Perú, la empresa cerró la campaña con cerca de 45.000 toneladas —más de 2.000 contenedores—, mientras que en Colombia trabaja con 220 productores estratégicos, alcanzando alrededor de 18.000 toneladas. Entre ambos países suman unas 63.000 toneladas de palta.

El soporte incluye asesoría agronómica, control de costos, acompañamiento en certificaciones, cosecha y transporte, operando plantas propias en Cañete (Perú), Sonsón y Guarne (Colombia), además de empacadoras de alto estándar en el norte del país.

Nuevas líneas de procesamiento y valor agregado
Frente al crecimiento del sector y la necesidad de alternativas para aprovechar toda la fruta, Westfalia ha ampliado su capacidad de procesamiento. En 2023 puso en marcha su primera planta de aceite en Cañete, enfocada en producir extra virgen de alta calidad antes que grandes volúmenes. Además, hace un mes inició la construcción de una planta de congelado en Mórrope, en la región Lambayeque, destinada a producir guacamole, puré e IQF de palta y mango.

Estas iniciativas buscan asegurar que toda la fruta del productor —incluida la de calibres pequeños que antes no se aprovechaban— pueda transformarse en productos de valor agregado. Para la empresa, no se trata solo de exportar palta, sino de cultivar oportunidades y cosechar desarrollo en las comunidades donde opera.