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Colombia, Perú y Chile

Sudamérica se reafirma como potencia global en aguacates

El panorama del aguacate en Sudamérica es bien distinto entre un país y otro. Mientras Perú busca consolidarse como el segundo exportador mundial, Colombia busca superar a Chile, un país que en el último tiempo ha concentrado sus esfuerzos en un mercado interno muy demandante de esta fruta. En las siguientes líneas, una mirada del asesor Marco Mattar.

30 de Octubre 2024 Marienella Ortiz
Sudamérica se reafirma como potencia global en aguacates

Colombia está frenado hoy día”. La frase es categórica. La dice el asesor internacional Marco Mattar, quien lleva varios años radicado en ese país y conoce lo que pasa en las diferentes zonas de producción. “Las grandes empresas entendieron que no hay que ser extensivos, sino más intensivos, consolidando lo que los fundos tienen. De hecho hace dos años atrás era una locura la cantidad de gente queriendo comprar tierras. Hoy día nadie está comprando tierra”, matiza sobre el panorama actual del aguacate colombiano.

Solo en Colombia hay alrededor de 40.000 hectáreas (ha) de aguacate, una cifra considerable. En se calculan unas 66.000 ha, mientras que en Chile, y a pesar de la sequía, hay cerca de 18.000 ha.

“En Chile, el crecimiento es moderado y depende de la disponibilidad de agua. Por ejemplo, mi socia, quien es viverista en Chile, ha visto un incremento en los pedidos de palta con las primeras lluvias de esta temporada. Durante el boom de la palta en Chile, el crecimiento anual era de 1.500 a 2.000 hectáreas. Actualmente, el ritmo es más lento, pero aún se registra un crecimiento, aunque sea en pequeñas cantidades. En Perú están pasando otra cosa. Los productores de aguacate que tienen uva de mesa o arándanos, están mirando a la palta como algo malo, que están perdiendo plata.  Perú puede que decrezca superficie, sobre todo en Ica. En todo caso, el arándano peruano le está quitando el espacio de palta”, explica Mattar. 

Marco Mattar, asesor.

-Esa lógica del peruano es razonable?

-Es la oferta y la demanda. Lo que pasa es que el Perú aún no ha enfrentado una crisis de mano de obra. En Chile, la fuerza laboral en el sector agrícola está compuesta principalmente por trabajadores de Bolivia y Haití, ya que muchos chilenos optan por no trabajar en el campo. Esta tendencia se explica, en parte, por un fenómeno social: cuando los hijos de los obreros agrícolas acceden a la universidad, no regresan al campo.

-Esto provoca una disminución y un cambio en la mano de obra disponible.

-En Chile, esta situación está generando un envejecimiento en la fuerza laboral agrícola. Muchos de los trabajadores son personas mayores, mientras que en países como Colombia se observa una mayor presencia de jóvenes, entre 18 y 25 años, que cuentan con una condición física más robusta que la de los trabajadores chilenos en el campo. Este patrón no es exclusivo de Chile; en España, por ejemplo, gran parte de la fuerza laboral agrícola proviene de Marruecos y Europa del Este, mientras que en Estados Unidos, es común que se empleen trabajadores mexicanos.

-Esta situación va a ocurrir en todos los países con cultivos de alta demanda de mano de obra.

-Por eso, a mis clientes peruanos les cuento la siguiente historia: cuando Chile se desarrolló frutícolamente lo hizo con aquellos cultivos de alto requerimiento de mano de obra. En un inicio, solo se manejaba el aguacate en el valle de Quillota donde la gente tenía su chacrita. Sin embargo, las grandes exportadoras multinacionales también comenzaron a producir palta. ¿Qué ocurrió? Se aburrieron de tener que manejar tanta gente en la uva de mesa. Comenzaron a buscar un cultivo de bajo requerimiento de mano de obra y que sea rentable y así se desarrollaron los cítricos y las aguacates en Chile. Como Perú todavía no vive esta situación, no lo entiende del todo. Hay que tener un abanico de opciones, porque es muy riesgoso tener una sola especie. Por eso, hoy día la palta es un comodín para los agricultores.

PERÚ, CUALQUIER EVENTO CLIMÁTICO DESCONTROLA LA PRODUCCIÓN

Tras un bajón productivo, Perú espera volver a la senda de crecimiento.

-En Perú, segundo exportador mundial, la campaña vino marcada por calibres y tamaños pequeños en palta. ¿Cuál es tu balance?

-Tengo mis propias teorías. He estado yendo al Perú desde hace 25 años, así que conozco bien todo el desarrollo de la palta peruana. Hay que entender que el clima en Perú es tan estable que hace que los árboles, entre comillas, se vuelvan muy engreídos. Producen bien, sí, pero ante cualquier evento climático se descontrolan, como ocurrió en los dos últimos fenómenos de El Niño. En Chile pueden ocurrir heladas, granizos o golpes térmicos mucho más severos que en Perú. En Colombia, puede lloverte mucho. Por eso digo que el clima es tan estable en Perú que hace que el árbol se descontrole con un pequeño cambio.

-Entendería que el clima no fue el único factor detrás de los resultados de la última campaña.

-En la empresa CAO de Olmos apelamos a la lógica, porque lamentablemente también hoy día en la agricultura nos estamos convirtiendo en adictos a los productos para todo. Si bien también uso bioestimulante y los recomiendo, nuestro enfoque para enfrentar la campaña fue bastante simple y lógico. Dentro del equipo técnico, sabemos que la floración puede verse afectada por los cambios en el clima. Lo más recomendable en este caso fue no podar. Sin embargo, la mayoría de empresas peruanas optaron por podar, y esto generó un exceso de iluminación en la planta. Yo llamo a esto la ‘poda del panel solar’. Para el éxito de un cultivo, siempre dijo que hay que darle un porcentaje de éxito a la ciencia y tecnología, pero también a pensar como agricultor.

-¿Qué otras prácticas crees que se aplican mal en el campo?

-Creo que falta un poco de adaptación al cultivo. En Perú, estamos acostumbrados a cosechar la palta en dos pasadas, o como máximo en tres. Si se tuvo una floración prolongada que duró desde septiembre hasta fines de diciembre o comienzos de enero, obviamente, había diferentes estados florales y, por lo tanto, diferentes estados frutales. Había que cosechar por calibre, segregando. Si cosechaste todo a la vez por rapidez y buscando precio, se perdió calibre porque la palta sigue creciendo hasta el día que se cosecha. Las campañas malas son oportunidades para aprender.

CHILE, UNA CAMPAÑA MARCADA POR LA INERTIDUMBRE DE LA SEQUÍA

“Chile redujo sus hectáreas de aguacate debido a la sequía”, afirma con precisión Marco Mattar, asesor internacional especializado en este cultivo. Con la llegada de las precipitaciones, Mattar señala un cambio en el panorama, observando un renovado interés por aumentar la superficie cultivada. No obstante, advierte que este crecimiento se da con cautela, debido al riesgo de heladas, las cuales podrían complicar la actual y la próxima campaña.

En efecto, reitera que no es que haya existido un problema productivo. “Los chilenos tienen afinado su manejo en el aguacate. Si tienen mucha fruta en el árbol, saben que puede disminuir la floración en la primavera que viene, entonces, todos manejan los anillados de ramas de tal forma que hacen que las ramas florezcan”, apunta. En general, no hay mucha variabilidad climática de un año para el otro en Chile.

Aunque disminuyó la superficie plantada, también destaca que se ha ido creciendo en el uso de patrones clonales que se han adaptado muy bien a Chile. En especial, el portainjerto Dusa que funciona bien en el suelo arcilloso chileno.

-¿Qué se espera en esta campaña de aguacates con la presencia de las lluvias? El panorama es positivo.

-Actualmente, en Chile ya ha comenzado la cosecha, y la mejor fruta se obtiene a partir de septiembre debido al mayor porcentaje de materia seca. Por un lado, tenía que llover en algún momento, pues se llevaba 15 años sin lluvias en la zona de las aguacates. Sin embargo, existe una preocupación significativa porque, generalmente, después de un evento de lluvia, suelen ocurrir heladas. Si una helada afecta la fruta lista para cosechar, se corre el riesgo de perder toda la producción, lo cual sería un golpe muy duro. Además, cuando se produce una helada, las yemas florales pueden quemarse, lo que impide la floración en la primavera. Por lo tanto, la preocupación actual en Chile es la posibilidad de perder la cosecha y que las flores queden dañadas para la próxima campaña.

-¿En este caso, solo queda rezar o hay algunas soluciones para contrarrestar los efectos de las heladas?

-Hay gente que tiene sistema de control de heladas con esparción de agua. Eso funciona bastante bien.  

La campaña en Chile estará marcada por la incertidumbre de las heladas.

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