Una mirada a los bioestimulantes al suelo
En el último tiempo, el sector agrícola ha enfrentado grandes desafíos como lo son el cambio climático, y recientemente la escasez de fertilizantes. Una de las herramientas alternativas para enfrentar estos problemas, ya sea para mitigar el estrés producido por el cambio climático y reducir la dependencia de fertilizantes químicos, son los bioestimulantes.
Por Pamela Allan Miranda, Ingeniera Agrónoma; Katherina Aguirre Bueno, Ingeniera Agrónoma MSc. UNiversidad de Chile. Agroadvance Spa.
Los bioestimulantes son productos capaces de actuar en los procesos enzimáticos y metabólicos de las plantas, mejorando la calidad y productividad del cultivo, y a su vez, también ayudan a incrementar la tolerancia de las plantas ante estreses bióticos y abióticos.
Los bioestimulantes no son fertilizantes, puesto que no proveen nutrientes directamente a las plantas, sino que facilitan la adquisición de nutrientes apoyando los procesos metabólicos en el suelo y las plantas (Madende and Hayes, 2020; Motiki et al., 2021). Sin embargo, la Comisión Europea (EU) ha categorizado los bioestimulantes bajo el marco de los fertilizantes (Regulation EU 2019/1009, 2019).
Entre los bioestimulantes, se pueden clasificar según origen microbiano y no microbiano. Dentro de este último, se encuentran los extractos de algas marinas, ácidos húmicos y fúlvicos, quitosano, fosfitos, hidrolizados de proteínas animal y vegetal, los cuales pueden ser aplicados vía foliar o al suelo, dependiendo de los resultados deseados.
Una de las ventajas de utilizar bioestimulantes al suelo es que puede ser incorporado en el sistema de riego, y así las plantas pueden absorber el producto junto con el agua, que es promovido por la transpiración. A su vez, estos productos juegan un papel importante dentro de la salud del suelo, ya que aumentan y promueven la diversidad de microorganismos en el suelo, como hongos y bacterias (Figura 1).
La presencia de estos microorganismos supone un gran beneficio para los suelos, ya que son capaces de absorber moléculas complejas y transformarlas a moléculas más simples, quedando fácilmente disponibles para las plantas, generando un menor gasto energético para ellas. Por lo que se produce mayor disponibilidad de nutrientes en suelo, mejorando sus condiciones físicas-químicas, y en consecuencia, mejorando el crecimiento y desarrollo de las plantas, aumentando la biomasa de raíces, incrementando la translocación de nutrientes y la actividad enzimática del suelo, como es la ureasa, relacionada con el ciclo del nitrógeno (Figura 2). Sin embargo, la respuesta de las plantas a los bioestimulantes pueden variar entre diferentes especies.
Dentro de la amplia gama que ofrecen los bioestimulantes, los productos a base de aminoácidos obtenidos por medio de hidrólisis animal o vegetal, presentan los siguientes beneficios: mejoran la absorción de nitrógeno, efecto quelante, aumentan rendimientos, incrementan los macro y micronutrientes en hojas, favorecen la protección ante estreses bióticos y abióticos, y aumentan la fertilidad del suelo.
CP-Soil es un bioestimulante producido a base de hidrólisis enzimática de proteína, es un producto rico en materia orgánica de rápida disponibilidad para las plantas, tiene altos contenidos de proteínas, aminoácidos, ácidos fúlvicos y húmicos. La aplicación de este producto genera un correcto equilibrio entre la biodiversidad de microorganismos en suelo, disponibilidad de nutrientes para las plantas, eficiencia productiva de las plantas y cuidado y protección de los suelos.
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