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Una plaga resiliente

Preocupa el aumento de chanchitos blancos en cítricos

Las causas del recrudecimiento de este problema son diversas, lo que podría hacer pensar que la solución resulta muy compleja. Afortunadamente no es así; para decirlo simplemente, en realidad se trata de hacer lo mismo pero mucho mejor, e incluso recuperar prácticas tradicionales como la aplicación de aceites minerales. Conceptos claves: monitoreo, calibración, poda, uso de fitosanitarios no tóxicos para los enemigos naturales.

08 de Octubre 2024 Francisco Fabres
Preocupa el aumento de chanchitos blancos en cítricos

Chanchito blanco de cola larga, Pseudococcus longispinus en ramilla de cítrico.

Los chanchitos blancos Planococcus citri, Pseudococcus calceolariae y Pseudococcus longispinus son una constante amenaza en la producción de cítricos, pero de un tiempo a esta parte se ha observado un incremento importante de su presencia, especialmente inusual en la región de Coquimbo.

Pilar Larral.

Pilar Larral y el Dr. Renato Ripa, socios fundadores de BIOCEA, ingenieros agrónomos especializados en entomología entrevistados por Redagrícola, añaden que además se aprecia un cambio en la composición de las tres especies. Si antes predominaba P. citri, ahora lo está haciendo P. longispinus.

Dr. Renato Ripa.

UNA MIRADA A LOS FACTORES INCIDENTES

La tendencia al aumento comenzó después de la prohibición de uso del ingrediente activo clorpirifós. La llegada de los neonicotenoides exacerbó el problema, probablemente porque son tóxicos para los enemigos naturales, al igual que los piretroides. Otro factor que está incidiendo es el desuso de aceites minerales en los programas de control invernal. Si bien no aportan un control clave para los chanchitos, sí tienen un efecto supresor, contribuyen a bajar sus poblaciones y también las de otras plagas, como es el caso de las escamas, cuya presencia también ha subido por la misma causa. “Escama roja (Aoinidiella aurantii) ha pasado de ser un tema de huertos caseros a los huertos comerciales. Incluso hemos visto escama morada de los cítricos (Lepidosaphes beckii).

Escama morada de los cítricos, Lepidosaphes beckii en hoja de cítrico. Escama central con una perforación fue parasitada por una pequeña avispa.

Existe cierto temor entre los citricultores respecto de efectos fitotóxitos de los aceites. Ello podría ocurrir en casos muy contados, aclaran los especialistas, si se aplican sobre árboles estresados o si no se siguen las indicaciones de uso sobre época y temperatura ambiental. Los casos de daño, se lamentan, han tenido profusa divulgación, pero nadie comenta el 99% de las veces en que el producto ha funcionado bien. “Hay que convencer a los agricultores de volver a utilizar aceites como lo hacían antes”.

También afecta el manejo de la canopia: cuando es demasiado densa dificulta el buen resultado de las aplicaciones. A ello se suma el problema tan común de una deficiente calibración de los equipos.

La aplicación de aceites y otros fitosanitarios debe ser de muy buena calidad, comentan los profesionales de Biocea. Con árboles cerrados obviamente eso resulta difícil y más cuando no se invierte en mantención ni calibración.

Las causas, subrayan los entrevistados, son multifactoriales. Por ejemplo, estiman que el cultivo de una mandarina tardía, como W. Murcott, pone fruta a disposición para una generación adicional de chanchitos.

– ¿El problema se da principalmente en esa variedad?
 

– “En W. Murcott lo hemos visto un poco más exacerbado –responden–, pero se da en la mayoría de las especies de cítricos. Solo que en la región de Coquimbo hace unos 10 a 15 años la superficie mayor correspondía a clementinas de cosecha temprana, en abril-mayo, entonces no se detectaban ataques tan intensos”.

– ¿Se trata de una situación localizada en la zona norte de producción?

“En las regiones de Valparaíso, Metropolitana y de O’Higgins tradicionalmente los chanchitos han estado muy presentes, por la mayor humedad ambiental. Llama la atención lo de Coquimbo, porque en una condición seca el fenómeno debiera ser inusual”, indica Larral.

NITRÓGENO: CUIDADO CON EL “FUEGO AMIGO”

Y hay otras variables intervinientes. Los insectos chupadores se multiplican más cuando hay un mayor contenido de proteína en la savia, aspecto que se relaciona con la cantidad de nitrógeno (N) aplicado. Por lo tanto se incrementa el número de generaciones en la temporada. Cuando se adiciona N sin considerar “externalidades” negativas, este fenómeno pasa inadvertido.

El N favorece el crecimiento de chupones y brotes vigorosos, explican, en los que también pulgones y mosquitas blancas pueden permanecer mucho tiempo, dando sustrato a las plagas. Según diversos estudios, la cantidad de proteína presente en dichas estructuras vegetativas hace que las hembras de chanchitos sean más grandes, vivan más y coloquen más huevos. Los planes de nutrición no deben tener en mente únicamente el volumen de producción, sino también el número de aplicaciones requeridas por el aumento de las poblaciones de las plagas. Ripa y Larral invitan a preguntarse: ¿cuántos kilos significa el costo de cada aplicación adicional?

“Los chanchitos tienen el hábito de ir a oviponer en lugares protegidos. Además les gusta ubicarse en lugares oscuros. Los cítricos frondosos, junto con darles las condiciones para sobrevivir y poner muchos huevos, obstaculizan la llegada de los plaguicidas hasta ellos”.

Los estadios iniciales, muy pequeñitos, sufren una enorme mortandad natural, del orden de 90% o superior. Un alto nivel de N disminuye esa mortalidad, lo cual, sumado a la aceleración de las generaciones sucesivas, ayuda al crecimiento poblacional.

A todo lo descrito se suma la dificultad de controlar a las hormigas, que son atraídas por la mielecilla de los chanchitos u otras especies que la producen, como pulgones, conchuelas o mosquitas, y entraban la tarea de los enemigos naturales no solo de ellas sino también de las plagas que no generan mielecilla, como escamas y arañitas.

“Hace unos años asesoramos un campo de limoneros donde solo se aplicaba aceite, la presencia de hormigas y las dosis de N usadas eran muy bajas. Había chanchitos en cantidades extremadamente reducidas y con alto nivel de parasitismo. Nunca fue necesario intervenir con otros productos”, indica Ripa.

MEDIDA RECOMENDADA: AJUSTAR LO QUE SE HACE

Una primera recomendación para frenar el avance de chanchitos: “hay que ocupar más las tijeras, es fundamental hacer más poda para que penetren las aplicaciones hacia el centro del árbol. No somos especialistas en ese tema, sabemos que hay distintas posibilidades; lo clave consiste en dejar el árbol abierto para la entrada de los productos a las hojas, fruta y ramas interiores”.

La calibración de los equipos debe evaluarse utilizando agua con un colorante alimenticio no tóxico o papeles hidrosensibles para ver hasta dónde está llegando el líquido. Si se trata de papeles, se ubican con corchetes en forma estratégica al interior del árbol, tomando la forma de la fruta o la hoja. Según evaluaciones del INIA, da buen resultado aumentar la cantidad tradicional de las boquillas en los equipos. En el comercio existen adaptadores para sacar dos boquillas de una. Se debe regular la velocidad de avance, la presión, y el tamaño de la boquilla para no caer en un gasto excesivo. Las boquillas están diseñadas para trabajar óptimamente a una determinada presión, por lo tanto aumentar la presión para aplicar más volumen constituye un error. Los productos con surfactantes andan muy bien en cítricos porque tienen piel relativamente cerosa, y plagas como chanchitos blancos cuyo cuerpo y ovisacos están cubiertos o constituidos por cera, dificultan la penetración y actividad del plaguicida.

Asimismo, se debe limitar el uso de nitrógeno a las cantidades justas. “Nuestras recomendaciones a veces compiten con la idea de lograr los frutos más grandes o los máximos rendimientos por hectárea. Aconsejamos a los productores y asesores no fijarse solamente en la cifra de kilos sino también en cuánto se gasta en fitosanitarios, fertilizantes y mano de obra para podar crecimientos desmedidos. Incluso el exceso de N afecta la calidad, el sabor de la fruta, la postcosecha”.

Dada la alta conveniencia de volver a usar aceites minerales, los profesionales de Biocea entregan las claves para no correr riesgos:

“Lo más fácil es decir cuándo no aplicar. Hay que evitar los periodos de altas temperaturas, no más allá de 25°C. No se debe hacer inmediatamente antes o después de utilizar azufre. Tampoco se aplica en el periodo que va de floración hasta que el fruto alcanza un diámetro de 1 pulgada (2,5 cm), ni en la época en que está cambiando de color (pinta o envero), lo cual vale tanto para limón como cítricos de color anaranjado”.

Aun cuando luego de asperjar el aceite se puede formar un depósito que pareciera una mancha en el fruto, no hay que preocuparse, apuntan los entrevistados, pues pronto desaparece.

Si todavía persiste un cierto temor, lo más seguro es aplicar en poscosecha, y hacerlo siempre al menos una vez en la temporada, porque se trata de un producto de amplio espectro, con efectos sobre escamas, conchuelas, pulgones, chanchitos blancos, arañitas y mosquitas blancas. Los aceites refinados funcionan muy bien.

“Ojalá podar y luego usar el aceite. Si la poda se atrasa, no hay que esperar para aplicarlo, ya que dependiendo de cuándo sea la cosecha  por ejemplo en julio–, ya viene la floración. En limones resulta importante para el control del ácaro de la yema, y en ese caso tiene que ser preferentemente en mayo, lo más temprano posible, cuando se están formando las yemas que darán origen a las flores de primavera”.

– ¿Conviene hacer una segunda aplicación?

– “Se puede realizar en verano, con el fruto de más de 2,5 cm de diámetro. Si hay problemas como arañita, se puede usar una concentración menor. En vez del 1% utilizado normalmente, bajar a 0,5-0,7%. En el caso de escama es vital una segunda aplicación, 30 días después de la primera, en verano, 40 en invierno, porque con la primera se eliminan solamente los estadios pequeños, las hembras tendrán nuevas crías. En la segunda aplicación se puede emplear otro producto, si se teme al aceite o bien coincide con un periodo de mayor susceptibilidad; lo importante es cumplir la secuencia indicada, apoyado en el monitoreo”, indica Ripa.

Escama roja de los cítricos, Aonidiella aurantii en ramilla de cítrico.

CAPACITARSE PARA EVITAR CAROS ERRORES

En cuanto a las aplicaciones de productos, recomiendan usar los neonicotenoides y piretroides lo menos posible. Van de salida, indican. Aunque son más baratos, las alternativas nuevas son menos tóxicas para los enemigos naturales y al emplearlos en el momento correcto se reducirá el número de aplicaciones, recogiendo los beneficios de control que aporta la naturaleza. Resulta fundamental la oportunidad. Si no se hacen en el momento adecuado, probablemente el control resulte deficiente aun con el producto más efectivo, obligando a repeticiones que deberían haber sido innecesarias. Hay que elegir el insecticida apropiado de acuerdo al comportamiento de los chanchitos en el ambiente del árbol y a los estadios presentes. Por ejemplo, si se trata de adultos que ya no van a mudar, no tiene sentido atacarlos con un regulador de crecimiento; o un producto sistémico, cuyo efecto depende de que los chanchitos coman de la planta, será inútil contra hembras que están oviponiendo, pues dejan de alimentarse. Estos errores cuestan caros.

Pilar Larral y Renato Ripa recomiendan a los productores aprovechar las oportunidades de capacitación. Las exportadoras dan lineamientos técnicos, indican, universidades, el INIA y Biocea efectúan también actividades de ese tipo –como formación de monitores, por ejemplo–, muchas veces encargadas por las propias empresas agroquímicas.

“Cuando un agricultor o trabajador agrícola ya está capacitado, nadie mejor que él sabe lo que tiene en su campo. En Biocea apuntamos a la mayor autonomía de las personas y generamos un nexo para poder seguir apoyándolas en sus consultas”.

En cuanto a las hormigas, Biocea desarrolló un cebo que permite un buen control, sin embargo únicamente se encuentra disponible a nivel de hogares, dado el alto costo del proceso para obtener el registro SAG.

– ¿Qué medidas puede tomar un agricultor?

– “Nosotros no estamos haciendo recomendaciones con plaguicidas para hormigas, no vemos nada efectivo”.

“Vemos muchos programas de aplicación demasiado grandes –resumen Larral y Ripa–, cuando los cítricos se prestan para un manejo integrado. Son pocas las plagas que afectan directamente al fruto, se pueden tolerar pequeñas cantidades, preferir herramientas que no afecten a los enemigos naturales, cuidar la calidad de la aplicación. Así, es probable que solo haya que aplicar productos de síntesis para las plagas cuarentenarias, como Brevipalpus chilensis, casi nunca ausente, y los chanchitos, de difícil control. Las demás plagas son posibles de manejar con aceite más lavados con detergentes agrícolas o jabones potásicos, y extractos botánicos. Y no guiarse por fecha calendario, sino monitorear para ver cuándo están los estadios susceptibles”.

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