"Perú sigue siendo la chica con la que quieren bailar todos"
Hacer agricultura en Arequipa tiene sus beneficios, como contar con una dotación de 15,500 metros cúbicos de agua limpia por hectárea al año, gracias a Majes-Siguas, o contar con una alta fertilidad de yema, gracias al clima. La ubicación estratégica del fundo ahí, les permite tener un nivel de exposición a plagas migratorias muy reducido. En Majes tienen 400 hectáreas de uva; en Olmos aun no tienen uva pero ya tienen licencia para plantar 150 hectáreas de nuevas variedades patentadas. Además, se viene el proyecto Majes-Siguas II, donde se habilitarán 38,000 ha para la agricultura, y Agrícola Pampa Baja ve oportunidades expectantes.
Son 150 kilómetros de túneles y canales los que tiene que recorrer el agua que viene de la Cuenca del Atlántico, donde nace el Río Amazonas, para alimentar uno de los dos fundos principales que tiene Agrícola Pampa Baja: El Fundo Majes, en Arequipa. El agua es muy limpia, tiene una conductividad de hasta 0.4 mS /cm y llega a un reservorio que está a 133 metros por encima de los campos. Cuando el agua baja a los huertos, por unas tuberías enterradas, se disminuye la presión; no bombean; el costo de bombeo es cero. El agua proviene de la represa de Condoroma, parte del Proyecto Majes-Siguas. Ese es uno de los beneficios de hacer agricultura en Arequipa. ¿Hay más? Sí, el gerente general, Juan Carlos Paredes, los menciona.
“Hay una amplitud térmica que no tiene Ica, entre el día y la noche, que ayuda mucho a que la uva agarre color, por ejemplo. Hay que mencionar también el hecho de que la radiación solar es altísima, y estos dos factores mencionados facilitan, muchísimo, la fertilidad de yema. En el caso de la variedad Thompson, nosotros botamos racimos, los escogemos porque nos da entre 80 y 100 por planta; y dejamos 45 o 50, cosa que no pasa en ninguna parte del país, con la Thompson. En Ica tienen que poner plástico para lograr fertilidad de yema en Thompson. Nosotros tenemos ya cerca de 150 hectáreas de Thompson”, precisa.
Juan Carlos Paredes se recibió como ingeniero industrial en la Universidad Nacional de San Agustín, en Arequipa. Luego estudió un Magister en Administración de Negocios, en Esan, y una Maestría en Tecnologías de la Información, en La Universidad de Texas, en EE UU. Se imaginaba trabajando temas concernientes a las tecnologías, a sistemas, en empresas como Oracle o Novotel, por ejemplo. Pero cuando se encontraba terminando sus estudios en el exterior le dieron la noticia: su familia había comprado 1,200 ha en el desierto de Arequipa, en 1998, y había que trabajar en la gestión agrícola. “Nos dimos cuenta de que era un proyecto de gran envergadura y tuvimos que asumir la responsabilidad de sacarlo adelante. Al comienzo fue difícil porque no sabes de qué te hablan, ¿conductividad? ¿salinidad del suelo? Entonces estás un poco perdido… Ahora algo sé, ya tengo una figura completa del bosque. Y estoy muy contento donde estoy”, dice, modestamente, Juan Carlos.
Lo cierto es que, en términos de ventas, del 2015 al 2016 ha habido un incremento de casi un 50%. La uva de mesa representa el 40% de las ventas de la compañía; en la última campaña se exportaron 670,000 cajas. Además de las 1,288 ha en El Fundo Majes, la firma tiene 1,100 ha en el Proyecto Olmos, adquiridas en el año 2012.
Según el Gerente Financiero Corporativo de la empresa, César Piedra, “Olmos es una ventana, un segundo aliento que ha tomado la compañía, una decisión de expansión importante. Es una estrategia geográfica para los distintos tipos de cultivo que tenemos; Olmos nos va a permitir expandirnos en variedades frutales, principalmente”.
Juan Carlos agrega que en Majes tienen 400 ha de uva; en Olmos aún no, pero ya tienen licencia para plantar 150 ha de variedades nuevas patentadas. Además, se viene, para Agrícola Pampa Baja, Majes-Siguas II, un proyecto que incluirá 38,000 ha nuevas a la agricultura.
400 HA DE UVA DE MESA, 20 HA DE RED GLOBE
César Piedra es, según sus palabras, ‘el brazo financiero’, el que brinda asesoría directa en gestión financiera dentro del Holding El Sol S.A.C., que contiene a Agrícola Pampa Baja. Juan Carlos Paredes da más detalles: “Dado el momento que atraviesa la empresa agrícola con Olmos y Majes II, César está dedicando mucho de su tiempo a Pampa Baja. Eso es lo que los directivos le han encomendado”. César añade: “Claramente, la vista más técnica la va a tener siempre Juan Carlos. Él va y discute de tú a tú con los jefes de fundo, con los asesores”. Y Juan Carlos acota: “El 80% de mi tiempo lo paso en el campo; si tú no gestionas bien el campo en un negocio como este, créeme que no avanzas mucho; en un negocio como este los pequeños errores son millonarios”.
Lo interesante, según César, es que Agrícola Pampa Baja ha conseguido hacerse de un buen portafolio de variedades de cultivo de uva de mesa, “porque el día de hoy tenemos cinco variedades consolidadas. Hay una sexta que estamos empezando comercialmente, y dos más en evaluación; eso es algo que se hace de la mano con Juan Carlos que, reiteradamente, está evaluando qué variedades se acogen bien a las condiciones climáticas, al suelo y comercialmente en los mercados de destino. El recurso hídrico es una de las bondades que tenemos y nos permite, definitivamente, explotar muy bien los rendimientos de las uvas sin semilla”. Las variedades a las que se refiere el gerente financiero corporativo son: Thompson (150 ha), Superior (80 ha), Flame (50 ha), Crimson (50 ha) y Red Globe (20 ha). Son variedades tradicionales, además de la Timco, una variedad nueva patentada de SNFL, de la cual ya tienen 50 ha sembradas.
César explica: “Con Juan Carlos, se trabaja mucho en pruebas, se hacen muchos ensayos, y tratamos de cuidarnos mucho de las condiciones del mercado, de la oferta-demanda. No vamos a criticar a quienes consideren que hay ventanas de mercado donde se puede sacar buen provecho en términos de precio. Pero nosotros tratamos siempre de encontrar cuál es la variedad que se adapta bien a nuestras condiciones de fundo y sobre la base de eso generar una oferta sostenible en el tiempo, tener una relación de largo aliento con nuestros clientes y encontrar un buen portafolio de cultivos. Vamos muy a sabiendas de cómo se va moviendo el mercado. Y por eso es que el día de hoy la Red Globe representa solamente un 5 % de nuestro portafolio de uva”.
Juan Carlos cuenta que, en 2006, empezaron con las primeras pruebas de diferentes patrones y variedades de uva. Aun no existían las variedades nuevas. La Red Globe se estaba poniendo de moda pero en Agrícola Pampa Baja hicieron pruebas con cinco portainjertos diferentes. En 2008, realizaron las primeras plantaciones comerciales. “Muy poco de Red Globe, a pesar de que estuvo en la cresta de la ola en las empresas, nos inclinamos más por las ‘seedless’. Nosotros no nos subimos a esa ola. No lo hicimos porque, justamente, el mercado nos decía ‘esta ola peruana es muy grande y en dos o tres años iba a haber problemas en los precios’. Es así que hoy en día la Red Globe no representa más allá del 5% de nuestra oferta de uvas. Ha crecido mucho el área de uva, hoy día tenemos 400 hectáreas de uva. También es cierto que hoy tenemos 20 hectáreas de Red Globe porque aun le vemos un horizonte en el tiempo; es aun productiva y rentable. ¿Cuál es las más rentable de nuestras variedades? Todas las ‘seedless’ son rentables. Pero si tienes un año con la Flame y agarra una buena ventana pre Navidad en EE UU, y no tiene problemas de partidura, esa es la más rentable. Pero si California se atrasa, Chile se adelanta y encima se te parte, es un escenario complicado para la variedad”.
600 EMPLEADOS TODO EL AÑO
Otro de los beneficios que obtiene Agrícola Pampa Baja de operar en Arequipa, tiene que ver con el hecho de no contar con muchos vecinos, o explotaciones agrícolas en los alrededores. A veces sucede que una empresa aledaña está cultivando, por ejemplo, una variedad de hortaliza que es muy propensa a plagas y eso podría conllevar a una suerte de ‘contagio’. César explica: “Nosotros estamos en una ubicación estratégica que nos permite tener un nivel de exposición a ese tipo de plagas migratorias muy reducido; uno mira a los alrededores y no hay nadie. Eso nos permite tener una operación bastante controlada, un control sanitario estricto”.
Por otro lado, la empresa tiene un tratamiento del terreno óptimo, gracias al hecho de trabajar con un compost que tiene un componente muy importante de estiércol; la empresa cuenta con uno de los establos de mayor envergadura y tecnología del país, que a la fecha gestiona un plantel de 6,188 animales hembras; ello no solo les permite generar su propio estiércol para poder dotar a los frutales de 50 o 60 toneladas por hectárea del mismo, cada año, sino que obtienen 100 toneladas de producción diaria de leche fresca enfriada. Juan Carlos añade: “El terreno de la zona de la irrigación Majes, esas pampas, son, pues, como en toda la costa peruana, suelos calcáreos, de muy complicado manejo, salinos. Nosotros hemos convertido, gracias al establo, a las vacas, esos suelos en unos parecidos a los de un valle. Eso nos permite producir todo el año, en relación a los frutales”.
Agrícola Pampa Baja no se circunscribe a un solo tipo de cultivo. Si bien cuentan con 1,100 ha de frutales de exportación en sus dos fundos, también trabajan con hortalizas y otros productos. Juan Carlos dice: “Cuando vemos que la temporada del ají va a estar buena afuera, sembramos; igual con la cebolla amarilla. En Olmos contamos con 100 hectáreas de capsicum, entre guajillo, páprika y ají ancho, que es para EE UU y México. También tenemos 50 hectáreas de cebolla amarilla y 300 hectáreas de palta, con árboles de dos años… En general, en cuanto a frutales, en Pampa Baja, empezamos con la uva de mesa, que van de noviembre a febrero, como en Ica; luego continuamos con la granada, de febrero hasta mediados de abril; después sale la palta, entre abril y mayo; de ahí sigue la mandarina W.Murcott, que sale en junio, julio y mediados de agosto; luego, sale la segunda parte de la palta, todo agosto; hacemos un receso en setiembre para mantenimiento del packing, coordinar las vacaciones del personal, y otra vez arrancamos a mediados de octubre con la uva. La gente sabe que en el packing tiene trabajo todo el año. Y la gente del campo, si no está podando palta, está podando mandarina o uva. Entonces, si bien trabajamos con gente de los alrededores de la Ciudad de Majes con 150,000 habitantes, aun si la mitad se dedican a labores propias de la agricultura, calculo, siempre tenemos que traer gente de otras zonas como Ica, Chincha, Cuzco, Ayacucho, sobre todo cuando se trata de temas especializados, como la uva o la palta. No bajamos de 600 personas durante todo el año”.
En relación al trabajo en el packing, el gerente general, asegura que es una planta bastante amplia la que tienen en Arequipa y les permite procesar, en relación a la uva, 25,000 cajas por día, a la vez que procesan granada. De hecho, en algún momento de este año, han procesado granada, palta y uva a la vez, incluso dando servicio a terceros. “O sea, el packing es lo suficientemente configurable y trabajamos de la mano con Senasa”, precisa Juan Carlos.
40% DE LAS VENTAS AL RETAIL
En Agrícola Pampa Baja cuentan con siete asesores extranjeros y dos peruanos, para todo. Por ejemplo, para poscosecha, trabajan con un reconocido especialista de frutas y cadena de frío chileno; respecto a las uvas, trabajan con el mismo asesor de una de las empresas con mejor uva de Perú. Juan Carlos acota: “Hay otros asesores que trabajan solamente en la nutrición del ganado. Pero para cada cultivo tenemos un asesor. No se trata de los asesores del jefe de campo; son asesores de la empresa; cuando los asesores nos visitan, casi en el cien por ciento de estas reuniones estoy presente, como gerente general, porque ellos marcan la pauta, vamos informando respecto al desarrollo del campo. El asesor es a la vez como un auditor de campo”.
Para el gerente financiero corporativo, César Piedra, hay todavía en la empresa un potencial de crecimiento importante que están terminando de esbozar. Dice que se trata de una compañía que está integrada verticalmente, diversificada geográficamente y cuenta con un buen canal de distribución, packings independientes y un contacto directo con los clientes de EE UU y Europa, principalmente, así como de Asia, con los cuales ya han tenido contacto el año pasado.
Juan Carlos Paredes añade que el 40% de sus ventas van dirigidas al retail, a cadenas de supermercados como Walmart y Costco, en EE UU y Europa. Dice: “En Asia y Europa estamos empezando a hacer lo mismo. La idea es llegar a 50% con mercados fijos, a precios fijos, al consumidor final para nosotros, que es el retail, y 50% en el mercado general de distribuidores importadores”.
¿Estos supermercados prefieren la uva peruana en relación a, por ejemplo, la uva chilena? El Gerente General responde: “Cuando solamente hay uva peruana en el mercado, obviamente, es la que prefieren, no necesariamente hasta que se acabe. Pero cuando hay uva peruana y hay uva del norte de Chile, si hay una preferencia; la uva del norte de Chile por los problemas de agua en Ovalle, en Copiapó, es más chica, de calibre más pequeño; entonces, en esas circunstancias, los supermercados definitivamente no quieren cambiar la uva peruana por la del norte de Chile. Pero Chile es un productor excelente de uva de mesa, con muchos años de experiencia y presencia en el mercado, la Thompson de ellos es la pauta del mercado”.
SECUELAS DE UNA CAMPAÑA CON PRECIOS BAJOS
En la última campaña se exportaron 670,000 cajas de uva de mesa en Agrícola Pampa Baja. Para Juan Carlos Paredes fue una campaña complicada, no solo para ellos, sino para todas las empresas productoras peruanas. Había mucha abundancia de fruta en el mercado; EE UU y Europa estaban copados, y el tipo de cambio estaba muy malo. Acota: “A nosotros, felizmente, nos ayudaron nuestros programas con los supermercados, pues fijas el precio ‘antes de’. ¿Cómo viene la próxima campaña? Viene con la secuela de precios bajos. Entonces, los fijadores de precios ya vienen con la idea de que ha habido un año con precios bajos. Por lo tanto, su expectativa será fijar precios no altos, sino promedio. ¿Qué es lo que haremos nosotros? Seguiremos haciendo lo mejor que podamos. Pero, al final, el precio que fija Perú para una caja lo fija con una diferencia de centavos en relación a empresas de otros países. O sea, una empresa y otra frente al supermercado no hacen una gran diferencia, por más poder de negociación que tengas. En todo caso, estoy contento trabajando en donde estoy, sobre todo porque estamos en Perú; en cualquier parte del mundo, el Perú sigue siendo la chica bonita con la que quieren bailar todos, el país ha crecido muchísimo”.
El 80 % de su tiempo, Juan Carlos lo pasa en el campo, no solo por un tema de gestión empresarial, sino también por buscar una conexión con la naturaleza. Junto a sus padres y sus tres hermanos, creció en la campiña arequipeña, a 2,600 metros sobre el nivel del mar; su casa estaba a cinco kilómetros de un campo pequeño, en la zona de Chilina, al lado del río Chili. Hoy, los cuatro hermanos están involucrados, de una u otra forma, en las empresas del Grupo Paredes (Holding El Sol), así como en la gestión de la empresa agrícola (Agrícola Pampa Baja).
Juan Carlos dice que, de alguna manera, en Agrícola Pampa Baja ha podido conjugar los temas tecnológicos con el mundo del agro, en softwares para recabar y ordenar la información, así como en infraestructura. Concluye: “En Pampa Baja no le tememos a la tecnología. De hecho, trajimos la sala de ordeño más avanzada del Perú; los ganaderos tradicionales decían que no tenía sentido y hoy todos tienen ese tipo de sala… Yo quería añadir algo: Octavio Paredes, mi padre, es el presidente ejecutivo y fundador de la empresa y sigue activo dentro de ella; él va a los campos, igual que yo; él ha sido el que propició la inversión, el que sacó adelante la empresa adelante, el que nos lleva de la mano… Él es el núcleo que cohesiona todo esto”.