Desde 1995 cada visita de Jerry Stoller a un campo agrícola comprendía extraer algunas plantas, o hacer calicatas si era un frutal, con el objetivo de explicar que la viabilidad productiva y la capacidad de adaptación a toda condición de estrés, biótica o abiótica, dependía de que la planta mantuviera un continuo crecimiento radicular. Con esto, estableció una premisa fundamental, la raíz es el cerebro de la planta.

¿Por qué es vital que las raíces se mantengan en continuo crecimiento?
Las funciones básicas de las raíces comprenden ser el elemento de anclaje de la planta al suelo o sustrato y asegurar la absorción del agua y nutrientes. También actúa como órgano de almacenamiento de reservas: almidones, proteínas, etc. Sin embargo, una de las funciones vitales es la síntesis de citoquininas y la regulación del sistema hormonal vegetal, mediante el cual se establecen dos respuestas fundamentales de la planta: el desarrollo fenológico y la interpretación del entorno ambiental al cual debe adaptarse.
La raíz es un órgano complejo que requiere de las auxinas para su crecimiento a partir de unas pocas células en el ápice radicular. Las auxinas son requeridas para la formación de los crecimientos principales, laterales y de los pelos radiculares, en el cual el calcio (Ca+2, calcio elemental o catiónico) determina el direccionamiento de las auxinas para el movimiento de los fotosintatos hacia las nuevas células radiculares en crecimiento.
En los meristemos radiculares en continuo crecimiento se sintetizan las citoquininas, hormona vegetal que actúa en balance con las auxinas para generar los crecimientos vegetativos y reproductivos. Estas citoquininas producidas en las raíces determinan y regulan un amplio conjunto de respuestas fisiológicas y de adaptabilidad al entorno ambiental (temperatura, humedad, luminosidad, etc.).

¿Cómo hacer raíces vivas, activas y en continuo crecimiento?
La acción de la Terapía Radicular Stoller, con el uso regular de ROOT FEED, restablece y renueva el continuo crecimiento radicular en todo cultivo. ROOT FEED señaliza la síntesis y el movimiento de auxinas, favorece la formación de raíces principales, laterales y pelos radiculares.
Estas nuevas raíces producen en forma continua las citoquininas, que estimularán el crecimiento y productividad de los cultivos, e incrementarán la capacidad de la planta para mitigar y contrarrestar el estrés abiótico y biótico que limitan la productividad de los cultivos.

Evaluaciones en uva de mesa, arándano y palto muestran incrementos de 20% a 250% más de la biomasa radicular, en materia seca, evaluadas mediante celdas colectoras de raíces en monitoreos mensuales en periodos de 6 a 18 meses, según el cultivo.

Los incrementos radiculares resultan en mayor peso de fruto, 12% a 17%; mayor calibre, 3% a 6.5% más; racimos 12% más largo; mayor peso de racimo 12% a 20% e incrementos de la productividad de 6.4% a 39.3% más comparados con el Control. Se logra una mayor firmeza de la fruta, 6% a 40% más, en cáscara y en la pulpa, resultando en una mayor vida en post cosecha, y mayor rentabilidad de la operación con índices ROI promedio de 10:1 a 40:1 sobre la inversión realizada.

El incremento de la productividad y de las características de calidad de las cosechas, así como de la eficiencia económica y de rentabilidad de la operación agrícola resultan de mantener una bioestimulación continua para el crecimiento de raíces. La tecnología en ROOT FEED libera el poder de la planta para expresar estas capacidades frente a entornos ambientales cada vez más adversos dado el calentamiento global acoplados a presencias continuas e irregulares de los fenómenos climáticos El Niño y La Niña.

Para más información, ponte en contacto con Stoller que gustosamente te proporcionarán la información y soporte técnico requeridos.