Utilización, modo de acción y experiencias de distintos reguladores de crecimiento que influyen en la producción de cerezas
Carlos José Tapia T, Ingeniero Agrónomo M. Sc. Especialista en producción de cerezas. Director técnico de Avium SpA.
La fisiología de formación de frutos en cerezo dulce, considerando la rapidez de sus avances fenológicos desde plena flor hasta cosecha, sugiere tener la máxima atención para ser exitosos.
Muchos especialistas coinciden que este trabajo de “joyería” debe comenzar inmediatamente después de cosecha de la temporada anterior, pensando principalmente en la recuperación nutricional en función de la extracción de nutrientes por la fruta y además tratando de maximizar el trabajo de la planta para la captación continua de CO2 desde el ambiente, que es la base para la acumulación de azucares de reserva. Este trabajo apunta prácticamente a evitar un inminente stress térmico/hídrico y cierre estomático en las plantas principalmente en el mes de enero.
El desarrollo del fruto es muy rápido, y se reconocen variedades de ciclo corto con incluso 45 días desde plena flor a cosecha. Este recorrido se conoce como la “carrera perfecta”, donde cada descuido puede ser un detonante para no lograr el máximo potencial.
Ya en la temporada, los programas nutricionales, tanto foliares como de suelo son una base importante para poder maximizar el desarrollo de fruto y de follaje y lograr el máximo potencial. Estos programas deben ajustarse a las características específicas de cada combinación variedad/portainjerto ya que en la práctica se reconocen claras diferencias en demanda de distintos nutrientes y de algunas necesidades especiales.
Complementario a los programas nutricionales, es la utilización de reguladores de crecimiento (Plant Grow Regulator; PGR) que son parte de acciones específicas principalmente para potenciar la formación de frutos en las distintas fases de su desarrollo (Fig. 1).
Recordar que siempre lo mas importante es asegurar equilibrio en las plantas en términos de manejos técnico/culturales de mantener un adecuado nivel de reservas, un óptimo desarrollo vegetativo, regulación de carga acorde al potencial del huerto y un perfecto manejo hídrico.
Si se ajusta este análisis solamente al desarrollo del fruto previo a la fecundación de flores y posterior desarrollo hasta cosecha, podemos reconocer un constante trabajo de auxinas, citoquininas y giberelinas como las mas importantes fitohormonas en acción.
Para hacer mucho mas fácil este complejo análisis y cuidar los márgenes técnicos y manejos culturales se describe cada una definiendo distintos momentos de acción en función del desarrollo y evolución hasta cosecha.
Auxinas y su acción de mejorar la retención de fruta
Las auxinas tienen relación directa con el activo crecimiento de tejidos de órganos reproductivos y vegetativos, y la síntesis en las plantas está a cargo de los meristemas juveniles tanto de brotes, flores y frutos.
En el desarrollo del fruto se reconoce una acción directa en la etapa I de división celular y etapa III de elongación celular, sin embargo en ambas etapas su acción es secundaria y nunca mas importante que la de citoquininas y giberelinas respectivamente.
Sin embargo, ya con muchas experiencias en investigación práctica, la acción de las auxinas se han relacionado con el retención de fruta una vez fecundada las flores por el antagonismo con el acido abscísico (ABA), que es la fitohormona de la senescencia.
Un tipo de auxina de síntesis como el 2,4 DP (Stone Gross®) ha demostrado en cerezos aplicado temprano, en estado de botón blanco, influir positivamente en la retención de fruta cuajada y en proceso de desarrollo, disminuyendo al final del proceso la caída de frutos y asegurando la producción.
Se debe aclarar que el modo de acción de las auxinas no es potenciando la cuaja mediante procesos asociados y se piensa que lo correcto es hablar de un efecto inhibidor de la abscisión de frutos ya formados y no de un potenciador de la fecundación y posterior cuaja.
Amino Vinyl Glicina (AVG) como alternativa complementaria a una mejora de cuaja de frutos
El trabajo específico de dar mayores opciones de aumentar cuaja es entendido como la vía de reducir las tasas de etileno en un estado temprano de floración mediante algún compuesto exógeno como es el caso específico de Amino vinyl glicina (AVG-ReTain®).
Trabajos realizados en Chile han demostrado que la aplicación temprana, aproximadamente hasta un 20-30% de flores abiertas presentan un aumento de producción en variedades donde la problemática es la falta de fecundación, medido como cuaja inicial (10-15 DDPF) y finalmente con respuesta directa al aumento de la producción. Este efecto se acoge principalmente por efectos genéticos y asociados a variedades de difícil fecundación y cuaja como por ejemplo Bing, Kordia, entre otras y muchas veces sobre portainjertos muy vigorosos que afectan aún mas su fertilidad. Incluso existen antecedentes positivos de su utilización en variedades autofertiles y de buena producción bajo condiciones climáticas desfavorables para la cuaja.
Claramente la utilización y éxito de este compuesto es complementario a otras acciones culturales como iluminación, utilización de variedades polinizantes compatibles, utilización de abejas y/o abejorros, además de coincidir con buenas condiciones climáticas al momento de la floración.
Citoquininas potenciando la etapa de división de células
Las citoquininas son sin duda las fitohormonas que mas están ligadas al proceso de división celular, que en la especie podría extenderse hasta unos 25-30 días después de plena flor (DDPF), aunque hay antecedentes científicos que podría comenzar ya a partir de ramillete expuesto previo al estado de botón blanco.
En el tiempo se han utilizado distintas fuentes de citoquininas naturales mediante aplicaciones foliares desde plena flor, especialmente utilizando zeatinas, beatinas, entre otras, con efectos positivos en aumentar tamaño de frutos en la etapa I de división celular y que serían inductores de las propias citoquininas generadas por las plantas.
Antecedentes dados a conocer la anterior temporada sobre la utilización de Tiodiazurón (TDZ – Splendor® 5 SC) en concentración de 10 ppm aplicado entre 5-7 DDPF mostraron claros resultados en aumentar el peso y diámetro de frutos y una mejora en la proporción de fruta en calibres mayores a 28 mm. (Súper Jumbo) comparado a un testigo. A su vez, mostró resultados favorables en materia seca de frutos, durofel, y sin efectos negativos en color de cubrimiento, solidos solubles y condición de fruta en poscosecha.
De todas formas este tipo de citoquininas de síntesis no debieran reemplazar las aplicaciones de citoquininas naturales ya que serían un complemento como precursores de la acción de las propia síntesis de las plantas.
Es importante recordar que el periodo de división celular es el mas importante en la formación del fruto y será en esta etapa donde se forma una base fuerte de materia seca, concentración de solidos solubles que serán muy importante al momento de evaluar condición y calidad de fruto.
Giberelinas y la última oportunidad de potenciar el tamaño y condición de fruta
Muchos coinciden que es la fitohormona que está mas familiarizada con los manejos generales de la producción de cerezas.
Su modo de acción se basa principalmente potenciando proceso de elongación celular en frutos ya formados, específicamente desde inicio de la etapa III de desarrollo del fruto, reconocido en la práctica desde el cambio de color de verde a amarillo, conocido comúnmente como color “pajizo”.
Se debe tener en cuenta que el gran aporte endógeno de giberelinas lo tiene la propia semilla del fruto.
Se reconoce que la aplicación de ácido giberelico (en este caso del tipo AG3 – Progibb, Activol, Biofrut, etc.) tiene un efecto positivo y directo a al aumento en tamaño de los frutos cuando se le incorpora foliarmente en la etapa de elongación de células.
Las dosis, en base a una concentración conocida (ppm) dependerán, en su parte del cultivar en cuanto a su susceptibilidad al cracking, a la complejidad de tener una adecuado color de cubrimiento y al estado de carga, ya que esta muy estudiado que las aplicaciones de AG3 y su efecto al tamaño de fruto podría jugar en contra a las partiduras de fruto (mayor calibre, mas partidura) no solo por efectos de la lluvia, a un desordenado desarrollo de color y a la capacidad genética de cada cultivar a aportar buen tamaño de fruto de forma natural. Por su parte, tiene efectos positivos sobre la disminución de defectos epidermales en la fruta como son pitting, machucones y rugosidad.
Sin embargo en recientes estudios chilenos, se ha demostrado que altas concentraciones de ácido giberelico podrían actuar desfavorablemente sobre la estabilidad del tejido del pedicelo, respondiendo con deshidratación anticipada, lo que es un importante defecto de calidad en destino.
Referencias
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