Realidad y perspectivas de Perú y Chile ante los mercados de uva de mesa
Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut, hace un descarnado análisis de los dos grandes jugadores del hemisferio sur, Perú y Chile, en los mercados más importantes de la uva de mesa: “Mirando hacia adelante, creo que lo más sano para ambos países es respetar los espacios de cada uno, sin perjuicio de las oportunidades que se presenten en un año u otro”, señala.
Por Francisco Fabres
El consultor internacional parte su revisión por Perú, que ya tiene 21.000 hectáreas instaladas, con un crecimiento de 17% en el quinquenio reciente. Sin embargo, acota, en el último año el avance fue de solo de 1,6%, probablemente debido a la situación de incertidumbre política (al igual que Chile) pero también a la evolución de un negocio que se ha ido ‘apretando’. Con todo, las exportaciones han seguido incrementándose a tasas más altas que las de plantación, a causa del rezago natural para entrar en producción. Ica y Piura han sido las regiones que más han aumentado sus volúmenes, en tanto las demás se mantienen comparativamente estables.
LA EXPANSIÓN DEL PERIODO DE OFERTA PERUANO TIENE PROS Y CONTRAS
Estados Unidos es el destino principal, representando alrededor del 44%, salvo en el año 2018/19 en que, debido a una muy alta oferta californiana, las exportaciones se reorientaron improvisadamente al mercado europeo, con malos resultados. En general, Europa absorbe entre el 26% y el 29% de la oferta peruana. Asia, con 18%, ha ido a la baja en términos porcentuales, fenómeno asociado al arranque y frenazo de las plantaciones de la variedad Red Globe, cuyo volumen se ha mantenido estancado mientras crece el de otros cultivares. Latinoamérica participa con un 12% aproximadamente.
La curva de exportaciones por semana revela que el periodo de oferta se ha ido expandiendo. La semana 40, a principios de octubre, es la primera con volúmenes de cierta importancia. El pico se alcanza de la semana 49 a la 2. Ya el 31 de diciembre ha salido más de la mitad del total de los envíos.
La mayor amplitud de la oferta tiene pros y contras, estima Alcaíno. Garantizar a las cadenas supermercados un suministro más prolongado les resulta atractivo en la negociación. Sin embargo, al adelantar el ingreso al mercado se empieza a competir con la uva californiana, y al atrasar la salida se enfrenta a la uva chilena. En esos extremos “se empieza a acumular oferta frente a una demanda más o menos estable”, puntualiza.
EL DINAMISMO DE LOS EMPRESARIOS HA GENERADO UN RÁPIDO CAMBIO VARIETAL
Las uvas blancas han ido incrementándose hasta liderar el espectro varietal. Si en 2016/17 alcanzaban el 21%, hoy llegan al 40%. Las rojas sin semillas han tenido escasa variación porcentual, en el orden del 26%. La gran baja ha ocurrido en la Red Globe, desde un 47% a un 24%, aunque el volumen ha cambiado poco: pasó de unas 160,000 a unas 130,000 toneladas.
A juicio del experto, un inconveniente de las estadísticas es la figuración de 4 millones de cajas como variedades ‘mix’, indiferenciadas. Para un país como Perú, con el rango mundial y el profesionalismo que ha alcanzado, se trata de un defecto que convendría solucionar.
El presidente de Decofrut destaca el dinamismo de los empresarios peruanos. Si hace un lustro un 16,7% de las variedades eran patentadas, actualmente llegan al 57,5%. La rapidez desde la siembra a la primera producción comercial –en comparación a países de clima mediterráneo– ha facilitado el recambio. En Chile, cambiar de un cultivar a otro se traduce en tres años sin ingresos, lo cual hace más compleja la transformación.
La nueva paleta genética vino a solucionar los problemas peruanos con los cultivares blancos tradicionales, como Thompson seedless, que no alcanzó buenos resultados.
Si bien Red Globe continúa siendo la de mayor superficie, la siguen en el ‘ránking’ predominantemente uvas patentadas: Sweet Globe, Allison, Autumn Crisp, Sweet Celebration. El extraordinario desempeño de las blancas sin semillas ha sido encabezado por Sweet Globe (43%) y Autumn Crisp (14%), las cuales representan más de la mitad de este grupo. En las rojas sin semilla, Crimson es la única tradicional con un lugar destacado, en el puesto número tres de este subgrupo, mientras en Chile, como se verá, sigue en el número 1.
A LA INVERSA DE PERÚ, LA OFERTA CHILENA SE HA CONCENTRADO
Al igual que Perú, Chile tiene a Estados Unidos como principal destino, con alrededor de un 50%. El último año fue algo más alto, a consecuencia de los problemas logísticos en el Lejano Oriente. “Como general después de la batalla, pienso que hubiera sido bastante mejor haber enviado esa fruta a China, porque en Norteamérica no tuvo buen resultado”, indica el analista.
Asia se ubica en segundo lugar, con alrededor del 25%. A continuación está Europa, entre un 15 y un 18%, que ha ido cediendo posiciones en favor de EE UU. Todavía se mantiene presencia importante en el mercado inglés, pero el continente de alguna manera se ha ido abandonando. Durante muchos años hubo una especie de acuerdo tácito con los sudafricanos, en el cual estos tomaban el mercado temprano y Chile ingresaba a mediados-fines de febrero o marzo. América Latina compra de un 6 a 8% de la vid de mesa chilena.
Al contrario de Perú, la oferta del país del sur se ha ido concentrando. El volumen temprano es cada vez menor, en parte, obviamente, a causa del espacio ocupado por Perú, sobre todo en Estados Unidos. Las condiciones de Chile exigen una serie de labores para obtener uva temprana; por ejemplo, las ‘cosechas con refractómetro’ donde se marcan los racimos con un contenido de azúcar suficiente para ir ‘floreando’ y apurar su proceso. Se trata de prácticas intensivas en una mano de obra cara y escasa. Asimismo, se recurre a bajar la carga, lo cual por supuesto reduce el potencial de ingresos. La emergencia de Perú –con una fruta significativamente mejor y de mayor calibre, en particular de las variedades rojas– disminuyó el mayor precio que se lograba al adelantar la producción. Flame seedless fue la variedad que sufrió el mayor impacto: de 7 a 8 millones de cajas pasó a menos de 1,5 millones.
En la semana 1, cuando Perú ha sacado más del 50% de su producción, Chile ha despachado el 5% y su pico solo llega de la semana 10 a la 13.
El equilibrio varietal se asemeja al peruano, pero inverso: 41% de uvas rojas sin semilla y 29% blancas. Red Globe corresponde a un 19%.
Aunque Red Globe, Crimson y Thompson mantienen los tres primeros lugares entre los cultivares en Chile, la participación de las variedades patentadas ya llegó a un 42%. probablemente en la próxima temporada superen a las tradicionales, lo cual no ha ocurrido antes debido a la ya mencionada lentitud con que se expresa la producción en las nuevas plantaciones.
¿NUNCA VOLVEREMOS A SUFRIR UNA COSA COMO ESTA?
La tendencia de las exportaciones apunta a la baja, y en las dos campañas más recientes, han estado marcadas por eventos perjudiciales.
“A fines de enero de 2021 cayó la lluvia más tremenda que yo me recuerde en esa época del año –señala Manuel José Alcaíno–. Fueron 70 mm en una noche y un día. La fruta estaba lista o ‘ad portas’ de ser cosechada. Gran parte no se pudo exportar, y lo que se exportó hubiera sido mejor no haberlo hecho, porque una proporción considerable terminó siendo botada en Estados Unidos, con todo el costo adicional acumulado. Mucha gente decía: es el peor año que hemos tenido jamás. Nunca volveremos a sufrir una cosa como esta”.